EL TRIGÉSIMO DESTELLO
EL TRIGÉSIMO DESTELLO
DEL ESCRITO TRIGÉSIMO PRIMERO
Uno de los frutos de la prisión de Askishahir y uno de los apéndices de la Palabra Trigésima, y consiste en seis puntos.
Y al igual que la Epístola de los Frutos es la mayor lección de las lecciones de la escuela yusúfica*(*[1]) en Daniẓli y la Prueba Radiante es la más perfecta lección valiosa de la lecciones de la escuela yusúfica en la ciudad de Afyún, del mismo modo este Destello Trigésimo, que explica seis de los puntos de los seis nombres que están incluíos en el nombre supremo, es la mayor lección fuerte de las lecciones de la escuela yusúfica en Askishahir.
No todo el mundo entiende las cuestiones profundas y amplias de la parte que estudia el nombre de “El Viviente, el Sustentador”, dentro del nombre supremo, ni las saborea todas, pero no obstante, no permanece sin una porción.
EL PRIMER PUNTO DEL DESTELLO TRIGÉSIMO
Sobre la aclaración de uno de los puntos del nombre “al-Quddus”
(Bu Kuddüs Nüktesi, Otuzuncu Söz’ün Zeylinin Zeyli olması münasiptir.)
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo {Y la Tierra la hemos extendido (como una alfombra) y con qué excelencia la hemos allanado y acondicionado} (Sura de Los que levantan un torbellino, 48) A finales del mes de Sha’bán el noble, se me manifestó en la prisión de Askíshahir uno de los puntos de esta aleya y una de las manifestaciones del nombre “al-Quddus (el Purísimo), que es un nombre mayor o una de sus seis luces, y mostró la existencia divina con total evidencia y aclaró la unidad del Señor con total claridad.
Y ello fue que vi que este universo y este globo terrestre son una fábrica grande que está siempre trabajando y una fonda y una hospedería que se llena y se vacía en cada momento, sabiendo que similares fábricas, fondas y hospederías activas se ensucian con residuos y despojos y se contaminan mucho con la basura, y en cada una de sus partes se acumulan sustancias hediondas, y si no se toman en consideración, no se limpian con esmero y no se barren y se limpian mucho, no se puede permanecer en ellas y se asfixia en ellas la gente, si bien la fábrica del universo y la hospedería de la Tierra está impoluta, nítida y limpia, y sin suciedad ni alteración ni putrefacción ya que no hay en ella nada innecesario ni materia que no sea útil ni suciedad casual, y si hay superficialmente se arroja inmediatamente en uno de los aparatos de depuración y se depura rápidamente.
Así pues, Aquel que cuida de los seres, se preocupa mucho por ellos y ellos tienen un Rey Limpiador que limpia esa fábrica grande y ese palacio enorme y lo depura, lo ordena y lo limpia como una habitación pequeña. Por esto no hay en esa fábrica muy grande suciedades, basuras y sustancias residuales abandonadas de sus despojos, en proporción a su grandeza, sino que se cuida de su pureza y su limpieza en relación a su grandeza.
Y eso porque si un ser humano sno se lava durante un mes y no limpia su pequeña habitación durante un tiempo, se ensucia y se mancha, de manera que entonces la pureza y la pulcritud, el lustre y la limpieza en el palacio de este mundo se produce por una purificación esmerada y una limpieza sabia siempre, y si no fuera por esta atención meticulosa y esta purificación y limpieza continua se asfixiarían en la superficie de la Tierra en un solo año cientos de miles de grupos de todos los seres vivos y los despojos de los globos y sus satélites, e incluso los astros expuestos a la muerte y la destrucción en el espacio de los cielos, fracturarían nuestras cabezas y las cabezas de los animales, incluso la cabeza del globo terrestre, incluso la cabeza de nuestro mundo. Y lloverían sobre nuestras cabezas piedras tan grandes como las montañas y nos expulsarían de nuestra patria de este mundo, si bien algunas piedras celestiales aunque cayeron de la demolición y la construcción en esos mundos elevados desde mucho tiempo atrás, para ser un medio de dar una lección, no quebraron la cabeza de nadie en absoluto.
Y los despojos de doscientos mil grupos de plantas y los cadáveres de cien mil grupos de animales han contaminado también la superficie de la tierra y el mar, por la batalla de la muerte y la vida y su alternancia cada año sobre la superficie de la Tierra, con una contaminación por encima de lo acostumbrado, puesto que no habría provistos de conciencia que quisieran esa superficie y la amasen sino que sentirían repugnancia también y huirían hacia la muerte y la inexistencia, si bien las alas de esa aeronave terrenal y esas aves celestiales y las páginas del libro de estos seres son limpiadas como el ave limpia sus alas y un escritor sus páginas fácilmente y son adornadas de tal manera que quienes no han contemplado la belleza de la Otra Vida sin límite y no la han concebido por la fe, aman la belleza de este mundo y sienten fascinación por esta limpieza suya.
Así pues, el palacio de este mundo y la fábrica de este universo son dos manifestaciones de una manifestación mayor de las manifestaciones del nombre “el Purísimo”. Puesto que no son solamente los depredadores de la tierra firme y el desierto y los limpiadores del mar, comedores de carne, los que prestan atención a órdenes que provienen de esa limpieza relativa al Purísimo, sino que prestan atención a esas órdenes algunos como los gusanos y las hormigas, de entre los limpiadores de la salud, aquéllos que reúnen los cadáveres, e incluso los glóbulos blancos y rojos que hay en la sangre que corre por el cuerpo prestan oídos a esas órdenes de limpieza y de purificación y llevan a cabo acciones de limpieza en las células del cuerpo, al igual que la respiración purifica esa sangre y la limpia
y los párpados escuchan esas órdenes para limpiar los ojos y las moscas las escuchan para limpiar sus alas, al igual que el aire y las nubes colosales escuchan esas órdenes y el aire sopla en la basura, el polvo y la tierra depositados sobre la superficie de la Tierra y la limpian, y la esponja de la nube rocía el agua sobre el jardín de la Tierra y asienta el polvo y la tierra, luego reúne su mercancía inmediatamente y vuelve atrás y se esconde con total orden para no contaminar la faz del cielo mucho tiempo y se manifiesta el ojo del cielo y su cara hermosa habiendo sido limpiadas, resplandecientes.
Y al igual que los astros y los elementos, los minerales y las plantas escuchan esas órdenes de limpieza, así mismo todos los átomos las escuchan también, ya que esos átomos se cuidan de la limpieza entre las tormentas de transformaciones que provocan perplejidad, de manera que no se juntan en un lugar y no se agolpan sin necesidad, y si se contaminan, son limpiados inmediatamente y son conducidos desde el lado de una mano de la sabiduría para que adopten las formas más sutiles, más bellas y más puras y las más puras de las cualidades y las más radiantes, las más limpias y las más nítidas.
Y este acto único, es decir: La limpieza que es una sola realidad, es una gran manifestación de un nombre supremo como “el Purísimo” que es contemplada en el circuito mayor de los circuitos de los seres en cuanto que esa manifestación muestra la existencia del Señor y la unicidad divina con Sus nombres más hermosos, como el sol, sin mediación, a los ojos amplios, agudos como las lentes.
En efecto: Ha quedado demostrado con evidencias categóricas en muchas partes de la Epístola de la Luz que el acto de la ordenación y el sistema, que es una manifestación del nombre “el Juez y el Sabio”, y el acto del equilibrio y la balanza que es una manifestación del nombre “el Equitativo y el Justo”, y el acto del embellecimiento y el bien que es una manifestación del nombre “el Bello y el Generoso”, y el acto de la crianza y el favor que es una manifestación del nombre “el Señor, el Compasivo” indica la necesidad de la existencia de una única Entidad y Su unicidad porque cada uno de ellos es un único acto y una única realidad en este circuito mayor del mundo , al igual que el acto de limpieza y purificación también, que es una manifestación del nombre “el Purísimo” y una revelación suya, indica la existencia de esa entidad de existencia necesaria como el sol y Su unicidad como el día. Y en verdad esos actos sabios como la planificación y el equilibrio, el embellecimiento y la limpieza, indican en el circuito mayor, en el punto de su unidad de género, un Único Hacedor, al igual que la mayor parte de los nombres más hermosos, incluso cada uno de los mil y un nombres tiene una manifestación mayor también en este circuito mayor y en verdad el acto que surge de esa manifestación indica con rotundidad y claridad en relación a su grandeza, al Uno, Único.
En efecto, los actos unitarios y las realidades obvias que iluminan la faz del universo y le hacen reír, como la sabiduría general que ha sometido toda cosa a su ley y sistema, el cuidado que todo lo abarca que ha embellecido la faz de cada cosa y la ha hecho reír, la misericordia que todo lo abarca que ha alegrado cada cosa y la ha complacido, la provisión y la manutención general que nutren cada uno de los asuntos de los dotados de vida y le dan el placer, y la vivificación y la vida que hacen cada cosa análoga con todas las cosas, beneficiaria de ellas y poseedora de ellas en un grado, indican obviamente un Único Ser “Sabio, Generoso, Compasivo, Proveedor, Viviente y Dador de vida” como la luz indica al sol.
De manera que si no se atribuye al Uno, el Único, de entre cien, uno solo de esos actos vastos, cada uno de los cuales es una evidencia espléndida de la unicidad, se hacen necesarias imposibilidades en cien sentidos. Por ejemplo: Si no se atribuye de entre ellos, no ya algo como la sabiduría, la atención, la misericordia, el sustento y el dar la vida, de entre las realidades obvias y las pruebas de la unicidad, sino simplemente el acto de la limpieza, al Creador del universo es necesario entonces en la vía de la incredulidad de la gente del extravío, o bien que cada cosa de todas los seres creados que tienen relación con la limpieza, desde el átomo y la mosca hasta los elementos y los cuerpos celestes, estén en una predisposición que reflexione y sepa adornar los seres inmensos, equilibrarlos, organizarlos y limpiarlos y actúe según eso; o bien, que haya en ella atributos purísimos de los atributos del Creador, el Conocedor, o bien que se funde un consejo de consulta tan grande como el universo para organizar el presupuesto de los ingresos de este universo y sus gastos, y para organizar su embellecimiento y su limpieza, y que sean los átomos, las moscas y los astros, dentro de lo que no tiene límite, miembros de ese consejo. Y así habrá cientos de imposibilidades ficticias y falacias como estas imposibilidades hasta que haya una limpieza, una purificación y un embellecimiento superiores que todo lo abarquen y sean atestiguados en cada lado; y esto no es una única imposibilidad, sino que tienen lugar cientos de miles de imposibilidades en el terreno.
En efecto: Si no se atribuye al sol la luz del día y los solecitos imaginarios que se reproducen en todas las cosas traslúcidas sobre la Tierra, y no se dictamina que son manifestaciones del reflejo de un solo sol, es necesario entonces la existencia de soles reales en cada trozo de los cristales que brillan sobre la faz de la Tierra, en las gotas de agua y en los cristalitos de la nieve, e incluso también en los átomos del aire, para que exista esa luz general.
Y la sabiduría también es una luz, así como la misericordia que todo lo abarca, y el embellecimiento, el equilibrio, la organización y la limpieza son luces que todo lo abarcan, por lo que son los rayos de ese sol sempiterno.
Así pues ven y mira cómo entra la incredulidad y el extravío en un cieno del que no sale y mira qué grado de necedad hay en la ignorancia que hay en el extravío y di: La alabanza a Allah por la religión del Islam y la perfección de la fe.
En efecto: Esta limpieza general elevada que limpia el palacio del universo es una manifestación del nombre “el Purísimo” y su implicación categóricamente. En efecto: Al igual que las glorificaciones de todos los seres creados miran al nombre “el Purísimo”, así mismo el nombre “el Purísimo” implica todas sus limpiezas*(*[2]) también.
Así pues de esta pertenencia relativa al Purísimo forma parte el ḥadíz: “La limpieza es parte de la fe”. La limpieza es parte de la luz de la fe, y la aleya {En verdad Allah ama a los que se vuelven (a Él) y ama a los que se purifican} (Sura de la Vaca, 222) indica que la limpieza es un medio para el amor divino también.
El punto segundo del Destello Trigésimo
{Y no hay nada cuyos depósitos no estén junto a Nos y no lo hacemos descender sino en una medida conocida} (Sura de al-Ḥiŷr, 21) Se me mostró desde lejos, en la prisión de Askishahír, uno de los puntos de esta aleya, al igual que el primer punto, y una de las manifestaciones del nombre “el Equitativo”, que es un nombre supremo o una de sus seis luces. Así pues decimos a modo de ejemplo también, para hacerlo más asequible:
Este universo es un palacio en el que hay una ciudad que oscila entre la destrucción y la rehabilitación siempre, y en esa ciudad hay un reino que hierve entre la guerra y la emigración cada momento, y en ese reino hay un mundo que rueda entre la muerte y la vida cada tiempo, a pesar de que gobierna en ese palacio, en esa ciudad, en ese reino y en ese mundo, un equilibrio, una balanza y una ponderación motivo de perplejidad, ya que se demuestra obviamente que estas transformaciones, suministros y gastos en estas cosas existentes, que no tienen límite, se miden y se pesan con la balanza de un ser Uno, Único que ve todos los seres y los hace pasar por la mirada de Su inspección en un único momento. Y si no, las causas que quieren tomar posesión y actúan para estropear el equilibrio con la violencia por medio del ataque de las convulsiones y los elementos que circulan como la corriente y por medio veinte mil semillas que las produce una sola flor, de entre las plantas, como la amapola, y por medio de cien mil huevos que pone uno solo de los peces. Si estuvieran estas causas con las cabezas libres o fueran atribuidas a la casualidad errática que carece de propósito y a la fuerza ciega que carece de balanza y a la naturaleza oscura que carece de conciencia, se estropearía el equilibrio de las cosas y el equilibrio de esos seres ya que se convertirían en caos y confusión en un solo año, e incluso en un día: Es decir: El mar se llenaría de cosas distintas y hedería por ellas y el aire se envenenaría por gases nocivos y la Tierra se transformaría en un cenagal, una carnicería y un estercolero, y este mundo se iría a pique.
Y así las cosas existentes, desde las células del cuerpo de los seres vivos, desde los glóbulos rojos y blancos de la sangre, desde las mutaciones de los átomos, desde la correspondencia de los órganos del cuerpo, hasta las provisiones de los mares y sus gastos, hasta donde se abastecen los manantiales y sus desagües, hasta los nacimientos de los animales y las plantas y sus fallecimientos, hasta las destrucciones del otoño y las rehabilitaciones de la primavera, hasta los servicios de los elementos y los astros y sus movimientos, hasta la alternancia de la muerte y la vida, la luz y la oscuridad, el calor y el frío, y su lucha y su colisión, se organizan y se pesan con una balanza de precisión y con una medición precisa, de forma que el intelecto del ser humano no ve en ello, en ningún lugar, frivolidad ni derroche verdadero en absoluto, al igual que la sabiduría del hombre ve el más hermoso equilibrio y el más perfecto orden en cada cosa y los explica, y aún más la sabiduría humana es una demostración y un intérprete de ese equilibrio y orden.
Así pues ven y mira el equilibrio de los doce planetas, distintos unos de otros, con el sol. ¡Qué asombroso! ¿Acaso no indica este equilibrio, al igual que el sol la esencia del Majestuoso “ El Poderoso, el Equitativo” y especialmente que nuestra nave -es decir: el globo terrestre- de entre los planetas, discurre y recorre en un solo año en un círculo la distancia de veinticuatro mil años, y con esa velocidad extraordinaria no separa cosas colocadas y ordenadas sobre la superficie de la Tierra, ni las sacude, ni las hace volar al espacio, pero si se aumentara su velocidad o se redujera brevemente volarían sus habitantes hacia la atmósfera y los separaría en el aire y si se estropeara su equilibrio un solo minuto, incluso un segundo, se echaría a perder nuestro mundo, incluso colisionaría con otro y tendría lugar un (día del) Levantamiento.
Y especialmente el equilibrio de cuatrocientos mil clases de plantas y animales sobre la faz de la Tierra, en nacimiento y muerte, subsistencia y vida, ese equilibrio compasivo indica la entidad de Uno “Justo y Compasivo”, como la luz indica al sol,
y especialmente los miembros de un solo individuo de los individuos ilimitados de esas comunidades que no tienen límite, y los órganos de ese individuo y sus sentidos proporcionados y equilibrados con una balanza de precisión, de tal manera que esa proporción y equilibrio indican un Hacedor “Justo y Sabio”,
y especialmente las células en el cuerpo de cada individuo de los animales y la circulación de la sangre y los glóbulos que hay en la sangre y los átomos que hay en los glóbulos, entre los que hay un equilibrio extraordinario,
sensible y delicado que demuestra evidentemente que son mantenidos y dirigidos con el equilibrio de un Único Creador “Justo y Sabio” y con Su ley y Su sistema, ese Creador en Cuya mano está la rienda de todas las cosas y junto al que están las llaves de toda cosa, y no hay nada que le impida nada y dirige todas las cosas fácilmente como una sola cosa, de manera que quien no cree en el peso de las acciones de los genios y los hombres en la balanza de Su justicia inmensa en el juicio de la Concentración Mayor y lo considera inverosímil, si reflexiona sobre este equilibrio mayor que contempla con sus ojos, en este mundo no queda considerarlo inverosímil en absoluto.
Así pues ¡Oh hombre desgraciado, excesivo en vez de mesurado, injusto en vez de justo, impuro en vez de limpio! En verdad tú, por estar en contra de todos los seres creados existentes puesto que no actúas con moderación, limpieza y equidad que son los reglamentos de las acciones de las cosas existentes y los seres todos, te conviertes en un objetivo de su enojo y su aborrecimiento con respecto a ti en significado. ¿Y en qué te apoyas? Hasta que encolerizas a todas las cosas existentes con tu injusticia y tu corrupción y con tu desmesura e impureza.
En efecto, lo que hay en el universo de sabiduría general que proviene de la manifestación mayor del nombre “el Sabio”, actúa con moderación y ausencia de desmesura y la ordena,
y lo que hay en ellas de la justicia completa que proviene de la manifestación mayor del nombre “el Equitativo”, rige el equilibrio de todas las cosas y ordena al ser humano también la justicia. Y la mención de la balanza cuatro veces, que indica cuatro grados y cuatro tipos de la balanza, en la sura del Misericordioso en las aleyas: {Y el cielo lo ha elevado y ha puesto la balanza: No os excedáis en la balanza y cumplid el peso con equidad y no hagáis perder la balanza} indica el grado de la grandeza de la balanza y la grandeza de su valor por encima de lo común en el universo.
En efecto, no hay desmesura en nada, al igual que no hay corrupción e injusticia verdadera en nada originalmente y en verdad el limpiar y la limpieza que proviene de la manifestación suprema del nombre “el Purísimo (el Purísimo)” limpia las cosas existentes del mundo por entero y las embellece, y no se ve fealdad y suciedad verdadera en nada originalmente mientras no se mezcle con ello la mano contaminada del ser humano.
