EL DÉCIMO TERCERO DESTELLO

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    Trata de la sabiduría del buscar refugio en la explicación del secreto de {me refugio en Allah del Shaiṭán maldito}

    En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo

    {Y di: ¡Señor mío! Me refugio en Ti de los susurros de los demonios y me refugio en Ti, Señor, de que se hagan presentes.} (Sura de los Creyentes, 97-98)

    Se escribirá el secreto de buscar refugio (en Allah) contra el Shaiṭán en trece indicaciones, y algunas de esas indicaciones se han explicado de una forma dispersa y se han demostrado en algunas epístolas como la Palabra Vigésimo Sexta, y por ello van a ser estudiadas de una forma resumida simplemente.

    La primera indicación:

    Una pregunta: Los demonios no pueden intervenir en el universo en el asunto de crear y hacer existir, además Allah, sea Ensalzado, protege a la gente de la verdad con Su misericordia y Su cuidado, y además las bondades y bellezas de la verdad y la realidad y sus sutilezas atrayentes asisten a la gente de la verdad y les hacen anhelar, mientras que las fealdades repugnantes del extravío ahuyentan a la gente del extravío de ellas. Y si esto es así ¿cuál es entonces la razón de que el Shaiṭán triunfe muchas veces? ¿Y cuál es el secreto de que la gente de la verdad se refugie todo el tiempo en Allah, sea ensalzado, del mal de los demonios?

    Y la respuesta es: La razón y el secreto es que el extravío y el mal son negativos y pertenecientes a la inexistencia, y son una devastación y una corrupción en la mayoría absoluta de los casos, mientras que la guía y el bien son positivos y pertenecientes a la existencia y una renovación y una construcción en la mayoría absoluta de los casos.

    Y es de todos sabido que un edificio que construyen veinte personas en veinte días lo puede destruir una sola persona en un solo día. En efecto: La vida del hombre, cuya existencia continúa debido a la existencia de todos los miembros originales y los requisitos vitales, es exclusiva del poder del Creador, Dueño de la majestad, a pesar de que un opresor determinado hace de ese hombre una manifestación de la muerte, que es no existencia en relación a la vida, cortando un solo miembro de él.

    Y por eso el dicho: “Destruir es fácil” se ha convertido en proverbial. Y por este secreto vence la gente del extravío con una fuerza débil en realidad sobre la gente de la verdad, los fuertes, a veces. Sin embargo la gente de la verdad tiene una sólida fortaleza que si se resguardan en ella, esos empedernidos enemigos no pueden acercarse a ellos y hacerles daño, y si les hacen daño temporalmente, ese daño es compensado con un beneficio continuo y una recompensa eterna, por el secreto de Sus palabras, sea ensalzado: {Y el buen final pertenece a los que tienen temor (de Allah)} (Sura de las Alturas de Reconocimiento, 128). Y en verdad esa fortaleza sólida y ese castillo inaccesible son la sharía Muḥammadía y la sunna Aḥmadía, al que Allah le dé Su gracia y paz.

    La segunda indicación:

    Surge una pregunta y es que la creación de los demonios que son puro mal y el hecho de tener poder sobre la gente de la fe y de que mucha gente caiga en el kufr y entre en Ŷahannam a causa de los demonios se ve como algo feo y terrible al máximo. Y ¿cómo permite la misericordia del Hermoso Absoluto esta desgracia terrible y cómo permite la belleza del Compasivo Absoluto y el Misericordioso de verdad que tenga lugar esta fealdad sin límite?

    Y son muchos los que hacen esta pregunta y muchos por cuya mente pasa.

    La respuesta es: Que en la existencia del Shaiṭán hay propósitos benéficos totales y muchas perfecciones humanas junto con males parciales. En efecto: Como quiera que existen grados, desde el grado de la semilla hasta el árbol colosal, existen grados mayores que ellos en la potencialidad de lo existente en la naturaleza del ser humano, incluso esta potencialidad tiene grados desde el átomo hasta el sol. De manera que descubrir estas potencialidades implica un movimiento y requiere una transacción definitivamente. Y el movimiento del resorte del progreso en esa transacción es por medio del esfuerzo, y el esfuerzo solo se da por la existencia de los demonios y las cosas dañinas, y si no fuera así, la estación del ser humano permanecería inmutable como los ángeles. Y en ese caso no habría en el género humano miles de clases que son como géneros, y ello sería dejar mil bienes para que no tuviera lugar un mal parcial, lo cual se contradice con la sabiduría y la justicia.

    Y en verdad la mayor parte de la gente aunque siga el camino del extravío a causa del Shaiṭán, lo más importante y lo valioso mira mayormente a la calidad y pocas veces mira a la cantidad o no la mira. Y al igual que una persona que tiene mil diez semillas, cuando hace de esas semillas manifestación de una reacción química bajo de la tierra y se echan a perder mil de ellas pero diez se convierten en árboles, el beneficio que producen esas diez semillas que se convirtieron en árboles hace que el perjuicio que produjeron las mil semillas que se echaron a perder disminuya hasta el grado de la inexistencia,

    del mismo modo el beneficio y el honor que llega al género humano de diez personas perfectas que honran a ese género y lo iluminan como las estrellas, por su lucha contra el ego y el Shaiṭán, elimina el perjuicio que provoca la gente del extravío, los más bajos del ser humano en un grado que se cuenta entre los géneros de los insectos, por su caer en el kufr, hasta el grado de la inexistencia y no lo muestra a la vista. Y por ello la misericordia, la sabiduría y la justicia divinas permiten la existencia del Shaiṭán y dan lugar a que los domine.

    Así pues ¡Oh gente de la fe! Vuestra armadura frente a estos enemigos acérrimos es el temor de Allah confeccionado en la fábrica del Corán. Y vuestra celada es la sunna del más noble Mensajero, al que Allah le dé Su gracia y paz, y vuestras armas son que os amparéis en la petición de refugio y la petición de perdón y la protección divina.

    La tercera indicación:

    Las enormes condenas, abundantes movilizaciones y fuertes amenazas del sabio Corán frente a la gente del extravío no son apropiados, según lo razonable aparentemente, a su elocuencia equilibrada y apropiada, y su moderación y corrección en su estilo, hasta el punto de que moviliza ejércitos ante un hombre incapaz y lo amenaza por un movimiento menor suyo como si hubiera cometido miles de crímenes y le da una posición como un socio abusivo y se queja de él, a pesar de que es insolvente y no tiene parte en el dominio. Así pues ¿Cuál es el secreto de este estado y su sabiduría?

    La respuesta es que su secreto y su sabiduría son que los demonios y sus secuaces, por el hecho de seguir el camino del extravío, pueden llevar a cabo muchos destrozos con un pequeño movimiento y con un diminuto acto provocan muchos daños a los derechos de muchas criaturas.

    Y al igual que un hombre en un gran buque mercante de un sultán con un pequeño movimiento incluso por dejar de hacer una pequeña tarea puede provocar la erradicación de los frutos del esfuerzo de todos los empleados que tienen relación con ese buque y la supresión de los resultados de sus acciones y el dueño de ese buque, su poderoso dueño, se queja con enormes quejas de ese desobediente en nombre de todos los súbditos que tienen relación con ese buque y lo amenaza con una amenaza terrible, y no considera su movimiento menor sino los resultados terribles de ese movimiento, y le paga con una recompensa temible, no en nombre de ese dueño poderoso, sino en nombre de los derechos de sus súbditos, del mismo modo la queja grandiosa de un Sultán que siempre existió y siempre existirá,

    acerca de la gente del extravío, que son el partido del Shaiṭán, que coexisten con la gente de la guía en el buque del globo terráqueo y Sus amenazas terribles para ellos y Sus movilizaciones importantes ante sus devastaciones, por su agresión contra los derechos de muchas criaturas y por causar la supresión de los resultados de las funciones elevadas, de entre las funciones de las cosas existentes, por su desobediencia y sus faltas menores externamente, son pura sabiduría en la esencia de la elocuencia y apropiada y acorde al máximo, sí como conforme a lo que requiere la situación, que es la definición de la elocuencia y su base, y exenta de la exageración que es el despilfarro de la palabra.

