LA VIGÉSIMO SEGUNDA PALABRA

    Risale-i Nur Tercümeleri sitesinden
    Bu sayfa Yirmi İkinci Söz sayfasının çevrilmiş sürümü ve çeviri %99 tamamlandı.
    Eski çeviriler bu şekilde işaretlenir.

    (Esta palabra consiste en dos estaciones)

    Primera estación

    En el Nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.

    {Y Allah pone parábolas a los hombres, para que así recapaciten.} (Azora de Ibrahim, 25) {Y esas son las semejanzas que ponemos a los hombres para que así reflexionen.} (Azora de la Concentración, 21).

    En cierta ocasión, dos hombres estaban bañándose en un estanque. Bajo una influencia superior perdieron el conocimiento y cuando abrieron los ojos, vieron que habían sido llevados a un mundo asombroso que era como un reino si se miraba en un sentido y como una ciudad organizada si se miraba en otro sentido y un palacio que contenía un mundo colosal al máximo si se miraba en otro sentido. Viajando alrededor de este asombroso mundo vieron que había un tipo de criaturas que hablaban con una clase de lenguaje, pero estos dos no entendían su lenguaje. Sin embargo, por sus señales comprendieron que cumplían trabajos importantes y llevaban a cabo tareas dotadas de importancia.

    Y uno de esos dos hombres le dijo a su compañero: Este sorprendente mundo debe tener alguien que lo regule, este reino ordenado debe tener un rey, esta perfecta ciudad, un propietario y este hermoso palacio, un hacedor. Debemos esforzarnos por conocerlo, pues se entiende que él fue el que nos trajo aquí. Y si no lo reconocemos, ¿quién nos asistirá? ¿Qué podemos esperar de estas criaturas impotentes cuyo lenguaje desconocemos y que no nos prestan atención? Y además, seguramente, quien hace un vasto mundo a imagen de un reino, a modo de una ciudad y en la forma de un palacio, y lo llena de principio a fin con cosas maravillosas, y lo adorna con toda clase de ornamentos y lo engalana con prodigios que indican una lección, no hay duda de que quiere algo de nosotros y de los que vienen aquí. Así pues, conozcámoslo y es necesario que sepamos lo que busca.

    Y dijo el otro hombre: No creo que exista un hacedor como este del que hablas y que gobierne él solo todo este mundo.

    Y su compañero le contestó: Si no lo reconocemos y permanecemos indiferentes hacia él, no hay beneficio en ello en absoluto, y si tiene algún daño, será inmenso. Pero si nos esforzamos en reconocerlo, su dificultad será muy ligera y, si tiene beneficio, será muy grande; por lo tanto, permanecer indiferente hacia él, no forma parte de la sensatez en absoluto.

    Y dijo aquel insensato: Considero que toda mi tranquilidad y placer residen en no pensar en él. Además, no voy a preocuparme por cosas que escapan a mi intelecto. Todas estas acciones son acciones repentinas y acciones confusas sin orden, suceden por sí mismas. ¿Qué tengo yo que ver con ellas?

    Y le dijo su compañero sensato: Esta obstinación tuya me arrojará también, y a muchos otros, al desastre; pues a veces ocurre que un reino es arrasado por culpa de alguien desobediente de mala educación.

    Entonces aquel insensato volvió y dijo también: O me demuestras categóricamente que este gran reino tiene un solo rey y un solo hacedor, o déjame en paz.

    Y le dijo su compañero respondiéndole: Puesto que tu obstinación ha llegado al grado de la locura, y nos haces, y aún más al país, ser censurados con fuerza, a causa de esa obstinación, te explicaré con doce pruebas que este mundo, que es como un palacio, y este reino, que es como una ciudad tienen un Único Hacedor y que es sólo Él quien dirige y administra todo. Él está completamente libre de toda deficiencia. Este Hacedor, que no se nos aparece, nos ve a nosotros y a todo, y escucha nuestras palabras. Todas Sus obras son milagros y maravillas. Todas estas criaturas que vemos, pero cuyas lenguas no entendemos son Sus empleados.

    La Primera Prueba:

    Ven y mira a todos lados y reflexiona acerca de cada cosa. Una mano escondida trabaja dentro de todas estas obras. Porque algo que no tiene ni un gramo de fuerza, algo tan pequeño como una semilla*(*[1]), está levantando una carga de miles de libras. Y algo que no tiene ni siquiera una partícula de conciencia*(*[2]) está realizando obras extremadamente sabias. Eso significa que no están trabajando por sí mismos, sino que un poseedor oculto de poder les hace trabajar. Si fueran independientes, sería necesario que todas las obras que vemos por todas partes en esta tierra fueran milagros y todo fuera una maravilla. Y eso no es sino un sofisma.

    La segunda prueba:

    Ven, mira atentamente estas cosas que adornan todas estos páramos, campos y moradas. En cada una de ellas, hay asuntos que hablan de ese Dueño Escondido. Como si cada una de ellas fuera un sello o una estampilla que da noticias de ese Dueño oculto. Mira delante de tus ojos: ¿Qué hace Él de una onza de algodón?*(*[3]) Y mira cuántos rollos de paño fino, lino y tela floreada han salido de ella. Y mira cuántos dulces y cuántos rellenos dulces redondos se han hecho de ella. Si miles de personas como nosotros se vistieran con ellos y los comieran, tendrían suficiente. ¡Y mira! Ha cogido un puñado de hierro, agua, tierra, carbón, cobre, plata y oro, y ha hecho algo de carne*(*[4])de ellos. ¡Míralo y verás! ¡Oh insensato! Estas obras son propias de Alguien tal que todo este reino con todas sus partes está bajo Su poder prodigioso y se dirige a todas Sus demandas.

    La tercera prueba:

    ¡Ven y mira estas obras suyas insólitas que se mueven!*(*[5]) Cada una ha sido modelada de tal manera que es simplemente una muestra en miniatura del enorme palacio. Todo lo que hay en el palacio se encuentra en estos pequeños mecanismos móviles. ¿Es posible que alguien, aparte del hacedor del palacio haya insertado el maravilloso palacio en un mecanismo diminuto? ¿Y es posible además que un mecanismo del tamaño de una caja contenga un mundo entero y haya algo en él que no tenga propósito o que pueda atribuirse al azar? Entonces todos los mecanismos insólitos que tu ojo ve equivalen a sellos de ese Dueño Oculto, incluso equivalen a los indicios y anuncios, y dicen con la lengua de su situación: Somos la obra de Uno que puede hacer todo este mundo nuestro del mismo modo que nos creó de la nada con facilidad.

    La cuarta prueba:

    ¡Oh, mi obstinado compañero! Ven, te mostraré algo aún más asombroso. ¡Mira! Todas estas obras y cosas en este reino están cambiando y no permanecen en un mismo estado. De manera que reflexiona, pues estos cuerpos inertes y estas cajas que no pueden percibir, que contemplamos, han tomado la forma de un gobernante absoluto. Y cada cosa gobierna sobre todas las cosas normalmente. Así pues, mira los aparatos que tenemos*(*[6]) es como si dieran órdenes; todas las necesidades y sustancias necesarias para su adorno y funcionamiento vienen apresuradamente hacia ellos desde lugares distantes. Mira allí, pues ciertamente ese cuerpo inconsciente*(*[7]) parece que hace una alusión determinada y hace que un cuerpo más grande le sirva y lo utiliza en sus trabajos. Y mide el resto de las cosas con esta medida. Pues cada cosa subyuga normalmente a todos los seres de este mundo.

    De manera que, si no aceptas la existencia de ese Dueño que no está a la vista, basarás en esas cosas todos los vestigios de ese Dueño, así como sus artes y sus perfecciones una por una en las piedras de este reino y en su tierra, sus animales y en las criaturas que se asemejan al ser humano, de manera que se haría necesario que hubiera millones de semejantes a él, obradores de milagros, opuestos, similares, entrelazados, en lugar de un Único Señor Inimitable que tu intelecto excluye y que no estropeara este orden y que no cambiara el mundo.

    Y el caso es que este reino inmenso si se mezclan con él dos dedos, ellos corromperán. ¿Y cómo sería si existieran juntos gobernantes absolutos sin límite?

    La quinta prueba:

    ¡Oh compañero escéptico! Ven, mira atentamente las inscripciones de este vasto palacio, mira todos los adornos de la ciudad, mira el ordenamiento de todo este reino, y reflexiona sobre todas las obras de arte de este mundo. Y mira: Si estas inscripciones no son obra de la pluma de Uno Oculto, que posee infinitos prodigios y habilidades, y se atribuyen a causas inconscientes, a la ciega casualidad y a la sorda naturaleza, entonces cada piedra y cada planta de este reino es un grabador tan portentoso que puede escribir mil libros en cada letra e incluir millones de obras de arte en una sola inscripción. Porque mira la inscripción en estas piedras*(*[8]), en cada una están las inscripciones de todo el palacio, y las leyes que ordenan todo el pueblo, y los programas para organizar todo el reino. Eso significa que es tan maravilloso hacer estas inscripciones como hacer todo el reino. En cuyo caso, todas las inscripciones, todas las obras de arte, son proclamaciones de Ese Oculto, y sellos Suyos.

    Puesto que una carta no puede existir sin mostrar a quien la escribió, y una inscripción artística no puede existir sin dar a conocer a su autor, ¿cómo es que un autor que escribe un libro inmenso en una sola letra e inscribe mil inscripciones en una sola inscripción, no sea conocido por su escritura y por su inscripción?

    La sexta prueba:

    Ven, salgamos a este vasta llanura .*(*[9]) En ella hay una alta montaña a cuya cima subiremos para poder ver todos sus confines. Llevaremos con nosotros un buen par de prismáticos que nos permitan verlo todo de cerca, pues en este reino asombroso suceden cosas asombrosas. Cada hora suceden cosas que no podríamos imaginar. ¡Mira! Estas montañas, llanuras y ciudades están cambiando de repente. ¿Y cómo cambian? De tal manera que millones de cosas están cambiando de una manera más regulada y ordenada una dentro de la otra. Se están produciendo transformaciones verdaderamente maravillosas. como si millones de telas diferentes se tejieran unas dentro de otras. ¡Mira¡: Estas cosas floridas que conocemos y con las que estamos familiarizados están desapareciendo y otras han venido en su lugar en forma ordenada que se asemejan a ellas en la naturaleza, pero son diferentes en forma. Es como si esta llanura y las montañas fueran páginas en las que se escribieran cientos de miles de libros diferentes. Y se escribieran de forma impecable y sin defectos. De manera que es cien veces imposible que estas acciones hayan surgido por sí mismas…

    En efecto: Estas obras que están hábil y cuidadosamente diseñadas hasta el infinito... es mil veces imposible que se hayan producido por sí solas, pues más que a sí mismas, muestran al Artista que las creó. Además, el que hizo esto muestra tales milagros que nada en absoluto podría ser difícil para Él. Es tan fácil para Él escribir mil libros como escribir uno solo. Mira a tu alrededor: Él pone todo en su lugar con perfecta sabiduría, y derrama generosamente sobre cada uno favores apropiados para ellos, y descorre y abre los velos generales y puertas tan generosamente que los deseos de todos quedan satisfechos. Y pone las mesas tan generosamente que un festín de generosidades se da a todas las personas y animales de esta Tierra; cada grupo e individuo recibe uno particular y adecuado para él, incluso específico para cada individuo de ella con su nombre y particularidad.