Así pues has de entender que la justicia, la moderación y la limpieza, que forman parte de las verdades del Corán y de los reglamentos del Islam, ¡qué reglamentos tan esenciales en la vida del ser humano son! y has de saber que las normas del Corán, ¡qué conexión tienen con los seres y cómo se han extendido sus raíces en los seres y los han envuelto! Y que la destrucción de esas verdades no es posible como la destrucción de los seres y la sustitución de sus formas, y en verdad cientos de verdades universales como la misericordia, la providencia y la protección, implican la Reunión (el día del Levantamiento) y requieren la Otra Vida, como estas tres luces supremas. Y con esto: ¿Es acaso posible de alguna manera que verdades universales, muy fuertes, como la misericordia, la providencia, la justicia, la sabiduría, la moderación y la limpieza, que gobiernan el universo y todas las cosas existentes, se transformen en injusticia, ausencia de misericordia, desmesura, ausencia de sabiduría y en frivolidad y ausencia de limpieza, en la ausencia de la Reunión y la ausencia de la venida de la Otra Vida? ¡Cien mil veces no!
Y qué asombroso sería que una misericordia y una sabiduría, que protegen el derecho de la vida de una mosca con una protección compasiva, hicieran que se perdieran, por la ausencia de la venida de la Reunión, los derechos sin límite de la vida de todos los dotados de conciencia y los derechos sin fin de las cosas existentes que no terminan. Y en verdad la grandeza de un Señorío que manifiesta en la misericordia y en la compasión, en la justicia y en la sabiduría, una delicadeza y sensibilidad sin límite-si cabe la expresión- y el poderío de una Divinidad que adorna a estos seres con bendiciones y obras extraordinarias sin límite para manifestar Sus perfecciones y para darlo a conocer y hacer que sea amado, ¿acaso permitirían la inexistencia de la Reunión, con una inexistencia que niega todas Sus perfecciones y rebaja todas Sus seres creados al grado de la inexistencia? ¡Lejos ambos de eso! Pues en verdad una belleza absoluta así no permite obviamente una fealdad absoluta tampoco.
En efecto: Quien quiere negar la Otra Vida tiene primeramente que negar todo este mundo con todas sus realidades y si no, este mundo con todas sus verdades lo desmentirá con cientos de miles de lenguas y demostrará en esta mentira suya cien mil grados de sus mentiras. Y la “Epístola de la Reunión” ha demostrado con sus pruebas categóricas que la existencia de la Otra Vida es categórica, indubitablemente, como lo es la existencia de este mundo.
Que indica la luz tercera de las seis luces del nombre supremo
El punto tercero:
En el noble mes de Ramaḍán se me mostró un punto de la aleya: {Llama al camino de tu Señor con la sabiduría} (Sura de las Abejas, 125) y una revelación de las revelaciones del nombre “el Sabio”, que es un nombre supremo o una de sus seis luces. Este “punto tercero” que es equivalente a cinco puntos fue escrito rápidamente a modo de hacer alusión a él simplemente y permaneció en estado de borrador.
El primer punto:
La manifestación suprema del nombre “el Sabio” convierte este universo en algo equivalente a un libro en el que en cada una de sus páginas se han escrito cientos de libros y en cada una de sus líneas cientos de páginas y en cada una de sus palabras hay cientos de líneas y en cada una de sus letras cientos de palabras y en cada uno de sus puntos hay un pequeño índice resumido del libro como se ha aludido a ello en la “Palabra Décima”. De manera que las páginas de ese libro indican, así como sus líneas, incluso sus puntos con cientos de aspectos, a Su Artífice y Escritor con claridad, demostrando la contemplación de ese libro la existencia de Su escritor y Su unidad más que su propia existencia cien veces porque una letra informa de su existencia en la medida de una letra e informa de su Escritor en la medida de una línea.
En efecto: Una página de este libro grande es la faz de la Tierra y se ve con la vista que se escriben en ellas libros en el número de las clases de las plantas y los animales, juntos, compenetrados en un único momento en la estación de la primavera en la forma más perfecta sin error. Y una línea de esa página es un jardín de manera que vemos con nuestros propios ojos que se escriben en él poemas versificados en el número de las plantas, árboles y flores que hay en ese jardín, juntos, compenetrados sin error. Y una palabra de esa línea es un árbol que ha abierto las flores y ha echado las hojas dando frutos, de manera que esta palabra son párrafos que transmiten el elogio del “Sabio, el Majestuoso” y Su ensalzamiento en el número de sus frutos, sus flores y sus hojas, adornados, equilibrados, ordenados, como si ese árbol fuera también un poema compuesto que cantara las alabanzas de su Artífice como todo árbol que echa hojas.
Y también es como si ese árbol quisiera mirar con miles de ojos lo que le presenta el “Sabio, el Majestuoso”, en la exposición de la Tierra, de Sus vestigios extraordinarios, asombrosos.
Y también es como si ese árbol tomara una forma embellecida y equilibrada, ordenada y comunicativa también, para mostrar ante la mirada de su Sultán, en la primavera que es su fiesta particular y su exposición oficial, los regalos, las marcas y las señales incrustadas que concedió ese Sultán Eterno a ese árbol, así como que le fue dada una forma sabia, que atestigua la existencia de su Diseñador y Sus nombres en cada una de sus flores y cada uno de sus frutos con las pruebas de Su existencia, numerosas y compenetradas.
Por ejemplo: En cada flor y fruto hay una balanza y esa balanza está en un orden y ese orden está en una ordenación y equilibrio renovados. Y esa ordenación y equilibrio están en un adorno y una obra, y ese adorno y obra están en olores buenos y sabores sabios; y por ello una sola flor indica a ese “Sabio, Majestuoso” en el número de las flores de ese árbol,
y un punto del hueso en un fruto equivale a una letra en este árbol que es una palabra, ese punto es una caja pequeña que contiene un índice de ese árbol al completo y de su esquema. Y así sucesivamente.
Y según este patrón se han establecido todas las líneas del libro de los seres y sus páginas, incluso cada línea, cada palabra, cada letra y cada punto de él, no simplemente cada página, como milagros por medio de la revelación del nombre “El Juez, el Sabio”, puesto que si se reunieran todas las causas no podrían traer algo semejante a un punto (una semilla) ni podrían impedirlo.
En efecto, cada uno de los signos*(*[3]) relativos a la creación de entre los signos de este universo, ese Corán inmenso, muestran milagros en el número de sus puntos y sus letras, y por eso la casualidad errante, la fuerza ciega y la naturaleza sorda, que no tienen conciencia ni balanza, no pueden intervenir en ningún sentido, categóricamente, en ese orden delicado y ese equilibrio específico, clarividente y sabio; y si intervinieran en ambos, se mostraría el efecto de la intervención categóricamente, a pesar de que no se contempla en absoluto la corrupción y la ausencia de orden en ningún sentido.
El punto segundo del punto tercero:
Dos cuestiones.
La primera cuestión:
La más importante regla básica es que una belleza en el máximo de la perfección y una perfección en el máximo de la belleza implican ser divulgadas, ser atestiguadas y hacer que se atestigüen, como explica la “Palabra Décima”, de manera que en base a esta regla general básica el Diseñador Eterno da a conocer a los seres del universo, ese libro grande, la belleza de Su perfección y la perfección de Su belleza, y las hace amar a todo existente por medio de numerosas lenguas, desde la más pequeña parte hasta el mayor todo, para dar a conocer Su persona y hacerla amar, y anunciar Sus perfecciones y mostrar Su belleza por medio de estos seres del universo y por medio de cada página y cada línea de ellos, incluso por sus letras y puntos.
Así pues ¡Oh tú hombre inadvertido! En verdad este “Juez, Árbitro, Sabio, Dueño de la majestad y la belleza” quiere darte a conocer a Su persona y hacértela amar por medio de todos Sus seres creados con una forma espléndida sin límite asimismo, y tú, si no lo conoces por medio de la fe, correspondiendo a Su darse a conocer a ti y no haces que Él te ame por tu servidumbre hacia Él, correspondiendo a Su hacerse amar por ti, será ignorancia y perdición dobladas sin límite, así pues has de saber eso y tenerlo en cuenta.
La segunda cuestión:
El Hacedor de este universo, ese Hacedor “Poderoso, Sabio”, no hay lugar para la asociación en Su dominio porque el orden existe en cada cosa al máximo nivel y por ello no admite asociación. Y eso es porque si manos múltiples se mezclan en una acción, se mezcla esa acción, y si existen dos reyes en un reino, o dos gobernadores en un territorio, o dos alcaldes en un pueblo, empieza la corrupción en cada uno de los asuntos de ese reino, ese país y ese pueblo. Al igual que la no aceptación del funcionario más bajo de la intromisión de otro en su función, indica que la particularidad fundamental más importante de la autoridad es la independencia y la exclusividad.
Así pues el orden implica la unidad y la autoridad exige exclusividad, pues si una sombra temporal de la autoridad en el ser humano, que es incapaz y está necesitado de ayuda, rechaza de esa manera la intromisión, la autoridad total verdadera en el grado del señorío en el caso de un Poderoso Absoluto, necesariamente ha de rechazar con toda su fuerza esa intromisión, pues si existiera intromisión en la medida de un átomo, se estropearía el orden.
Sabiendo que este universo ha sido creado de tal forma que para la creación de un hueso de un fruto se requiere un poder capaz de crear un árbol y para la creación de un árbol es necesaria la existencia de un poder capaz de crear los seres del universo, por lo que si hubiera un copartícipe que metiera su dedo en el universo, sería necesario que tuviera parte en el hueso del fruto más pequeño, porque es el arquetipo del universo; y en ese momento se haría necesario que un hueso, incluso un átomo, abarcara dos señoríos que no pudiera abarcar un reino inmenso, y esto es la más remota de las imposibilidades e imaginaciones falsas y la más aguda en falsedad. Así pues has de saber que la incredulidad y el asociar (copartícipes a Allah), que implican la incapacidad de un Poderoso Absoluto en toda cosa, incluso en un hueso de un fruto también-ese Poderoso que toma todos los estados de los seres y sus cualidades en la balanza de Su justicia y en el juicio de Su sistema-son un invento, un error y una mentira multiplicada sin límite, y que la unicidad divina es verídica, real y una verdad multiplicada sin límite. Así pues di: La alabanza a Allah por la fe.
El tercer punto:
El Hacedor, “el Poderoso”, ha introducido por medio de Su nombre “El Juez, el Sabio” miles de mundos coordinados en este mundo y ha creado al ser humano, que es el mayor eje y manifestación de las sabidurías que hay en el universo, a modo de centro y eje entre esos mundos, y la más importante de las sabidurías de ese círculo y la más importante de sus utilidades miran al hombre. Y ha establecido la provisión a modo de un centro en el círculo del hombre también, de manera que la mayor parte de los intereses y las sabidurías en el mundo del hombre miran a esa provisión y se manifiestan por ella esos intereses y sabidurías y se muestra una revelación del nombre “el Sabio” con un aspecto brillante por medio del sabor en la provisión y la conciencia en el hombre, y cada una de los cientos de ciencias que se descubren por medio de la conciencia del hombre da a conocer una revelación del nombre “el Juez” en algún sentido.
Por ejemplo: Si fuera preguntada la ciencia de la medicina: ¿Qué son estos seres? Diría categóricamente: Son una gran farmacia completa y organizada al máximo en la que se han preparado todos los medicamentos y se han dispuesto en una buena disposición .
Y si fuera preguntada la ciencia de la química: ¿Qué es este globo terrestre? Respondería: Es una fábrica química completa y muy bien estructurada.
Y diría la ciencia de las máquinas: Es una fábrica completa al máximo sin defecto.
Y diría la ciencia de la agricultura: Es un jardín completo y un plantío organizado dotado de cosechas al máximo nivel que madura todo tipo de granos en sus tiempos.
Y diría la ciencia del comercio: Es una exposición ordenada al máximo y u mercado muy organizado y una tienda productora de mercancías.
Y diría la ciencia de la manutención: Es un depósito organizado que reúne todos los tipos de provisiones.
Y diría la ciencia de la provisión: Es una cocina del Señor y un recipiente del Misericordioso en el que se cocinan cientos de miles de sabores deliciosos juntos con perfecto orden.
Y diría la ciencia militar: La Tierra es un cuartel en el que hay cuatrocientas mil comunidades distintas que han sido traídas al adiestramiento recientemente y cuyas tiendas se han plantado sobre la superficie de la Tierra en cada estación de primavera a pesar de que sus provisiones son distintas, y sus uniformes y armas son variados, y sus adiestramientos y sus permisos son diferenciados, de manera que se producen ordenadas con el máximo orden, y se dirigen con total disciplina por la orden de un General Supremo Único y por Su fuerza, Su misericordia y Su despensa sin que desatienda u olvide a nadie.
Y si fuera preguntada la ciencia de la electricidad diría categóricamente: El techo del palacio de este mundo magnífico que ha sido adornado con lámparas eléctricas sin límite, ordenadas y equilibradas, pero con un orden y un equilibrio extraordinarios, y por ello esas lámparas celestes, que son mayores que el globo de la Tierra mil veces y al frente de ellas el sol, no explotan ni producen un incendio ni estropean su equilibrio. ¿Y de dónde vienen sus suministros, su nafta y las materias de su ignición y por qué no se acaban y no se altera el equilibrio de su ignición, a pesar de que siempre están en combustión y sus gastos no tienen límite, cuando el caso es que una lámpara pequeña también, si no se atiende regularmente se apaga?
Mira pues la sabiduría del “Sabio Dueño de la majestad” y Su poder que enciende el sol que ha vivido más de un millón de años y es más de un millón de veces mayor que el globo terráqueo, según la ciencia de la astronomía, y lo enciende sin carbón ni nafta*(*[4]) y no lo apaga y di: “Gloria a Allah” y menciona: “Lo que Allah quiera, bendito sea Allah y no hay dios sino Él” en el número de las décimas de los minutos que han transcurrido en el periodo de la vida del sol.
Así pues, en estas lámparas celestiales hay un orden extraordinario y se preocupan por ellas con mucha precisión, de manera que es como si la despensa del humo de esas masas de fuego y esos candiles luminosos muy numerosos y enormes, fuera un ŷahannam cuyo calor no se agota y le da el calor sin la luz, y es como si el taller de esas lámparas eléctricas, su centro y su fábrica, fuera un jardín continuo que les da la luz y la claridad, y cuya ignición perdura con orden por medio de la revelación mayor de las revelaciones del nombre “El Juez, el Sabio” y así...
Y análogamente a estas ciencias este universo ha sido adornado con un número ilimitado de sabidurías y utilidades en un orden perfecto sin defecto, con el testimonio categórico de cada una de los cientos de ciencias, y se ha insertado en el ser vivo y la semilla más pequeños, en una escala pequeña, las sabidurías y orden que se le ha dado al conjunto de los seres del universo, por esa sabiduría que todo lo abarca extraordinaria.
Y es sabido y obvio que el cuidado de las utilidades, las sabidurías y las metas, solo es posible por la elección y la voluntad, y por el propósito y el querer, y no es posible otra cosa. Y que ello no es asunto de la naturaleza y las causas que carecen de conciencia, propósito, voluntad y elección, al igual que no es posible tampoco para ellas intervención alguna. Así pues la negación y el no reconocimiento de un Hacedor Sabio y un Actor Elector, que hacen necesario todas las cosas existentes de este universo y lo indican con sus estructuras y sus sabidurías sin límite, es una ignorancia y una locura asombrosas que no se explican.
En efecto: Si hay en este mundo algo que cause mayor perplejidad es esta negación, porque su no contemplar a ese Hacedor y no reconocerlo, a pesar de que hay testimonios de Su existencia y Su unidad en lo que no tiene límites de las estructuras de las cosas existentes del mundo y sus sabidurías, un ignorante ciego entiende también el alcance del grado de su ser ignorancia y ceguera, hasta el punto de que puedo decir: Los sofistas que se consideran estúpidos entre la gente de la Incredulidad por su negación de la existencia del mundo son los más razonables porque la aceptación de la existencia del mundo junto con la ausencia de la fe en su Dios y su Creador no es aceptable ni posible y por ello determinaron la negación del mundo y se negaron a sí mismos también y dijeron: No existe nada y se desentendieron de la razón y se salvaron de un número ilimitado de estupideces de los demás negadores bajo el velo de la razón y se acercaron así a la razón en algún grado.
El punto cuarto:
Cualquiera que esté dotado de conciencia no admite que un Hacedor “Sabio” y un Constructor “Dotado de sabiduría” cuide cientos de sabidurías con sensibilidad en cada una de las piedras de un palacio y luego no haga para ese palacio un techo, de manera que, por su ruina, se pierdan en vano un número sin límite de las sabidurías que cuidó en él. Y no es posible en ningún sentido que un Sabio Absoluto emplee muchos gastos para un árbol grande como una montaña para producir un solo fruto, una meta pequeña y un único provecho en la medida de un dírham de ese árbol colosal, y haga con ello una necedad derrochadora, contraria y opuesta a Su sabiduría totalmente, a pesar de que Él cuida con precisión por la perfección de Su sabiduría cientos de arreldes de beneficios, objetivos y sabidurías de una semilla como un dírham, tal y como indico en la “Palabra Décima”. Del mismo modo no es posible que un Hacedor Sabio que ha subordinado cientos de sabidurías en cada una de las cosas existentes del palacio de este mundo y ha proporcionado a cada una de ellas cientos de funciones, hasta el punto de que le ha dado a cada árbol sabidurías en el número de sus frutos y funciones en el número de sus flores, desperdicie un ilimitado de número de todas las funciones y sabidurías que no se pueden contar ni enumerar en vano sin significado para ello y sin ningún provecho, a través de hacer que no tenga lugar la Concentración (del Último Día) y el Levantamiento lo cual supone una incapacidad absoluta para la perfección del poder de ese “Poderoso Absoluto” al igual que implica la futilidad y la ausencia de provecho sin límite de la perfección de la sabiduría de ese “Sabio Absoluto” e implica la fealdad sin fin de la belleza de la misericordia de ese “Compasivo Absoluto” e implica la injusticia sin límite de la perfección de la justicia de ese “Justo Absoluto”, hasta el punto de que niega con ello lo que se ve en los seres, en cada uno, en cuanto a la sabiduría, la misericordia y la justicia. Y esto no es sino el más asombroso absurdo en el que hay asuntos falsos sin límite.
Así pues que venga la gente del extravío y miren su extravío y vean cuánta oscuridad aterradora hay en él y cómo es un pozo, guarida de escorpiones y víboras, como su tumba que imaginan y en la que entrarán, y que sepan que la fe en la Otra Vida es un camino luminoso y hermoso como el Jardín, y entren en la fe.