    Y es sabido que quien no se refugia en una fortaleza sólida fracasa ante estos enemigos acérrimos que causan muchos destrozos con poco movimiento.Así pues ¡Oh gente de la fe! Esa fortaleza celestial de acero es el Corán, entra en él y sálvate.

    {La indicación cuarta:}

    Los eruditos que indagan la verdad y la gente de develamiento están de acuerdo en que la inexistencia es mal absoluto y la existencia bien absoluto. Así es: El bien, las virtudes y las perfecciones se apoyan en la existencia y se remiten a ella en la absoluta mayoría de los casos, y su base es consistente y existencial, aunque sea negativa y no existente de forma. Y en verdad la base de todas las fealdades y su raíz, como es el caso del extravío y el mal, las desgracias, las desobediencias y las pruebas, es inexistencia y negación; y en verdad el mal y la fealdad que hay en ellas proviene de la inexistencia, y su base es inexistencia y negación, aunque se vea como consistente y existencial en la imagen exterior. Y también está comprobado por observación directa que algo como un edificio, su existencia se determina por la existencia de todas sus partes, mientras que su destrucción, su inexistencia y su ruina, tienen lugar por la ausencia de un fundamento suyo.

    Es decir que la existencia requiere una causa existente y se basa en una causa efectiva en cualquier caso. Y en cuanto a la inexistencia, cabe que se base en cosas pertenecientes a la inexistencia y se convierta en una cosa perteneciente a la inexistencia causa de una cosa inexistente.

    De manera que en base a estas dos reglas, los demonios de entre los humanos y los genios, a pesar de que ellos hacen efectos espantosos en cuanto a destrucción y toda clase de incredulidad y extravío, mal y calamidades en el universo, no tienen ni la medida de una pizca de intervención en hacer existir y crear, al igual que no tienen parte alguna en compartir la soberanía divina. Y no llevan a cabo esas cosas por capacidad ni fuerza, y aún más no existe la capacidad ni el acto en muchas de sus acciones, sino que es abandono e inercia, y hacen el mal por la ausencia de hacer el bien. Es decir: Existe el mal por la ausencia de su acto, porque las maldades y el mal pertenecen a los tipos de la destrucción y no es necesario que su causa sea una capacidad existente y un hacer existir activo sino que existen enormes devastaciones por un asunto relativo a la inexistencia y por el no cumplimiento de una condición simplemente.

    Y porque los Magos (los Zoroastrianos) no descubrieron este secreto creyeron que en el universo hay un creador del bien, cuyo nombre es Yaẓdan y un creador del mal cuyo nombre es Ahrimán, a pesar de que el dios del mal que ellos imaginan y al que denominan Ahrimán es el Shaiṭán conocido que causa los males con una parte de elección y con una adquisición, pero no creación.

    ¡Así pues, oh gente de la fe¡ La más importante de vuestras armas y vuestros instrumentos reparadores frente a estas destrucciones terribles de los demonios es el pedir perdón a Allah y refugiarse en Allah, sea ensalzado con las palabras: “Me refugio en Allah del Shaiṭán maldito” y vuestra fortaleza es la sublime sunna.

    {La indicación quinta}

    El hecho de que la gente de la fe sea vencida, a pesar de la existencia de esta cantidad de medios para la guía y la rectitud, frente a las intrigas del partido del Shaiṭán, débiles y feas, que no tienen recompensa, y a pesar de que Allah, sea ensalzado, guía a los seres humanos, los despierta, les hace recordar, les advierte y les anuncia buenas nuevas abundantemente, y les explica en los libros celestiales una enorme recompensa como el Jardín y un pago terrible como Ŷahannam, me hacía reflexionar mucho en un tiempo determinado que ¿cómo era posible, asombrosamente, no preocuparse por las advertencias de Allah, sea ensalzado, advertencias fuertes, habiendo fe?

    ¿Y cómo no desaparecía la fe? ¿Y cómo eran seducidos los seres humanos por las débiles intrigas del Shaiṭán, por el secreto de Sus palabras, sea ensalzado: {En verdad la artimaña del Shaiṭán es débil}, y desobedecían a Allah, sea ensalzado?

    Y esto hasta el punto de que uno de mis compañeros que había oído de mí cien clases de la verdad dándoles crédito de corazón y teniendo buena opinión y un vínculo extra conmigo, fue seducido por la atención de un hombre malicioso, sin corazón, una atención hipócrita sin valor, y llegó a un estado en el que lo elogiaba a él y me difamaba a mí. Y dije: ¡Gloria a Allah! ¿Cómo es posible que un ser humano pueda caer tan bajo? ¿Cómo puede haber un hombre tan carente de autenticidad? Y hablé mal de ese pobre en su ausencia y caí en el error.

    Luego se reveló la verdad mencionada en las indicaciones precedentes e iluminaron muchos de los puntos oscuros y supe-alabado sea Allah-por esa luz, que los estímulos del sabio Corán y sus enormes albricias están en el lugar idóneo completamente y que el hecho de que la gente de la fe sea engañada por las intrigas satánicas no forma parte de la falta de fe y su debilidad, y que quien comete las faltas graves no cae en la incredulidad, y que la doctrina de los mu’tazilíes y la doctrina de algunos jawariŷ se equivoca en su juicio de que el que comete las faltas graves es un incrédulo o está entre la incredulidad y la fe. Y el sacrificio de mi compañero, ese pobre, de cien lecciones de la verdad por la atención de un hombre, no es una gran caída y un descenso terrible como imaginé. Y entonces agradecí a Allah, sea ensalzado, y me salvé de esa maraña.

    Y ello porque el Shaiṭán arroja al hombre a peligros importantes por medio de un asunto perteneciente a la inexistencia, insignificante, como hemos dicho antes. Y así mismo el alma existente en el hombre presta atención al Shaiṭán siempre y las dos potencias, la relativa al apetito y la irascible, equivalen a dos instrumentos que transportan y reciben las intrigas del Shaiṭán.

    Y por esto Allah, sea ensalzado, se dirige a la gente de la fe con una manifestación superior por medio de dos nombres Suyos, como el Perdonador, el Compasivo, y aclara en el Corán sabio que lo más importante de Su beneficio a los Profetas es el perdón y los llama a pedir perdón y pone de manifiesto que Su misericordia que abarca todo el universo es el refugio y el resguardo, y ello es por medio de repetir la palabra: {En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo}, esa palabra bendita, al principio de cada sura y por el mandato de mencionarla en cada asunto bendito y por hacer de la palabra: {Me refugio en Allah del Shaiṭán maldito} una protección a través del mandato: {Busca refugio}.

    La sexta indicación:

    La más peligrosa intriga del Shaiṭán es que él hace confundir el imaginar la incredulidad con la confirmación de la incredulidad a alguna gente sensible de corazón simple y hace aparecer el concebir el extravío con la imagen de la confirmación del extravío, y muestra su imaginación como pensamientos horrendos en relación a personas sagradas y cosas venerables, y muestra la posibilidad esencial en la forma de la posibilidad racional y le da la forma de una duda que contradice la certeza que hay en la fe, de manera que ese hombre sensible imagina que cae en la incredulidad y el extravío y piensa que su certeza de fe desaparece y cae en la desesperación y se convierte, por esa desesperación, en objeto de burla del Shaiṭán, y el Shaiṭán usa su desesperación, su débil nervio y su mucha confusión, y o bien se vuelve loco o bien dice: Que sea lo que sea y sigue el extravío.

    Y la esencia de esta intriga satánica no tiene fundamento como hemos explicado en algunas partes de Risale-i Nur. Y aquí la vamos a tratar resumidamente: Al igual que la imagen de la víbora en el espejo no muerde, la semblanza del fuego no quema y el reflejo de la inmundicia no ensucia, del mismo modo los reflejos de los actos de incredulidad y asociar (copartícipes con Allah), las sombras del extravío y las imaginaciones de los dichos malos e insultantes, en el espejo de la imaginación o el pensamiento, no estropean la creencia ni cambian la fe ni menguan la cortesía del respeto.