    Así pues, ¿hay algo más imposible en el mundo que haya algo atribuible al azar en estos asuntos que vemos, o que entre estos asuntos que vemos haya algo sin propósito o en vano, o que muchas manos interfirieran en ellos, o que su Creador no sea capaz de todo, o que todo no esté sometido a Él? ¡Así pues, compañero!, encuentra una objeción frente a esto, si puedes.

    La séptima prueba:

    ¡Vamos, compañero! Ahora dejaremos estos asuntos particulares y reflexionaremos acerca de las posiciones contrapuestas de entre las posiciones de las partes de este asombroso mundo en forma de palacio. Así pues ¡mira! En este mundo se realizan obras universales y se producen revoluciones generales con tal orden que todas las rocas, la tierra, los árboles, todo en este palacio, observan los sistemas universales del mundo, y se ajustan a ellos como si cada uno actuara con voluntad. Las cosas que están distantes se apresuran a ayudarse mutuamente.

    Ahora mira, ha aparecido una asombrosa caravana que viene de lo oculto*(*[10]) Los animales de montura que la componen se asemejan a árboles, plantas y montañas. Cada uno lleva una bandeja de provisiones en la cabeza. Y mira, traen las provisiones para los diversos animales que les esperan en este lado. Y mira, la poderosa lámpara eléctrica*(*[11]) en esa cúpula les proporciona luz y cocina todos sus alimentos bien y los alimentos cocinados se cuelgan de un hilo*(*[12]) y son colocados a su lado por una mano invisible. Y mira este lado también a estos desdichados, débiles e impotentes animalitos; cómo delante de sus cabezas están atadas dos pequeños odres*(*[13]) llenos de delicado sustento, como dos manantiales. A esas criaturas impotentes les basta simplemente con pegar la boca a ellos.

    En resumen: Así como todas las cosas del mundo se miran unas a otras, del mismo modo se ayudan mutuamente. Y así como se ven unas a otras, del mismo modo cooperan entre sí. Y así como se perfeccionan mutuamente en sus obras, así también se apoyan mutuamente; trabajan juntas, hombro con hombro. Haz analogías con esto para todo; son incontables.

    Así, todas estas cosas demuestran tan categóricamente como que dos más dos son cuatro que todo está subyugado al Hacedor de este maravilloso palacio, es decir, al Dueño de este asombroso mundo. Todo es como un soldado a sus órdenes. Toda cosa gira por Su fuerza. Todo se mueve por Su mandato. Todo está en orden por Su sabiduría. Todo ayuda a los demás a través de Su generosidad. Todo se apresura a socorrer a los demás a través de Su misericordia… Ahora, compañero mío: ¡di algo contra esto si puedes!

    La octava prueba:

    ¡Ven, compañero insensato que se cree a sí mismo sensato como yo mismo! No quieres reconocer al Dueño de este magnífico palacio, pero el caso es que todo Lo indica, Lo señala, Lo atestigua. ¿Cómo puedes negar el testimonio de todas estas cosas? Así pues, niega el palacio también, y di:

    No hay mundo, no hay reino. Y niégate a ti mismo también y sal del terreno. O lleva tu intelecto a tu cabeza… Ahora, mira: Hay elementos y minerales coordinados, existentes dentro de este palacio y rodeando el reino*(*[14]). Simplemente, todo lo que aparece en el reino está hecho de esos elementos. Es decir, a quienquiera que pertenezcan esas cosas, todo lo que está hecho de ellas también es suyo. A quien pertenezca el campo, las cosechas también son suyas. Y a quien pertenezca el mar, las cosas que hay en él son también suyas.

    Y mira, estos textiles, estos materiales tejidos decorados, se están haciendo de una única sustancia. Es evidentemente la misma persona que trae la sustancia, la prepara... y la convierte en hilo. Porque un trabajo así no permitiría la participación de otros. En tal caso, todas las cosas tejidas y hábilmente hechas le son propias. Y mira: Todo tipo de estos productos tejidos y manufacturados se encuentra en todas partes de del reino; se han extendido junto con todos sus congéneres, y se están fabricando y tejiendo juntos y uno dentro del otro, de la misma manera, en el mismo instante. Esto significa que son obra de la misma persona y del mismo acto por medio de un mando único, de lo contrario su correspondencia y conformidad en el mismo instante, de la misma manera sería imposible. En cuyo caso, cada una de estas cosas hábilmente modeladas son como una proclamación de Aquel Oculto que le señala.

    Como si cada clase de material florido, cada máquina ingeniosa, cada dulce bocado, es un sello de esa persona que muestra milagros. Un sello suyo, una marca, una decoración; cada uno dice a través de la lengua de la situación: “Sea de quien sea la obra de arte que soy, las cajas y tiendas donde me encuentro son también de su propiedad”. Cada inscripción dice: “Quien me tejió también tejió el rollo de tela del que del que formo parte”. Cada dulce bocado dice: “Quien me hace y me cocina, el recipiente en el que estoy también es suyo”. Y cada aparato dice: “Quien me hizo, también hace a todos los que como yo se han esparcido por la Tierra, y el que nos cría en cada parte de ella, también es Él. Eso significa que Él también es el Dueño del reino. En cuyo caso, quienquiera que sea el Dueño de todo este reino y palacio, también puede ser nuestro Dueño”. Por ejemplo, para ser el verdadero propietario de una sola cartuchera o incluso un botón perteneciente al gobierno, también hay que ser propietario de todas las fábricas en las que se fabrican. Si un soldado irregular fanfarrón afirma lo contrario, se le dirá: “Son propiedad del gobierno”. Y se la quitarán, y será castigado.

    En resumen: Así como los elementos de este reino son materiales que rodean el país, y Su Dueño sólo puede ser Uno, que es Dueño también de todo el reino, de la misma manera, ya que las obras que están esparcidas por él se parecen entre sí y muestran un único sello, demuestran que son la obra de una Sola Persona que lo gobierna todo.

    ¡Así pues, compañero! Hay un signo de unidad y existe un sello de unicidad en este reino, quiero decir en este magnífico palacio. Porque siendo iguales, algunas cosas lo abarcan todo. Y aunque son numerosas, algunas indican una unidad o similitud, ya que se parecen unas a otras y se encuentran en todas partes. En cuanto a la unidad, indica Uno. Eso significa que su Hacedor, Dueño, Señor y Modelador tiene que ser Uno también.

    Además, fíjate bien en esto: Detrás del velo de lo invisible ha aparecido una cuerda gruesa. Ahora mira cómo miles de cuerdas se extienden desde ella.*(*[15]) Y mira la punta de cada cuerda: Se han colgado de ella un diamante, un adorno, un favor, un regalo. Y se dan según cada uno como un regalo. ¡Y cuán asombroso es!:¿Sabes que es una locura no reconocer o no dar las gracias a Quien, desde detrás del extraño velo de lo invisible, provee a esas criaturas maravillosos favores y regalos? Porque si no lo reconoces, te verás obligado a decir: “Estas cuerdas están haciendo ellas mismas los diamantes y otros regalos en sus puntas y ofreciéndolos”. Entonces tendrás que atribuir a cada cuerda el significado de un rey. Mientras que ante nuestros ojos una mano invisible está haciendo las cuerdas también, y adjuntando los regalos a ellas.

    Es decir, todo en este palacio apunta a ese Prodigioso Hacedor más que a sí mismo. Si no lo reconoces, al negar todas esas cosas, caes cien veces más bajo que un animal.

    La novena prueba:

    ¡Ven, compañero sin juicio! No reconoces al Dueño de este palacio, y no quieres reconocerlo porque consideras improbable Su existencia. Te desvías hacia la negación porque no puedes comprender con tu estrecho cerebro Sus atributos y Sus estados asombrosos. Mientras que la verdadera improbabilidad, las dificultades reales, las penurias y los problemas impresionantes residen en no reconocerlo.

    Porque si lo reconocemos, todo este palacio, este mundo, se vuelve tan fácil, tan libre de problemas como una sola cosa; se convierte en el eje de esta licencia y prosperidad en el terreno.

    Pero si no lo reconocemos y Él no existe, entonces todo se vuelve tan difícil como todo este palacio, porque todo está tan hábilmente hecho como el palacio. Entonces no quedaría ni licencia ni prosperidad. De hecho, ni una de estas cosas que vemos pasaría a manos de nadie, y mucho menos a las nuestras. Así pues, mira el tarro de conserva atado a esta cuerda.*(*[16])Si no hubiera salido de su cocina oculta y milagrosa, no la habríamos comprado por cien dinares, aunque la compramos ahora por cuarenta centavos.

    Sí, toda improbabilidad, dificultad, molestia, arduidad, y aún más, imposibilidad, radica en no reconocerlo. Pues a un árbol se le da vida desde una raíz, a través de una ley, en un centro, y la formación de miles de frutos es tan fácil como un solo fruto. Pero si los frutos estuvieran ligados a diferentes centros y raíces, y a diferentes leyes, cada fruto sería tan difícil de producir como el árbol.

    Y si el equipamiento de todo un ejército se realiza en un solo centro, mediante una ley, y de una fábrica, en cuanto a la cantidad es tan fácil como equipar a un solo soldado. En cambio, si cada soldado se equipa en diferentes lugares, para equipar a un soldado tendría que haber tantas fábricas como para todo el ejército.

    Como en estos dos ejemplos, si en este ordenado palacio, en esta bella ciudad, en este reino avanzado, este mundo magnífico, la creación de todas las cosas se atribuye a un Único Ser, se hace tan fácil, tan ligera, que es la razón de la infinita abundancia, disponibilidad y munificencia que vemos. De lo contrario, todo se volvería tan costoso, tan difícil, que, aunque el mundo entero le fuera dado a alguien, no podría obtenerlo.

    La décima prueba:

    ¡Ven compañero, que ha entrado un poco en razón! Llevamos aquí quince días*(*[17]). Si no conocemos las normas de este mundo y no reconocemos a Su rey, mereceremos un castigo. No tenemos excusa, porque durante quince días, como si como si nos hubieran dado un respiro, no han interferido con nosotros. Claro que no nos han dejado a nuestra a nuestra suerte. No podemos vagar entre estas obras delicadas, bien equilibradas, sutiles, hábiles e instructivas como un animal y estropearlas. Y no se nos permite estropearlas. La sanción del Rey de este reino imponente va a ser también imponente.

    Se puede entender lo Poderoso y Majestuoso que es por la forma en que ordena este enorme mundo como si fuera un palacio, y lo hace girar como una máquina. Él administra este gran reino como una casa, sin que le falte nada. Mira cómo llena un recipiente y lo vacía, llena continuamente este palacio, este reino, esta ciudad, con perfecto orden, y lo vacía con perfecta sabiduría. Como se extiende una mesa y luego se retira, se traen por turnos diversos alimentos y se dan a comer en forma de una gran variedad de mesas*(*[18]) dispuestas por una mano invisible en cada parte de su vasto país, y luego se retiran. La mano invisible quita una, y luego pone otra en su lugar.

    Tú también ves esto, y si usas la cabeza, comprenderás que dentro de esa majestad imponente hay una liberalidad infinitamente munificente. Y mira, así como todas estas cosas atestiguan la soberanía y la unicidad de ese Sultán Oculto, al igual que estas revoluciones y cambios que pasan sucesivamente como caravanas y se abren y cierran detrás de ese velo verdadero, atestiguan también la continuidad y permanencia de Ese Sultán. Pues las causas de las cosas desaparecen con ellas. Mientras que las cosas que les atribuimos, se repiten después de ellas. Eso significa que esas obras no son suyas, sino las obras de Alguien que no perece.