El punto quinto:
Dos cuestiones
La primera cuestión:
En verdad el Hacedor Majestuoso cuida con preocupación la forma más beneficiosa, el modo más fácil, el camino más corto y la imagen más ligera en cada cosa según implica el nombre “El Sabio” de manera que esto indica que no hay derroche, ni futilidad, ni falsedad en la condición natural, pues el derroche es contrario al nombre de “el Sabio” al igual que la economía es inherente a él y es su regla básica.
Así pues ¡Oh hombre derrochador, no economizador! Has de saber que cualquier acción que llevas a cabo es contraria a la verdad puesto que no actúas con economía que es la base esencial de las reglas de todos los seres y has de entender que la aleya:
{Comed y bebed y no os excedáis} (Sura de las Alturas de Reconocimiento, 31) enseña tal regla extensa básica.
La segunda cuestión:
Es acertado que se diga que los nombres “El Juez y el Sabio” indican el mensaje del Mensajero más noble, al que Allah le dé Su gracia y paz, y presuponen su mensaje en el grado de la obviedad. En efecto, si un libro de máxima utilidad requiere un maestro que lo enseñe, si la belleza de un bello requiere un espejo que refleje esa belleza y la muestre a otros y si una obra en el máximo de la perfección requiere un pregonero que le de notoriedad, es necesario entonces que haya un maestro mayor y un orientador más perfecto entre el género humano al que se dirige el libro de los seres, este libro grande que en cada una de sus letras hay cientos de significados y sabidurías, para que enseñe las sabidurías verdaderas y sagradas que hay en ese libro, y aún más para que se sepa la existencia de las sabidurías en los seres, y aún más para que sea un medio para la aparición de los propósitos divinos en la creación de los seres, y aún más un medio para obtenerlos, y se sepa la belleza de los nombres del Creador y la perfección de Su obra cuya manifestación se quiere con interés por parte del Creador en todos los seres y sea un espejo de esa belleza y perfección. Y que corresponda uno con el nombre de dotado de conciencia de entre los seres creados de ese Creador con una servidumbre amplia ante las manifestaciones amplias de la divinidad. Porque ese Creador pide la correspondencia de esos seres creados dotados de conciencia y quiere hacerse amar por todas las cosas existentes y suscitar en la tierra y al mar el éxtasis del recuerdo, hacer resonar los cielos y la Tierra y dirigir las miradas del dotado de conciencia, por medio de las voces que lo ensalzan y santifican, hacia el Hacedor de esas obras, y muestre con la más hermosa forma los propósitos de ese Hacedor “el Justo, el Sabio”, de entre Sus propósitos divinos, a través de un Corán de enorme importancia, que dirija hacia Sí mismo los oídos de toda la gente de intelecto, por medio de lecciones y educaciones sagradas, y que corresponda con la más perfecta correspondencia a Sus manifestaciones de belleza y majestad y la manifestación de todas Sus sabidurías. Así pues la existencia de un ser humano tal es ineludible y necesaria para este universo, como la existencia del sol, y realmente el que actúa así y cumple esas funciones de la forma más perfecta es el Mensajero más noble, al que Allah le dé Su gracia y paz, como está atestiguado. Y si es así las sabidurías que hay en el universo requieren el mensaje Aḥmadiano en el grado en que el sol requiere la luz y en el grado en que la luz requiere el día.
En efecto: Al igual que el nombre de “El Sabio” implica por su revelación mayor el mensaje Aḥmadiano en el grado supremo, asimismo muchos de los nombres más hermosos como “Allah, el Misericordioso, el Compasivo, el Amoroso, el Benefactor, el Generoso, el Hermoso y el Señor” cada uno de ellos requiere con la mayor revelación que se testimonia en los seres el mensaje Aḥmadiano en el grado mayor y el nivel máximo.
Por ejemplo: La misericordia que todo lo abarca, que es una revelación del nombre “el Misericordioso”, se muestra por medio de este Mensajero que es una misericordia para los mundos. Y el darse a conocer y el hacerse amar divinos, que es una manifestación del nombre “el Amoroso”, ve la correspondencia y obtiene el resultado por ese Mensajero que es el amado del Señor de los mundos. Y ciertamente todas las clases de la belleza que son una de las manifestaciones del nombre “el Hermoso”, quiero decir: la belleza de la esencia, la belleza de los atributos, la belleza de los nombres, la belleza de la creación y la belleza de las cosas creadas, se muestran y se ponen de manifiesto en ese espejo Aḥmadiano también. Y ciertamente las manifestaciones de la soberanía de la divinidad y la grandeza del señorío, se conocen por medio del mensaje de la esencia Aḥmadiana que es el indicador de la soberanía del señorío que se muestra por ese mensaje y se hace entender y se acepta por él y así sucesivamente. Pues en verdad cada uno de la mayor parte de los nombres es una evidencia espléndida del mensaje Aḥmadiano como estos ejemplos mencionados.
El resultado es que si este universo existe innegablemente, las realidades atestiguadas como la sabiduría, la providencia, la misericordia, la belleza, el orden y el equilibrio, que son equivalentes a los colores y el adorno, las luces y las claridades, los atributos, la vida y los lazos de los seres no se niegan en ningún sentido categóricamente y si la negación de estos atributos y actos no es posible, la esencia de necesaria existencia ”el Sabio, el Generoso, el Compasivo, el Hermoso, el Juez, el Equitativo”, el Detentador de esos atributos, el Actor de esos actos y el Sol de esas luces, no puede ser negado en ningún sentido en absoluto y negarlo no es aceptable. Y ciertamente el mensaje de Muḥammad, al que Allah le dé Su gracia y paz, ese amado del Misericordioso, ese reflejo del Eterno, el descubridor del talismán del mundo, el guía supremo, el maestro perfecto, el instructor mayor, que es el eje de la manifestación de esos atributos y actos, y aún más el eje de su perfección y aún más de su verificación, no puede ser negado en ningún sentido en absoluto, y en verdad el mensaje de este Mensajero es la más resplandeciente de las luces del mundo de la realidad y la realidad del mundo, como las luces de ambos mencionadas.
Sean con él y con su familia y compañeros la oración y el saludo de paz en el número de las décimas de los días y los átomos de los seres humanos.
{¡Gloria a Ti, no tenemos más conocimiento que el que Tú nos has enseñado, en verdad Tú eres el Conocedor, el Sabio!}
El punto cuarto del destello trigésimo:
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo {Di: Él es Allah, Uno}
En la prisión de Askishahir, en el noble mes de Shawwál, se me mostró un punto de esta aleya y una manifestación del nombre “el Único” que es un nombre supremo que encierra los nombres del Uno y el Único o es una de sus seis luces. Y trasladamos los detalles de esta gran manifestación a la “Epístola de la Luz” y vamos a explicar aquí resumidamente con siete alusiones resumidas la doctrina de la unicidad divina verdadera a la que alude el nombre “el Único” con su manifestación suprema.
La primera alusión:
El nombre “el Único”, ese nombre supremo, ha puesto las marcas de la unicidad divina y los sellos de la unidad con una manifestación suprema sobre la configuración del conjunto de los seres y sobre cada clase de ellos y sobre cada individuo de ese conjunto y ha explicado eso detalladamente el “Escrito Trigésimo Tercero y la Palabra Vigésimo Segunda”, y nosotros aquí vamos a aludir solamente a tres marcas.
La primera marca: La manifestación del Único ha puesto sobre la superficie del universo una de las marcas de la unidad puesto que ha puesto a los seres en el juicio de un todo que no admite partición de manera que quien no tiene poder discrecional en todo el universo no es dueño verdadero de una de sus partes en absoluto. Y esta marca es que las cosas existentes del universo y sus clases se ayudan unas a otras y actúan algunas de ellas para completar la acción de la otra, como los instrumentos de una fábrica organizada, de manera que representan la unidad de una existencia con la imagen de su engranaje y su abrazo y la anticipación de algunas a reforzar a otras y la respuesta de algunas a la pregunta de otras y a través de su cooperación y su apoyo mutuo puesto que no es posible separar unas de otras, al igual que los elementos existentes en el cuerpo del ser humano. De manera que quien sujeta la rienda de un elemento, si no puede sujetar las riendas del todo, no retiene la rienda de ese único elemento.
Así pues, esa cooperación, apoyo mutuo, respuesta mutua y abrazo, son una gran marca muy brillante de las marcas de la unidad.
La marca segunda: Se ve por la manifestación del nombre “el Único” una marca espléndida de las marcas de la unidad y un sello espléndido de los sellos de la unicidad, especialmente en la primavera y sobre la faz de la Tierra puesto que demuestra que quien no puede dirigir a todos los dotados de vida sobre la superficie del globo de la Tierra con todos sus individuos, sus circunstancias y asuntos, y ver a todos ellos y conocerlos y crearlos de una vez, no puede intervenir en nada en absoluto en el sentido de hace existir.
Así pues mira simplemente esta marca, diseñada, tejida con los lazos de doscientos mil grupos de animales y doscientos mil especies de plantas, sin contar las marcas escondidas ordenadas al máximo de entre las marcas de los seres creados inertes, los elementos y las sustancias minerales sobre la superficie de la Tierra. Y esa marca es que nosotros vemos con nuestros ojos que se les da de una vez, en la estación de la primavera sobre la faz de la Tierra, sus formas distintas, sus servicios diversos, sus sustentos variados y sus órganos diferenciados, juntos interconectados, sin equivocarse ni confundirse ninguno de ellos en absoluto con diferenciación y distinción en el máximo grado y con una balanza de precisión, en la culminación de la mescolanza y que se le da a cada cosa todo lo que precisa sin fatiga y en su momento oportuno desde donde no lo espera. Y por eso esa voluntad, dirección y manera, en el semblante de la Tierra, es un sello de unidad y una marca de unicidad que indica que quien no ha creado esas cosas existentes todas de una vez a partir de la nada y no las ha dirigido juntas, no interviene en nada en absoluto en el sentido de hacer existir y el señorío, porque si se le mezclara, se malograría el equilibrio de la dirección extensa sin límite, excepto que el hombre tiene un servicio formal por Su mandato, sea ensalzado, también para el buen curso de esas reglas de entre las reglas del señorío.
La marca tercera: En la cara del ser humano hay una marca de las marcas de la unicidad, y aún más ella misma es una marca que indica que una causa, en la que en la mirada de su lectura no están de una vez todos los individuos de la especie humana, desde el tiempo de Adam hasta el día del Levantamiento, y que no ha puesto en esa cara un número ilimitado de signos diferenciadores, no puede extender su mano, en el sentido de hacer existir, hacia el sello de la unicidad en la cara de un solo ser humano simplemente.
En efecto: Quien ha puesto esa marca en la cara del hombre, están presentes en la mirada de Su contemplación y en el círculo de Su conocimiento, todos los individuos del ser humano, y por esto el semblante de cada ser humano no se parece enteramente al semblante de otro y ello por alguno de los signos distintivos, a pesar de que se parecen unos a otros en los miembros básicos. De manera que al igual que el parecido de los miembros que hay en ese semblante, en cada uno de los individuos, es una marca de una unicidad que atestigua que el Hacedor de ese tipo humano es Uno, así mismo su distinción en muchos de los signos distintivos, sabios, es para diferenciarlos y para que no se confundan unos con otros en ese semblante, y eso, por encima del resto de las especies para preservar los derechos humanos, indica la voluntad de ese Hacedor Único, Su elección y Su voluntad además de ser una marca de otra unidad, muy sutil, que indica que un hacedor o una causa que no ha creado a todos los hombres y animales, y aún menos al mundo, no puede poner esa marca.
La indicación segunda:
En verdad los mundos de los seres y sus clases y sus elementos están interconectados de tal manera que una causa que no es dueña de la entidad del conjunto de los seres no puede actuar a su arbitrio realmente en un tipo y en un elemento de ellos en absoluto, de manera que es como si una manifestación del nombre “el Único” tomara todos los seres dentro de la unidad y por ello cada cosa anuncia esa unidad.
Por ejemplo: La unidad del sol, que es la lámpara de estos seres, indica que todos los seres pertenecen a Uno, al igual que la unidad del aire, que es el sirviente ambulante y eficaz, de los dotados de vida, y la unidad del fuego, que es su cocinero, y la unidad de la esponja de las nubes, que riega el jardín de la Tierra, y la unidad de la lluvia que socorre a todos los dotados de vida y su llegada a todo lugar, y la propagación de cada individuo de los grupos de la mayoría de los animales y las plantas, una propagación rápida sobre la faz de la Tierra toda y su unidad específica y la unidad de su morada, son indicaciones y testimonios categóricos que indican que esos seres existentes todos ellos junto con sus moradas son el dominio de un Único Rey.
Y analógicamente a esto los tipos interconectados de los seres han puesto al conjunto del mundo en el juicio del todo que no admite división, en el aspecto de hacer existir, de manera que cualquier causa que no ejecuta su gobierno en todos los seres, no puede gobernar sobre ninguno en absoluto en el aspecto del señorío y en la cualidad de hacer existir, ni puede someter a su señorío a un solo átomo simplemente.
Üçüncü İşaret
El nombre de “el Único” ha puesto a los seres, por medio de su manifestación suprema, en el juicio de escritos interconectados sin límite, de manera que cada escrito lleva sellos de la unidad en el número de sus palabras, como si se hubieran imprimido sobre cada escrito sellos de unidad ilimitados y marcas de unicidad muy numerosos, por lo que cada escrito señala a Su escritor en el número de esos sellos.
En efecto: Cada flor, cada fruto, cada planta, y aún más cada animal y árbol, son sellos de la unidad y marcas de la eternidad y el lugar en el que está asume la forma de un escrito y cada uno de esos escritos adopta la forma de una firma que indica al Escritor de ese lugar.
Por ejemplo: Una flor amarilla en un jardín equivale a un anillo del Diseñador de ese jardín, de manera que indica que Aquel cuyo sello es esa flor, esa especie de flores, todas, sobre la faz de la Tierra equivalen a las palabras Suyas y ese jardín es también Su libro.
Así pues, cada cosa refiere todas las cosas a su Creador y apunta por ello a una unicidad suprema.
La cuarta indicación:
La manifestación mayor de las manifestaciones del nombre “el Único” es patente como la manifestación del sol, además de que es aceptada con una facilidad sin límite y en un grado razonable en el grado de la obligatoriedad. Y se han explicado en las partes de “la Epístola de la Luz” muchas evidencias que demuestran que la asociación contraria y opuesta a esa manifestación es un problema del más alto nivel y lejos de la razón al máximo, incluso en el grado de lo absurdo e imposible. Y ahora desentrañamos los detalles de esos puntos en esas pruebas que indican esas epístolas y aclaramos aquí tres puntos de ellas simplemente.
El primer punto: Hemos demostrado al final de las dos palabras, la Palabra décima y la vigésimo novena, en general, y al final del Escrito décimo en detalle, que hacer existir la mayor cosa es tan simple como hacer existir la más pequeña en relación al poder del “Único, el Singular”. De manera que crea con facilidad una primavera al igual que crea una flor y produce con simplicidad ante nuestros ojos miles de ejemplos de la resurrección en cada primavera y dirige de la forma más sencilla un árbol enorme como lo hace con un fruto pequeño. Pero si se remitiera a causas múltiples, cada fruto sería dificultoso y costoso en la medida de un árbol, y una flor sería ardua y difícil en la medida de una primavera.
En efecto: Al igual que los pertrechos militares de un ejército cuando son fabricados en una sola fábrica por la orden de un solo general, se hacen fáciles como los pertrechos de un solo soldado, y si se fabrican los artefactos de cada soldado en fábricas diferentes y su dirección militar pasa de la unidad a la multiplicidad, en ese momento cada individuo precisa fábricas en la medida de las fábricas de un ejército.
Del mismo modo, cada cosa, si se atribuye al “Único, el Singular” es fácil lo que no tiene límite de individuos de cada especie como lo es un solo individuo, y si se atribuye a las causas, se hace difícil cada individuo en la medida de esa especie. En efecto: En la unidad y la singularidad existe toda cosa en virtud de la pertenencia a ese Uno, y se atribuye a Él, y esa atribución y esa pertenencia se convierte en el equivalente a un poder y una fuerza sin límite de esa cosa y en ese momento una cosa pequeña cumple asuntos mil veces por encima de su fuerza personal, gracias a la fuerza de esa pertenencia y atribución, y asimismo produce resultados. Y en verdad una cosa que no se atribuye ni pertenece al “Único, el Uno, el Fuerte” lleva a cabo acciones pequeñas en la medida de su fuerza personal y sus resultados se reducen en la medida de esa fuerza.
Por ejemplo: Un hombre civil, fuerte y audaz al máximo, se ve forzado a llevar su equipo y su munición consigo y sobre su espalda y por ello resiste temporalmente ante diez de sus enemigos, porque su fuerza personal manifiesta ese efecto en esa esa medida. Pero una persona que pertenece y se apoya en un gran general por el salvoconducto militar, esa pertenencia y apoyo se convierten para él en el equivalente a una fuerza y un arsenal inagotables, de manera que no necesita llevar las fuentes de su fuerza y las minas de su munición. Y por ello puede capturar por la fuerza de esa pertenencia al mariscal del ejército enemigo vencido, incluso con miles de soldados.
Así pues en la unidad y la singularidad una hormiga puede vencer a Fir’aún, una mosca a Nemrod y un microbio a un tirano, por la fuerza de esa pertenencia, al igual que una semilla del tamaño de un garbanzo también puede llevar sobre su espalda un árbol colosal como una montaña. En efecto: Al igual que un general mayor puede enviar un ejército para reforzar a un soldado y movilizar tras él a un ejército de manera que ese soldado se convierta en ese sentido en una manifestación de acciones grandiosas en nombre de su general por una fuerza inmaterial,
como si hubiera un significado detrás del cual hubiera un ejército, así mismo el Sultán anterior al tiempo por Su ser “Único, Uno”, envía todas las cosas a reforzar cada cosa y recluta a los seres detrás de cada cosa si sucede una necesidad-y no hay necesidad en ningún sentido en absoluto-y cada cosa se apoya en una fuerza en la medida de los seres y se convierten todas las cosas en algo equivalente a la fuerza de ese general único frente a toda cosa, si tiene lugar la necesidad hipotéticamente. Y si no hay singularidad, cada cosa pierde toda esta fuerza y cae al nivel de la inexistencia así como sus resultados caen también al nivel de la inexistencia.
Así pues, la manifestación de estos efectos extraordinarios, abundantes, que contemplamos con nuestros ojos en cada momento, de cosas muy pequeñas que no tienen valor, indica obviamente la singularidad y la unicidad, pues de no ser así, se reduciría el efecto de cada cosa sí como su fruto y su resultado, como la materia de esa cosa y su fuerza, y descendería al grado de la inexistencia, y no quedaría la donación de las cosas valiosas que hay ante nuestros ojos, ni su baratura en el máximo grado, ni comeríamos por cuarenta mil dinares las sandías y granadas que compraríamos ahora por cuarenta dírhams.
