Translations:On Beşinci Söz/138/es
Y de esta grandeza inmaterial de la Tierra*(*[1]) y su importancia desde el punto de vista de la obra divina, el Noble Corán ha hecho de ella algo acreedor de los cielos y equiparable a ellos, a pesar de que ella en relación a los cielos es como el fruto pequeño con respecto a su árbol enorme y la pone a ella en un platillo de la balanza y a los cielos en el otro platillo; y repite la noble aleya: {El Señor de los cielos y de la Tierra.}
- ↑ *[En efecto, la Tierra, a pesar de su pequeñez puede equipararse a los cielos, porque cabe decir que un manantial que siempre da es mayor que una laguna de la que no se saca nada. Luego si se mide una cosa determinada con un instrumento de medir y se pone un lado, luego se miden sus cultivos con el mismo instrumento de medir y se ponen en otro lado, aunque estas materias sean de más tamaño y mayores que el instrumento de medir mismo, incluso mil veces aparentemente, el instrumento de medir podrá equilibrar ese cuerpo y comparar con él. Del mismo modo la Tierra, la ha creado Allah, sea glorificado y ensalzado, como un lugar donde se muestra Su obra y se reúne Su creación, como un eje de Su sabiduría, como una manifestación de Su poder, como un lugar en el que florece Su misericordia, como un lugar donde se cultiva Su jardín, como un instrumento de medir de las cosas existentes y su creación y como una fuente desbordante de la que fluyen las cosas existentes hacia los mares del pasado y hacia el mundo del no-visto; y las ha creado en cuanto a que les cambia anualmente sus ropas tejidas con las maravillas de Su obra, las cambia unas tras otras en cientos de miles de tipos y clases. Y ahora toma ante tu mirada esos mundos cuantiosos que son vertidos en el mundo del no-visto y esas ropas cuantiosas en grado sumo que viste la Tierra y se desprende de ellas, es decir: Supón que todo cuanto hay en la Tierra está presente, luego contraponla con los cielos que siguen un único modo y una sencillez no complicada y sopesa entre ambos, verás que la Tierra está en el platillo de los cielos de manera que no se queda corta con respecto a ellos. Y a partir de aquí entiende el secreto de la noble aleya: {El Señor de los cielos y la Tierra} (El autor).]