    Porque la regla conocida es que la imaginación del insulto no es insulto, al igual que la imaginación de la incredulidad no es incredulidad, y el concebir el extravío no es extravío.

    En cuanto a la cuestión de la duda en la fe, las posibilidades que surgen de la posibilidad esencial no contradicen esa certeza ni la estropean, pues es parte de las reglas establecidas en la ciencia de los fundamentos de la Religión que la posibilidad esencial no contradice la certeza obtenida por conocimiento.

    اِنَّ ال۟اِم۟كَانَ الذَّاتِىَّ لَا يُنَافِى ال۟يَقٖينَ ال۟عِل۟مِىَّ

    Así pues, por ejemplo: Tenemos certeza de que el lago de Barla está lleno de agua a pesar de que es posible en su esencia que ese lago desaparezca en este momento y la desaparición es parte de las cosas posibles. Y puesto que esta posibilidad esencial no surge de un determinado signo,

    no es una posibilidad racional y se convierte en duda, porque la regla establecida también en la ciencia de los fundamentos de la Religión es que:

    “No se toma en consideración la posibilidad que no surge de un indicio”.

    Es decir: Una posibilidad esencial que no surge de un indicio determinado no es una posibilidad racional y provoca duda y carece de importancia. Así pues el hombre infortunado víctima de esta intriga satánica piensa que pierde por posibilidades esenciales semejantes su certeza en las realidades de la fe.

    Por ejemplo: Le vienen a la mente muchas de las posibilidades esenciales en relación al Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, en consideración a su humanidad, que no dañan la determinación de la fe y su certeza, sin embargo él piensa que la dañan y cae en el daño.

    También el Shaiṭán menciona a veces malas palabras en relación a Allah, sea ensalzado, en el lado de su susurro que está por encima del corazón y ese hombre piensa que su corazón se ha corrompido, puesto que dice tales cosas, y tiembla a pesar de que el hecho de que tiemble, tenga temor y no esté satisfecho con ello es una prueba de que esos dichos no salen de su corazón sino que vienen del susurro del Shaiṭán, o se mencionan o se imaginan de parte del Shaiṭán.

    Y también entre las sutilezas del ser humano hay una o dos sutilezas, que no especifico, que no obedecen a la elección y la voluntad y ni siquiera entran bajo la responsabilidad, y a veces pueden gobernar sin prestar atención a la verdad, y caen en asuntos falsos, y en ese momento el Shaitán le dicta a ese hombre: Tu propensión no está de acuerdo a la verdad y la fe y por ello cae así en asuntos falsos sin elección. Y entonces tu decreto juzga sobre ti la desgracia y ese hombre infortunado cae en la desesperación y se pierde.

    Así pues el refugio del creyente ante la primera intriga del Shaiṭán son las verdades de la fe y los juicios coránicos precisos cuyos límites han sido definidos por las reglas de los eruditos puros que indagan la verdad. Y frente a su última intriga es pedir refugio (en Allah) junto con no preocuparse de ella, puesto que siempre que se preocupe de ella atraerá la mirada meticulosa hacia ella y crecerá y se inflará. Y el antídoto y el remedio para heridas inmateriales similares del creyente es la sunna sublime.

    La indicación séptima:

    Una pregunta: Los imames de los mu’tazilíes, al considerar la creación del mal como mal, no atribuyen la creación de la incredulidad y el extravío a Allah, sea ensalzado, y es como si purificaran a Allah, sea ensalzado, de ello y siguen el extravío al afirmar que el ser humano es el creador de sus acciones.

    Y también afirman que un creyente que comete una falta de las graves pierde su fe, porque la fe en Allah y la creencia en Ŷahannam no se pueden juntar con hacer algo como esa acción grave. Pues quien se protege a sí mismo de todo lo que es contrario a la ley por temor a una cárcel menor en este mundo, si hace faltas graves sin importarle un castigo eterno de Ŷahannam ni el enojo del Creador, esto indica categóricamente la ausencia de su fe.

    La respuesta

    La respuesta a la primera mitad es que la creación del mal no es mal, sino que la adquisición del mal es mal, como se ha explicado en la epístola del Decreto, porque la creación y el hacer existir mira todos los resultados, y la existencia de mal puede ser un precedente para muchos resultados benéficos, de manera que la creación de ese mal sea un bien y se convierta en equivalente al bien teniendo en cuenta el resultado.

    Así pues, por ejemplo, el fuego tiene cien resultados benéficos, sin embargo algunos hacen del fuego un mal para ellos por su mala elección, pero no tienen derecho a decir: La creación del fuego es un mal.

    Del mismo modo la creación de los demonios tiene muchos resultados sabios como hacer que el ser humano se eleve. Así pues si pasa a ser vencido por los demonios por su mala elección y por su adquisición equivocada, no tiene el derecho de decir: La creación del Shaiṭán es un mal, sino que él lo ha hecho un mal para él por su adquisición. En efecto: La adquisición, por el hecho de ser una actuación particular, se convierte en una manifestación de un resultado maléfico específico y esa adquisición se convierte en mal, sin embargo el hacer existir, por el hecho de que mira a la generalidad de los resultados, el hacer existir el mal no es un mal sino que es un bien.

    Y los mu’tazilíes por el hecho de no comprender este secreto dicen: La creación del mal es mal y hacer existir lo feo es feo, y no atribuyen el hacer existir el mal a Allah, sea ensalzado, como algo impropio de Él, y entonces caen en el extravío y hacen una interpretación de un pilar de la fe que es la fe en el Decreto, su bien y su mal.

    En cuanto a la respuesta de la segunda mitad, que es su pregunta acerca de cómo es posible que el que comete una falta grave siga siendo creyente.

    En primer lugar se ha identificado su error de una manera irrefutable en las indicaciones precedentes y no hay necesidad de repetir.

    Y en segundo lugar: El alma del hombre prefiere un dírham de placer inmediato presente a un arrelde de placer aplazado ausente, al igual que se guarda del temor a una bofetada presente más que del castigo de un año en el futuro. Y también los sentimientos, cuando se sobreponen al ser humano, no prestan atención al juicio de la razón, y gobierna sobre él su deseo y su ilusión, de manera que prefiere el más pequeño placer presente, sin valor, a una compensación enorme en el futuro, y se guarda de una pequeña opresión presente más que de un tormento aplazado inmenso en el futuro, porque la ilusión, el deseo y lo sensorial no ven lo que tienen delante sino que lo niegan y cuando les ayuda el alma (el ego), se calla el corazón y la razón que son la sede de la fe y pasan a ser vencidos.

    De manera que cometer faltas graves no se produce por la pérdida de la fe, sino que se produce por el hecho de que la razón y el corazón son vencidos a causa de la supremacía de lo sensorial, el deseo y la ilusión.

    Y también el camino de las maldades y los apetitos por el hecho de ser destructivo, es sumamente fácil, como se ha sabido en las indicaciones precedentes, de manera que los demonios de entre los humanos y los genios conducen ipso facto al ser humano a ese camino. Y es asombroso que una luz eterna del mundo de la permanencia de la medida del ala de un mosquito, a la que no es equiparable todo lo que aprovecha un ser humano de este mundo en toda su vida en cuanto a placeres y dichas, según el texto del ḥadiz*(*[1]), y a pesar de ello algunos infortunados prefieren el placer de este mundo efímero, que es como el ala de un mosquito, a los placeres de ese mundo permanente que vale más que todo su mundo efímero y van detrás del Shaiṭán.

    Y por estos secretos, el Corán sabio ahuyenta del mal a los creyentes y los guía hacia el bien con amenazas y estímulos y con mucha repetición e insistencia.