En efecto: Lo que hay en este mundo de facilidad, baratura y prosperidad, surge de la unidad y da testimonio de la unicidad.
El punto segundo: Las cosas existentes son creadas en dos sentidos: Uno: Hacer existir de la nada, al que se le llama innovación e invención, y el otro hacer existir a partir de reunir cosas y elementos ya existentes, que recibe el nombre de formación y composición. Así pues, si es según la manifestación de la singularidad y el secreto de la unicidad, existe una facilidad en un grado ilimitado, y aún más en un grado de obligación. Y si no se remite a la singularidad, es una dificultad y una incoherencia en un grado ilimitado, y aún más existe una dificultad en grado de imposibilidad, a pesar de que la venida de las cosas existentes en el mundo a la existencia es sin coste y con una facilidad y simplicidad al máximo nivel y con una forma perfecta al límite extremo. De manera que indica obviamente la manifestación de la singularidad y demuestra que toda cosa es la obra del “Creador, el Único, el Dueño de majestad” sin mediación.
En efecto: Si se atribuyen las cosas al “Único, el Uno”, las hace existir como se enciende una cerilla, con Su poder ilimitado por cuyos efectos se entiende Su grandeza, y especifica con Su conocimiento, que todo lo abarca y que no tiene fin, una medida para cada cosa equivalente a un molde inmaterial, de manera que los átomos de cada cosa se fijan en ese molde relativo al conocimiento según la forma y el diseño de ella que hay en el espejo de Su conocimiento, y conserva sus posiciones ordenadamente.
Y si es necesario juntar los átomos desde los extremos, vienen esos átomos por la ley del conocimiento y la conducción del poder, organizados como los individuos del ejército obediente, y eso por el lado de los reglamentos del poder y las leyes del conocimiento que todo lo abarcan y por el modo de la conexión de esos átomos con la ley del conocimiento y la conducción del poder, y entran en esa medida relativa al decreto y el molde relativo al conocimiento que abarca la existencia de esa cosa y forman su existencia con facilidad, y aún más el poder viste la existencia externa a las cosas y los seres existentes con el máximo de facilidad con sus formas y sus esencias existentes en el conocimiento del “Único, el Uno”, ese conocimiento anterior al tiempo, y las trae desde el mundo del significado al mundo de la manifestación y las hace visibles a la vista, al igual que viste el reflejo existente en el espejo de la existencia externa sobre el papel por medio de la cámara (fotográfica) o como se muestra un libro escrito con una escritura que no se ve, y ello por la tintura de una sustancia que hace aparecer tal escritura.
Y si no se atribuye al “Único, el Uno”, es necesario reunir el cuerpo de una mosca a partir de los elementos y de los lados de la superficie de la Tierra con una balanza de precisión al límite máximo, seleccionándose los elementos y la superficie de la Tierra y trayendo de cada lado átomos específicos de ese cuerpo especial, de manera que se requiere un molde material, y aún más moldes en el número de sus miembros para alojar esos átomos ordenados en su cuerpo manufacturado, y así se requiere traer los sentidos, sutilezas inmateriales exactas, delicadas, como el espíritu, que hay en ese cuerpo, de los mundos inmateriales, con una balanza específica.
De manera que hacer existir una mosca con esta forma se hace tan difícil como hacer existir el universo entero y es una dificultad en una dificultad y una imposibilidad en una imposibilidad cien veces. Y eso es porque la gente de fe y la gente de conocimiento están de acuerdo en que nada puede crear de la nada excepto el Creador, el Único. Y siendo así, si se traslada el hacer existir a las causas y a la naturaleza, no es sino dándole a cada cosa la existencia con la forma de la unión de la mayoría de las cosas.
El punto tercero: Vamos a explicar de una forma resumida algunos ejemplos que han sido aclarados en las demás epístolas que señalan que si se remiten todas las cosas a la esencia de un “Único, Uno” son fáciles como una sola cosa, pero si se remiten a las causas y a la naturaleza, la existencia de una sola cosa es una dificultad en la medida de todas las cosas.
El primer ejemplo: Si se transfiere la dirección de mil soldados y su gobierno a un solo oficial y se remite un solo soldado también a la dirección de diez oficiales, se hace diez veces más difícil la dirección de ese soldado único que la dirección de un batallón. Y eso es porque aquellos que le mandan se estorban unos a otros de manera que ese soldado no ve la cara del descanso en absoluto a causa de la discrepancia entre ellos. Y del mismo modo si se transfiere un resultado y una cualidad que se requiere de un batallón a un solo oficial, obtiene ese resultado y produce esa cualidad fácilmente sin que sea costoso.
Y si se transfiere la adopción de esa cualidad y la consecución de ese resultado a individuos que no tienen ni general ni comandante ni cabo en ese batallón, no es posible que resulte nada excepto únicamente una forma defectuosa de ello con dificultades y rivalidades en una gran confusión para adoptar esa cualidad y resultado requeridos.
El ejemplo segundo: Si se atribuye la manera de sostener la piedra en la cúpula de una mezquita como la de Aya Sofía y hacerla tenerse en el aire, a un constructor, él le da ese modo con facilidad.
Pero si se transfiere su entrada en esa manera a las piedras, se hace necesario que cada piedra sea gobernante absoluta y gobernada absoluta de todas las piedras para que apoye una de ellas su cabeza en la cabeza de la otra y sea posible que se tenga en el aire. Y en ese caso llevará a cabo cien veces más trabajos que el trabajo de ese constructor y la medida del trabajo de cien constructores para efectuar un trabajo que se efectuaba con facilidad y deducir esas maneras.
El tercer ejemplo: El globo terráqueo, por ejemplo, es un empleado y un soldado de la esencia del “Singular, el Uno”, y por ello este soldado único escucha la orden de esa esencia del “Singular” y un soldado como la Tierra se dispone a la danza y el sama’a como el mevlevi enajenado por un éxtasis surgido de la embriaguez de esa función recibiendo una sola orden de un solo comandante para conseguir objetivos como la aparición de las estaciones y el acontecer de los momentos de la noche y el día y la aparición de los movimientos colosales, elevados, en el cielo, y la alternancia de las tablas celestiales parecidas al cine. De manera que este empleado único se convierte en un medio para conseguir todos estos resultados colosales y para su aparición. Y es como si ese único soldado dirigiera una maniobra colosal sobre la superficie del universo.
Y si no se apoya esa acción en la esencia del “Singular” del que la jurisdicción de Su divinidad y la autoridad de Su señorío rodean todos los seres (del universo) y Su juicio y Su orden se ejecutan en todas las cosas existentes, no es posible entonces que esos resultados se logren sino porque viajen los millones de cuerpos celestes que son mil veces mayores que el globo terráqueo y recorran esos cuerpos celestes una grandísima distancia de millones de años en cada año y en cada veinticuatro horas para conseguir esos resultados y esas maniobras celestiales y las estaciones de la Tierra.
De manera que la consecución de esos resultados colosales que se obtienen con los dos movimientos de un único empleado, como el globo terráqueo, que gira sobre su eje como el mevlevi enajenado, es un ejemplo de lo que hay en la unidad de facilidad ilimitada, al igual que la consecución de esos resultados por medio de caminos distantes y con mayor dificultad, millones de veces, que ese movimiento, resulta difícil por no decir imposible. Y ese es un ejemplo de lo que hay en el camino de asociar (algo con Allah) y la incredulidad en cuanto a imposibilidades y falsedades.
Y mira la ignorancia de los que creen en las causas y los adoradores de la naturaleza con este ejemplo: Un artesano prepara con su maestría por encima de lo normal los instrumentos de una fábrica, o un reloj, o las partes de un palacio colosal, o un libro completo, y ello con una forma ordenada al máximo, luego no ensambla las partes y los instrumentos y no los usa con facilidad sino que pone cada parte y cada instrumento de ellos, incluso el papel y la pluma, como un pseudo-aparato extraordinario con muchos gastos, para que trabajen esas partes e instrumentos por sí mismos y hagan la fábrica, el palacio y el reloj y escriban el libro en lugar del artesano, y se traslada a esas partes e instrumentos su destreza y maestría, que son los dos medios para manifestar todos sus efectos y perfecciones, cuya divulgación busca mucho, y tú entiendes que pensar así es ignorancia y está lejos de la razón del todo.
Así mismo quienes atribuyen el hacer existir a las causas y a la naturaleza caen en una ignorancia multiplicada y ello es porque existe en las naturalezas y las causas también el efecto de una obra ordenada y que ellas también están hechas por un Hacedor como el resto de las cosas creadas. De manera que quien las hizo así, hace también sus resultados y los manifiesta a la vez, y quien hace la semilla hace en base a ella el árbol, y quien hace el árbol crea en base a él el fruto también y si no fuera así, implicaría otras naturalezas y causas organizadas también para hacer existir otras naturalezas y causas distintas y así sucesivamente…Por lo que sería preciso aceptar la existencia de una cadena de suposiciones infinitas que carecen de sentido y posibilidad, y esta es la más asombrosa de las clases de ignorancia.
La indicación quinta
Hemos demostrado con pruebas irrefutables en muchos sitios que la más importante base del atributo de la soberanía es la independencia y la exclusividad, hasta el punto de que incluso una sombra débil de la soberanía en el ser humano, incapaz, rechaza la intromisión del otro también, para preservar su independencia, y no permite la intromisión de otro en su función. Y ciertamente muchos de los sultanes sacrificaron sin compasión a sus hijos inviolables y a sus hermanos amados por el sentido de repeler esta intromisión.
De manera que la más importante base del atributo de la soberanía verdadera, lo que implica siempre y es inherente a ella ineludiblemente, es la independencia, la exclusividad y el rechazo de la intromisión de otro.
Y por esta característica esencial tan importante, la soberanía divina rechaza en el nivel del señorío absoluto la asociación, el tener copartícipe y la intromisión de otro con la máxima intensidad. Y por ello el Corán de elocuencia inimitable aclara la doctrina de la unicidad divina con el máximo ardor e intensidad y repitiéndolo muchas veces. Y rechaza asociar algo o alguien con Allah y atribuirle copartícipes con enormes amenazas.
De manera que la soberanía divina en el señorío implica el reconocimiento de la unicidad divina y la unidad de una forma categórica y manifiesta un motivo fuerte y una exigencia enérgica para ambas. Al igual que el orden más perfecto y la armonía más hermosa en el grado máximo sobre la faz del universo, desde el conjunto del mundo y de los cuerpos celestes hasta las plantas, los animales y los minerales, incluso las partículas, los organismos y los átomos, son un testigo cabal y una evidencia espléndida de esa singularidad y unidad que no admite ambigüedad en ningún sentido en absoluto. Puesto que si hubiera intromisión de otro, se estropearía ese orden y organización, y el equilibrio de los seres, sensible al máximo. Y se vería el efecto de la corrupción, se confundiría el sistema del mundo, este sistema perfecto extraordinario, y caería en la corrupción por el secreto de la aleya: {Si hubiera en ambos (los cielos y la Tierra) dioses aparte de Allah, se corromperían} (Sura de los Profetas, 22). Además de que no se ve la deficiencia, el defecto y el caos en ningún sentido en absoluto, desde los átomos hasta los planetas y desde el suelo hasta el Trono, por la indicación de la aleya: {Vuelve la vista, ¿ves alguna fisura?} (Sura del Dominio, 3). Y por ello, el sistema del universo, el orden de los seres creados y el equilibro de estas cosas existentes, indica la manifestación suprema del nombre “el Singular” y atestiguan la unidad.
Así mismo, el más pequeño ser creado equivale a un ejemplo reducido y un pequeño índice del universo, por el secreto de la manifestación de la unicidad. Y por ello no es posible que posea a ese simple ser vivo sino Quien sostiene todos los seres del universo en el puño de Su designio. Y en verdad una semilla no difiere en naturaleza ingénita de un árbol y un árbol es como un mundo pequeño y todo dotado de vida es como un mundo y un universo pequeño.
Y por ello la manifestación del secreto de la unicidad lleva al grado de la imposibilidad el asociar (algo con Allah) y atribuirle copartícipes. De manera que estos seres (el universo), por este secreto, no son simplemente un todo que no admite partición, sino que están en un juicio total que no admite manos múltiples y no es posible dividirlo, compartirlo y partirlo en esencia. Y por ello cada parte en ellos está en un juicio parcial e individual de ellos y ese todo está en un juicio total también, por lo que no es posible compartir en ningún sentido absolutamente. Siendo así que esta manifestación suprema de las manifestaciones del nombre "el Singular” demuestra la verdad de la doctrina de la unicidad divina por el secreto de la unicidad en el grado de la obviedad.
En efecto: Los tipos de los seres, en el sentido de su interrelación y la intervención de unos en otros, y en cuanto que la función de cada uno de ellos mira al todo, hacen que los seres estén en el juicio de un todo que no admite partición, en el punto del señorío y el hacer existir. Al igual que los actos generales que todo lo abarcan, que manifiestan la eficacia (el hecho de que Allah hace lo que quiere) en el universo, han puesto al universo en el juicio de un todo que no admite la partición también, considerando el predominio de cada uno de ellos sobre todo el universo y su estar unido en el aspecto de la cooperación junto con el resto de los actos, considerando el hecho de que su actor es Uno en cualquier caso, puesto que cada uno de esos actos es un acto unitario que comprende y abarca a la mayor parte de las cosas existentes a la vez que es uno en esencia, y con el enfoque de su mezcla, y aún más su unidad, como los siete colores de la luz, y con el sentido de la intervención de esos actos generales que (todo lo ) abarcan y la interrelación de unos con otros, se ve el acto del abastecimiento y la provisión, por ejemplo, en el acto de dar vida en el momento mismo y se atestigua el acto de la organización del cuerpo de ese ser vivo y su dotación en el acto de dar el sustento, dar la vida, el organizar y el dotar en el momento mismo y así sucesivamente.
Al igual que todo creado de entre los dotados de vida, por el hecho de ser una semilla, un índice y un ejemplo de los seres del universo, hace de los seres un todo cuya fragmentación y su partición está fuera de lo posible en el punto del señorío. Y entonces el universo es un todo del que ser el señor de una parte de él es por medio de ser el señor de todo ese todo, y es un todo del que cada una de sus partes equivale a un individuo, de manera que no es posible hacer oír su señorío a un solo individuo excepto a través de someter la generalidad de ese total.
La indicación sexta:
En verdad la singularidad y la unidad divinas son el eje de todas las perfecciones*(*[5]) y su fundamento y la fuente de los propósitos y las sabidurías en la creación de los seres y su mina, al igual que son la fuente para conseguir las demandas de los dotados de conciencia y los dotados de intelecto, especialmente el ser humano, y conseguir sus esperanzas, y un medio único para conseguir sus demandas y esperanzas.
De manera que si no fuera por la singularidad se apagarían las esperanzas del ser humano y sus demandas y descenderían los resultados de la creación de los seres al grado de la inexistencia, y su inexistencia sería un medio para la ausencia de la mayor parte de las perfecciones existentes y verificadas.
Por ejemplo: En el hombre existe la esperanza de permanecer, muy fuerte y sólidamente en el grado del amor apasionado, de manera que quien sostiene a todos los seres en el puño de Su designio, por el secreto la singularidad, y decreta que se cierre la vida de este mundo y se abra la otra vida de una manera fácil como cerrar una residencia y abrir otra, es Quien puede satisfacer esa esperanza al conceder esa demanda, y en verdad miles de las esperanzas del ser humano extendidas por los confines del universo y prolongadas hasta la eternidad, como esta esperanza, están conectadas con el secreto de la singularidad y con la realidad de la doctrina de la unicidad. Y si no fuera por la singularidad, no habría esas esperanzas y permanecerían estériles. Y si no fuera por un Disponedor, Singular, que dispone libremente a través la unidad, en todos los seres de una vez, no se conseguirían esas demandas, y si se consiguieran serían muy deficientes.
Y por este secreto grandioso el Corán de inimitable elocuencia enseña la unicidad divina y la singularidad con dulzura elevada y ardor vehemente repitiéndolo mucho, al igual que los Profetas, los Elegidos y los Amigos (de Allah). todos ellos encuentran el mayor de sus saboreos y de sus dichas en “No hay dios sino Él” que es la palabra de la unicidad divina.
La séptima indicación:
En verdad Muḥammad,al que Allah le dé Su gracia y paz, que enseña esta doctrina de la unicidad divina verdadera y la demuestra y anuncia con todos sus grados de la forma más perfecta, la certeza de su mensaje requiere en un grado categórico esa doctrina de la unicidad divina, porque si ese mensajero enseña la doctrina de la unicidad divina en todos sus grados, que es la mayor de las verdades del círculo de la necesidad, es correcto que se diga: En verdad todas las evidencias que demuestran la doctrina de la unicidad divina, demuestran también en segundo lugar y por consiguiente, categóricamente, su mensaje, la justificación de su función y la sinceridad de su afirmación. En efecto: Un mensaje que descubre la singularidad y la unidad que reúne miles de verdades elevadas como éstas y las enseña de verdad es inherente a esa doctrina de la unicidad divina e implica esa singularidad de una forma categórica al máximo y en verdad ambas la implican en cualquier caso.
Así pues nosotros vamos a aclarar muchas de las causas y los indicios que atestiguan el grado del valor de la personalidad inmaterial de la esencia Aḥmadiana que cumplió esa función de la manera más completa y la elevación de su grado y el hecho de que esa personalidad inmaterial es el sol de este universo. Vamos a explicar tres causas de ella a modo de ejemplo.
La primera de ellas es que, por ejemplo, parte de todas las buenas acciones que hace cada comunidad, en cada época, pasa a la página de las buenas acciones de la esencia Aḥmadiana, por el secreto de que la causa es como el que lo hace, al igual que las oraciones que hace por él cada comunidad cada día, esas oraciones que no tienen límite, implican categóricamente ,en el sentido de su aceptación, una estación y un grado por cuya concepción se entiende que la persona inmaterial Muḥamadiana es el signo de un sol en este universo.
La segunda de ellas es que él, que Allah le dé Su gracia y paz, probó las palabras, las glorificaciones y los actos de adoración que conforman las espiritualidades del mundo del Islam y las cumplió con todos sus significados antes que cada uno, con preparativos e instrumentos por encima de lo habitual, de entre los aparatos de la esencia muḥammadiana que es el eje, la vida, la semilla y el origen del árbol del mundo del Islam, ese árbol inmenso, y ascendió con ello en espíritu. Así pues imagina esas preparaciones e instrumentos junto con sus elevaciones espirituales derivadas de ello y entenderás que la cercanía (a Allah) de la servidumbre muḥammadiana, que Allah le dé Su gracia y paz, que ascendió al grado de ser el amado de Allah, está muy por encima del resto de las estaciones de amistad con Allah.