    Se entiende por las burbujas en la superficie de un río que desaparecen y las burbujas que las suceden y chisporrotean de la misma manera, que lo que las hace centellear es un Poseedor de una luz constante y elevada. Del mismo modo, la rapidez con que cambian las cosas y las cosas que les suceden asumiendo los mismos colores muestra que son las manifestaciones, inscripciones, espejos, y obras de Alguien que es Perpetuo, Imperecedero y Único.

    La undécima prueba:

    Ven, amigo mío. Ahora te mostraré una prueba decisiva tan poderosa como las diez anteriores. Subiremos a un barco*(*[19]) y navegaremos hasta una península, muy lejana. Pues la clave de este mundo lleno de enigmas estará allí. Además, todos miran hacia esa península y esperan algo de ella; reciben órdenes de allí. Mira, vamos hacia allí.

    Ya hemos llegado y nos hemos posado en la península. Hay una gran reunión, como si toda la gente importante del reino se hubiera reunido allí. Fíjate bien, esta gran comunidad tiene un líder. Ven, vamos a acercarnos, a familiarizarnos con él.

    Mirad: Qué signos tan brillantes tiene, más de mil, miles de ellos.*(*[20])¡Con qué fuerza habla! ¡Qué agradable es su conversación! En estas dos semanas he aprendido un poco de lo que dice. Apréndelo tú de mí. Mira, él está hablando del Rey Prodigioso de este reino. Está diciendo que el Glorioso Rey lo envió a nosotros. Y está desplegando tales maravillas que no dejan lugar a dudas de que es su enviado especial. Fijaos bien, no son sólo las criaturas de esta península las que escuchan lo que dice, está haciendo que todo el reino escuche de manera maravillosa. Porque cerca y lejos todo el mundo está tratando de escuchar el discurso aquí. No sólo los humanos escuchan, también los animales. Mira, incluso las montañas están escuchando las órdenes que él ha traído y los árboles también se mueven al lugar que él les indica. Hace brotar agua de donde quiere. Incluso hace de sus dedos un manantial del agua de la Abundancia, y da de beber de ellos. Mira, en su signo, una importante lámpara*(*[21]) en la cúpula de este palacio se divide en dos.

    Eso significa que este reino junto con todos sus seres reconoce que es un empleado y enviado. Le prestan atención y le obedecen, como si supieran que es el intérprete más eminente y veraz del Dueño Oculto y Prodigioso, y el heraldo de Su Señorío, el revelador de Su talismán, y un enviado digno de confianza siguiendo Sus órdenes.

    Todos aquellos con inteligencia a su alrededor declaran: ¡Sí, es cierto! sobre todo lo que dice, y lo afirman. E incluso las montañas y los árboles de este reino y la gran luz*(*[22]) que lo ilumina dicen inclinando sus cabezas ante sus indicaciones y órdenes: ¡Sí, sí, todo lo que dices es cierto!

    ¡Mi insensato compañero! ¿Podría haber alguna contradicción o engaño respecto a la existencia de un Rey Prodigioso de quien este noble luminoso, magnífico y serio, que lleva mil señales propias del tesoro particular del Rey, está hablando con toda su fuerza, confirmado por todos los notables del reino, y acerca de los atributos del Rey que él menciona, y las órdenes que él retransmite? Si hay algo contrario a la verdad en estas cosas, será necesario negar este palacio, estas lámparas, esta comunidad, tanto su realidad como su existencia. Si puedes, pon objeciones contra ellas; pero verás que serán aplastadas por el poder de la prueba, y te serán devueltas.

    La duodécima prueba:

    ¡Ven, hermano mío, que has recobrado un poco la cordura! Te mostraré una prueba de la fuerza de las once pruebas precedentes. Mira esta luminosa publicación*(*[23]) que desciende de lo alto y que todos miran con atención extasiada, ya sea por asombro o por veneración.


    El de los mil adornos decoraciones se ha detenido junto a él y está explicando su significado a todo el mundo. Los estilos de la Publicación brillan de tal modo que atraen la mirada apreciativa de todos, y habla de asuntos tan importantes y serios que todos se ven obligados a escucharlos. Pues describe todas las cualidades, actos, órdenes y atributos de Quien gobierna toda esta tierra, Quien hizo este palacio y exhibe estas maravillas. Así como hay un sello poderoso en la Publicación en su conjunto, ¡mira! hay un sello inimitable en cada línea y en cada frase, y, además, los significados, verdades, mandatos y ejemplos de sabiduría que enuncia se ven en un estilo que le es propio y que, por tanto, tiene el significado de un sello.

    En pocas palabras: La Publicación Suprema muestra al Ser Supremo tan claramente como el sol, de modo que cualquiera que no sea ciego puede verlo.

    Así pues, ¡Oh hermano! Si has entrado en razón, esto es suficiente por ahora. Y si tienes algo que decir, dilo.

    Y aquel hombre obstinado respondió diciendo: “Sólo puedo decir esto frente a estas pruebas tuyas: Alabado sea Allah porque he llegado a creer. Y creo de una manera brillante como el sol y clara como la luz del día que este país tiene un único Rey de Perfección, este mundo un solo Dueño Glorioso, este palacio, un solo Hermoso Hacedor. Que Allah esté complacido contigo, pues me has salvado de mi antigua obstinación y necedad. Cada una de las pruebas que mostrabas eran suficientes para demostrar la verdad. Pero como con cada prueba sucesiva, más claros, más agradables, más luminosos, más finos niveles de más claros, más agradables, más luminosos, niveles más finos de conocimiento, velos en el conocimiento y ventanas de amor, esperé y escuché”.

    La historia en forma de comparación que alude a la gran verdad de la unicidad Divina y creencia en Allah en {He creído en Allah} ha llegado a su conclusión. Por la gracia del Más Misericordioso, la del Corán y la luz de la fe, expondremos doce “Destellos” y una Introducción desde el sol de la verdadera unicidad Divina correspondientes a las doce pruebas de la historia.

    El éxito y la Guía provienen sólo de Allah.

    LA SEGUNDA ESTACIÓN DE LA PALABRA VIGÉSIMO SEGUNDA:

    {En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.}

    {Y en Él buscamos ayuda…}

    {Allah es el Creador de cada cosa y es Guardián sobre cada cosa ⁕Suyas son las llaves de los cielos y la Tierra ⁕Así pues, gloria a Aquel en Cuya mano está el dominio de cada cosa y a Él habréis de volver ⁕Y no hay nada cuyas despensas no estén junto a Nos y no lo hacemos descender sino en una medida determinada ⁕..No hay ser vivo que Él no tenga asido de su flequillo, es cierto que mi Señor está en un camino recto⁕}

    {La introducción:}

    Hemos explicado resumidamente con la indicación de cada uno de estos seres existentes y su testimonio de la necesidad de la existencia de Allah, sea ensalzado y de Su unicidad con veinticinco lenguas en la epístola titulada {al-Qaṭrah} (la Gota), que trata sobre la creencia en Allah, ese polo supremo de los fundamentos de la Creencia… Y hemos mencionado también, en la epístola {an-Nuqṭah} (el Punto), cuatro pruebas universales de las evidencias que indican la necesidad del Real, sea ensalzado y Su unicidad, cada una de las cuales con la fuerza de mil pruebas. Y hemos mencionado también en mis epístolas árabes, en la medida de doce epístolas, cientos de pruebas decisivas que demuestran la existencia necesaria y la unicidad de Allah, sea ensalzado. Por ello me contentaré con ellas y no abordaré ahora ninguna investigación profunda. Solamente trataré de explicar en esta Vigésima Segunda Palabra, doce “Destellos” del sol de la creencia en Allah que he escrito brevemente en otros lugares de Risale-i Nur (Las Epístolas de la Luz).

    {PRIMER DESTELLO}

    La afirmación de la unicidad divina es de dos tipos. Del mismo modo que los diversos bienes de un hombre rico si llegan a un mercado o a una ciudad, hay dos maneras en las que se puede saber que son suyos.... Una de ellas es concisa y sencilla: “Nadie aparte de él es capaz de poseer esta inmensa cantidad de bienes”. Pero bajo la guardia de un hombre como ese puede suceder que muchos de ellos sean robados, y puede que muchos otros reclamen la propiedad de partes de ellos. La segunda de ellas es que, a través de la lectura de su escritura en cada paquete, reconociendo su rúbrica en cada rollo, y viendo su sello en cada factura el hombre declara: “Todo pertenece a esa persona”. Aquí, todo en efecto muestra al hombre importante.

    Así mismo, la afirmación de la unicidad Divina es de dos clases también:

    Una de ellas es la afirmación de una unicidad divina común y somera que dice: “Allah, sea ensalzado, es Uno, no tiene compañero ni semejante. Este universo es Suyo”.

    Y la segunda es la verdadera afirmación de la unicidad divina que consiste en abrir una ventana directamente a Su luz a través de ver en todo el cuño de Su poder, el sello de Su señorío y las inscripciones de Su pluma y confirmar Su unicidad, sea ensalzado, con una certeza cercana a la contemplación, y creer que todo surge de la mano de Su poder y que de ninguna manera tiene socio o ayudante en Su divinidad o en Su señorío o en Su soberanía, y alcanzar así una especie de conciencia continua de la de la presencia Divina. En esta Palabra, mencionaremos destellos que demuestran esta pura, elevada y verdadera afirmación de la Unicidad Divina.

    [Un Recordatorio dentro de un Punto:]

    ¡Oh inadvertido, adorador de las causas! En verdad las causas son un velo, pues la preeminencia y la grandeza divinas así lo requieren. Pero lo que efectúa la acción es el poder del Señor Absoluto, pues la unicidad y la majestad divinas así lo exigen y lo requiere la independencia. Y en verdad los empleados del Sultán Anterior al tiempo no son ejecutivos de los procedimientos de la soberanía del señorío divino, sino que son heraldos de esa soberanía y observadores y supervisores de ese señorío divino. Y la finalidad de esos empleados y esos intermediarios es la de mostrar la preeminencia del poder y la grandeza del señorío divino, para que el poder no se vea asociado a asuntos bajos.

    No como un soberano humano, incapaz y necesitado, que por ello toma a los empleados como socios. Es decir que las causas han sido colocadas de modo que la preeminencia del poder pueda ser preservada ante la mirada de la mente superficial. Porque toda cosa tiene dos caras como un espejo… Una de ellas es la cara del dominio visible, que se asemeja a la cara coloreada del espejo y puede reflejar diversos colores y estados…

    Y la otra es la cara del dominio invisible que se asemeja la cara brillante del espejo. Y en la cara del dominio visible y externo hay estados incompatibles con la preeminencia del poder sempiterno y con su perfección, por lo que las causas han sido puestas para ser tanto la referencia como el eje de esos estados. Pero en la cara interior, la de la realidad, que mira a su Creador, todo es transparente y bello; apropiado para la relación directa del poder con la esencia y no es incompatible con su preeminencia. Por lo tanto, las causas son puramente aparentes y en la cara interna de las cosas y en la realidad no tienen ningún efecto verdadero. Otro ejemplo de sabiduría en las causas aparentes es el siguiente: Las causas han sido puestas de modo que quejas injustas y objeciones infundadas se dirijan a ellas y no al Justo Absoluto. Pues la falla surge de ellas y se genera de su falta de capacidad. Se narra una alegoría en forma de ejemplo sutil que ilustra este secreto:

    El ángel Aẓraíl (la Paz sea con él) le dijo a Allah, sea ensalzado: “Tus siervos se quejarán de mí y se enojarán conmigo cuando cumpla con mi deber de llevarme los espíritus de los moribundos”. Entonces Allah, sea ensalzado, le dijo a través de la lengua de la sabiduría: “Dejaré el velo de los infortunios y las enfermedades entre tú y Mis siervos para que las quejas se dirijan a ellos, y no se indignen contra ti”.