    Y en verdad las orientaciones del sabio Corán, estas orientaciones severas y repetidas, me provocaron en un tiempo determinado el siguiente pensamiento: Los recordatorios y llamadas a despertar continuos en esta medida indican que los creyentes no tienen firmeza ni verdad y producen un estado que no es propio de la nobleza del ser humano. Y ello porque una sola orden que recibe un subordinado de su superior es suficiente para obedecerle, y si repite la misma orden diez veces ese subordinado se ofenderá mucho y dirá: Me acusas pero yo no soy un traidor. Si bien el Corán sabio ordena a los más sinceros de los creyentes repetidamente a modo de insistencia.

    Y cuando este pensamiento hería mi mente tenía dos o tres camaradas sinceros y los despertaba y les recordaba muchas veces para que no se dejaran seducir por las intrigas del Shaiṭán humano y no se ofendían ni decían: Nos estás acusando. Sin embargo yo decía en mi corazón: Yo enojo a estos con mis continuas advertencias y los acuso de falta de sinceridad y firmeza.

    Luego se descubrió ante mí, de repente, la verdad que se ha explicado y demostrado en las indicaciones precedentes y supe en ese momento esa verdad: Que el Corán sabio insiste de esa manera y con esas repeticiones en su lugar apropiado y de una manera sabia y adecuada a lo que la situación requiere, sin exceso y sin acusación, y que son la sabiduría misma y la pura elocuencia; y supe también el secreto de que esos compañeros míos sinceros no se ofendieran.

    Y la conclusión de esta verdad es: Que los demonios, por el hecho de conducir hacia el lado de la destrucción, cometen muchos males con poca acción. Y por ello los que siguen el camino de la verdad y la guía necesitan mucha precaución, una fuerte prevención, advertencias repetidas y muchas ayudas. Y por esta necesidad Allah, sea ensalzado, ofrece Su ayuda a la gente de la fe con mil y uno de Sus nombres, por medio de estas repeticiones, y extiende miles de manos de la misericordia a reforzarlos, de manera que no vulnera su nobleza sino que la protege ni rebaja el valor del ser humano como pequeño sino que muestra el mal del Shaiṭán como grande.

    Así pues ¡Oh gente de la verdad y oh gente de la guía! El medio de salvarse de lo que se ha mencionado, en cuanto a las intrigas de los demonios de los hombres y de los genios, es que hagáis de la doctrina de la gente de la verdad, que son la gente de la sunna y la comunidad, un paradero y entréis en la fortaleza de las aleyas precisas del Corán de elocuencia inimitable y hagáis de la sunna sublime una guía y encontréis la salvación.

    La octava indicación:

    Surge una pregunta: Habéis demostrado en las indicaciones precedentes que el camino del extravío por ser fácil, destrucción y exceso, la mayoría sigue ese camino, mientras que habéis demostrado con pruebas fehacientes en las demás partes de Risale-i Nur que el camino de la incredulidad y el extravío es difícil y complicado, de modo que lo suyo sería que nadie en absoluto entrara en él ni admitiera ser recorrido, y que el camino de la fe y la guía es fácil y claro siendo así que lo suyo sería que todos entraran en él.

    La respuesta es: Que la incredulidad y el extravío son de dos tipos. Uno de ellos, aunque es perteneciente a las acciones y secundario, es negación y rechazo de las reglas de la fe. De manera que este aspecto del extravío es fácil, ausencia de admitir la verdad, dejadez, inexistencia y ausencia de aceptación. Y este es el tipo que se explica en Risale-i Nur como fácil.

    En cuanto al tipo segundo: No es perteneciente a las acciones y secundario, sino que es un juicio dogmático y mental, y no es simplemente una negación de la fe, sino un recorrido hacia lo contrario de la fe y la apertura de un camino hacia ello. Es la aceptación de lo falso y la afirmación de lo contrario a la verdad. Y este tipo no es solo negación y refutación de la fe sino lo contrario de la fe y no es la ausencia de aceptación, que sería fácil, sino que es la aceptación de la inexistencia, que no se acepta sino a través de la afirmación de esa inexistencia. Y la afirmación de la inexistencia no es fácil absolutamente por la regla de que la inexistencia no se demuestra.

    De manera que este es el tipo de la incredulidad y el extravío que se ha explicado en Risale-i Nur como que es difícil y complicado en el grado de la imposibilidad, puesto que quien tiene una pizca de conciencia es preciso que no siga este camino. Y este camino además tiene dolores terribles y oscuridades angustiosas, de tal modo que quien tiene una pizca de intelecto no busca ese camino, como se ha demostrado fehacientemente en Risale-i Nur.

    Y si se dice: ¿Cómo es que la mayor parte de la gente sigue este camino tan complicado, oscuro y doloroso?

    La respuesta es: Ellos han caído en él y no pueden salir de él. Y además, las potencias vegetales y animales en el ser humano no ven el resultado final ni piensan en él y prevalecen sobre las facultades sutiles humanas, por ello no quieren salir de él y se consuelan con un placer efímero, presente.

    Una pregunta: Si se dice: En el extravío hay dolor y un temor horrible de modo que es necesario que el incrédulo no viva en absoluto y menos que disfrute de la vida, y aún más es preciso que perezca y revienten sus entrañas por ese dolor, porque el ser humano ve ante sus ojos siempre su muerte como una aniquilación eterna y una separación para siempre y ve la desaparición de las cosas existentes y la muerte de sus seres amados y todas las cosas que ama bajo la forma de la aniquilación eterna, y la separación sempiterna a causa de la incredulidad, ¿cómo puede vivir y disfrutar de la vida cuando él desea cosas ilimitadas y ama a la vida considerando la humanidad?

    La respuesta es: Que se engaña a sí mismo por medio de un sofisma satánico asombroso y piensa que él vive y se beneficia de un placer ficticio. Indicaremos la esencia de ese sofisma con un ejemplo bien conocido:

    Se dice que le dijeron a la avestruz: Tienes dos alas, vuela pues. Y entonces recogió sus alas y dijo: Soy un camello, y no voló. Pero cayó en la trampa de los cazadores y metió la cabeza bajo la arena para que no la vieran los cazadores a pesar de dejar fuera su voluminoso cuerpo convirtiéndolo en objetivo de los cazadores. Luego le dijeron: Si dices que eres un camello, lleva una carga, y en ese momento extendió sus alas y dijo: Soy un ave y se libró así de la penalidad de llevar carga, pero se convirtió en objetivo del ataque de los cazadores sin protector ni provisión.

    Del mismo modo exactamente, el incrédulo deja la incredulidad absoluta ante los anuncios coránicos celestiales y cae en una incredulidad escéptica, de manera que si se le dice: Tú conocías la muerte y la desaparición como una aniquilación eterna y ¿cómo es posible que viva y disfrute quien mira cada momento a la horca de la que va a ser colgado teniéndola frente a sí? Y dice ese hombre por una porción que ha tomado de la faz de la misericordia general del Corán y de su luz universal: En verdad la muerte no es aniquilación y existe la posibilidad de la permanencia. O mete la cabeza bajo la arena de la inadvertencia, como el avestruz, para que la hora final no lo vea ni lo mire la tumba ni la desaparición de las cosas le arroje la flecha.

    La conclusión: Cuando ve la muerte y la desaparición en el sentido de dejar de existir, por medio de esa incredulidad escéptica, las comunicaciones del Corán y los libros celestiales, esas comunicaciones definitivas referidas a la fe en la última vida, le dan una posibilidad de la permanencia, y ese incrédulo se aferra a esa posibilidad de manera que no se carga sobre él ese dolor aterrador como en el caso de la avestruz. Y en ese momento, si se le dice: Si se va a un mundo permanente es necesario soportar la contrariedad de las obligaciones religiosas para tener una buena vida en ese mundo.