Y se reveló para mí en un momento determinado una glorificación en una oración, con una forma cercana a como lo habían recibido los Compañeros, y se me mostró más importante que el grado de la adoración de un mes y entendí por ello el valor elevado que tenían los Compañeros. Y en verdad la luz y la emanación que desprendían estas palabras sagradas en el comienzo del Islam, tenían otras virtudes; y esas palabras por su novedad, tenían otra bondad, frescura y dulzura, que se escondieron y menguaron con el paso del tiempo y se cubrieron bajo el velo del olvido.
Así pues, la esencia muḥammadiana recibió esas palabras en su frescura, recientes, desde su fuente verdadera, de la esencia más pura, y las absorbió por su predisposición por encima de lo habitual. Y en base a este secreto, ese hombre perfecto hacía emanar de una sola glorificación la medida de un año de los años de los demás. Así pues mide a partir de este punto el grado de elevación de la esencia muḥammadiana en los grados de las perfecciones que no tienen límite ni fin.
Y la tercera: Que el eje más importante de todo cuanto hay en el universo, en cuanto a los propósitos de su Creador, es el género humano y que el más sabio receptor de todos los discursos relativos a la glorificación es el género humano. Y por eso el Creador, el Singular, el Dueño de majestad” hizo la esencia muḥammadiana, que es el individuo más notable y conocedor de ese género y el más completo y más importante en grandeza por sus efectos y sus actos, receptor Suyo en nombre de ese género, y aún más en nombre de la generalidad de los seres, de manera que no hay duda de que lo hizo un locus de manifestación de Su emanación sin límite en palabras ilimitadas.
Y hay muchos puntos como estos tres que demuestran de una forma categórica que la personalidad inmaterial muḥammadiana es un sol inmaterial de los seres del universo, al igual que es una aleya (un signo) mayor de este Corán grande llamado el mundo, un nombre supremo de ese Discernimiento supremo y un espejo de la manifestación suprema de las manifestaciones del nombre “el Singular”.
Así pues esperamos de esa esencia del “Singular, el Único, el Señor Absoluto (a Quien todos se dirigen en sus necesidades)” que haga descender de la despensa de Su misericordia que no tiene fin a esa esencia Aḥmadiana (sean con él la oración y el saludo de paz) bendiciones en el número del resultado de multiplicar todos los minutos de los tiempos de todos los átomos del universo en sus décimas.
{¡Gloria a Ti, no tenemos más conocimiento que el que Tú nos has enseñado, en verdad Tú eres el Conocedor, el Sabio.}
El punto quinto del Destello Trigésimo
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo
{Mira los efectos de la misericordia de Allah: Cómo da vida a la tierra después de su muerte. Es cierto que Ese es el que dará la vida a los muertos y Él es Poderoso sobre toda cosa.} (Sura de los Romanos, 50) {Allah, no hay dios sino Él, el Viviente, el Sustentador (que se mantiene por Sí mismo y mantiene Su creación), no le afecta la somnolencia ni el sueño…} (Sura de la Vaca, 255) Se mostró a mi intelecto desde muy lejos en la prisión de Askishahir, en el noble mes de Shawwal, un punto de esta aleya suprema y un punto de esa aleya mayor junto con una manifestación del nombre “el Viviente” que es un nombre supremo, o una de las dos luces del nombre supremo, o una de sus seis luces, y no fue amarrado en su momento ni cazamos a esa ave sagrada en el acto y después de haberse alejado no hubo menos que manifestáramos resumidamente algunos rayos de esa gran verdad y esa luz suprema con algunas alegorías.
La primera alegoría:
¿Qué es la vida, que es una manifestación mayor de las manifestaciones de los nombres “el Viviente, el Dador de vida”, y cuál es su esencia y su función?
Y la respuesta a modo de índice a esta pregunta es que la vida es la más importante de las metas de estos seres, el mayor de sus resultados, la más brillante de sus luces, la más sutil de sus levaduras, la más pura de la esencia destilada de ellos, el más perfecto de sus frutos, lo más elevado de su perfección, lo más hermoso de su belleza, lo más adornado de su adorno, el secreto de su unidad, el nexo de su unión, el origen de sus perfecciones, lo más asombroso dotado de espíritu de entre ellos, lo extraordinario en obra y naturaleza, una realidad prodigiosa de ellos, que hace al ser creado más pequeño equiparable a un mundo, el más insólito milagro extraordinario de los milagros del poder que convierte a un ser vivo pequeño en algo equiparable a un mundo pequeño y lo hace armonizar con la mayoría de las cosas existentes además de que muestra a ese ser vivo como algo parecido a un índice de los seres inmensos.
Y es como si fuera un medio para hacer morar el universo en un ser vivo pequeño. Y una obra divina extraordinaria por encima de lo habitual, que engrandece una parte en la medida de cada grande y hace que un individuo sea como un todo, equiparable a un mundo.
Y muestra los seres como si fueran un todo y un absoluto que no admiten fraccionamiento, asociación y partición, en cuanto al señorío. Y las más perfecta de las evidencias que atestiguan la necesidad de la existencia de la esencia del “Viviente, el Sustentador”, así como Su unidad y unicidad. Y la más concluyente de estas evidencias y la más noble, entre las esencias de los seres.
Y el más oculto diseño de los diseños de la obra divina y el más manifiesto, el más preciado y el más módico, el más discreto y el más resplandeciente. Y el más indicador de los significados de entre las obras divinas. Y una manifestación sutil, graciosa y delicada de las manifestaciones de la misericordia del “Misericordioso” que hace al resto de las cosas existentes sirvientes suyas. Y un espejo que refleja con la máxima concentración los asuntos divinos. Y una maravilla de entre las maravillas de la creación divina, fuente y origen de todos los sentidos como la sensibilidad, el oído y la vista y que reúne las manifestaciones de la mayoría de los nombres más hermosos como “el Misericordioso, el Proveedor, el Compasivo, el Generoso y el sabio” y hace que muchas realidades como la provisión, la sabiduría, la providencia y la misericordia estén supeditadas a ella.
Y así mismo la vida es un mecanismo para la purificación en la fábrica mayor de este universo, purifica las cosas y las limpia, y las eleva y las ilumina siempre en cada aspecto y es como si ese cuerpo que es el nido de la vida, fuera albergue, cuartel y escuela de las caravanas de los átomos para hacerlos funcionar, adiestrarlos e iluminarlos. Y es como si la esencia del “Viviente, el Dador de vida” hiciera sutil este mundo de aquí, bajo, oscuro, y lo iluminara, y le diera un tipo de permanencia y lo preparara para el viaje al mundo permanente, y ello es por la mediación de este mecanismo de la vida.
Y así mismo los dos aspectos de la vida, es decir: el dominio visible y el dominio invisible, son brillantes y elevados, sin suciedad ni defecto, y por ello la vida es un ser creado excelente, y las causas externas no han sido hechas velos de los designios del poder en la vida, como sucede en las demás cosas, para que proclame que ella sale de la mano del poder divino mismo sin intermediario ni velo.
Y así mismo la realidad de la vida mira a los seis fundamentos de la fe y los demuestra alegóricamente y en significado, es decir que es una realidad luminosa que implica la existencia de Aquel de existencia necesaria y Su vida sempiterna, así como la morada de la Última Vida y su vida permanente y la existencia de los ángeles.
Y mira a los demás fundamentos de la fe con una mirada muy fuerte y los lleva implícitos. Igualmente la vida es la más pura conclusión que se destila de todos los seres, al igual que es un secreto supremo que produce el agradecimiento, la adoración, la alabanza y el amor, que son los más importantes propósitos divinos en los seres y los mayores resultados de la creación del mundo.
Así pues toma estas veintinueve características mencionadas de entre las características de la vida, valiosas e importantes, y sus funciones generales y elevadas, ante tu mirada, luego míralas y ve la grandeza del nombre “el Viviente” detrás del nombre “el que da vida” y sabe del punto de estas características y frutos formidables para la vida, qué gran nombre supremo es el nombre del “Viviente”,
y sabe también que si esta vida es el mayor de los resultados de los seres, la más grande de sus metas y el más preciado de sus frutos, es necesario que esta vida tenga también un resultado grandioso y una gran meta en la medida de los seres, puesto que al igual que el resultado del árbol es su fruto, el resultado del fruto es también el árbol que viene por medio de su semilla. En efecto: Al igual que la meta de esta vida y su resultado es la vida eterna, un fruto de ella es el agradecimiento, la adoración, la alabanza y el amor al “Viviente, el Dador de vida”, el que otorga la vida, y en verdad este agradecimiento, amor, alabanza y adoración, al igual que son el fruto de la vida son la meta de los seres.
Entiende pues de esto, que quienes dicen: La meta de esta vida es vivir con bienestar, disfrutar olvidando y deleitarse con deseo, desdeñan el bien del intelecto, la guía de la conciencia y el don de la vida y menosprecian estas bendiciones valiosísimas a modo de negación, y aún más de incredulidad, con una ignorancia horrenda al máximo y reniegan de la bendición con una ingratitud espantosa.
La segunda alegoría:
Para explicar todos los grados de esta vida, que es la mayor manifestación del nombre “el Viviente” y la más sutil de las manifestaciones del nombre “el Dador de vida”, y para explicar todos sus atributos y funciones, cuyo índice ha sido mencionado en la primera alegoría, sería necesario escribir epístolas en el número de esos atributos. Y por ello trasladamos algunos de sus detalles a la Epístola de la Luz, porque algunos de los atributos, grados y funciones, han sido explicados en las partes de la Epístola de la Luz, de manera que aludimos aquí a algunos de ellos de una manera resumida, que es la siguiente:
Se ha dicho en la característica vigésimo tercera de las veintinueve características de la vida, que los dos aspectos de la vida son diáfanos y no contaminados, y por ello las causas externas no se han constituido como velos de los designios del poder divino en ella.
En efecto: El secreto de esta característica es que existe en los seres hermosura, belleza y bien en toda cosa, y el mal y la fealdad son uno comparativamente y algo particular al máximo, puesto que ese mal se convierte en bien y esa fealdad en belleza, en el sentido de manifestar los grados de la hermosura y la belleza y manifestar la abundancia de sus verdades y la pluralidad de ellas, solo que las causas externas han sido constituidas en ellos como velos de los designios del poder purísimo y más allá (de los atributos de lo creado), para que la fealdad y el mal externo, atestiguados en la visión externa del dotado de conciencia, y el enojo y las quejas derivados de las pruebas y las desgracias, no se dirigieran a la persona del Viviente, el Sustentador, y para que no contradijera a la gloria de ese poder, su relación directa con la esencia sin velo y las cosas que se ven feas y despreciables en la mirada externa del intelecto. Y en verdad esas causas no pueden crear nada, sino que han sido puestas para preservar la gloria del poder y su carácter purísimo y más allá (de los atributos de lo creado) y para que fuera el objeto de las protestas y las quejas falsas.
Como se ha aclarado en la introducción de la Estación segunda de la Palabra vigésimo segunda donde dice que ‘Aẓraíl (el ángel de la muerte), sea con él la paz, habló en confidencia a Allah, sea ensalzado, en relación a su cometido de tener que llevarse los espíritus y le dijo: Tus siervos se enojaran conmigo. Y se le dijo en respuesta: Yo pondré el velo de las enfermedades y las desgracias entre tu cometido y quienes mueran, de manera que no te arrojarán a ti las flechas de la protesta y la queja, sino que las arrojarán a esos velos. Y en base al secreto de esta confidencia, el cometido de ‘Aẓraíl, sea con él la paz, es un velo, para que no lleguen a la persona del “Viviente, el Sustentador” las protestas y los descontentos de aquellos que no ven la cara hermosa y verdadera de la muerte y el fallecimiento, en lo que atañe a la gente de la fe, y no conocen la manifestación de la misericordia en la muerte, al igual que el resto de las causas son también velos externos.
En efecto: La gloria y la grandeza requieren que las causas cubran la mano del poder en la mirada del intelecto, sin embargo la unidad y la majestad implican que las causas refrenen sus manos de la influencia verdadera,
no obstante no hay nada en la vida, en cuanto a la fealdad y la maldad, que contradiga la gloria del poder y su pureza, al igual que no hay en ella elementos que inviten a la protesta y la queja, porque no hay en los dos aspectos de la vida, el externo y el interno, el dominio visible y el invisible, ni suciedad, ni merma ni deficiencia, y por ello la vida misma es entregada sin velo a los nombres de la persona del “Viviente, el Sustentador” desde el nombre “el Vivificador, el Otorgador y el Dador de la vida”. Y también, igualmente, la luz, la existencia y el hacer existi. Y por ello la creación y el hacer existir sin mediación y sin velo mira al poder del Creador, Dueño de majestad, hasta el punto de que el momento en el que cae la lluvia no se ha hecho siguiendo una ley invariable, por ser un tipo de la vida y la misericordia, para que se abran las manos hacia la puerta divina pidiendo la misericordia en cada uno de los momentos de necesidad. Y si la lluvia siguiera una ley como la salida del sol, no se pediría esa bendición vital en cada momento con esperanza.
La alegoría tercera:
Se ha dicho acerca de la característica vigésimo novena: Realmente la vida es el resultado de los seres, al igual que el agradecimiento y la adoración que es el resultado de la vida, es la causa de la creación de los seres, su razón última y su resultado pretendido. En efecto: El Hacedor del universo, “el Viviente, el Sustentador”, pide de los dotados de vida, en correspondencia a Su darse a conocer y hacerse amar por ellos, con tal cantidad de Sus bendiciones de todo tipo que no pueden enumerarse, el agradecimiento en correspondencia a estas bendiciones, y pide ser amado por ellos en correspondencia a Su hacerse amar por ellos, así como ser elogiado y ensalzado por ellos en correspondencia a Sus obras valiosas, y que Le correspondan con la obediencia y la servidumbre ante Sus órdenes como Señor.
Y en base a este secreto de entre los secretos del señorío, el agradecimiento y la servidumbre son la meta más importante para todos los dotados de vida y para todos los seres por consiguiente. Y por ello el Corán de inimitable elocuencia conduce al agradecimiento y la adoración con dulzura y con dureza y con mucho ardor, y aclara repitiéndolo mucho que la adoración es exclusiva para Allah, sea ensalzado, el agradecimiento propio para Él y la alabanza privativa de Él, sea ensalzado.
Así pues los signos que indican el hecho de que Él, sea ensalzado, tiene asida la vida, con todo lo concerniente a ella, en el puño de Su designio, sin velo, como Sus palabras (en el Corán): {Y Él es el que da la vida y da la muerte y Suya es la alternancia de la noche y el día} (Sura de los Creyentes, 80). Y Sus palabras: {Él es Aquel que da la vida y da la muerte y cuando decide un asunto simplemente le dice sé, y es.} (Sura del Perdonador, 68). Y Sus palabras: {Y da la vida a la tierra después de estar muerta.} (Sura de los Romanos, 24) niegan los medios de una forma muy explícita y entregan la vida a la mano del poder mismo del “Viviente, el Sustentador”, restringida a él, para hacer saber que lo obligado es que ese agradecimiento y adoración vayan destinados a su Dueño Verdadero sin mediación.
En efecto: El Corán hace saber con aleyas como Sus palabras, sea ensalzado: {Él es el Proveedor, Dueño de la fuerza, el Firme} (Sura de Los que levantan un torbellino, 58) y : {Y cuando enfermo, Él me cura} (Sura de los Poetas, 80) y: {Él es Aquel que hace descender la lluvia después de que hayan desesperado} (Sura de la Consulta, 28), que lo que es medio del agradecimiento de entre las cosas como la provisión, la cura y la lluvia, después de la vida que invita al reconocimiento y al agradecimiento, y mueve el sentido del elogio y el amor, se remite también al “Proveedor, el Curador” sin mediación, y que las causas y los medios son un velo. Y por ello menciona la expresión: {Él es Aquel} y {Él es el Proveedor} que es una señal de restricción y exclusividad según las reglas gramaticales. Para declarar que la provisión, la curación y la lluvia vienen de parte del “Viviente, el Sustentador” sin velo y son exclusivas de Su poder y se restringen a él, y en verdad ese “Curador” Verdadero, es el que ha proporcionado los remedios específicos y ha creado en ellos el efecto.
La cuarta alegoría:
Se ha explicado en la vigésimo octava característica de las
características de la vida que la vida mira a los seis fundamentos de la fe, los demuestra y alude a su verificación.
En efecto: Si es el resultado más importante de estos seres y su levadura y la razón de su creación es la vida, esa realidad elevada no se limita a esta vida de aquí abajo, dolorosa y deficiente, corta y efímera, sino que la meta del árbol de la vida, cuya grandeza se comprende por sus veintinueve características, el resultado de ese árbol y su fruto adecuado a su grandeza, es la vida eterna del más allá en la morada de la felicidad, viva con sus piedras, sus árboles y su tierra. Y si no, es necesario que el árbol de la vida, que está equipado con un número ilimitado de instrumentos importantes, quede sin realidad, ni provecho, ni fruto, en lo que concierne al dotado de conciencia, especialmente el ser humano, y que el ser humano, que es la creación más elevada y más importante de entre los dotados de vida y del universo, y más rico en vida y en dotaciones que los pájaros por ejemplo veinte veces, caiga y descienda a un grado más bajo que los pájaros veinte veces y sea un desgraciado, más infeliz y más bajo, en el aspecto de la felicidad de la vida, y sea el intelecto, que es la más preciada bendición, la más fuerte tribulación y desgracia, porque él lastima al corazón del hombre siempre con la imagen de las tristezas del tiempo pasado y los miedos del futuro, de manera que mezcla nueve sufrimientos con un solo placer, lo cual es cien veces falso.
Así pues, esta vida de aquí demuestra el fundamento de la fe en la Otra Vida categóricamente y muestra a nuestros ojos ejemplos de la Resurrección, en cada primavera, en un número superior a trescientos mil ejemplos.
Y cuán asombroso es que Uno que dispone a voluntad, Poderoso, que prepara con sabiduría, providencia y misericordia todos los requisitos e instrumentos adecuados y necesarios para tu vida y los hace presentes en tu cuerpo, en tu huerto y en tu país, y los hace llegar a ti en sus momentos, hasta el punto de que oye y conoce la súplica de la provisión particular, privada, que pide tu estómago por la búsqueda de la permanencia y la vida, y manifiesta la aceptación de esa súplica con alimentos deliciosos sin límite y complace al estómago con esos alimentos. ¿Es posible que no te conozca Ese que dispone a voluntad y no te vea y que no prepare los medios necesarios para la vida eterna, que es la mayor meta del género humano, y que no acepte la súplica de la permanencia, que es la mayor súplica del género humano y la más importante, la más propia y la más general, generando la vida del más allá y haciendo existir el Jardín, y que no escuche la súplica del género humano, que es la más importante de los seres creados del universo, y aún más el sultán de la Tierra y su resultado, esa súplica general, fuerte al máximo, que hace resonar el Trono y el suelo, y que no se preocupe por esa súplica y no complazca a ese género humano en la medida de un estómago pequeño y que niegue la perfección de Su sabiduría y la consumación de Su misericordia? Lejos está de eso cien mil veces.