    En efecto, del mismo modo que las enfermedades son un velo y una referencia para lo que se imagina que son las cosas malas al llegar la hora de cada uno, y la sabiduría y la bondad en tomar los espíritus están conectadas con la tarea de Aẓraíl (sea con él la Paz) con una conexión verdadera, así mismo Aẓraíl es también un velo y un supervisor de esa tarea y un velo del poder Divino para que sea la referencia de ciertos estados que no ocurren en concordancia con una misericordia completa y se ven como no misericordiosos aparentemente en el momento de ser tomados los espíritus .

    En efecto: La preeminencia y la grandeza exigen que las causas sean un velo de la mano del poder a la vista de la mente, mientras que la unicidad y la majestad divinas exigen que las causas retiren sus manos y no tengan efecto verdadero…

    {SEGUNDO DESTELLO}

    ¡Mira el jardín que es este universo, el vergel que es esta Tierra y la faz de este cielo hermosa y dorada con las estrellas! Verás que en cada una de las hechuras extendidas y esparcidas por ellos hay un cuño de un Hacedor, Dueño de majestad, y un Originador, Dueño de belleza, específico del Creador de cada cosa; y en cada criatura hay un sello propio de un Hacedor de cada cosa y en los niveles de las cosas existentes escritas en las páginas de la noche y del día, el verano y el invierno, que son publicaciones de la pluma de Su poder, hay una rúbrica ilustre e inimitable… Y ahora mencionaremos algunos de esos cuños, sellos y rúbricas a modo de ejemplo:

    Así pues: De entre los innumerables cuños, con los que ha sellado la vida, que son innumerables, mira éste, por ejemplo: “Él hace todo de una sola cosa y hace una sola cosa de todo”. Porque hace los innumerables miembros y mecanismos de los animales del agua de una gota de esperma y también de simple agua que se bebe. De manera que no hay duda de que hacer de una sola cosa todo es el caso de Uno que posee un Poder Absoluto… Y no hay duda de que Aquel que transforma con perfecto orden en un cuerpo particular esas numerosas sustancias a partir de los innumerables alimentos ingeridos, ya sean vegetales o animales, y teje con ellos una piel particular, y hace de ellos miembros simples, es ciertamente Uno que tiene poder sobre todas las cosas y Uno que conoce todas las cosas.

    En efecto, el Creador de la Vida y de la Muerte administra la vida a través de Su sabiduría en este taller del mundo a través de una ley que emana de Su mandato tan milagrosa que sólo Uno que tiene todo el universo en el puño de Su poder podría aplicar esa ley y hacerla cumplir.

    Así, si tu mente no se ha apagado y tu corazón no se ha cegado, comprenderás que hacer de todo, una sola cosa con perfecta facilidad y orden, y hacer una sola cosa de todo hábilmente con perfecto equilibrio y orden, es un cuño propio del Hacedor de todo y un sello particular del Creador de todas las cosas.

    Por ejemplo, si ves que además de tejer cien rollos de lienzo y otras telas diversas como seda o lino a partir de un dirham de algodón, un artesano de maravillas elabora con él muchos alimentos como dulces; y luego ves que ese artesano lleva el hierro y la piedra, la miel y la mantequilla, el agua y la tierra a su puño y la convierte en oro puro, no hay duda de que juzgarías que ese artesano es poseedor de un arte exclusivo de él, puesto que todos los elementos de la tierra están subyugados a Su mando y verías todas los nacimientos terrenales sometidos a Su juicio.

    Y en verdad, la manifestación del poder y la sabiduría que hay en la vida es mil veces más maravillosa que este ejemplo. De manera que aquí tienes uno de los muchos cuños sobre la vida.

    {TERCER DESTELLO}

    Mira los seres vivos que deambulan por este universo que fluye, entre estos seres existentes que van de un lado a otro. Verás que en cada uno de los seres dotados de vida hay muchos sellos colocados por el Viviente, el Sustentador (de Sí mismo y de todo lo demás). Uno de esos sellos Suyos es el siguiente:

    Esa criatura viviente, me refiero al ser humano, es una muestra en miniatura del universo, un fruto del árbol de la creación y una semilla del mundo, ya que comprende muestras de la mayoría de los reinos de los seres del mundo. Es como si el ser vivo fuera una gota filtrada del universo en una medida extremadamente fina. Por lo tanto, para crear a este ser vivo y convertirse en un Señor Sustentador para él, se requiere que tenga todo el universo en el puño de Su disponibilidad.

    Así es, y si tu mente no está sumergida en las ilusiones, comprenderás que hacer de una de las palabras del poder como una abeja por ejemplo, un determinado índice pequeño de la mayoría de las cosas, y una escritura de la mayor parte de las cuestiones del libro de este universo en una página, quiero decir en el ser humano por ejemplo, e incluir el programa de la higuera en un punto, quiero decir en su diminuta semilla y mostrar las huellas de todos los nombres divinos que todo lo abarcan y que se manifiestan en las páginas de este gran mundo en una sola letra: quiero decir en el corazón del ser humano, por ejemplo, y clonar en la facultad humana de la memoria, que está situada en un lugar del tamaño de una lenteja, escritos suficientes para llenar una biblioteca, e incluir en esa minúscula facultad un índice detallado de todos los acontecimientos del cosmos, es sin lugar a dudas un sello exclusivo del Creador de todas las cosas, exclusivo del Señor de este universo, Dueño de majestad.

    Así es, y si un solo sello de los muchos sellos del señorío divino sobre el dotado de vida, manifiesta Su luz de esta manera y hace leer Sus signos así, Cuán asombroso sería si fueras capaz de mirar todos esos sellos y contemplarlos de una vez, ¿acaso no dirías: “¡Gloria a Aquel que está oculto en la intensidad de Su manifestación”?

    {CUARTO DESTELLO}

    ¡Mira los seres existentes multicolores y a las obras diversas diseminados por la faz de esta Tierra y que nadan en el mar de los cielos, y reflexiona sobre ellos! Verás que en cada uno hay rúbricas inimitables del Sol Preexistente. Y así como Sus cuños son atestiguados en la vida y Sus sellos en los dotados de vida y hemos contemplado uno o dos de ellos, así también tiene rúbrica en el dar la vida. Y vamos a explicar esta verdad con una comparación porque las comparaciones acercan los significados profundos a la comprensión.

    El sol, por ejemplo, tiene rúbricas y huellas luminosas específicas de él que se contemplan por su reflejo y ejemplo en las apariencias desde las estrellas que discurren hasta las gotas de aguas y los trozos pequeños de cristal y copos de nieve centelleantes... De manera que, si no aceptas que los diminutos soles que aparecen en esas innumerables cosas sean la manifestación del reflejo del sol, tienes que aceptar la existencia real de un sol verdadero y natural en cada gota y fragmento de cristal orientado hacia la luz, y en cada mota transparente frente a ella, descendiendo así a las profundidades de la locura.

    De la misma manera, el Sol Preexistente tiene sobre todo ser vivo, en el sentido de dar vida, una rúbrica entre las manifestaciones luminosas que aun suponiendo que todas las causas estuvieran reunidas y tuvieran el poder de actuar y poseyeran voluntad, no podrían imitar esa rúbrica. Porque los dotados de vida, que son todos ellos milagros del poder divino, cada uno de ellos son como un punto focal de los Nombres Divinos, que son como los rayos del Sol Preexistente.

    De manera que si esa asombrosa inscripción de entre las inscripciones de la obra divina, ese insólito sistema de entre los sistemas de la sabiduría y esa manifestación de las manifestaciones del misterio de la Unicidad que se atestigua en los seres vivos no se atribuye a la esencia del Único, el Señor Absoluto a Quien todos se dirigen en sus necesidades, entonces sería necesario aceptar que en cada criatura viviente, e incluso en cada mosca o cada flor, se esconde un poder creador infinito, un conocimiento que abarca todas las cosas, una voluntad absoluta con la que gobernar el universo, e incluso los atributos eternos particulares del Uno Necesariamente Existente; cayendo así en el grado más ridículo de extravío y superstición. Sencillamente, se haría necesario atribuir divinidad a cada átomo de esa flor o de esa mosca.

    Pues se ha dado a los átomos de esa cosa, especialmente si son semillas, una modalidad por la que ese átomo mira al ser vivo del que forma parte y adopta una modalidad de acuerdo con sus sistemas y ordenaciones e incluso adopta una modalidad como volar con alas pequeñas para sembrar la especie de ese ser vivo y plantar su bandera en cada lugar adecuado para la continuación de esa especie como si mirara a todos los miembros de su especie. Incluso adopta una situación que perpetua las transacciones de ese ser vivo y sus relaciones con ellos relativas al sustento frente a todos los seres existentes con los que tiene relación y de los que necesita.

    Así, si ese átomo no es un empleado de un Poseedor de Poder Absoluto y se le separa de la conexión con ese Poderoso Absoluto, entonces habría que atribuirle a ese átomo un ojo que todo lo ve y una conciencia que todo lo abarca.

    En resumen: Si los soles en miniatura y los diversos colores en gotas de agua y fragmentos de cristal no se atribuyen al reflejo del sol y a la manifestación de su reflejo, hay que aceptar la existencia de innumerables soles en lugar del único sol; ello requiere aceptar una superstición totalmente imposible. Exactamente de la misma manera, si no se atribuye todo al Todopoderoso Absoluto, es necesario aceptar infinitos dioses en lugar del Dios Único; de hecho, dioses hasta el número de átomos que hay en la existencia, cayendo así en el grado de aceptar una imposibilidad centuplicada.

    En resumen: De cada átomo se abren tres ventanas hacia la luz de la unidad del Sol Preexistente y la necesidad de Su existencia:

    La primera ventana: Cada átomo es como un soldado que tiene una relación con cada una de las esferas militares, es decir, con su escuadrón, su compañía, su batallón, su regimiento, su división, su estandarte y su ejército, y de acuerdo con esas relaciones, tiene un deber y, en función de ese deber, tiene un movimiento en el círculo de su sistema.

    Así mismo, ese átomo inerte en la pupila de tu ojo, por ejemplo, tiene relaciones y tareas en relación con tu ojo, tu cabeza, tu cuerpo, y con tus venas y arterias y demás nervios que sirven a la circulación de la sangre, el sentido y el movimiento como la facultad reproductora, la facultad de atracción, la facultad de repulsión, la facultad de imaginación y con tu especie y demás. De manera que un ojo que no esté ciego puede ver claramente que es la huella de la obra de un Poderoso Preexistente y un empleado bajo Su mando y disposición.