    Dirá ese hombre en el sentido de la incredulidad escéptica: Quizás no exista ese mundo y si es así ¿por qué entonces habría de obrar para lo que no tiene existencia? Es decir: Cuando se libra de los dolores de la inexistencia eterna en el sentido de la posibilidad de la permanencia que produce ese juicio coránico, se dirige a él la contrariedad de las obligaciones religiosas y se aferra frente a ellas a la posibilidad de la incredulidad y se libra de esa contrariedad en el sentido de la posibilidad de la inexistencia que produce la incredulidad escéptica,

    y entonces piensa en consideración a este punto que se beneficia del placer en esta vida del mundo más que el creyente porque se libra de la contrariedad de las obligaciones religiosas por medio de la posibilidad relativa a la incredulidad y no se cargan sobre él los dolores eternos por la posibilidad relativa a la fe, a pesar de que el juicio de este sofisma satánico es superficial y temporal.

    Así pues el Corán sabio tiene un lado de misericordia en relación a los incrédulos también y salva la vida de este mundo en un grado determinado de ser un infierno para ellos y les da un tipo de escepticismo y viven con la duda.

    Porque si no, sufrirían el tormento de un infierno de significado, que recuerda el infierno de la última vida, en esta vida también y se verían forzados al suicidio.

    La novena indicación:

    Una pregunta: Se dice: ¿Por qué la gente de la guía que son el partido de Allah y a su cabeza los Profetas y a la cabeza de ellos el orgullo del mundo, que Allah le dé Su gracia y paz, son vencidos numerosas veces por la gente del extravío que son el partido del Shaiṭán, a pesar de que ellos obtuvieron tanta atención y misericordia divinas y el refuerzo del Glorioso?

    Y también ¿Por qué los hipócritas de Medina, que estaban cerca de la profecía del sello de los Profetas y al lado de su mensaje radiante como el sol y junto a su guía por medio del prodigio del Corán, cuyo efecto es como el gran elixir, y junto a las verdades coránicas que son una atracción más la ley de la gravedad general del universo, persistían en el extravío y no entraban en la guía? ¿Y cuál es la sabiduría de ello?

    Y la respuesta es: Para poder responder a esta pregunta tremenda, que tiene dos mitades, es preciso explicar un fundamento profundo

    que es que el Creador de este universo, el Creador Dueño de la majestad, tiene dos tipos de nombres: de belleza y de majestad. Y esos nombres de belleza y de majestad requieren la manifestación de sus leyes por medio de manifestaciones diversas, y por ello ese Creador Majestuoso mezcla los opuestos unos con otros en el universo y los hace contrapuestos y les da la posición del traspasar y el oponer resistencia y los convierte en la forma de una contienda beneficiosa sabia. Y de ahí hace que algunos contrarios traspasen los límites de otros, de manera que hace ocurrir entre ellos diferencias y cambios, y a través de ello hace que el universo siga la ley del cambio y la transformación y la regla del progreso y el perfeccionamiento. Y por eso trajo la ley de la contienda a la forma más asombrosa en el género humano que es un fruto exhaustivo de los frutos del árbol de la creación y abrió la puerta para una lucha que fuera el eje de todos los progresos humanos y le dio al partido del Shaiṭán algunos instrumentos para competir con ellos ante el partido de Allah.

    Y por este secreto sutil los Profetas fueron vencidos frente a la gente del extravío en muchas ocasiones y vencieron la gente del extravío, que son débiles e incapaces al máximo, y resistieron a la gente de la verdad que son fuertes en significado.

    Y el secreto de esta resistencia asombrosa y su sabiduría es que en la incredulidad y el extravío hay inexistencia y omisión fácil que no requiere movimiento y una destrucción fácil y sencilla que necesita poco movimiento y una transgresión que daña a la mayoría con poca acción y adquiere para ellos una determinada posición en el sentido de la intimidación y el de la tiranía. Y también la potencia vegetal y la animal en el ser humano que no ven las consecuencias y son seducidas por el placer del momento, tienen una codicia, un deleite y una libertad que apartan a las sutilezas humanas, como el intelecto y el corazón, de sus funciones humanas referidas a las consecuencias.

    En cuanto a la gente de la guía y a la cabeza de ellos, la gente de la profecía y al frente de ellos el amado del Señor de los mundos, el más noble Mensajero, al que Allah le dé Su gracia y paz, su camino sagrado tiene fundamentos importantes como el hecho de ser existencial y firme, constructivo, en movimiento, recto en los límites, reflexivo sobre las consecuencias, servidumbre, anulación del alma que ordena (el mal) y ruptura de su tiranía. Y por ello los hipócritas de ese tiempo en Medina al-Munawwara bajaron sus miradas, como el murciélago, frente a ese sol radiante y siguieron una fuerza resistente satánica frente a esa atracción enorme y permanecieron en el extravío.

    Y si se dice: El Mensajero más noble, al que Allah le dé Su gracia y paz, que era el amado del Señor de los mundos, que lo que tenía en su mano y en su lengua era verdad, que algunas de sus tropas eran ángeles y daba de beber a un ejército con un puñado de agua y daba de comer saciando a mil personas con cuatro puñados de trigo y la carne de un cabrito, que derrotaba al ejército de los incrédulos con la caída de un puñado de tierra en el ojo de cada incrédulo de un solo puñado arrojado a los ojos del ejército de los incrédulos, ¿cómo es posible que un general semejante de su Señor, poseedor de mil milagros como estos milagros, fuera vencido al final de la batalla de Uḥud y al principio de Ḥunain?

    La respuesta es: Que el Mensajero más noble, al que Allah le dé Su gracia y paz, fue enviado al género humano como ejemplo, modelo y guía para que ese género humano aprendiera de él las normas de la vida personal y social y se adecuaran a la obediencia de las leyes de la voluntad del Sabio, Dueño de la perfección, y adaptaran sus movimientos a las reglas de Su sabiduría. Y si el Mensajero más noble, al que Allah le dé Su gracia y paz, se hubiera apoyado en los milagros y prodigios siempre en su vida personal y social, no habría sido en ese momento un modelo absoluto y un guía mayor.

    Y por este secreto mostraba pocas veces los milagros, y lo hacía solamente por necesidad, para confirmar su causa y romper la negación de los negadores, y en los demás momentos obedecía los mandatos de Allah, sea ensalzado, más que cada uno, al igual que cuidaba las leyes de las normas de Allah fundamentadas con la sabiduría divina y la voluntad celestial y las obedecía más que ningún otro y vestía la armadura frente al enemigo y ordenaba que se pusieran a resguardo y sufría heridas y soportaba pruebas para mostrar su observancia y su obediencia a las leyes de la sabiduría divina y de la ley revelada natural mayor en el universo.

    La décima indicación:

    La intriga más importante de las intrigas de Iblis es que se hace negar por quienes le siguen. Vamos a decir algunas cosas frente a esta intriga del Shaiṭán, porque aquellos cuyas mentes se han contaminado en este tiempo, especialmente con la filosofía de los materialistas, muestran vacilación acerca de esta cuestión evidente, así pues decimos:

    Al igual que existe entre la gente, como se puede ver, espíritus malos encarnados que cumplen la función del Shaiṭán, del mismo modo la existencia de espíritus malos no encarnados de entre los genios es algo evidente en el mismo grado de evidencia. Y si se revistieran de cuerpos materiales se convertirían en esos mismos humanos malvados y si esos demonios humanos en la forma del ser humano pudieran desprenderse de sus cuerpos se convertirían en esos diablos de entre los genios. Incluso una doctrina falsa sostiene, en base a esta fuerte relación, que los espíritus malignos y malvados en la forma del ser humano se convierten en demonios después de morir.

    Y es sabido que algo superior, si se corrompe, se convierte en algo más corrupto que la cosa más baja. Así pues, por ejemplo: La leche y el cuajado cuando se estropean se pueden comer también mientras que la grasa de mantequilla cuando se altera no se puede comer y puede convertirse en algo venenoso. Del mismo modo el hombre, que es la más noble de las criaturas y la más elevada, si se pervierte se convierte en el más corrupto animal degenerado y disfruta con las maldades y se jacta de las cualidades de carácter corruptas en el fango del extravío, y se deleita con perjuicios y crímenes en las tinieblas de la injusticia, como insectos que se deleitan con el olor de sustancias podridas y como serpientes que se deleitan con envenenar y morder, como si ellos entraran en la esencia del Shaiṭán…La conclusión es que una prueba categórica de la existencia del shaiṭán de los genios es la existencia del shaiṭán humano.