¿Y es posible que ese Uno que dispone a voluntad escuche la voz más escondida de la más pequeña partícula más de vida y preste atención a su queja y le dé el remedio, asuma su mimo y la crie con total atención y preocupación, y ponga a su servicio a Sus seres creados grandes y los haga servidores suyos con solicitud, y luego no escuche la voz de la vida más importante, valiosa, permanente y mimada , esa voz alta como el trueno, y no mire con la mirada de la consideración la súplica de esa vida y su ruego importante que se remite a la permanencia? ¿Como si cumpliera con dirigir a un soldado y equiparlo con total atención y no mirara en absoluto al ejército obediente, colosal, y como si viera un átomo y no viera al sol, y como si escuchara la voz de un mosquito y no escuchara la voz del trueno? Lejos está de eso cien mil veces.
Y del mismo modo ¿Acaso admite el intelecto en ningún sentido, que un “Poderoso, Sabio”, Dueño de misericordia y amor sin límite y Dueño de compasión en un grado sin fin, que ama mucho a Su obra, se hace amar a Sí mismo mucho y ama mucho a quienes le aman, aniquile por medio de la muerte eterna la vida amante y amada, que ama mucho a Su Hacedor y lo adora por naturaleza, y aniquile al espíritu que es la esencia de la vida y su quintaesencia, y haga que se enoje con Él ese amado, que lo ama, y haga que Lo aborrezca de una matera eterna y le cause un sufrimiento impresionante, de tal forma que niegue el secreto de Su misericordia y la luz de Su amor y haga que los niegue otro? No, en absoluto.
Y lejos está de eso cien mil veces. Pues en verdad una belleza absoluta ha embellecido este universo por su manifestación y una misericordia absoluta ha alegrado a todas las cosas creadas, ambas indudablemente exentas de imperfección y purísimas en grados infinitos, por encima de una fealdad e injusticia absolutas sin límite.
La conclusión de lo dicho es que si la vida existe en este mundo, aquéllos, de entre la gente, que hayan entendido el secreto de la vida y no hayan empleado mal su vida, se convertirán indudablemente en manifestaciones de la vida permanente en la morada de la permanencia y en el Jardín permanente. Amín.
Y así, al igual que el brillo de las cosas translúcidas sobre la superficie de la Tierra por el reflejo del sol, y el brillo de las burbujas sobre la superficie de los mares por los destellos de la luz y luego su apagamiento, y el reflejo de las burbujas que vienen tras ellas de solecitos imaginarios también, indican obviamente que esos destellos son manifestaciones de los reflejos de un único sol elevado y que ellos recuerdan la existencia del sol con lenguas distintas y lo indican con los dedos de la luminosidad.
Así mismo, el brillo del dotado de vida por el poder divino dentro del mar y sobre la superficie de la tierra por medio de la manifestación mayor de las manifestaciones del nombre “El que da la vida” de entre los nombres de la esencia de “el Viviente, el Sustentador” y su ocultación en el velo del no-visto diciendo: ¡Oh Viviente! Para desocupar el lugar para lo que viene tras él, indican y atestiguan la vida de la esencia del “Viviente, el Sustentador”, Dueño de la vida sempiterna, y la necesidad de su existencia. Al igual que todos los indicios que atestiguan el conocimiento divino, cuyos efectos son atestiguados en el orden de todas las cosas existentes, y todas las evidencias que demuestran el poder que dispone a voluntad en el universo, y todas las pruebas que demuestran la voluntad y el albedrío que gobiernan en el orden de los seres y su dirección, y todas las señales y prodigios que demuestran los mensajes que son los ejes de la palabra y la inspiración divinas.
Y así todos los indicios que dan testimonio de los siete atributos divinos indican, dan testimonio y señalan por unanimidad, la vida de la esencia del “Viviente, el Sustentador”, puesto que al igual que cuando existe la vista en algo existe su vida, y cuando existe el oído en algo es una señal de su vida, y cuando existe al habla en algo indica la existencia de su vida, y cuando existe la elección y la voluntad indica la vida, del mismo modo también, los atributos obvios cuya existencia está verificada por sus efectos en el universo, como el poder absoluto, la voluntad omnímoda y el conocimiento que todo lo abarca, dan testimonio con todos sus indicios de la vida de la esencia del “Viviente, el Sustentador” y de la necesidad de Su existencia y de Su vida sempiterna que ilumina con una de sus sombras a todos los seres y da vida por una de sus manifestaciones a la morada de la Última Vida, toda ella con sus átomos.
Igualmente la vida mira al fundamento de la fe en los ángeles y lo demuestra alegóricamente, porque si el más importante de los resultados en los seres del universo es la vida y son los dotados de vida los que se propagan con más abundancia y multiplican sus ejemplares por su valor y llenan el albergue de la Tierra con sus caravanas que vienen y pasan; y el globo terráqueo se ha llenado con toda clase de dotados de vida en esta medida, y se llena y se vacía en cada momento por la sabiduría de la renovación de los tipos de los dotados de vida y su multiplicación constante, y los dotados de vida son creados en abundancia en la más abyecta de sus sustancias y la más corrupta, de manera que es un lugar de reunión de seres vivos, y el intelecto y la conciencia son aquéllos que son la más pura conclusión destilada de la vida y el espíritu es su más sutil esencia demostrada, son creados en la máxima abundancia en el globo terráqueo hasta el punto de que es como si el globo terráqueo fuera vivificado con la vida y el intelecto, la conciencia y los espíritus, y fuera llenado así, está fuera de lo posible categóricamente que el resto de los cuerpos celestes, que son más sutiles y más luminosos que el globo terráqueo y mayores y más importantes que él, estén muertos e inertes, sin vida ni conciencia.
Así pues existen en los cielos, por el secreto de la vida en cualquier caso, unos dotados de conciencia y vida, habitantes apropiados para ellos, que son lugares de manifestación de las invocaciones de glorificación, que anuncian el resultado de la creación de los cielos, que llenan los cielos, los soles y los astros, y los hacen ser a la manera de los dotados de vida, y ésos son los ángeles.
Igualmente el secreto de la naturaleza de la vida mira al fundamento de la fe en los Mensajeros y lo demuestra alegóricamente. En efecto: Si los seres han sido creados para la vida y la vida es una manifestación suprema, un diseño perfectísimo y una obra hermosísima del “Viviente, el Sustentador, el Eterno anterior al tiempo” y la vida eterna se muestra a sí misma por medio del envío de los Mensajeros y de hacer descender los Libros- En efecto: Si no fuera por esos Libros y Mensajeros no se habría conocido esa vida sempiterna , pues al igual que se conoce que una persona está viva por el hecho de que habla, así mismo lo que indica las palabras de un Hablante que habla, dice, ordena y prohíbe detrás del mundo del no-visto, que está bajo el velo de estos seres, y lo que indica las palabras que dirige ( a Sus criaturas ) son los Mensajeros y los Libros revelados a través de ellos- de manera que no hay duda de que la vida que hay en el universo es un testimonio definitivo de la necesidad de la existencia del “Viviente, el Sustentador” de una forma categórica al igual que mira a los dos fundamentos del envío de los Mensajeros y la revelación de los Libros, que son parte de los rayos de esa vida sempiterna y de sus manifestaciones y consonancias, y los demuestra alegóricamente, y especialmente al mensaje muḥammadiano y la revelación coránica, pues ambos son como el espíritu de la vida y su intelecto. Y por ello cabe decir que su autenticidad es rotunda como la existencia de esta vida.
En efecto: Al igual que la vida es un extracto destilado de este universo y la conciencia y el sentido también son un extracto de la vida, destilados de ella, y el intelecto es también un extracto destilado de la conciencia y el sentido, y el espíritu es también una substancia pura y genuina de la vida y una esencia firme e independiente suya, así mismo la vida muḥammadiana, tanto la material como la inmaterial, es un extracto de un extracto que ha sido destilado de la vida del universo y su espíritu, y el mensaje muḥammadiano también es el más puro extracto del universo que ha sido destilado del sentido, la conciencia y el intelecto. Y aún más la vida muḥammadiana, tanto la material como la inmaterial, es una vida de la vida del universo, y en verdad el mensaje muḥammadiano es la conciencia del universo y su luz, por el testimonio de sus efectos. Y en verdad la revelación coránica es el espíritu de la vida del universo y el intelecto de su conciencia, por el testimonio de sus verdades vivas.
En efecto, en efecto, en efecto: Si saliera la luz del mensaje muḥammadiano del universo, perecerían los seres, y si el Corán desapareciera, el universo enloquecería y el cráneo del globo terrestre perdería su intelecto, y aún más chocaría con su cabeza con un planeta y ésta quedaría sin conciencia y tendría lugar el Día del Levantamiento.
Igualmente la vida mira al fundamento de la fe en el Decreto divino y lo demuestra alegóricamente, porque si la vida es la luz del mundo del testimonio (el mundo visible) y domina sobre él, y es el resultado de la existencia y su meta, así como el más exhaustivo espejo del Creador del universo y el más perfecto ejemplo e índice de la eficacia divina, equivalente a una especie de plan suyo-no hay error en el ejemplo-no hay duda de que el secreto de la vida implica que el mundo del no-visto, es decir: el tiempo pasado y el futuro, es decir: los seres creados pasados y las futuros en ambos, esté en un modo predispuesto para acatar las órdenes relativas a la creación y para ser especificado, atestiguado y conocido, y estar dentro de un sistema y un orden, que es como su vida inmaterial.
Pues al igual que la raíz de un árbol y su semilla original y las semillas que hay en sus frutos y su extremidad, son un locus de manifestación de un tipo de vida, como el árbol en sí mismo, e incluso las semillas encierran leyes vitales más precisas que las leyes de la vida del árbol. Y también, al igual que las semillas y las raíces que dejó el otoño pasado, previo a esta primavera presente, y las semillas y las raíces que dejará esta primavera, después de irse, para la próxima primavera, encierran la manifestación de la vida y dependen de leyes vitales,
así mismo el árbol de los seres con todas sus ramas y ramitas, cada una de las cuales tiene un pasado y un futuro y una cadena compuesta de sus fases y circunstancias pasadas y futuras, y cada clase y cada parte de ellas, sus existencias múltiples con sus distintas fases forman una cadena de la existencia en el conocimiento divino, y esa existencia en el conocimiento divino es un locus de manifestación de una manifestación inmaterial de la vida general, como la existencia externa, de manera que se toman las cosas decretadas vitales de esas tablas del decreto, vivas, útiles.
En efecto: El hecho de que el mundo de los espíritus, que es un tipo del mundo del no-visto, esté lleno de los espíritus que son la fuente de la vida y su sustancia y las médulas de la vida y sus esencias, implica y exige que el otro tipo y la parte segunda del mundo del no-visto, llamado el pasado y el futuro, sea locus de manifestación de la manifestación de la vida también. Y así mismo el orden más perfecto de algo, sus configuraciones útiles, sus frutos y sus fases vivas en su existencia en el conocimiento divino, indican que esa existencia en el conocimiento divino es un locus de manifestación de un tipo de la vida inmaterial.
En efecto: Una manifestación tal de entre las manifestaciones de la vida, que es la luz del sol de la vida sempiterna, no se limita a esta existencia externa y a este tiempo presente y este mundo de lo visible, categóricamente, sino que cada mundo es un locus de manifestación de una manifestación de esa luz, según su receptibilidad, y en verdad el universo con todos sus mundos está vivo y luminoso por esa manifestación, y si no, cada mundo sería un gran cadáver aterrador y un mundo devastado, oscuro, debajo de una vida temporal, externa, como lo ve la mirada del extravío.
De manera que se entiende el fundamento de la fe en el Decreto y el Destino y se demuestra por el secreto de la vida también en un sentido amplio. Y eso es porque al igual que el mundo de lo visible y las cosas existentes, presentes, su vida se ve por sus configuraciones y sus resultados, del mismo modo los seres creados pasados y futuros, que se cuentan como parte del mundo del no-visto, tienen una existencia inmaterial, dotada de vida, y una autenticidad en el conocimiento de Allah dotada de espíritu, de manera que se ve el efecto de esa vida inmaterial y se manifiesta por el nombre de las cosas decretadas por medio de la tabla del decreto y el destino.
La alegoría quinta
Se ha dicho en la característica décimo sexta de la vida, que cuando la vida entra en algo, convierte ese algo en algo equivalente a un mundo, de manera que le da a la parte una universalidad como el todo y a lo particular una universalidad como lo total. En efecto: La vida tiene asimismo una universalidad, como si fuera un espejo que reúne la unicidad y manifiesta en sí mismo la mayor parte de los nombres más hermosos que se manifiestan en todos los seres, y si la vida entra en un cuerpo lo convierte en un mundo pequeño, como si se convirtiera en algo equivalente a un tipo de semilla del árbol de los seres que contiene un tipo de su índice. De manera que al igual una semilla no es sino un efecto de un poder que tiene la capacidad de crear su árbol, del mismo modo Quien ha creado el ser más pequeño dotado de vida es el Creador de todo el universo indiscutiblemente.
Y esta vida por su universalidad muestra en sí misma el secreto más escondido de la unicidad. Y ello es que, al igual que el sol grandioso existe por su luminosidad y su reflejo y sus siete colores en cada gota de agua y en cada átomo de cristal que está de cara al sol, del mismo modo todo dotado de vida se manifiestan en él a la vez las manifestaciones de los nombres y los atributos divinos que abarcan todo el universo. Y a partir de este punto, la vida convierte el universo en algo equivalente a un todo que no admite la división y la partición, y aún más como un todo cuyo ser compartido y dividido está fuera de lo posible en el sentido del señorío y el hacer existir.
En efecto: El que te ha creado y ha impreso Su marca en tu rostro, Su marca indica obviamente que Él es el que ha creado todo el género humano, porque la esencia humana es una y no se puede partir, y del mismo modo las partes de los seres se convierten en algo equivalente a sus individuos y los seres se convierten en algo equivalente al género, por medio de la vida, de manera que se manifiesta la marca de la unicidad en su conjunto al igual que se manifiesta esa marca y sello relativos al Señor Absoluto en cada parte de ellos también, siendo así que descarta la asociación y el compartir en todos los sentidos.
Y es así también que en la vida hay prodigios extraordinarios y asombrosos por encima de lo usual, de entre los prodigios de la obra divina, puesto que una persona y un poder que no pueden crear a todos los seres, no pueden crear al ser más pequeño dotado de vida. En efecto: La pluma que ha escrito el índice del árbol del pino formidable y ha escrito sus decretos en una de sus semillas pequeña al máximo, como se escribe el Corán en un grano de un garbanzo, es la pluma que ha escrito los cielos con los astros. En efecto: Quien inserta en la cabeza de la pequeña abeja una predisposición, una receptividad y un instrumento con los que reconoce las flores que hay en el jardín de los seres, apropiados para la mayor parte de sus clases, y trae un regalo como la miel de entre los regalos de la misericordia, y por los que conoce los requisitos de la vida el día que viene a este mundo, Él es el Creador del universo.
La conclusión es que, al igual que la vida es una marca espléndida de entre las marcas de la unicidad divina en la superficie del universo y que cada dotado de espíritu es una de las marcas de la unicidad en el punto de la vida y que el diseño de la hechura en cada uno de los individuos de la vida es un sello de la unidad absoluta, y que esos individuos sellan con su vida el libro de estos seres en el número de los dotados de vida, con el nombre del “Viviente, el Sustentador, el Uno, el Único” y que ellos son las rúbricas de la unidad divina, los sellos de la unicidad y las marcas de la unidad absoluta, en ese libro. Del mismo modo todo dotado de vida es una rúbrica de la unidad en el libro de estos seres, como la vida, al igual que sobre el rostro de cada uno y sobre su semblante se ha puesto un sello de los sellos de la unicidad.
Y así es, al igual que la vida en el número de sus particularidades y los dotados de vida en el número de sus individuos, son una firma y unos sellos que dan testimonio de la unidad del “Viviente, el Sustentador”, del mismo modo el acto de dar vida pone la firma de la unicidad divina en el número de sus individuos. Por ejemplo: Dar la vida a la tierra que es un individuo del acto de dar vida es un testimonio brillante de la unicidad divina como el sol, porque un número ilimitado de individuos de cada tipo de entre trescientos mil tipos son traídos a la vida, ordenados y completos, reunidos y compenetrados, sin deficiencia ni error. En efecto: El que hace así con un solo acto un número ilimitado de actos ordenados, Él es el Creador de todas las cosas creadas y Él es el “Viviente, el Sustentador” el que da vida a cada dotado de vida y el “Uno, el Único” el que no es posible que haya copartícipes en Su señorío.
Y ahora se ha escrito esta medida pequeña, resumida, de las características de la vida y trasladamos la explicación de las demás características y sus detalles a la Epístola de la Luz y a otro momento.
Epílogo:
El nombre supremo no es el mismo para cada uno, sino que varía.
Por ejemplo: El nombre supremo en lo que se refiere al imam ‘Alí, que Allah esté complacido con él, son seis nombres: “El Singular, el Viviente, el Sustentador, el Juez, el Justo, el Purísimo”. Y el nombre supremo para el imam excelso Abu Ḥanífa, son dos nombres: “El Juez y el Justo”. Y para el maestro excelso de su tiempo, el shaij ‘Abdul-Qadir al-Ŷiláni, es “El Viviente”. Y el para el imam venerable Aḥmad al-Faruqí es “el Sustentador”. Y muchos otros han considerado otros nombres como el nombre supremo.
Mencionaremos esa súplica en la que el Mensajero más noble, que Allah le dé Su gracia y paz, explica el conocimiento de Allah, sea ensalzado, en un grado elevado y amplio al máximo, dentro de su confidencia mayor llamada “la gran coraza” acerca del conocimiento de Allah, sea ensalzado. En la que dice: ¡Oh Viviente antes de cada cosa, Oh Viviente después de cada cosa…”. Y la vamos a mencionar por la bendición que tiene y como testimonio y prueba y evidencia bendita, y como súplica para nosotros y un buen sello final para esta epístola a propósito de que este punto quinto trata del nombre el “Viviente”. De manera que vamos a ir con la imaginación a ese tiempo y vamos a decir amín a su súplica, que Allah le dé Su gracia y paz, y pediremos con la invocación muḥammadiana como si nosotros dijéramos la misma confidencia. Así pues decimos:
يَا حَىُّ قَب۟لَ كُلِّ حَىٍّ يَا حَىُّ بَع۟دَ كُلِّ حَىٍّ
يَا حَىُّ الَّذٖى لَي۟سَ كَمِث۟لِهٖ حَىٌّ يَا حَىُّ الَّذٖى لَا يُش۟بِهُهُ شَى۟ءٌ
يَا حَىُّ الَّذٖى لَا يَح۟تَاجُ اِلٰى حَىٍّ يَا حَىُّ الَّذٖى لَا يُشَارِكُهُ حَىٌّ
يَا حَىُّ الَّذٖى يُمٖيتُ كُلَّ حَىٍّ يَا حَىُّ الَّذٖى يَر۟زُقُ كُلَّ حَىٍّ
يَا حَىُّ الَّذٖى يُح۟يِى ال۟مَو۟تٰى يَا حَىُّ الَّذٖى لَا يَمُوتُ
سُب۟حَانَكَ يَا لَٓا اِلٰهَ اِلَّا اَن۟تَ ال۟اَمَانُ ال۟اَمَانُ نَجِّنَا مِنَ النَّارِ اٰمٖينَ
سُب۟حَانَكَ لَا عِل۟مَ لَنَٓا اِلَّا مَا عَلَّم۟تَنَٓا اِنَّكَ اَن۟تَ ال۟عَلٖيمُ ال۟حَكٖيمُ
Otuzuncu Lem’a’nın Altıncı Nüktesi
İsm-i Kayyum’a bakar.