    La segunda ventana: Cada partícula en el aire puede visitar todas las flores y frutos. Y también puede entrar en cada flor y en cada fruto y trabajar en su interior. De manera que, si no es un empleado subyugado a un Poderoso Absoluto que ve y conoce todas las cosas, se hace necesario que esa partícula perdida conozca todos los mecanismos de cada fruto y flor, así como su formación y sus diversas hechuras y la confección de las formas que las visten y el arte de una costura completa y exhaustiva. Por lo tanto, todas esas partículas muestran tan claramente como el sol los rayos de la luz de la unicidad divina. Así pues, equipara la luz con el aire y el agua con la tierra.

    Pues ciertamente el origen de la formación de las cosas son concretamente estas cuatro sustancias que, según la ciencia moderna, son: el hidrógeno, el oxígeno, el carbono y el nitrógeno. Y estos elementos son las partes de los primeros elementos.

    La tercera ventana: Llenas una maceta con un poco de tierra, que está compuesta de partículas y es el medio de crecimiento de cualquier planta con flores o frutos, y luego pones algunas semillas. Al igual que la semilla de los animales no difiere, sino que es un fluido, las semillas de todas las plantas con flores y frutos del mundo no difieren entre sí. Al estar compuestas de carbono, nitrógeno, hidrógeno y oxígeno, sólo difieren en virtud del programa de sus progenitores, depositado en ellas mediante la escritura inmaterial de la pluma del Decreto Divino. Así pues, creerás que cada planta aparecerá con sus formas, modos y mecanismos extraordinarios como sucede.

    De manera que, si esas partículas no son subordinados y empleados que obedecen las órdenes de un Mandatario, Conocedor de todos los estados y condiciones de cada cosa, Capaz de dar a cada cosa una existencia adecuada a ella y todo lo necesario para ello, y a Cuyo poder todo se subyuga con total facilidad en relación a Su poder…Entonces, o bien sería necesario que en cada partícula de esa tierra hubiera fábricas inmateriales e imprentas en el número de todas las plantas floridas y frutales, para que pudiera ser origen de todos esos seres diversos y diferentes, cuyos mecanismos y formas son todas formas distantes y diferentes entre sí. O bien, sería necesario atribuir a todos esos seres un conocimiento que abarcara todos esos seres y una fuerza capaz de darles forma a todos, para que pudieran ser el eje de su formación.

    Por lo tanto, se haría necesario admitir dioses en la medida de las partículas de la Tierra si se corta la conexión con Allah, sea ensalzado. Y esto no es sino una superstición mil veces imposible.

    Sin embargo, si son subordinados, se vuelve extremadamente fácil. Así como, en nombre de su rey y a través de su poder, un soldado raso de un poderoso rey puede hacer emigrar a todo un país, o unir dos mares, o hacer prisionero a otro rey; del mismo modo, por la orden del Sultán Preexistente y Sempiterno, una mosca derribó a Nemrod sobre la tierra, y una hormiga destruyó el palacio del Faraón, arrasándolo hasta los cimientos, y una semilla de higuera lleva en sí el árbol de la higuera.

    Además, en cada partícula hay otros dos testigos veraces de la necesaria existencia y unicidad del Hacedor.

    Uno de ellos es que, a pesar de su absoluta impotencia, cada partícula carga con tareas enormes y muy diversas. El otro es que, a pesar de ser inertes, todas ellas se mueven de acurdo a un sistema general de una manera ordenada que indica una conciencia universal. Es decir, a través de la lengua de su impotencia cada partícula atestigua la necesaria existencia del Poderoso Absoluto, y a través de su conformidad con el orden en el mundo, cada una da testimonio de Su unicidad.

    {De manera que al igual que en cada partícula hay dos testigos de que Él es necesariamente Existente y Uno, así también en cada ser viviente hay dos signos de que Él es el Único y es el Señor Absoluto a Quien todos se dirigen en sus necesidades}.

    En efecto: En todo ser vivo hay dos cuños. Uno de ellos es el cuño de la unicidad Divina y el otro es la rúbrica de que Él es el Señor Absoluto de Quien todos dependen. Porque cada ser vivo muestra en su espejo, de una vez, los Nombres Divinos cuyas manifestaciones se atestiguan en la mayor parte de los seres del universo. Y equivale sencillamente a un punto de enfoque, que muestra la manifestación del Nombre Supremo, el Viviente, el Sustentador. De manera que conlleva el cuño de la unicidad por el hecho de manifestar una especie de sombra de la Unicidad de la Esencia Divina bajo el velo del Nombre “el Dador de Vida”.

    Y también porque el hecho de que ese ser vivo, que equivale a un ejemplo en miniatura del universo y es un fruto del árbol de la creación, haga llegar sus necesidades que son tantas como los seres del universo al círculo de su vida pequeña de una vez con facilidad muestra una rúbrica de la cualidad del Señor Absoluto a Quien todos se dirigen en sus necesidades. Quiero decir que esa situación indica que tiene un Señor que si se dirige a Él le basta frente a toda cosa y Cuya mirada a él le es suficiente frente a todas las cosas mientras que todas las cosas no ocupan el lugar de una sola atención Suya.

    {En efecto: Basta para todas las cosas una cosa, en lugar de todas las cosas, pero no bastan en lugar de Él todas las cosas, ni siquiera para una sola cosa}

    Además, esta situación indica que ese Señor suyo no necesita nada en absoluto, del mismo modo que nada disminuye Su tesoro, ni nada en absoluto es difícil para Su poder. De manera que esto es una especie de rúbrica de la condición de Señor Absoluto a Quien todos se dirigen en sus necesidades cuya sombra manifiesta.

    Así pues, en cada dotado de vida hay un cuño de la Unicidad Divina y una rúbrica de la realidad del Señor Absoluto (a Quien toda cosa se dirige en sus necesidades). En efecto: Todo ser dotado de vida recita con la lengua de su vida: {Di: Él Allah, es Uno⁕ Allah, el Señor Absoluto (a Quien todos se dirigen en sus necesidades)⁕}*(*[24]) Además de estos dos cuños hay varias ventanas importantes, pero dado que han sido explicadas en detalle en otros lugares, aquí han sido resumidas.

    Puesto que cada partícula de este universo abre así tres ventanas y dos tragaluces, y la vida también abre dos puertas de una vez a la unicidad de Aquel de necesaria existencia, puedes comparar cómo todos los niveles de los seres existentes, desde los átomos hasta el sol, propagan luces de la esencia del Dueño de majestad.

    Así pues, comprende a partir de esto los grados de progreso espiritual y los niveles de presencia en el conocimiento de Allah, sea ensalzado, y compáralos en base a ello.

    {QUINTO DESTELLO}

    Si un libro está escrito a mano y en forma de carta, basta una sola pluma para escribirlo, mientras que, si está impreso, se necesitan plumas, es decir, letras de imprenta, en el número de letras de ese libro, para que el libro pueda imprimirse y llegue a existir. Y si la mayor parte de ese libro ha sido escrito en algunas de sus letras con una escritura extremadamente fina como se escribe la azora {Ya-sin} en la expresión {Ya-sin}, entonces son necesarias todas las letras de imprenta pequeñas para esa única letra para que pueda imprimirse.

    Del mismo modo, si dices que el libro del universo es la escritura de la pluma del poder del Señor Absoluto a Quien todos se dirigen en sus necesidades y el escrito de la esencia de la unicidad, habrás recorrido un camino fácil en el grado de la obligatoriedad y razonable en el grado de la necesidad. Pero si lo atribuyes a la naturaleza y a las causas, habrás recorrido un camino tan difícil como imposible, y tan lleno de superstición y engaño que es inaceptable. Porque entonces tendrían que estar presente en cada pedacito de tierra y cada gota de agua y en cada pedazo de aire millones de imprentas metálicas e innumerables fábricas inmateriales, que podrían moldear y formar las innumerables obras floridas y frutales. Si no, habría que aceptar que poseen un conocimiento que todo lo abarca y un poder omnímodo sobre todas las cosas, de modo que pudieran ser la verdadera fuente de esas obras.

    Pues cada parte de tierra, agua y aire puede ser origen de la mayoría de las plantas, a pesar de que todas las plantas, ya sean con flores o con frutos, están formadas de una manera tan bien ordenada y equilibrada, y son tan distintas y diferentes entre sí, que haría falta para cada una de ellas una fábrica inmaterial u otra imprenta que fuera exclusiva de ellas.

    Es decir, si la naturaleza deja de ser un muestrario y se convierte en fuente, es necesario que todo contenga las máquinas para fabricar todo lo demás. El culto a la naturaleza se basa en una idea tan supersticiosa que incluso quienes la suscriben se avergüenzan de ella. Así pues, mira la infinitamente delirante sinrazón de los descarriados, que se consideran inteligentes, y ¡toma lección!

    En resumen: Cada letra de un libro se muestra a sí misma en la medida de una sola letra y señala su propia existencia de una sola manera, mientras que da a conocer a su escritor con diez palabras y lo muestra en muchos sentidos. Diciendo, por ejemplo: “El que me escribió tiene una caligrafía hermosa y su pluma es roja, y tal y tal…”

    De la misma manera, cada letra del libro de este gran mundo se señala a sí misma en la medida de su propio tamaño y lo manifiesta en la medida de su forma, sin embargo, da a conocer los Nombres del Grabador Preexistente en la medida de Su poema y manifiesta esos nombres y atestigua lo que nombran con los dedos de la indicación en el número de Sus modos.

    De manera que es necesario que, aunque uno se niegue a sí mismo y al universo como los necios sofistas, no vaya a negar al Hacedor, Dueño de majestad.

    {SEXTO DESTELLO}

    El Creador, Dueño de majestad, al igual que ha colocado el cuño de Su unicidad sobre la cabeza de cada uno los seres creados y sobre la frente de cada parte de Sus criaturas, una parte de los cuales hemos visto en los Destellos anteriores, así mismo ha colocado de manera brillante al máximo sobre cada especie muchos cuños de la Unicidad y en absolutamente todos numerosos sellos de la Unicidad, hasta haber colocado en el conjunto del mundo rubricas diversas de la Unidad. De esos muchos sellos y rúbricas, explicaremos un solo cuño y un solo sello que ha sido puesto sobre la página de la superficie de la Tierra en primavera. Es el siguiente:

    El Grabador Preexistente resucita y disemina por la faz de la Tierra en verano y primavera al menos trescientas mil especies de plantas y animales con distinción y diferenciación sin fin y con total orden y separación. Y ello es un cuño de una declaración de la Unicidad Divina tan claro y brillante como la misma primavera.

    En efecto, cualquiera con un ápice de conciencia comprenderá que para crear con perfecto orden en algo parecido a la resurrección, dando vida a la tierra muerta en la estación de la primavera, y escribir los individuos de trescientas mil especies diversas en la página de la Tierra unas en otras, sin error, equivocación o deficiencia, de la manera más equilibrada, es, sin duda, un cuño privativo de un Ser, Dueño de majestad y un Poderoso Dueño de perfección y un Sabio Dueño de belleza, que posee un poder infinito, un conocimiento que todo lo abarca y una voluntad capaz de gobernar todo el universo.

    Y dice el Sabio Corán: {Mira, pues, las huellas de la misericordia de Allah, cómo Él resucita la tierra después de su muerte, ciertamente Ese dará vida a los muertos, y Él es Poderoso sobre todas las cosas.} (Azora de los Romanos, aleya 50).