    Y en segundo lugar: La existencia de los espirituales y los ángeles ha sido demostrada con cien pruebas categóricas en la Palabra Vigésimo Novena y todas esas pruebas demuestran la existencia de los shayaṭín (los demonios) también. Así que remitimos esta parte a esa Palabra.

    Y en tercer lugar: Al igual que la existencia de los ángeles, que son como supervisores y delegados de leyes en los asuntos benéficos en el universo, está demostrada por el consenso de todas las religiones, del mismo modo la existencia de los espíritus malvados demoníacos, que son representantes de asuntos del mal, los que los ejercen y un eje de leyes en esos asuntos, es categórica en la mirada de la sabiduría y la realidad. Incluso la existencia de un velo dotado de conciencia en los asuntos malignos es más necesaria, porque no todos ven la bondad verdadera en cada cosa.

    Y por ello el Creador majestuoso ha puesto una mediación externa como velo, para que el ser humano no se oponga a Allah, sea ensalzado, ni sospeche de Su misericordia, ni critique Su sabiduría, ni se queje de Él sin razón en el sentido del mal y la imperfección externos, para que dirija la oposición, la crítica y la queja a esos velos y no las dirija al Creador Generoso y Sabio Absoluto. Y al igual que ha puesto las enfermedades como un velo para librar a ‘Aẓraíl*(*[2]), sea con él la paz, del enojo de los siervos que mueren, del mismo modo ha hecho de ‘Aẓraíl un velo para el hecho de tomar los espíritus, para que no se dirigieran a Allah, sea ensalzado, las quejas de esos estados que se sospechan sin misericordia, como se ha mencionado al principio de la Palabra Vigésimo Segunda.

    Y del mismo modo la sabiduría divina implica con una implicación más categórica la existencia del Shaiṭán para que la oposición y la crítica surgida de los males y las maldades no se dirigieran al Creador, Majestuoso.

    Y en cuarto lugar: El mundo es un hombre grande al igual que el hombre es un mundo pequeño, de manera que ese hombre pequeño es un índice y un compendio de ese hombre grande, siendo así que los grandes originales de los modelos existentes en el hombre existen en el hombre mayor necesariamente.

    Así pues: Al igual que la existencia de la potencia de la memoria en el hombre es una prueba fehaciente de la existencia de la Tabla Protegida en el mundo, del mismo modo la potencia de la imaginación corruptora y la lengua demoníaca, que habla por su sugestión, y el instrumento del susurro llamado el trastorno demoníaco, en un rincón del corazón del hombre que cada uno atestigua en sí mismo por sensación e intuición, que se convierten en algo equivalente a un pequeño demonio y se mueven contrariamente a la elección de su dueño y en oposición a su voluntad, es una prueba categórica de la existencia de los grandes demonios en el mundo.

    Y esta sugestión demoníaca y potencia imaginativa, por ser oído y lengua, hacen sentir la existencia de una persona maligna externa que hace hablar a éste y sopla en aquel.

    La indicación undécima:

    El Corán Sabio declara de una manera prodigiosa que el universo se enoja por el mal de la gente del extravío, que los elementos universales se enfadan con ellos y que todas las cosas existentes se enfurecen por ellos. Y ello consiste en que explica y anuncia el ataque de los cielos y la Tierra con el diluvio caído sobre el pueblo de Nuḥ, el enfado del elemento del aire por la negación del pueblo de ‘Ad y Zamud, la ebullición del mar y el elemento del agua frente al pueblo de Fir’aún, la ira del elemento de la tierra frente a Qarún y la iracundia de Ŷahannam en la Última Vida frente a la gente de la incredulidad, por el secreto de Sus palabras, sea ensalzado:{a punto de reventar de ira} (Sura de la Soberanía, 8). Y explica el enfado de las demás cosas existentes frente a la gente de la incredulidad y el extravío y ahuyenta a la gente del extravío y la desobediencia de una manera a modo de prodigio y con un estilo aterrador.

    Una pregunta: ¿Por qué las acciones de la gente que no tiene valor y sus faltas que carecen de importancia atraen el enojo del universo de esta manera?

    La respuesta: La incredulidad y el extravío son una transgresión terrible y un delito relacionado con todas las cosas existentes, como ha quedado demostrado en algunas epístolas de Risale-i Nur y en las indicaciones precedentes, y ello es porque el mayor de los resultados de la creación del universo es la servidumbre del ser humano y su correspondencia por medio de la obediencia y la fe al señorío divino,

    además de que la gente de la incredulidad y el extravío rechazan con la negación que supone la incredulidad ese resultado inmenso que es la causa final de las cosas existentes y el motivo de su permanencia, de manera que ese tipo de transgresión es contra los derechos de la generalidad de las cosas creadas, al igual que su negación de las manifestaciones de los nombres divinos, que elevan el valor de las cosas existentes en el sentido de ser un espejo para ellas y una manifestación de sus manifestaciones en los espejos de todas las cosas existentes, es una adulteración frente a esos nombres sagrados, al igual que es un enorme menosprecio frente a esas cosas existentes al rebajar el valor de todas ellas.

    Y además cada una de todas las cosas existentes está en un rango de subordinado divino encargado de una función elevada y la negación rebaja su valor y la muestra en el rango de una criatura efímera, inerte, sin significado, de manera que eso es un tipo de menosprecio frente a los derechos de todas las cosas creadas. Así pues, los tipos del extravío según sus grados dañan poco o mucho por la sabiduría divina en la creación de los seres del universo y por los propósitos del Glorioso en la permanencia de este mundo. Y por ello los seres del universo se enfurecen con la gente de la desobediencia y con la gente del extravío y las cosas existentes se enojan con ellos y las criaturas sienten aversión hacia ellos.

    Así pues, ¡Oh hombre desdichado, pequeño de tamaño y cuerpo, grande en delito e injusticia, y enorme en defecto y falta! Si quieres librarte del enojo de los seres del universo, de la aversión de las criaturas y del enojo de las cosas existentes, el medio de librarse es entrar en el círculo sagrado del Sabio Corán y el seguir la sunna del más noble Mensajero, al que Allah le dé Su gracia y paz,. Así pues entra en él y síguela.

    {La indicación décimo segunda}

    Cuatro preguntas y respuestas.

    La primera pregunta:

    ¿Cómo puede haber un castigo sin límite y un infierno sin fin como justicia frente a faltas contadas en una vida limitada?

    La respuesta es: Ha quedado comprendido concluyentemente en las indicaciones precedentes, especialmente en la indicación undécima anterior a ésta, que el delito de la incredulidad y el extravío es un delito sin fin y una agresión contra derechos sin límite.

    La segunda pregunta:

    Se dice en la ley revelada que Ŷahannam es la recompensa de la acción, sin embargo el Jardín es un favor divino, cuál es su secreto y su sabiduría?

    La respuesta: Ha quedado claro en las indicaciones precedentes que el ser humano ocasiona destrucciones y males terribles por medio de dar forma a un asunto inexistente o dar realidad a un asunto hipotético con una parte de elección y una adquisición parcial en la que no hay creación, al igual que su alma y su deseo se inclinan siempre al mal y al daño. Y por eso ese hombre lleva la responsabilidad de las malas acciones que resultan del resultado de esa pequeña adquisición, porque su alma la buscó y él la causó, y el mal, por ser perteneciente a la inexistencia, el siervo se convierte en agente suyo pero Allah, sea ensalzado, es Quien lo creó, de manera que definitivamente merece un castigo sin fin por llevar la responsabilidad de ese delito ilimitado.