İsm-i Hayy’ın bir hülâsası, Nur Çeşmesi’nin bir zeyli olmuş; bu ism-i Kayyum dahi Otuzuncu Söz’ün zeyli olması münasip görüldü.
İ’tizar: Bu çok ehemmiyetli meseleler ve çok derin ve geniş ism-i Kayyum’un cilve-i a’zamı, hem muntazaman değil belki ayrı ayrı lem’alar tarzında kalbe hutur ettiğinden hem gayet müşevveş ve acele ve tetkiksiz müsvedde halinde kaldığından elbette tabirat ve ifadelerde çok noksanlar, intizamsızlıklar bulunacaktır. Meselelerin güzelliklerine benim kusurlarımı bağışlamalısınız.
İhtar: İsm-i a’zama ait nükteler, a’zamî bir surette geniş, hem gayet derin olduğundan hususan ism-i Kayyum’a ait meseleler ve bilhassa Birinci Şuâ’ı (Hâşiye[6]) maddiyyunlara baktığı için, daha ziyade derin gittiğinden elbette her adam her meseleyi her cihette anlamaz. Fakat herkes her meseleden bir derece hisse alabilir. “Bir şey bütün elde edilmezse bütün bütün elden kaçırılmaz.” kaidesiyle, “Bu manevî bahçenin bütün meyvelerini koparamıyorum.” diye vazgeçmek kâr-ı akıl değildir. İnsan ne kadar koparsa o kadar kârdır.
İsm-i a’zama ait meselelerin ihata edilmeyecek derecede genişleri olduğu gibi akıl görmeyecek derecede inceleri de vardır. Hususan ism-i Hay ve Kayyum’a ve bilhassa hayatın iman erkânına karşı remizlerine ve bilhassa kaza ve kader rüknüne hayatın işaretine ve ism-i Kayyum’un Birinci Şuâ’ına herkesin fikri yetişmez fakat hissesiz de kalmaz; belki herhalde imanını kuvvetlendirir.
Saadet-i ebediyenin anahtarı olan imanın kuvvetleşmesi ehemmiyeti çok azîmdir. İmanın bir zerre kadar kuvveti ziyade olması, bir hazinedir. İmam-ı Rabbanî Ahmed-i Farukî diyor ki: “Bir küçük mesele-i imaniyenin inkişafı, benim nazarımda yüzler ezvak ve kerametlere müreccahtır.”
بِسْمِ اللّٰهِ الرَّحْمٰنِ الرَّح۪يمِ
بِيَدِهٖ مَلَكُوتُ كُلِّ شَى۟ءٍ لَهُ مَقَالٖيدُ السَّمٰوَاتِ وَ ال۟اَر۟ضِ وَ اِن۟ مِن۟ شَى۟ءٍ اِلَّا عِن۟دَنَا خَزَٓائِنُهُ مَا مِن۟ دَٓابَّةٍ اِلَّا هُوَ اٰخِذٌ بِنَاصِيَتِهَا gibi kayyumiyet-i İlahiyeye işaret eden âyetlerin bir nüktesi ve ism-i a’zam veyahut ism-i a’zamın iki ziyasından ikinci ziyası veyahut ism-i a’zamın altı nurundan altıncı nuru olan Kayyum isminin bir cilve-i a’zamı, zilkade ayında aklıma göründü. Eskişehir Hapishanesindeki müsaadesizliğim cihetiyle o nur-u a’zamı elbette tamamıyla beyan edemeyeceğim, fakat Hazret-i İmam-ı Ali (ra), Kaside-i Ercuze’sinde “Sekine” nam-ı âlîsiyle beyan ettiği ism-i a’zam ve Celcelutiye’sinde pek muhteşem isimlerle ism-i a’zam içinde bulunan o altı ismi en a’zam, en ehemmiyetli tuttuğu için ve onların bahsi içinde kerametkârane bize teselli verdiği için bu ism-i Kayyum’a dahi evvelki beş esma gibi hiç olmazsa muhtasar bir surette beş şuâ ile o nur-u a’zama işaret edeceğiz.
Birinci Şuâ
Bu kâinatın Hâlık-ı Zülcelal’i Kayyum’dur. Yani bizatihî kaimdir, daimdir, bâkidir. Bütün eşya onunla kaimdir, devam eder ve vücudda kalır, beka bulur. Eğer kâinattan bir dakikacık olsun o nisbet-i kayyumiyet kesilse kâinat mahvolur.
Hem o Zat-ı Zülcelal’in kayyumiyetiyle beraber Kur’an-ı Azîmüşşan’da ferman ettiği gibi لَي۟سَ كَمِث۟لِهٖ شَى۟ءٌ dür. Yani ne zatında, ne sıfâtında, ne ef’alinde naziri yoktur, misli olmaz, şebihi yoktur, şeriki olmaz.
Evet, bütün kâinatı bütün şuunatıyla ve keyfiyatıyla kabza-i rububiyetinde tutup bir hane ve bir saray hükmünde kemal-i intizam ile tedbir ve idare ve terbiye eden bir Zat-ı Akdes’e misil ve mesîl ve şerik ve şebih olmaz, muhaldir.
Evet, bir zat ki ona yıldızların icadı zerreler kadar kolay gele
ve en büyük şey en küçük şey gibi kudretine musahhar ola
ve hiçbir şey hiçbir şeye, hiçbir fiil hiçbir fiile mani olmaya
ve hadsiz efrad, bir fert gibi nazarında hazır ola
ve bütün sesleri birden işite
ve umumun hadsiz hâcatını birden yapabile
ve kâinatın mevcudatındaki bütün intizamat ve mizanların şehadetiyle hiçbir şey, hiçbir hal, daire-i meşiet ve iradesinden hariç olmaya
ve hiçbir mekânda olmadığı halde, her bir yerde ve her bir mekânda kudretiyle, ilmiyle hazır ola
ve her şey ondan nihayet derecede uzak olduğu halde, o ise her şeye nihayet derecede yakın olabilen bir Zat-ı Hayy-ı Kayyum-u Zülcelal’in elbette hiçbir cihetle misli, naziri, şeriki, veziri, zıddı, niddi olmaz ve olması muhaldir. Yalnız mesel ve temsil suretinde şuunat-ı kudsiyesine bakılabilir. Risale-i Nur’daki bütün temsilat ve teşbihat, bu mesel ve temsil nevindendirler.
İşte böyle misilsiz ve Vâcibü’l-vücud ve maddeden mücerred ve mekândan münezzeh ve tecezzisi ve inkısamı her cihetle muhal ve tagayyür ve tebeddülü mümteni ve ihtiyaç ve aczi imkân haricinde olan bir Zat-ı Akdes’in kâinat safahatında ve tabakat-ı mevcudatında tecelli eden bir kısım cilvelerini ayn-ı Zat-ı Akdes tevehhüm ederek bir kısım mahlukatına uluhiyetin ahkâmını veren ehl-i dalalet insanların bir kısmı, o Zat-ı Zülcelal’in bazı eserlerini tabiata isnad etmişler. Halbuki Risale-i Nur’un müteaddid yerlerinde kat’î bürhanlarla ispat edilmiş ki:
Tabiat bir sanat-ı İlahiyedir, sâni’ olmaz. Bir kitabet-i Rabbaniyedir, kâtip olmaz. Bir nakıştır, nakkaş olamaz. Bir defterdir, defterdar olmaz. Bir kanundur, kudret olmaz. Bir mistardır, masdar olmaz. Bir kabildir, münfail olur; fâil olmaz. Bir nizamdır, nâzım olamaz. Bir şeriat-ı fıtriyedir, şâri’ olamaz.
Farz-ı muhal olarak en küçük bir zîhayat mahluk tabiata havale edilse “Bunu yap.” denilse; Risale-i Nur’un çok yerlerinde kat’î bürhanlarla ispat edildiği gibi, o küçük zîhayatın azaları ve cihazatları adedince kalıplar, belki makineler bulundurmak gerektir; tâ ki tabiat o işi görebilsin.
Hem maddiyyun denilen bir kısım ehl-i dalalet, zerrattaki tahavvülat-ı muntazama içinde hallakıyet-i İlahiyenin ve kudret-i Rabbaniyenin bir cilve-i a’zamını hissettiklerinden ve o cilvenin nereden geldiğini bilemediklerinden ve o kudret-i Samedaniyenin cilvesinden gelen umumî kuvvetin nereden idare edildiğini anlayamadıklarından madde ve kuvveti ezelî tevehhüm ederek zerrelere ve hareketlerine âsâr-ı İlahiyeyi isnad etmeye başlamışlar.
Fesübhanallah! İnsanlarda bu derece hadsiz cehalet olabilir mi ki mekândan münezzeh olmakla beraber her bir yerde her bir şeyin icadında her şeyi görecek, bilecek, idare edecek bir tarzda bulunur bir vaziyetle yaptığı fiilleri ve eserleri; camid, kör, şuursuz, iradesiz, mizansız ve tesadüf fırtınaları içinde çalkanan zerrata ve harekâtına vermek, ne kadar cahilane ve hurafetkârane bir fikir olduğunu, zerre kadar aklı bulunanların bilmesi gerektir. Evet, bu herifler vahdet-i mutlakadan vazgeçtikleri için hadsiz ve nihayetsiz bir kesret-i mutlakaya düşmüşler, yani bir tek ilahı kabul etmedikleri için nihayetsiz ilahları kabul etmeye mecbur oluyorlar. Yani bir tek Zat-ı Akdes’in hâssası ve lâzım-ı zatîsi olan ezeliyeti ve hâlıkıyeti, bozulmuş akıllarına sığıştıramadıklarından o hadsiz, nihayetsiz camid zerrelerin ezeliyetlerini, belki uluhiyetlerini kabul etmeye mesleklerince mecbur oluyorlar.
İşte sen gel, echeliyetin nihayetsiz derecesine bak! Evet, zerrelerdeki cilve ise zerreler taifesini Vâcibü’l-vücud’un havliyle, kudretiyle, emriyle muntazam ve muhteşem bir ordu hükmüne getirmiştir. Eğer bir saniye o Kumandan-ı A’zam’ın emri ve kuvveti geri alınsa o çok kesretli camid, şuursuz taife, başıbozuklar hükmüne gelecekler; belki bütün bütün mahvolacaklar.
Hem insanların bir kısmı güya daha ileri görüyor gibi, daha ziyade cahilane bir dalaletle Sâni’-i Zülcelal’in gayet latîf, nâzenin, mutî, musahhar bir sahife-i icraatı ve emirlerinin bir vasıta-i nakliyatı ve zayıf bir perde-i tasarrufatı ve latîf bir midad-ı (mürekkep) kitabeti ve en nâzenin bir hulle-i icadatı ve bir mâye-i masnuatı ve bir mezraa-i hububatı olan “esîr” maddesini, cilve-i rububiyetine âyinedarlık ettiği için masdar ve fâil tevehhüm etmişler. Bu acib cehalet, hadsiz muhalleri istilzam ediyor. Çünkü esîr maddesi, maddiyyunları boğduran zerrat maddesinden daha latîf ve eski hükemanın saplandığı heyula fihristesinden daha kesif, ihtiyarsız, şuursuz, camid bir maddedir. Bu hadsiz bir surette tecezzi ve inkısam eden ve nâkillik ve infial hâssasıyla ve vazifesiyle teçhiz edilen bu maddeye, belki o maddenin zerreden çok derece daha küçük olan zerrelerine; her şeyde her şeyi görecek, bilecek, idare edecek bir ihtiyar ve bir iktidar ile vücud bulan fiilleri, eserleri isnad etmek, esîrin zerreleri adedince yanlıştır.
Evet, mevcudatta görünen fiil-i icad öyle bir keyfiyettedir ki her şeyde, hususan zîhayat olsa ekser eşyayı ve belki umum kâinatı görecek, bilecek ve kâinata karşı o zîhayatın münasebatını tanıyacak, temin edecek bir iktidar ve ihtiyardan geldiğini gösteriyor ki maddî ve ihatasız olan esbabın hiçbir cihetle fiili olmaz. Evet –sırr-ı kayyumiyetle– en cüz’î bir fiil-i icadî, doğrudan doğruya bütün kâinat Hâlık’ının fiili olduğuna delâlet eden bir sırr-ı a’zamı taşıyor.
Evet, mesela bir arının icadına teveccüh eden bir fiil, iki cihetle Hâlık-ı kâinat’a hususiyetini gösteriyor.
Birincisi: O arının bütün emsalinin bütün zeminde, aynı zamanda aynı fiile mazhariyetleri gösteriyor ki bu cüz’î ve hususi fiil ise ihatalı rûy-i zemini kaplamış bir fiilin bir ucudur. Öyle ise o büyük fiilin fâili ve o fiilin sahibi kim ise o cüz’î fiil dahi onundur.
İkinci cihet: Bu hazır arının hilkatine teveccüh eden fiilin fâili olmak için, o arının şerait-i hayatiyesini ve cihazatını ve kâinatla münasebatını temin edecek ve bilecek kadar pek büyük bir iktidar ve ihtiyar lâzım geldiğinden o cüz’î fiili yapan zatın, ekser kâinata hükmü geçmekle ancak o fiili öyle mükemmel yapabilir.
Demek en cüz’î fiil, iki cihetle Hâlık-ı külli şey’e has olduğunu gösterir.
En ziyade cây-ı dikkat ve cây-ı hayret şudur ki: Vücudun en kuvvetli mertebesi olan “vücub”un ve vücudun en sebatlı derecesi olan “maddeden tecerrüd”ün ve vücudun zevalden en uzak tavrı olan “mekândan münezzehiyet”in ve vücudun en sağlam ve tagayyürden ve ademden en mukaddes sıfatı olan “vahdet”in sahibi olan Zat-ı Vâcibü’l-vücud’un en has hâssası ve lâzım-ı zatîsi olan ezeliyeti ve sermediyeti; vücudun en zayıf mertebesi ve en incecik derecesi ve en mütegayyir, mütehavvil tavrı ve en ziyade mekâna yayılmış olan hadsiz kesretli bir maddî madde olan esîr ve zerrat gibi şeylere vermek ve onlara ezeliyet isnad etmek ve onları ezelî tasavvur etmek ve kısmen âsâr-ı İlahiyenin onlardan neş’et ettiğini tevehhüm etmek, ne kadar hilaf-ı hakikat ve vakıa muhalif ve akıldan uzak ve bâtıl bir fikir olduğu, Risale-i Nur’un müteaddid cüzlerinde kat’î bürhanlarla gösterilmiştir.
İkinci Şuâ
İki meseledir.
Birinci Mesele: İsm-i Kayyum’un bir cilve-i a’zamına işaret eden لَا تَا۟خُذُهُ سِنَةٌ وَلَا نَو۟مٌ مَا مِن۟ دَٓابَّةٍ اِلَّا هُوَ اٰخِذٌ بِنَاصِيَتِهَا لَهُ مَقَالٖيدُ السَّمٰوَاتِ وَ ال۟اَر۟ضِ gibi âyetlerin işaret ettiği hakikat-i a’zamın bir vechi şudur ki:
Şu kâinattaki ecram-ı semaviyenin kıyamları, devamları, bekaları sırr-ı kayyumiyetle bağlıdır. Eğer o cilve-i kayyumiyet bir dakikada yüzünü çevirse bir kısmı küre-i arzdan bin defa büyük milyonlarla küreler, feza-yı gayr-ı mütenahî boşluğunda dağılacak, birbirine çarpacak, ademe dökülecekler.
Nasıl ki mesela, havada –tayyareler yerinde– binler muhteşem kasırları kemal-i intizamla durdurup seyahat ettiren bir zatın kayyumiyet iktidarı, o havadaki sarayların sebat ve nizam ve devamları ile ölçülür. Öyle de o Zat-ı Kayyum-u Zülcelal’in madde-i esîriye içinde hadsiz ecram-ı semaviyeye nihayet derecede intizam ve mizan içinde sırr-ı kayyumiyetle bir kıyam, bir beka, bir devam vererek, bazısı küre-i arzdan bin ve bir kısmı bir milyon defa büyük milyonlarla azîm küreleri direksiz, istinadsız, boşlukta durdurmakla beraber, her birini bir vazife ile tavzif edip gayet muhteşem bir ordu şeklinde “Emr-i kün feyekûn”den gelen fermanlara kemal-i inkıyadla itaat ettirmesi, ism-i Kayyum’un a’zamî cilvesine bir ölçü olduğu gibi, her bir mevcudun zerreleri dahi yıldızlar gibi sırr-ı kayyumiyetle kaim ve o sır ile beka ve devam ediyorlar.
Evet, bir zîhayatın cesedindeki zerrelerin her bir azaya mahsus bir heyet ile küme küme toplanıp dağılmadıkları ve sel gibi akan unsurların fırtınaları içinde vaziyetlerini muhafaza edip dağılmamaları ve muntazaman durmaları, bilbedahe kendi kendilerinden olmayıp belki sırr-ı kayyumiyetle olduğundan; her bir ceset muntazam bir tabur, her bir nevi muntazam bir ordu hükmünde olarak bütün zîhayat ve mürekkebatın zemin yüzünde ve yıldızların feza âleminde durmaları ve gezmeleri gibi, bu zerreler dahi hadsiz dilleriyle sırr-ı kayyumiyeti ilan ederler.
İkinci Mesele: Eşyanın sırr-ı kayyumiyetle münasebettar faydalarının ve hikmetlerinin bir kısmına işaret etmeyi, bu makam iktiza ediyor.
Evet, her şeyin hikmet-i vücudu ve gaye-i fıtratı ve faide-i hilkati ve netice-i hayatı üçer nevidir:
Birinci nevi, kendine ve insana ve insanın maslahatlarına bakar.