    En efecto: El Poder Creador que lleva a cabo, al dar la vida a la tierra, trescientos mil ejemplos de la Resurrección y los muestra a lo largo de un número de días, no hay duda de que resucitar a los hombres es insignificante en relación a eso. Pues ciertamente un Poderoso Prodigioso que pudiera levantar las montañas de Gelincik y Sübhan, por ejemplo, acaso se le podría decir: “¿Eres capaz de quitar de este valle esta enorme roca que bloquea nuestro camino”? Del mismo modo un Poderoso Sabio y un Generoso Compasivo que originó el cielo, las montañas y la Tierra en seis días y los llena y vacía de tiempo en tiempo, acaso se le podría decir a modo de considerarlo algo inverosímil: “¿Puedes levantar de encima de nosotros la capa de esta tierra que cierra nuestro camino que lleva a Tu hospitalidad que ha sido preparada y extendida en el lado de la eternidad? ¿Y puedes allanar la tierra y permitirnos pasar?

    Observaste un cuño de unicidad divina sobre la faz de esta Tierra en el verano. Ahora mira: Pues ciertamente se contempla un sello de unicidad extremadamente claro sobre estas vastas, sabias y perspicaces disposiciones de la primavera sobre la faz de la Tierra. Porque esos procedimientos son absolutamente extensos, y con una velocidad absoluta junto a esa extensión, y con esa velocidad hay una absoluta generosidad en la que se atestigua el orden absoluto, la perfección de la belleza de la obra y la plenitud de la creación. Y eso es un sello que sólo podría pertenecer a alguien que posee un conocimiento infinito y un poder sin límites.

    En efecto: Contemplamos en toda la faz de la Tierra, dentro de una extensión absoluta, una creación, disposición y eficiencia en una extensión absoluta.

    Y en esta extensión tiene lugar una velocidad absoluta.

    Y junto con esa velocidad y extensión se ve una generosidad absoluta en la multiplicidad de los seres individuales.

    Y junto con esa generosidad, extensión y velocidad, se contempla una facilidad absoluta.

    Y se ve en cada especie y en cada individuo junto con esa generosidad, facilidad, velocidad y extensión un orden absoluto, y una obra hermosa, y excelente al máximo, y una excelencia más completa dentro de una mezcla infinita, y efectos valiosos al máximo en la máxima liberalidad, y una correspondencia completa en un círculo amplio al máximo, y la invención de obras insólitas con la mayor facilidad,

    y la manifestación de una hechura extraordinaria y una eficiencia prodigiosa en un único momento, en cada lugar, y con un único modo, en cada individuo, De manera que no hay duda ni incertidumbre de que eso es el sello de un Hacedor Presente que mira todo lugar a pesar de que Él es no está en ningún lugar y nada se Le esconde, ni nada es difícil para Él en absoluto. Y en relación a Su poder los átomos y las estrellas son iguales.

    Así pues, por ejemplo: De los racimos de los milagros de ese Compasivo, Dueño de la belleza, de la parra de Su generosidad, conté racimos que colgaban del grosor de dos dedos, que vi equivalentes a uno pequeño y ascendieron a cincuenta y cinco racimos. Y conté las uvas de un racimo y se convirtieron en una cantidad de ciento veinte uvas. Y reflexioné y dije: Si esta rama que cuelga fuera un grifo de agua melosa y diera agua continuamente, puede que fuera suficiente para los racimos que amamantan a esos cientos de pequeños surtidores del refresco de la misericordia, frente a este calor, a pesar de que pocas veces cae en su mano un poco de humedad. De manera que quien hace este trabajo, necesariamente debe ser Poderoso sobre todas las cosas.

    {Gloria pues a Aquel ante Cuya obra las mentes están desconcertadas.}

    {SÉPTIMO DESTELLO}

    Mira: Del mismo modo que puedes ver fácilmente los sellos del Único, el Señor Absoluto (a Quien todos se dirigen en sus necesidades) en la página de la Tierra, levanta la cabeza, abre los ojos y mira también el gran libro del universo. Verás que en su conjunto se lee el sello de la unidad que es tan claro como grande. Pues como los componentes de una fábrica o los miembros de un palacio o de una ciudad, estos seres se sostienen mutuamente, se tienden la mano para ayudarse y responden a las necesidades y peticiones de los demás, diciendo: ¡Aquí estoy, a tu servicio! Ayudándose unos a otros, trabajan juntos en orden. Uniendo sus esfuerzos, sirven a los seres animados. Cooperando y convertidos en un único objetivo, obedecen a Uno que todo lo dispone, Sabio.

    Ellos se rigen por una regla de asistencia mutua que ocurre desde el sol y la luna, la noche y el día, el invierno y el verano, hasta las plantas que acuden en ayuda de los animales hambrientos y necesitados, y los animales que se apresuran a socorrer a los hombres débiles y nobles, e incluso sustancias nutritivas que vuelan en auxilio de los niños y de los frutos delicados y débiles, e incluso las partículas de alimento que pasan a las células del cuerpo. Muestran a cualquiera que no esté completamente ciego que se mueven por la fuerza de un Criador Único y Generoso al máximo, y por las órdenes de un Disponedor Único y Sabio al máximo.

    Así, por un lado, este apoyo y ayuda mutuos, esta respuesta a las necesidades de los demás, este abrazo mutuo, este sometimiento, este orden, atestiguan categóricamente que los seres son administrados y organizados por un Único Disponedor y son impulsados y dirigidos por un Único Criador. Por otra parte, esta providencia perfecta, dentro de la sabiduría universal, que se ve claramente en la hechura de las cosas, la misericordia que todo lo abarca, que brilla dentro de esa providencia, las provisiones y el sustento general diseminados en base a esa misericordia, diseminados para responder a las necesidades de todos los seres vivos necesitados de sustento son un sello de la unicidad divina tan brillante que cualquiera cuya mente no esté completamente apagada lo comprenderá y cualquiera que no esté totalmente ciego lo verá.

    En efecto: Un velo de sabiduría que indica propósito, conciencia y voluntad, ha cubierto el universo entero, y un velo de providencia que indica bondad, embellecimiento, bien y mejora, ha sido extendido sobre ese velo de la sabiduría, y una túnica de misericordia que indica destellos de hacerse amar, darse a conocer, favorecer y honrar ha rodeado el universo por encima de ese velo embellecido de la providencia y una mesa de provisiones generales ha sido organizada y extendida sobre ese velo iluminado de misericordia universal indicando la piedad , el hacer el bien , el honrar, la compasión total, la buena crianza y la bondad del señorío divino.

    En efecto: Todos estos seres existentes, desde los átomos hasta los soles, ya sean individuos o especies, grandes o pequeños, han sido vestidos con una magnífica camisa de sabiduría bordada con frutos y objetivos, beneficios e intereses. Y sobre la camisa de sabiduría, una túnica de favor bordada con flores de gracia y beneficencia ha sido cortada de acuerdo con la estatura de cada cosa; y sobre esa vestidura ornamentada de favor, se ha colocado una mesa general de sustento, iluminada con destellos de amor, donación, afecto y la concesión de dones, a los que se han unido los adornos de la misericordia, y que, junto con el otorgamiento de esas decoraciones iluminadas e incrustadas de joyas, es suficiente para todos los grupos de seres vivos sobre la faz de la Tierra, y satisface todas sus necesidades.

    Así pues, este asunto apunta tan claramente como el sol a un Ser Dueño de belleza, Sabio, Generoso, Compasivo y Proveedor sin fin

    ¿No es cierto que Él es así? ¿Y no es cierto que todas las cosas necesitan la provisión?

    , al igual que los seres individuales necesitan sustento y todo lo necesario para continuar sus vidas, vemos que todos los seres del mundo, y especialmente los seres vivos, sean universales o particulares, enteros o partes, tienen muchos deseos y necesidades, materiales y de otro tipo, para su existencia, su vida y la continuación de su vida. Pero sus deseos y necesidades son tales que sus manos no alcanzan para lo más pequeño de ellos y su poder es insuficiente para la más pequeña de sus demandas. Sin embargo, vemos que todos sus deseos y sustento material e inmaterial les es dado “desde donde no lo esperan”, de lugares insospechados, con perfecto orden, en el momento oportuno, de manera adecuada, con perfecta sabiduría.

    De manera que ¡cuán asombroso es! ¿Acaso esta carencia y necesidad, y esta ayuda y asistencia invisibles, de esta manera a las criaturas no apuntan con la claridad del sol, a un Criador, Sabio, Dueño de majestad, y a un Administrador, Compasivo, Dueño de belleza ?

    {OCTAVO DESTELLO}

    Del mismo modo que cualquier tipo de semilla sembrada en un campo indica que ese campo debe estar a disposición del propietario de la semilla, y ese campo indica que esa semilla suya está también a disposición del que dispone de él, en cualquier caso. Así mismo , la universalidad y capacidad de abarcar del campo de cultivo de estas obras llamadas los elementos, junto con su unidad y su naturaleza sencilla, y la similitud de estas plantas y animales que son los frutos de la misericordia, los milagros del poder y las palabras de la sabiduría conocidas como las criaturas y sus semejanzas junto con su propagación en muchos lugares y su existencia y su establecimiento en todas partes, indica que están bajo la disposición de un Hacedor, Único y Prodigioso, como si cada flor, cada fruto y cada animal fueran cuños de ese Hacedor, así como sus sellos y rúbricas. De manera que dondequiera que se encuentren, cada uno dice a través de la lengua de la situación: “Sea cual sea aquel de quien soy su cuño, este lugar donde me encuentro también es obra suya. Sea quien sea aquel cuyo sello soy, este lugar es su escrito también. Y sea quien sea de quien soy su rúbrica, esta tierra mía es también su tejido”.

    Es decir, el hecho de ser el Señor de la menor criatura es exclusivo de Aquel que tiene todos los elementos en el puño de Su disposición. Cualquiera que no esté ciego puede ver que regir y gobernar al animal más simple es propio de Aquel que sustenta a todos los animales, plantas y cosas creadas y los tiene en el puño de su Señorío.

    En efecto, todos los seres individuales dicen con la lengua de la semejanza con otros individuos: “Sólo quien posee mi especie puede ser mi propietario. No puede ser de otro modo”. Y por medio de la lengua de su propagación sobre la faz de la tierra junto con otras especies, cada especie dice: “Sólo quien posee toda la faz de la tierra puede ser nuestro dueño. No puede ser de otro modo”. Y por medio de la lengua de su conexión con un único sol junto con los otros planetas y su cooperación con los cielos, la Tierra dice: “Sólo quien es dueño de todo el universo entero puede ser mi dueño. No puede ser de otro modo”.

    En efecto: Supongamos que alguien dijera a una manzana consciente: “Tú eres mi obra”. La manzana respondería a través de una lengua de situación especial suya: “¡Cállate! Si eres capaz de dar forma a todas las demás manzanas de la Tierra, es más, si puedes disponer de todas mis congéneres, de los demás árboles frutales, esparcidos por la tierra, y todos los dones del Misericordioso que proceden del tesoro de la misericordia a montones, entonces puedes pretender ser mi señor”. La manzana diría eso y le daría una bofetada en la boca a ese insensato.

    {NOVENO DESTELLO}

    Hemos señalado algunos de los cuños, sellos y rúbricas sobre particulares y partes, universales y totales, sobre el mundo en su conjunto, y sobre la vida, los seres vivos y el dar la vida. Ahora indicaremos uno de los innumerables cuños sobre las especies.

