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("Del mismo modo exactamente, el incrédulo deja la incredulidad absoluta ante los anuncios coránicos celestiales y cae en una incredulidad escéptica, de manera que si se le dice: Tú conocías la muerte y la desaparición como una aniquilación eterna y ¿cómo es posible que viva y disfrute quien mira cada momento a la horca de la que va a ser colgado teniéndola frente a sí? Y dice ese hombre por una porción que ha tomado de la faz de la misericordi..." içeriğiyle yeni sayfa oluşturdu) |
("'''La conclusión:''' Cuando ve la muerte y la desaparición en el sentido de dejar de existir, por medio de esa incredulidad escéptica, las comunicaciones del Corán y los libros celestiales, esas comunicaciones definitivas referidas a la fe en la última vida, le dan una posibilidad de la permanencia, y ese incrédulo se aferra a esa posibilidad de manera que no se carga sobre él ese dolor aterrador como en el caso de la avestruz. Y en ese momento,..." içeriğiyle yeni sayfa oluşturdu) |
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179. satır: | 179. satır: | ||
Del mismo modo exactamente, el incrédulo deja la incredulidad absoluta ante los anuncios coránicos celestiales y cae en una incredulidad escéptica, de manera que si se le dice: Tú conocías la muerte y la desaparición como una aniquilación eterna y ¿cómo es posible que viva y disfrute quien mira cada momento a la horca de la que va a ser colgado teniéndola frente a sí? Y dice ese hombre por una porción que ha tomado de la faz de la misericordia general del Corán y de su luz universal: En verdad la muerte no es aniquilación y existe la posibilidad de la permanencia. O mete la cabeza bajo la arena de la inadvertencia, como el avestruz, para que la hora final no lo vea ni lo mire la tumba ni la desaparición de las cosas le arroje la flecha. | Del mismo modo exactamente, el incrédulo deja la incredulidad absoluta ante los anuncios coránicos celestiales y cae en una incredulidad escéptica, de manera que si se le dice: Tú conocías la muerte y la desaparición como una aniquilación eterna y ¿cómo es posible que viva y disfrute quien mira cada momento a la horca de la que va a ser colgado teniéndola frente a sí? Y dice ese hombre por una porción que ha tomado de la faz de la misericordia general del Corán y de su luz universal: En verdad la muerte no es aniquilación y existe la posibilidad de la permanencia. O mete la cabeza bajo la arena de la inadvertencia, como el avestruz, para que la hora final no lo vea ni lo mire la tumba ni la desaparición de las cosas le arroje la flecha. | ||
'''La conclusión:''' Cuando ve la muerte y la desaparición en el sentido de dejar de existir, por medio de esa incredulidad escéptica, las comunicaciones del Corán y los libros celestiales, esas comunicaciones definitivas referidas a la fe en la última vida, le dan una posibilidad de la permanencia, y ese incrédulo se aferra a esa posibilidad de manera que no se carga sobre él ese dolor aterrador como en el caso de la avestruz. | |||
''' | Y en ese momento, si se le dice: Si se va a un mundo permanente es necesario soportar la contrariedad de las obligaciones religiosas para tener una buena vida en ese mundo. | ||
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