    En cuanto a las buenas acciones y los bienes, puesto que pertenecen a la existencia, la adquisición humana y la elección parcial no son una causa que las hace existir de manera que el ser humano no es en ellas agente verdadero y su alma que ordena (el mal) no se inclina a las buenas acciones sino que la misericordia divina las requiere y el poder divino las hace existir, y el ser humano simplemente las posee por la fe, la búsqueda y la intención. Y una vez que se convierte en poseedor de esas buenas acciones son un agradecimiento por dones divinos previos sin límite como la existencia y la fe, de entre los dones con los que ha sido favorecido en primer lugar, y esas buenas acciones miran los dones previos. Y en cuanto al Jardín que será concedido por la promesa divina, se concede por el favor del Misericordioso y es una compensación en lo externo y un favor en la realidad.

    De manera que la causa en las malas acciones es el alma que por sí misma merece la sanción. Y en el caso de las buenas acciones la causa procede de Allah, sea ensalzado, y el motivo procede de Él, y el ser humano simplemente las posee por la fe, y no le corresponde decir: Busco la compensación, sino que lo que puede decir es que: Espero Su favor.

    La tercera pregunta:

    Se ha sabido de las explicaciones precedentes que las malas acciones por su multiplicidad, por la propagación y la transgresión, lo suyo sería que se escribiera una sola mala acción como mil malas acciones, sin embargo la buena acción por ser no múltiple y no ser creación del siervo, ni por la búsqueda del alma, lo suyo sería que no se escribiera o que se escribiera como una, y entonces ¿Por qué se escribe la mala acción como una y la buena acción se escribe como diez y a veces como mil?

    La respuesta es: Que Allah, sea ensalzado, muestra de esa manera la perfección de Su misericordia y la belleza de Su cualidad de Compasivo.

    La cuarta pregunta:

    Es que el éxito con el que triunfa la gente del extravío, la fuerza que muestran y su victoria sobre la gente de la guía, indica que ellos se apoyan en una fuerza y una verdad, de manera que o bien hay debilidad en la gente de la guía o bien hay verdad en ellos.

    La respuesta es: ¡No! No hay verdad en ellos, ni hay debilidad en la gente de la verdad, ¡Lejos están de eso! Sin embargo algunos de la gente común, de visión corta y carentes de juicio, caen en la duda y sospechan y, lamentablemente, sobreviene la brecha en su creencia,

    porque dicen: Si hubiera en la gente de la verdad, verdad y realidad perfectas, lo suyo seria que no existiera la derrota y la humillación en este grado, porque la realidad es fuerte y la fuerza está en la verdad por la regla de dice que: “La verdad prevalece y nada prevalece sobre ella” esa regla básica. Y si la gente del extravío, ésos que vencen sobre la gente de la verdad, no tienen una fuerza verdadera y un punto de apoyo, lo suyo sería que no hubiera victoria y éxito en este grado.

    La respuesta: Es que en las indicaciones precedentes ha sido demostrado de una forma categórica que la victoria de la gente del extravío no surge de su fuerza y capacidad, ni ellos han encontrado un punto de apoyo, al igual que se ha demostrado también en las indicaciones precedentes, de una manera categórica, que el hecho de ser vencidos de la gente de la verdad no viene por una falta de fuerza y ausencia de verdad. E indicamos aquí algunas de las intrigas y armas que usan.

    Y ello es que yo por mí mismo he contemplado repetidas veces que diez por ciento de la gente de la corrupción vencían al noventa por ciento de la gente de la corrección, de manera que aproveché la perplejidad y reflexioné y supe categóricamente que esa fuerza no surgía de la fuerza y el poder sino que surgía de la corrupción, la bajeza y la destrucción, de aprovechar la discrepancia de la gente de la verdad, de suscitar la discrepancia entre ellos y usar sus puntos débiles e inocularlos, de provocar los instintos bajos del ego y los intereses personales, de emplear lo que hay en la naturaleza humana en cuanto a predisposiciones malvadas que equivalen a minas perjudiciales, de incitar el carácter tiránico del ego a modo de fingimiento en nombre de la notabilidad y la posición, y del temor de todos a sus insensibles destrucciones.

    De manera que vencen con similares intrigas satánicas a la gente de la verdad temporalmente, sin embargo esa victoria temporal es causa para que ellos se ganen Ŷahannam y la gente de la verdad el Paraíso. A pesar de que dicha victoria no tiene valor en virtud del secreto de Sus palabras: {Y el buen fin es para los que tienen temor (de Allah)} (Sura de las Alturas de Reconocimiento, 128) y por la regla de que “la verdad prevalece y nada prevalece sobre ella”. Y aquellos que carecen de poder son vistos en el extravío con poder, y aquéllos que carecen de valor ganan en él la fama.


    Y por eso entran personas vanidosas, con deseo de fama y de los que actúan con fingimiento para que los vean los demás, en un estado contrario a la gente de la verdad. Y ello para mostrar su poder, aunque sea con poca cosa, y para obtener una posición para ellos en el sentido de atemorizar y hacer daño, para ser vistos, atraer hacia ellos la mirada de la admiración y que se les atribuyan a ellos destrucciones que no causan por capacidad y poder sino por dejadez y desidia, para que se hable de ellos. Al igual que uno similar a estos, de entre los locos por la fama, que ensució la mezquita para que todos hablaran de él, y también se habló de él maldiciéndolo, de manera que el deseo por la fama le mostró esta fama maldita como algo bueno y se convirtió en algo proverbial.

    Así pues ¡Oh hombre infortunado, que ha sido creado para el mundo de la permanencia y está seducido por el mundo efímero! Medita y presta atención al secreto de la aleya: {Y no lloró por ellos el cielo ni la Tierra} (Sura del Humo, 29) y mira lo que dice. Dice, tal y como se entiende explícitamente, que los cielos y la Tierra que tiene conexión con el ser humano, no lloran por la muerte de la gente del extravío en sus exequias. Es decir: Se alegran de su muerte.

    Y declara por su sentido alusivo que los cielos y la Tierra lloran por la muerte de la gente de la guía en sus exequias y no se complacen por separarse de ellos, porque todos los seres del universo tienen relación con la gente de la fe y está contentos por ellos, porque los creyentes aman a los seres del universo y los respetan y aprecian su valor y no los menosprecian ni abrigan enemistad hacia ellos como la gente del extravío. Y ello es por su conocimiento del Creador del universo a través de la fe.

    Así pues ¡Oh hombre! Reflexiona y piensa que has de morir en cualquier caso, y si seguías al ego y al Shaiṭán, tus vecinos y aún más tus allegados se alegrarán por tu muerte por librarse de tu mal, y si seguías el Corán y al amado del Misericordioso y buscaste refugio en Allah del Shaiṭán maldito, en ese momento llorarán por ti los cielos y la Tierra y las cosas existentes en significado, afectados por separarse de ti en la medida de tu grado como lloran en relación al grado de cada uno, indicando que tendrás un buen recibimiento en relación a tu grado en el mundo de la permanencia al que entrarás por la puerta de la tumba con un funeral elevado y un gran entierro.

    La indicación décimo tercera:

    Tres puntos.

    El primero:

    La mayor intriga del Shaiṭán es que él engaña al hombre de mente estrecha, deficiente intelecto y corto pensamiento, en relación a la enorme importancia de las verdades de la fe y dice: “Se dice que un único Señor dirige todos los átomos y planetas, las estrellas y el resto de cosas existentes en todas sus situaciones y los rige en el régimen de su señorío”. ¿Y cómo se puede creer semejante cuestión enorme y sorprendente que no tiene límite y cómo puede aceptarla el pensamiento? Y despierta un sentimiento de negación en el lado de la incapacidad del hombre.

    La respuesta es: Que el secreto que acalla la intriga del Shaiṭán es la expresión: “Allah es más Grande” y su respuesta verdadera es también: “Allah es más Grande”. En efecto: La repetición de la expresión: “Allah es más Grande” con tanta abundancia en los ritos del Islam, es para eliminar esta intriga, porque la fuerza del ser humano incapaz, su débil poder y su débil pensamiento, sólo ven verdades inmensas sin límite como estas y las confirman, por la luz de “Allah es más Grande”, y llevan estas verdades por la fuerza de “Allah es más Grande” y caben en el círculo de “Allah es más Grande”, y le dice a su corazón que ha caído en el susurro: La administración de este universo y su dirección organizada se ve a simple vista. Y en esto hay dos caminos.