    En efecto: Los innumerables frutos de un árbol frutal son administrados con una administración única y con una sola ley, desde un único centro, de tal manera que el costo, la dificultad y el gasto se transforman en facilidad, siendo así que equivalen a un solo fruto que se produce en abundancia. De manera que la multiplicidad y los numerosos centros requiere el costo, el gasto y el equipamiento en la medida de todo el árbol, en cuanto a la cantidad, y la diferencia es sólo cualitativa. Como todas las fábricas que se necesitan para todo el ejército son necesarias para fabricar todo el equipo militar que requiere un solo soldado.

    Es decir, si el asunto pasa de la unidad a la multiplicidad, en cuanto a la cantidad, las dificultades aumentan con el número de individuos. Por lo tanto, la extraordinaria facilidad que se ve con claridad en todas las especies es el resultado de la facilidad extraordinaria derivada de la unidad y la unicidad.

    En resumen: La conformidad y similitud en los miembros básicos entre todos los individuos de una especie, y todas las especies de un género, prueban que son las obras de un Único Hacedor, porque la unidad de la pluma y la unicidad del sello así lo exigen. Del mismo modo, la facilidad absoluta observable y la falta de dificultad requieren -de hecho, exigen- que sean obras de un Único Hacedor. De lo contrario, las dificultades en el grado de la imposibilidad condenarían al género y a la especie a la inexistencia.

    En resumen: Si todas las cosas se atribuyen a Allah, sea ensalzado, adquieren una facilidad como si fueran una sola cosa, mientras que, si se atribuyen a las causas, cada cosa adquiere una dificultad en la medida de todas las cosas. Puesto que es así, la extraordinaria profusión observada en el universo y esta ilimitada abundancia ante nuestros ojos indican el cuño de la unidad tan claramente como el sol. Y si estos frutos que caen en nuestras manos en tal abundancia no fueran propiedad del Uno, el Único, no tendríamos una sola granada para comer, aunque diéramos el mundo entero por ella.

    {DÉCIMO DESTELLO}

    Así como la vida, que muestra la manifestación de la belleza divina, es una prueba de la unicidad divina, e incluso una especie de manifestación de la unidad, también la muerte, que muestra la manifestación de la majestad divina, es una prueba de la unidad divina.

    En efecto: Y del mismo modo que las burbujas de un río caudaloso que brillan al sol y los objetos transparentes que brillan sobre la faz de la Tierra dan testimonio del sol al mostrar su luz y su reflejo. Y del mismo modo que esas tribus de burbujas y objetos transparentes que desaparecen, la continua y magnífica manifestación del sol y el despliegue ininterrumpido y constante de su luz sobre los sucesivos grupos y tribus de burbujas y objetos transparentes que se suceden, atestiguan decisivamente que las pequeñas imágenes del sol y las luces y destellos que aparecen y centellean, se encienden se apagan, cambian y se renuevan, son las manifestaciones de un único sol, perpetuo, elevado y duradero, cuya manifestación es la luz, cuya manifestación es imperecedera. Es decir, al igual que a través de su aparecer y hacerse visibles, las gotas brillantes demuestran la existencia del sol, así también con su desaparición y extinción, demuestran su continuación, permanencia y unidad.

    Exactamente del mismo modo- y a Allah pertenece la más alta semejanza- esos seres existentes que fluyen atestiguan a través de su existencia y sus vidas, la existencia de Aquel que existe necesariamente y Su unicidad; del mismo modo que con su muerte y desaparición, dan testimonio de Su preexistencia, eternidad y unicidad.

    En efecto: Las hermosas criaturas y los bellos seres existentes que se renuevan y restauran al declinar y desaparecer, con la alternancia de la noche y el día, el verano y el invierno y los siglos y las edades, sin duda apuntan a la existencia de un Poseedor de belleza Elevado y Eterno que se manifiesta continuamente, así como a Su permanencia y Su unicidad. Del mismo modo que la desaparición de esas criaturas y su muerte junto con sus causas aparentes y bajas indican la inexistencia de esas causas e indican el hecho de que las causas no son más que un mero velo. Esta situación demuestra categóricamente que estas obras, inscripciones y manifestaciones, son obras constantemente renovadas, inscripciones cambiantes, espejos en movimiento, cuños continuados y sellos, que se sustituyen con sabiduría, de un Ser Bello, Dueño de majestad, Cuyos nombres son todos purísimos y hermosos.

    En resumen: El gran libro del universo, del mismo modo que nos enseña los signos relativos a la creación que remiten a Su existencia y Su unicidad, sea ensalzado, así mismo da testimonio también de todos Sus atributos de perfección, belleza y majestad, y demuestra la perfección de Su esencia que carece de defecto o carencia. Pues es obvio que la perfección de una obra señala la perfección del acto que es la fuente y el origen de la obra. Y la perfección del acto apunta a la perfección del nombre, y la perfección del nombre, apunta a la perfección del atributo, y la perfección del atributo apunta a la perfección de lo concerniente a la esencia, y la perfección de lo concerniente a la esencia apunta necesaria y evidentemente a la perfección de la esencia que posee esas cualidades.

    De manera que, del mismo modo que las inscripciones y adornos perfectos de un palacio impecable indican la perfección de los actos de un maestro constructor que está detrás de ellos. Y la perfección de los actos indica la perfección de los títulos de ese maestro autor, y sus nombres indican su rango. Y la perfección de esos nombres y títulos indica la perfección de los atributos de ese hacedor que se remiten a su obra. Y la perfección de esa obra y atributos indica la perfección de las habilidades del dueño de ese arte y de su capacidad esencial llamada asuntos esenciales. Y la perfección de esos asuntos y capacidad esenciales indican la perfección de la naturaleza esencial de ese hacedor…

    Exactamente del mismo modo, los efectos de la obra sin defecto que se observan en el mundo, en los seres bien ordenados del universo, que manifiestan el secreto de Sus palabras: {¿Ves alguna falla?}*(*[25]) indican como se puede observar los actos perfectos de un Causante de los efectos, Dueño de capacidad. Y esos actos perfectos indican con claridad a la perfección de los nombres de ese Autor Dueño de majestad.

    {EL UNDÉCIMO DESTELLO QUE TIENE LA FUERZA DE LOS SOLES}

    En verdad el signo mayor del gran Libro del Universo y el nombre supremo en ese gran Corán, la semilla del árbol de ese universo y su fruto más luminoso, el sol del palacio de ese mundo y la radiante luna llena del mundo del Islam, el heraldo de la soberanía del Señorío Divino, y el sabio revelador del talismán del universo, nuestro señor Muḥammad, el Digno de confianza (la paz y las bendiciones sean con él), el que se da a conocer en la Decimonovena Palabra, el que vuela en los niveles de la realidad con las alas de la Mensaje, el que engloba a todos los profetas, y con las alas del Islam, el que toma bajo su protección a todo el mundo del Islam, el que detrás de sí a todos los profetas y enviados, a todos los santos y veraces, a todos los puros y los confirmadores, y anunció la unidad divina con toda su fuerza y abrió el camino hacia el trono de la unicidad y mostró la creencia en Allah y demostró la unicidad divina, de manera que ¿sería posible para la ilusión y la duda taparlos y velarlos?

    Y si hemos dado a conocer a este noble señor, lugar de manifestación de los milagros, y hemos explicado de alguna manera con los tipos de sus milagros en catorce efluvios del agua de la vida del conocimiento de esa prueba categórica en la Decimonovena Palabra, nos contentaremos aquí con esta indicación, y concluiremos con una noble oración en forma de indicaciones hacia fundamentos que purifican la evidencia de la unicidad, esa evidencia categórica, y atestiguan su sinceridad:

    ¡Oh Allah! Concede bendiciones a quien demostró Tu necesaria existencia y unicidad, y dio testimonio de Tu majestad, belleza y perfección⁕ el testigo verificado y veraz⁕ la prueba expresada en palabras, verificadora⁕ el señor de los Profetas y Enviados⁕ el portador del secreto de su consenso, confirmación y milagros⁕ el imam de los amigos de Allah y los veraces⁕ el de los milagros evidentes, las maravillas claras y las pruebas categóricas, el confirmador y el confirmado⁕ el dotado de cualidades valiosas en sí mismo, cualidades de carácter elevadas en su tarea y elevadas cualidades en su Shari’a, perfecta y libre de toda contradicción⁕ el lugar de descenso de la revelación divina por el consenso del Revelador, lo revelado y aquel al que se le reveló⁕ el viajero a través de los mundos del No-visto y el dominio invisible⁕ el observador de los espíritus y acompañante de los ángeles⁕ el modelo de la perfección del universo⁕ tanto en persona, como en especie y en género⁕ el más luminoso de los frutos del árbol de la creación⁕ la lámpara de la verdad y la prueba de la realidad⁕ la representación de la misericordia, la ejemplificación del amor⁕ el revelador del talismán del universo⁕ el anunciador de la soberanía del señorío⁕ la señal de que lo elevado de su personalidad inmaterial estuvo ante los ojos del Creador del mundo en la creación del universo⁕ el poseedor de una Shari’a que por la amplitud la amplitud de sus principios y su fuerza indica que es el sistema del Organizador del Mundo y la instauración del Creador del Universo⁕. En efecto: El que ordenó el universo con este orden perfecto y total es el que ordenó esta religión con este sistema excelente y hermoso⁕ nuestro maestro-de nosotros que somos la comunidad de los hijos de Adam- y nuestro guía a la creencia-de nosotros que somos la comunidad de los creyentes- Muḥammad ibn ‘Abdullah Ibn '’Abd al-Muṭṭalib, que sean sobre él las bendiciones más perfectas y la paz más completa⁕ mientras duren los cielos y la Tierra⁕ porque él es el testigo veraz y verificado que atestigua ante la presencia de todos, llamando y enseñando a las generaciones del género humano a través de los siglos y todos los confines del mundo, con una llamada elevada, con todas sus fuerzas, con total seriedad y firmeza, con máxima seriedad, con la fuerza de su serenidad y la perfección de su creencia: “Atestiguo que no hay dios sino Allah, Él Solo, sin copartícipe.

    {EL DUODÉCIMO DESTELLO, QUE TIENE LA FUERZA DE LOS SOLES.}

    Este Duodécimo Destello de la Vigésimo Segunda Palabra es tal océano de verdades que todas las veintidós palabras anteriores son solo una gota de él, y es una fuente tal de luces que estas veintidós Palabras son solo veintidós Destellos de ese Sol. En efecto: Cada una de esas veinte palabras anteriores son un destello de una estrella de una sola aleya que brilla en el cielo del Corán, y una sola gota del río de una sola aleya que fluye desde el mar del Discernimiento, y una perla de una sola de sus aleyas, cada una de las cuales son cofres de joyas del tesoro del libro de Allah, su tesoro sublime…

    Así pues, la palabra de Allah, de la que una pequeña parte se da a conocer en la Decimocuarta Gota de la Decimonovena Palabra, ha sido descendida (revelada) desde el Nombre Supremo y desde el Trono Supremo y desde la manifestación suprema del señorío divino; y afirma repetidamente, con toda su fuerza, dentro de una amplitud y elevación que conecta la preexistencia con la eternidad y conecta el suelo con el Trono Divino, y con la certeza de todas sus aleyas: ¡No hay dios sino Él! Y llama a todo el universo a dar testimonio y lo hace testificar. En efecto: El mundo llama a la vez con: {No hay dios sino Él}

    En efecto: Si miras ese Corán con los ojos de un corazón sano, verás que sus seis direcciones son tan brillantes y transparentes que ninguna oscuridad, ninguna mala orientación, ninguna duda o sospecha, ningún engaño podría entrar en él o encontrar una fisura a través de la cual entrar y violar su pureza. Porque por encima de él está el cuño de su carácter prodigioso, inimitable; debajo de él, la prueba y la evidencia; detrás de él, su punto de apoyo: la pura revelación divina; delante de él, la felicidad de las dos moradas (este mundo y el próximo); a su derecha, interroga al intelecto y le hace asegurar su confirmación; a su izquierda, hace atestiguar a la conciencia y reafirma su sumisión; su interior es la guía del Misericordioso obviamente pura; su exterior son las luces puras de la creencia por medio de la contemplación; y sus frutos son los puros, los verificadores de la verdad, los amigos de Allah, los veraces, los adornados con las perfecciones humanas con el ojo de la certeza. De manera que, si pegas tu oído al pecho de ese libro, la lengua del No-visto, y le prestas atención, escucharás desde un valle profundo una llamada celestial familiar y convincente al máximo, extremadamente seria y elevada, equipada con pruebas que repiten {No hay dios sino Él}. De manera que te comunica y desborda sobre ti con lo que dice en el grado de la verdad de la certeza, el conocimiento de certeza como el ojo de la certeza.

