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("y la primera herida: Es que Shaiṭán primero arroja la duda en el corazón. Si el corazón no la acepta, pasa de la duda al agravio. Representa ante la imaginación algunos recuerdos sucios y estados desagradables y feos que se asemejan al agravio, y hace que el corazón hable y diga: ¡Ay! y lo hace caer en la desesperación; de manera que la persona que sufre de obsesión cree que su corazón cae en la mala cortesía ante su Señor y siente una terri..." içeriğiyle yeni sayfa oluşturdu) |
(" ¡Mira, oh ser humano desdichado que sufres de obsesión! ¡No temas! Porque lo que viene a tu mente no es un agravio, sino algo imaginario. Y así como imaginar la incredulidad no es incredulidad, imaginar agravio tampoco es agravio. Según la lógica, la imaginación no es un juicio, y el agravio es un juicio. Además, esas feas palabras no son las palabras de tu corazón, porque tu corazón está entristecido y apenado por ellas. Más bien provienen..." içeriğiyle yeni sayfa oluşturdu) |
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119. satır: | 119. satır: | ||
y la primera herida: Es que Shaiṭán primero arroja la duda en el corazón. Si el corazón no la acepta, pasa de la duda al agravio. Representa ante la imaginación algunos recuerdos sucios y estados desagradables y feos que se asemejan al agravio, y hace que el corazón hable y diga: ¡Ay! y lo hace caer en la desesperación; de manera que la persona que sufre de obsesión cree que su corazón cae en la mala cortesía ante su Señor y siente una terrible agitación y ansiedad; siendo así que, para salvarse de ese estado, huye de la presencia divina y quiere sumirse en la inadvertencia | y la primera herida: Es que Shaiṭán primero arroja la duda en el corazón. Si el corazón no la acepta, pasa de la duda al agravio. Representa ante la imaginación algunos recuerdos sucios y estados desagradables y feos que se asemejan al agravio, y hace que el corazón hable y diga: ¡Ay! y lo hace caer en la desesperación; de manera que la persona que sufre de obsesión cree que su corazón cae en la mala cortesía ante su Señor y siente una terrible agitación y ansiedad; siendo así que, para salvarse de ese estado, huye de la presencia divina y quiere sumirse en la inadvertencia | ||
'''Y el ungüento de esta herida es éste:''' | |||
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¡Mira, oh ser humano desdichado que sufres de obsesión! ¡No temas! Porque lo que viene a tu mente no es un agravio, sino algo imaginario. Y así como imaginar la incredulidad no es incredulidad, imaginar agravio tampoco es agravio. Según la lógica, la imaginación no es un juicio, y el agravio es un juicio. Además, esas feas palabras no son las palabras de tu corazón, porque tu corazón está entristecido y apenado por ellas. Más bien provienen del pensamiento satánico cercano al corazón. Y en verdad el daño de la obsesión es imaginar el daño. Es decir, es sufrir daño en el corazón por imaginar que es daño. Porque es imaginar una imaginación sin juicio de verdad. Y hace de la obra de Shaiṭán la riqueza de su corazón y cree que sus palabras vienen de él de manera que alcanza el daño y cae en el daño. Y eso es lo que quiere Shaiṭán… | |||
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