    El primer camino es posible, pero es inmenso y extraordinario, y algo como este efecto extraordinario y esta obra asombrosa no es sino por un camino muy asombroso, y ese camino es que sea por el señorío de un Señor Único y Absoluto y por Su voluntad y poder, de Cuya existencia hay testigos en el número de las cosas existentes y de los átomos.

    El segundo camino es el camino de asociar (copartícipes con Allah) y de la incredulidad, que no tiene ningún sentido de posibilidad en absoluto y es difícil en el grado de lo imposible y no es razonable en ningún sentido, porque en ese caso sería preciso que en cada cosa existente del universo, incluso en cada átomo de él, hubiera una divinidad absoluta, un conocimiento que todo lo abarcara y un poder ilimitado, para que existieran los grabados de la creación que se ven en las cosas existentes a simple vista, esos grabados perfectos, adornados con orden y organización al máximo grado con la distinción y la balanza de precisión al máximo grado, tal y como ha sido demostrado categóricamente en muchas de las epístolas de Risale-i Nur, como la Palabra vigésimo segunda y el Escrito vigésimo.

    La conclusión es: Que si no hubiera un señorío dotado de grandiosidad y grandeza que fuera apropiado perfectamente y ocurriera en su lugar por completo, entonces sería necesario seguir un camino imposible irracional en todos los sentidos. Y el Shaiṭán tampoco puede encargar entrar en lo imposible por medio de huir de la grandeza adecuada y necesaria.

    El punto segundo:

    Una intriga importante de las intrigas del Shaiṭán es que él no deja al hombre que reconozca su negligencia para que cierre delante de él la puerta del buscar refugio (en Allah) y pedir perdón, y así provoca el engaño del alma humana para defender al alma de ello como un abogado, como si se pusiera a sí misma por encima de las imperfecciones.

    En efecto: Un alma que presta atención al Shaiṭán no quiere ver su negligencia y si la viera, le daría mil interpretaciones, y el ser humano por su mirarse a sí mismo (a su alma y a su ego) con la mirada de la complacencia no ve sus defectos por el secreto de las palabras*: “El ojo del contentamiento no es agudo para las faltas”. Y puesto que no ve sus faltas, no las reconoce y no pide perdón por ellas ni busca refugio en Allah de ellas, y se convierte en el hazmerreír del Shaiṭán. Y si un Profeta de elevada condición como Yusuf, sea con él la paz, dijo: {Y no digo que mi alma sea inocente, en verdad el alma ordena con insistencia el mal, excepto cuando mi Señor tiene compasión} (Sura de Yusuf, 53) ¿Cómo se puede estar a salvo del ego?

    Así pues quien sospecha de sí mismo ve sus defectos y quien reconoce sus defectos pide perdón, y quien pide perdón busca refugio en Allah, y quien busca refugio se libra del mal del Shaiṭán. Y en verdad el no ver su propia negligencia es más grave que la negligencia en sí, y el no reconocer su negligencia es un gran defecto. Y si ve su negligencia, esa negligencia deja de ser negligencia y si la reconoce merece el perdón.

    El punto tercero:

    Una intriga satánica que corrompe la vida social es que una sola de las malas acciones de un creyente tape todas sus buenas acciones. De manera que los intransigentes que escuchan la intriga del Shaiṭán son hostiles a este creyente a pesar de que Allah, sea ensalzado, cuando pese las acciones de los que tienen la responsabilidad en Su balanza mayor con justicia absoluta, en el Día de la Resurrección, juzgará según haya más o haya menos, buenas acciones y malas acciones. Y además Él, sea ensalzado, a veces tapa muchas de sus faltas por una sola buena acción, porque las causas de las malas acciones son muchas y su existencia fácil. Así pues, es necesario tratar en este mundo en concordancia con esta justicia divina, de manera que si las buenas obras de una persona superan a las malas en cantidad o cualidad, esa persona merecerá el amor y el respeto, incluso será preciso mirar muchas de sus malas acciones con el ojo del perdón por una sola buena acción valiosa, a pesar de que el ser humano olvida cien buenas acciones de una persona por una sola mala acción por el dictado del Shaiṭán y por la vena de injusticia que hay en su naturaleza.

    Y entonces es hostil con su hermano creyente y cae en las faltas. Y al igual que el ala de un mosquito si se pone delante de la vista tapa una montaña entera e impide que se vea, del mismo modo el ser humano tapa las buenas acciones como una montaña y las olvida por una sola mala acción de la medida de un ala de mosquito, por la vena del interés, y es hostil con su hermano creyente y se convierte en un instrumento de corrupción en la vida de la sociedad.

    Y el Shaitán corrompe la integridad del pensamiento con otra de sus intrigas que se parece a esta intriga y corrompe con ella la corrección del juicio ante las verdades de la fe y perturba la rectitud.

    Y consiste en que quiere invalidar el juicio de cien pruebas firmes referidas a una verdad de fe con una señal que indica su negación a pesar de que un axioma establecido dice que una sola prueba prevalece sobre muchas negaciones y el juicio de un testigo fehaciente de una afirmación se convierte en algo que prevalece sobre cien negaciones. Así pues, mira esta verdad con este ejemplo:

    Un palacio determinado tiene cien puertas cerradas y es posible entrar en él abriendo una sola puerta, y se abren todas las puertas y cuando están todas las puertas abiertas y se cierran una o dos puertas, no se dice que no se puede entrar en ese palacio.

    Así es, y las verdades de la fe son ese palacio y cada prueba es una llave que las demuestra y abre su puerta, y porque quede una sola puerta cerrada, no se niegan esas verdades ni se objetan. En cuanto al Shaiṭán, muestra una puerta que permanece cerrada y ello en base a algunas causas, bien por medio de la inadvertencia o por causa de la ignorancia, y elimina todas las pruebas firmes de la mirada de la consideración y lo engaña y dice: No es posible entrar en este palacio, ni siquiera es un palacio y no hay nada en él.

    Así pues ¡Oh hombre puesto a prueba por las intrigas del Shaiṭán! Si quieres la integridad de la vida de la Religión, la personal y la social, y quieres la salud del pensamiento, la corrección de la mirada y la integridad del corazón, mide tus acciones y tus pensamientos con la balanza de los juicios precisos del Corán y con la báscula de la sunna sublime, y haz del Corán y de la sunna una prueba en tu favor y di: {Me refugio en Allah del Shaiṭán} y vuélvete a Allah siempre.

    Así es, y estas trece indicaciones son trece llaves, abre pues con estas trece llaves la puerta de esta fortaleza sólida e inexpugnable de la sura de los Hombres que es la última sura del Corán de inimitable elocuencia y que es la mina de la frase: {me refugio en Allah del Shaiṭán}


    Busco refugio en Allah {En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.}

    Di: {Me refugio en el Señor de los hombres, el Rey de los hombres, el Dios de los hombres, del daño del murmurador furtivo, que murmura en los pechos de los hombres de entre los genios y los hombres.}

    y su explicación detallada y entra en ella y queda a salvo.

    {¡Gloria a Ti, no tenemos más conocimiento que el que Tú nos has enseñado, en verdad Tú eres el Conocedor, el Sabio!}

    {¡Señor mío! Me refugio en Ti de los susurros de los demonios y me refugio en Ti, Señor, de que se hagan presentes.}



    El Décimo Segundo Destello ⇐ | Destellos | ⇒ El Decimocuarta Destello

    1. *[Alusión al hadiz profético: “Si este mundo valiera para Allah el peso de un ala de mosquito, el incrédulo no tomaría de él ni un trago de agua”. Lo transmitió at-Tirmidhi.]
    2. *[El ángel de la muerte.]