    En resumen: Una realidad demostrada por el Mensajero

    más noble (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) junto con el Discernimiento más preciso, cada uno de los cuales son un sol, uno de ellos lo afirma con total fuerza puesto que es la lengua del mundo de lo visible y lo señala con los dos dedos del Islam y del Mensaje bajo la confirmación de todos los profetas y puros apoyados por mil milagros.

    Y el otro demuestra la verdad con total seriedad en cuanto que equivale a la lengua del mundo del No-visto y la señala con los dos dedos de la legitimidad y la guía bajo la confirmación de todos los signos creacionales del universo y en el número de cuarenta de los aspectos de su carácter inimitable y prodigioso. ¿No es esa verdad entonces más brillante que el sol y más clara que la luz del día?

    ¡Oh ser humano insignificante, extraviado y rebelde! *(*[26]) ¿Cómo puedes oponerte a estos dos soles y mostrar desdén por ellos, con la antorcha de tu racionalidad, más tenue que el fuego de las luciérnagas? ¿Te esfuerzas por apagarlos soplando? ¡Uf, uf! a tu intelecto que niega. ¿Cómo puedes negar las dos lenguas del No-visto y estos dos testimonios y las palabras y afirmaciones que expresan en nombre del Señor de todos los mundos y por cuenta del Dueño de este universo?¡Oh desgraciado, más incapaz y más insignificante que una mosca! ¿Quién eres tú que intenta poner de mentiroso al Dueño del este universo, Dueño de la majestad?

    {Conclusión}

    ¡Oh compañero cuya mente está alerta y su corazón, atento! Si has entendido esta Vigésimo Segunda Palabra desde el principio hasta aquí, toma los doce Destellos juntos en tu mano, y encontrando una lámpara de verdad tan poderosa como mil lámparas eléctricas, adhiere a los versículos del Corán que se mencionan a continuación. Monta el corcel de la asistencia Divina, asciende a los cielos de la verdad, sube al Trono del conocimiento Divino.

    Y di: {Atestiguo que no hay dios sino Tú, Solo, no tienes copartícipe} Y publícalo a la vista de todos los seres existentes del universo en la mezquita grande del mundo, diciendo: {No hay dios sino Allah, Él Solo, sin asociado; Suyo es el dominio y Suya es la alabanza; Él da la vida y da la muerte, y Él es El que vive y no muere; En Su mano está el bien, y Él es Poderoso sobre todas las cosas}.

    {¡Gloria a Ti! No tenemos conocimiento salvo lo que Tú nos has enseñado; de hecho, Tú eres omnisciente, Sabio. ⁕}

    ¡Señor nuestro! No nos tomes en cuenta si olvidamos o caemos en error. ⁕ ¡Señor nuestro! No nos impongas una carga como la que impusiste sobre los que hubo antes de nosotros; ⁕ ¡Señor nuestro! No nos impongas una carga mayor que la que podamos que soportar. ⁕ Y borra nuestras faltas, perdónanos y ten piedad de nosotros. Tú eres nuestro Dueño auxílianos contra la gente incrédula* ¡Señor nuestro! No desvíes nuestros corazones después de que Tú nos hayas guiado, sino concédenos misericordia de Tu parte; ciertamente Tú eres El que concede las dádivas. ⁕ ¡Señor nuestro! Tú eres Aquel que reunirá a la gente para un Día sobre el cual no hay duda; ciertamente Allah no incumple lo prometido⁕

    ¡Oh Allah! Concede bendiciones y paz a quien enviaste como misericordia para todos los mundos, y a toda su Familia y Compañeros. Y ten misericordia de nosotros y ten misericordia de su comunidad, a través de Tu misericordia ¡oh Tú el más Misericordioso de los misericordiosos! Amín.

    Y el cierre de su oración será: ¡La alabanza pertenece a Allah, el Señor de los Mundos!⁕


    La Vigésima Primera Palabra ⇐ | Palabra | ⇒ La Vigésima Tercera Palabra

    1. *[Alude a que una semilla conlleva los árboles. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    2. *[Alude a plantas delicadas como las ramas de la vid que no suben por sí mismas ni cargan el peso de los frutos de manera que son depositados por manos sutiles en los árboles y son envueltos en ellos y cargados sobre ellos. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    3. *Alude a las semillas, pues una semilla de opio que es como un hueso de albaricoque y una pepita de sandía que es como un dírham, por ejemplo, ¿cómo es que trae hojas más hermosas que el paño fino en tejido y flores más blancas y amarillas que las telas finas de lino y frutos más dulces que los dulces y más sutiles, sabrosos y mejores que los rellenos y los envasados y nos lo ofrece desde la despensa de la misericordia? El autor, que Allah esté complacido con él.
    4. *Alude a la creación del cuerpo animal a partir de los elementos y a la formación de los dotados de vida a partir de una gota de esperma. El autor, que Allah esté complacido con él.
    5. *[Alude al animal y al ser humano, pues el animal es un índice pequeño de este mundo y la naturaleza humana es un ejemplo pequeño de este universo. Y por ello existe en el hombre un ejemplo de lo que existe en el mundo. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    6. *[El aparato es una alusión a los árboles que dan fruto puesto que ellos tejen hojas, flores y frutos que traen perplejidad y los adornan y los cocinan y los tienden hacia nosotros como si llevaran en sus ramas delicadas cientos de talleres y fábricas a pesar de que árboles como el pino y el árbol del alquitrán arrojan su taller sobre una roca seca y actúa. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    7. *[Esto indica una semilla. Por ejemplo, una semilla de amapola, como un átomo, la semilla de un hueso de albaricoque, y una de melón, producen del tesoro de la misericordia hojas más finas que la lana, flores más blancas que el lino, y frutos más dulces que el azúcar y más delicados y deliciosos que los dulces y las conservas, y nos los ofrecen.]
    8. *[Alusión al ser humano que es el fruto del árbol de la creación, y al fruto que contiene un programa de su árbol y su índice. Porque la pluma del poder ha escrito en la esencia humana en resumen lo que ha escruto en el libro del mundo grande también. Y la pluma del decreto divino ha insertado en un fruto como una uña lo que ha escrito en un árbol del tamaño de una montaña también. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    9. *[Esto alude a la faz de la Tierra en primavera y en verano. Pues cientos de miles de clases de diferentes criaturas son creadas unas dentro de otras y escritas en la faz de la Tierra y se sustituyen sin falta ni error y con perfecto orden. Y se abren miles de mesas del Misericordioso y se retiran y son renovadas y cada árbol se convierte en algo equivalente a una mesa servida y cada jardín en el equivalente a un recipiente. El autor, que Allah esté complacido con él]
    10. *[Son las caravanas de plantas y árboles, que llevan el sustento de todos los animales. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    11. *[Esa inmensa lámpara eléctrica alude al sol. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    12. *[El hilo y los alimentos prendidos de él, son las esbeltas ramas de los árboles y sus deliciosos frutos. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    13. *[Los dos pequeños odres aluden a los pechos de las madres. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    14. *[En cuanto a los elementos y minerales, éstos aluden a los elementos de aire, agua, luz y tierra, que tienen numerosas tareas bien reguladas; se apresuran a socorrer a todos los seres necesitados con el permiso divino, entran en todas partes y traen ayuda a la orden divina, producen todas las cosas necesarias para la vida y amamantan a los seres vivos, y son la fuente, el lugar de nacimiento y la cuna de las obras divinas y de su tejido y grabado por la orden divina. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    15. *[La cuerda gruesa alude a los árboles frutales; los miles de cuerdas a sus ramas; y los diamantes, adornos, favores y regalos en las puntas de las cuerdas aluden a la variedad de flores y frutos. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    16. *[El tarro de conserva alude los dones de la misericordia divina, como los melones, las sandías, las granadas y cocos, que son las conservas del poder divino, y como las latas de leche. El autor, que Allah esté complacido con él]
    17. *[Quince días es una alusión a la edad de quince años, la edad de la asunción de los deberes de la ley revelada. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    18. *[Las mesas aluden a la faz de la tierra en verano, durante el cual cientos de mesas del más Misericordioso emergen frescas y diferentes de las cocinas de la misericordia. Cada jardín es un recipiente, cada árbol una mesa servida. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    19. *[El barco alude a la historia, y la península, a la era de la Bienaventuranza o era del Profeta, que Allah bendiga y salve. Al despojarse del vestido de esta baja civilización en su oscura orilla, entrar en los mares del tiempo, abordar la historia y desembarcar en la Península Arábiga en la era de la Bienaventuranza y visitar a la Gloria del mundo, que Allah bendiga y salve, en sus obligaciones, sabemos que es una prueba de la Unidad Divina tan brillante que ilumina el todo el globo y las dos caras del pasado y el futuro, y dispersa la oscuridad de la incredulidad y el error. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    20. *[Los mil signos son los milagros de Muḥammad, que Allah bendiga y salve, que según los que os han investigado, alcanzan casi el millar. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    21. *[La lámpara importante es la luna, que se dividió en dos mitades por indicación suya. Es decir, como Maulana Ŷami dijo: “Con la pluma de su dedo, aquel iletrado que no sabía escribir, escribió un alif en la página de los cielos e hizo de un cuarenta, dos cincuenta”. Es decir, antes de partirse, la luna se parecía a la mim, cuyo valor es de cuarenta; y después de partirse se convirtió en dos medias lunas, y se asemejó a dos nuns, cuyo valor es cincuenta.]
    22. *[ L a enorme luz es el sol; cuando reapareció desde Oriente al girar la Tierra hacia atrás. El Imam ‘Ali, que Allah esté complacido con él, que no había podido realizar la oración de la Tarde puesto que el Profeta, que Allah bendiga y salve, estaba durmiendo en su regazo, debido a este milagro, pudo realizar la oración en su tiempo. El autor, que Alah esté complacido con él.]
    23. *[la publicación luminosa se refiere al Corán, y el sello que lleva alude a su carácter milagroso. El autor, que Allah esté complacido con él.]
    24. *[Azora de la Adoración Pura, aleyas 1,2.]
    25. *[Azora del Dominio, aleya 3.]
    26. *[Estas palabras van dirigidas al que se afana en eliminar el Corán. El autor, que Allah esté complacido con él.]