İkinci nevi, daha mühimdir ki her şey, umum zîşuur mütalaa edebilecek ve Fâtır-ı Zülcelal’in cilve-i esmasını bildirecek birer âyet, birer mektup, birer kitap, birer kaside hükmünde olarak manalarını hadsiz okuyucularına ifade etmesidir.
Üçüncü nevi ise Sâni’-i Zülcelal’e aittir, ona bakar. Her şeyin faydası ve neticesi kendine bakan bir ise Sâni’-i Zülcelal’e bakan yüzlerdir ki Sâni’-i Zülcelal kendi acayib-i sanatını kendisi temaşa eder; kendi cilve-i esmasına, kendi masnuatında bakar. Bu a’zamî üçüncü nevide, bir saniye kadar yaşamak kâfidir.
Hem her şeyin vücudunu iktiza eden bir sırr-ı kayyumiyet var ki Üçüncü Şuâ’da izah edilecek.
Bir zaman tılsım-ı kâinat ve muamma-yı hilkat cilvesiyle mevcudatın hikmetlerine ve faydalarına baktım, dedim: “Acaba bu eşya neden böyle kendini gösteriyorlar, çabuk kaybolup gidiyorlar?” Onların şahsına bakıyorum; muntazam, hikmetli giyinmiş, giydirilmiş, süslendirilmiş, sergiye temaşagâha gönderilmiş. Halbuki bir iki günde, belki bir kısmı birkaç dakikada kaybolup faydasız boşu boşuna gidiyorlar. Bu kısa zamanda bize görünmelerinden maksat nedir, diye çok merak ediyordum. O zaman mevcudatın, hususan zîhayatın dünya dershanesine gelmelerinin mühim bir hikmetini lütf-u İlahî ile buldum. O da şudur:
Her şey, hususan zîhayat, gayet manidar bir kelime, bir mektup, bir kaside-i Rabbanîdir, bir ilanname-i İlahîdir. Umum zîşuurun mütalaasına mazhar olduktan ve hadsiz mütalaacılara manasını ifade ettikten sonra, lafzı ve hurufu hükmündeki suret-i cismaniyesi kaybolur.
Bir sene kadar bu hikmet bana kâfi geldi. Bir sene sonra masnuatta ve bilhassa zîhayatlarda bulunan çok hârika ve pek ince sanatın mu’cizeleri inkişaf etti. Anladım ki bu çok ince ve çok hârika olan dekaik-ı sanat, yalnız zîşuurların nazarlarına ifade-i mana için değildir. Gerçi her bir mevcudu, hadsiz zîşuurlar mütalaa edebilir. Fakat hem onların mütalaası mahduddur hem de herkes o zîhayatın bütün dekaik-ı sanatına nüfuz edemezler. Demek zîhayatların en mühim netice-i hilkati ve en büyük gaye-i fıtratı, Zat-ı Kayyum-u Ezelî’nin kendi nazarına, kendi acayib-i sanatını ve verdiği rahîmane hediyelerini ve ihsanlarını arz etmektir.
Bu gaye ise çok zaman bana kanaat verdi ve ondan anladım ki her mevcudda, hususan zîhayatlarda hadsiz dekaik-ı sanat bulunması, Zat-ı Kayyum-u Ezelî’nin nazarına arz etmek, yani Zat-ı Kayyum-u Ezelî kendi sanatını kendisi temaşa etmek olan hikmet-i hilkat, o büyük masarife kâfi geliyordu. Bir zaman sonra gördüm ki mevcudatın şahıslarında ve suretlerindeki dekaik-ı sanat devam etmiyor; gayet süratle tazeleniyor, tebeddül ediyor; nihayetsiz bir faaliyet ve bir hallakıyet içinde tahavvül ediyorlar. Bu hallakıyet ve bu faaliyetin hikmeti elbette o faaliyet derecesinde büyük olmak lâzım geliyor, diye tefekküre başladım. Bu defa mezkûr iki hikmet kâfi gelmemeye başladılar, noksan kaldılar. Gayet merak ile ayrı bir hikmeti aramaya ve taharriye başladım. Bir zaman sonra, lillahi’l-hamd Kur’an-ı Mu’cizü’l-Beyan’ın feyzi ile sırr-ı kayyumiyet noktasında azîm hadsiz bir hikmet, bir gaye göründü. Ve onun ile “tılsım-ı kâinat” ve “muamma-yı hilkat” tabir edilen bir sırr-ı İlahî anlaşıldı. (Yirmi Dördüncü Mektup’ta tafsilen beyan edildiğinden burada yalnız icmalen iki üç noktasını Üçüncü Şuâ’da zikredeceğiz.)
Evet, sırr-ı kayyumiyetin cilvesine bu noktadan bakınız ki bütün mevcudatı ademden çıkarıp her birisini bu nihayetsiz fezada رَفَعَ السَّمَاءَ بِغَي۟رِ عَمَدٍ تَرَو۟نَهَا sırrıyla durdurup kıyam ve beka verip umumunu böyle sırr-ı kayyumiyetin tecellisine mazhar eyliyor. Eğer bu nokta-i istinad olmazsa hiçbir şey kendi başıyla durmaz. Hadsiz bir boşlukta yuvarlanıp ademe sukut edecek.
Hem nasıl ki bütün mevcudat, vücudları ve kıyamları ve bekaları cihetinde Kayyum-u Zülcelal’e dayanıyorlar; kıyamları onunladır. Öyle de mevcudatın keyfiyat ve ahvalinde binler silsilelerin; (temsilde hata olmasın) telefon, telgraf silsilelerinin merkezi ve santral direği hükmünde olan sırr-ı kayyumiyette وَ اِلَي۟هِ يُر۟جَعُ ال۟اَم۟رُ كُلُّهُ sırrıyla uçları bağlıdır. Eğer o nurani nokta-i istinada dayanmazlarsa ehl-i akılca muhal ve bâtıl olan binler devirler ve teselsüller lâzım gelecek; belki mevcudat adedince bâtıl olan devirler ve teselsüller lâzım gelir. Mesela, bu şey (hıfz veya nur veya vücud veya rızık gibi) bir cihette buna dayanır, bu da ötekine, o da ona... Gitgide herhalde nihayetsiz olamaz, bir nihayeti bulunacak. İşte, bütün böyle silsilelerin müntehaları, elbette sırr-ı kayyumiyettir. Sırr-ı kayyumiyet anlaşıldıktan sonra o mevhum silsilelerde birbirine dayanmak rabıtası ve manası kalmaz, kalkar; her şey doğrudan doğruya sırr-ı kayyumiyete bakar.
Üçüncü Şuâ
كُلَّ يَو۟مٍ هُوَ فٖى شَا۟نٍ فَعَّالٌ لِمَا يُرٖيدُ يَخ۟لُقُ مَا يَشَٓاءُ بِيَدِهٖ مَلَكُوتُ كُلِّ شَى۟ءٍ فَان۟ظُر۟ اِلٰٓى اٰثَارِ رَح۟مَتِ اللّٰهِ كَي۟فَ يُح۟يِى ال۟اَر۟ضَ بَع۟دَ مَو۟تِهَا
gibi âyetlerin işaret ettikleri hallakıyet-i İlahiye ve faaliyet-i Rabbaniye içindeki sırr-ı kayyumiyetin bir derece inkişafına, bir iki mukaddime ile işaret edeceğiz.
Birincisi: Şu kâinata baktığımız vakit görüyoruz ki zaman seylinde mütemadiyen çalkanan ve kafile kafile arkasından gelip geçen mahlukatın bir kısmı, bir saniyede gelir, der-akab kaybolur. Bir taifesi, bir dakikada gelir, geçer. Bir nev’i, bir saat âlem-i şehadete uğrar, âlem-i gayba girer. Bir kısmı bir günde, bir kısmı bir senede, bir kısmı bir asırda, bir kısmı da asırlarda bu âlem-i şehadete gelip konup vazife görüp gidiyorlar. Bu hayret verici seyahat ve seyeran-ı mevcudat ve sefer ve seyelan-ı mahlukat öyle bir intizam ve mizan ve hikmetle sevk ve idare edilir ve onlara ve o kafilelere kumandanlık eden öyle basîrane, hakîmane, müdebbirane kumandanlık ediyor ki bütün akıllar faraza ittihat edip bir tek akıl olsa o hakîmane idarenin künhüne yetişemez ve kusur bulup tenkit edemez.
İşte bu hallakıyet-i Rabbaniyenin içinde o sevimli ve sevdiği masnuatın hususan zîhayatların hiçbirine göz açtırmayarak âlem-i gayba gönderiyor, hiçbirine nefes aldırmayarak dünyadaki hayattan terhis ediyor, mütemadiyen bu misafirhane-i âlemi doldurup misafirlerin rızası olmayarak boşaltıyor; kalem-i kaza ve kader, küre-i arzı yazar bozar tahtası gibi yaparak يُح۟يٖى وَ يُمٖيتُ cilveleriyle mütemadiyen küre-i arzda yazılarını yazar ve o yazıları tazelendirir, tebdil eder.
İşte bu faaliyet-i Rabbaniyenin ve bu hallakıyet-i İlahiyenin bir sırr-ı hikmeti ve esaslı bir muktezîsi ve bir sebeb-i dâîsi, üç mühim şubeye ayrılan hadsiz, nihayetsiz bir hikmettir.
O hikmetin birinci şubesi şudur ki: Faaliyetin her nev’i cüz’î olsun, küllî olsun bir lezzet verir. Belki her faaliyette bir lezzet var. Belki faaliyet ayn-ı lezzettir. Belki faaliyet, ayn-ı lezzet olan vücudun tezahürüdür ve ayn-ı elem olan ademden tebâud ile silkinmesidir.
Evet, her kabiliyet sahibi, bir faaliyetle kabiliyetinin inkişafını lezzetle takip eder. Her bir istidadın faaliyetle tezahür etmesi, bir lezzetten gelir ve bir lezzeti netice verir. Her bir kemal sahibi, faaliyetle kemalâtının tezahürünü lezzetle takip eder. Madem her bir faaliyette böyle sevilir, istenilir bir kemal, bir lezzet vardır ve faaliyet dahi bir kemaldir ve madem zîhayat âleminde daimî ve ezelî bir hayattan neş’et eden hadsiz bir muhabbetin, nihayetsiz bir merhametin cilveleri görünüyor ve o cilveler gösteriyor ki kendini böyle sevdiren ve seven ve şefkat edip lütuflarda bulunan zatın kudsiyetine lâyık ve vücub-u vücuduna münasip o hayat-ı sermediyenin muktezası olarak hadsiz derecede (tabirde hata olmasın) bir aşk-ı lahutî, bir muhabbet-i kudsiye, bir lezzet-i mukaddese gibi şuunat-ı kudsiye o Hayat-ı Akdes’te var ki o şuunat böyle hadsiz faaliyetle ve nihayetsiz bir hallakıyetle kâinatı daima tazelendiriyor, çalkalandırıyor, değiştiriyor.
Sırr-ı kayyumiyete bakan hadsiz faaliyet-i İlahiyedeki hikmetin ikinci şubesi: Esma-i İlahiyeye bakar. Malûmdur ki her bir cemal sahibi, kendi cemalini görmek ve göstermek ister; her bir hüner sahibi, kendi hünerini teşhir ve ilan etmekle nazar-ı dikkati celbetmek ister ve sever. Ve hüneri gizli kalmış bir güzel hakikat ve güzel bir mana, meydana çıkmak ve müşterileri bulmak ister ve sever. Madem bu esaslı kaideler, her şeyde derecesine göre cereyan ediyor; elbette Cemil-i Mutlak olan Zat-ı Kayyum-u Zülcelal’in bin bir esma-i hüsnasından her bir ismin, kâinatın şehadetiyle ve cilvelerinin delâletiyle ve nakışlarının işaretiyle, her birisinin her bir mertebesinde hakiki bir hüsün, hakiki bir kemal, hakiki bir cemal ve gayet güzel bir hakikat, belki her bir ismin her bir mertebesinde hadsiz enva-ı hüsünle hadsiz hakaik-i cemile vardır.
Madem bu esmanın kudsî cemallerini irae eden âyineleri ve güzel nakışlarını gösteren levhaları ve güzel hakikatlerini ifade eden sahifeleri, bu mevcudattır ve bu kâinattır. Elbette o daimî ve bâki esma, hadsiz cilvelerini ve nihayetsiz manidar nakışlarını ve kitaplarını; hem müsemmaları olan Zat-ı Kayyum-u Zülcelal’in nazar-ı müşahedesine, hem hadd ü hesaba gelmeyen zîruh ve zîşuur mahlukatın nazar-ı mütalaasına göstermek ve nihayetli mahdud bir şeyden nihayetsiz levhaları ve bir tek şahıstan pek çok şahısları ve bir hakikatten pek kesretli hakikatleri göstermek için o aşk-ı mukaddes-i İlahîye istinaden ve o sırr-ı kayyumiyete binaen, kâinatı umumen ve mütemadiyen cilveleriyle tazelendiriyorlar, değiştiriyorlar.
Dördüncü Şuâ
Kâinattaki hayret-nüma faaliyet-i daimenin hikmetinin üçüncü şubesi şudur ki: Her bir merhamet sahibi, başkasını memnun etmekten mesrur olur. Her bir şefkat sahibi, başkasını mesrur etmekten memnun olur. Her bir muhabbet sahibi, sevindirmeye lâyık mahlukları sevindirmekle sevinir. Her bir âlîcenab zat, başkasını mesud etmekle lezzet alır. Her bir âdil zat, ihkak-ı hak etmek ve müstahaklara ceza vermekte hukuk sahiplerini minnettar etmekle keyiflenir. Hüner sahibi her bir sanatkâr, sanatını teşhir etmekle ve sanatının tasavvur ettiği tarzda işlemesiyle ve istediği neticeleri vermesiyle iftihar eder.
İşte bu mezkûr düsturların her biri birer kaide-i esasiyedir ki kâinatta ve âlem-i insaniyette cereyan ediyorlar. Bu kaidelerin esma-i İlahiyede cereyan ettiklerini gösteren üç misal, Otuz İkinci Söz’ün İkinci Mevkıfı’nda izah edilmiştir. Bir hülâsası bu makamda yazılması münasip olduğundan deriz:
Nasıl ki mesela, gayet merhametli, sehavetli, gayet kerîm âlîcenab bir zat, fıtratındaki âlî seciyelerin muktezasıyla büyük bir seyahat gemisine, çok muhtaç ve fakir insanları bindirip gayet mükemmel ziyafetlerle, ikramlarla o muhtaç fakirleri memnun ederek denizlerde arzın etrafında gezdirir ve kendisi de onların üstünde, onları mesrurane temaşa ederek o muhtaçların minnettarlıklarından lezzet alır ve onların telezzüzlerinden mesrur olur ve onların keyiflerinden sevinir, iftihar eder.
Madem böyle bir tevziat memuru hükmünde olan bir insan, böyle cüz’î bir ziyafet vermekten bu derece memnun ve mesrur olursa elbette bütün hayvanları ve insanları ve hadsiz melekleri ve cinleri ve ruhları, bir sefine-i Rahmanî olan küre-i arz gemisine bindirerek rûy-i zemini, enva-ı mat’umatla ve bütün duyguların ezvak ve erzakıyla doldurulmuş bir sofra-i Rabbaniye şeklinde onlara açmak ve o muhtaç ve müteşekkir ve minnettar ve mesrur mahlukatını aktar-ı kâinatta seyahat ettirmekle ve bu dünyada bu kadar ikramlarla onları mesrur etmekle beraber, dâr-ı bekada cennetlerinden her birini ziyafet-i daime için birer sofra yapan Zat-ı Hayy-ı Kayyum’a ait olarak o mahlukatın teşekkürlerinden ve minnettarlıklarından ve mesruriyetlerinden ve sevinçlerinden gelen ve tabirinde âciz olduğumuz ve mezun olmadığımız şuunat-ı İlahiyeyi “memnuniyet-i mukaddese” “iftihar-ı kudsî” ve “lezzet-i mukaddese” gibi isimlerle işaret edilen maânî-i rububiyettir ki bu daimî faaliyeti ve mütemadî hallakıyeti iktiza eder.
Hem mesela, bir mahir sanatkâr, plaksız bir fonoğraf yapsa o fonoğraf istediği gibi konuşsa, işlese sanatkârı ne kadar müftehir olur, mütelezziz olur; kendi kendine “Mâşâallah” der. Madem icadsız ve surî bir küçük sanat, sanatkârının ruhunda bu derece bir iftihar, bir memnuniyet hissi uyandırırsa elbette bu mevcudatın Sâni’-i Hakîm’i, kâinatın mecmuunu, hadsiz nağmelerin envaıyla sadâ veren ve ses verip tesbih eden ve zikredip konuşan bir musikî-i İlahiye ve bir fabrika-i acibe yapmakla beraber, kâinatın her bir nevini, her bir âlemini ayrı bir sanatla ve ayrı sanat mu’cizeleriyle göstererek zîhayatların kafalarında birer fonoğraf, birer fotoğraf, birer telgraf gibi çok makineleri, hattâ en küçük bir kafada dahi yapmakla beraber her bir insan kafasına, değil yalnız plaksız fonoğraf, birer âyinesiz fotoğraf, bir telsiz telgraf, belki bunlardan yirmi defa daha hârika, her insanın kafasında öyle bir makineyi yapmaktan ve istediği tarzda işleyip neticeleri vermekten gelen iftihar-ı kudsî ve memnuniyet-i mukaddese gibi manaları ve rububiyetin bu nevinden olan ulvi şuunatı, elbette ve herhalde bu faaliyet-i daimeyi istilzam eder.
Hem mesela, bir hükümdar-ı âdil, ihkak-ı hak için mazlumların hakkını zalimlerden almakla ve fakirleri kavîlerin şerrinden muhafaza etmekle ve herkese müstahak olduğu hakkı vermekle lezzet alması, iftihar etmesi, memnun olması hükümdarlığın ve adaletin bir kaide-i esasiyesi olduğundan elbette Hâkim-i Hakîm, Adl-i Âdil olan Zat-ı Hayy-ı Kayyum’un bütün mahlukatına, hususan zîhayatlara “hukuk-u hayat” tabir edilen şerait-i hayatiyeyi vermekle ve hayatlarını muhafaza için onlara cihazat ihsan etmekle ve zayıfları kavîlerin şerrinden rahîmane himaye etmekle ve umum zîhayatlarda bu dünyada ihkak-ı hak etmek nev’i tamamen ve haksızlara ceza vermek nev’i ise kısmen sırr-ı adaletin icrasından olmakla ve bilhassa mahkeme-i kübra-yı haşirde adalet-i ekberin tecellisinden hasıl olan ve tabirinde âciz olduğumuz şuunat-ı Rabbaniye ve maânî-i kudsiyedir ki kâinatta bu faaliyet-i daimeyi iktiza ediyor.
İşte bu üç misal gibi esma-i hüsnanın umumunda, her birisi bu faaliyet-i daimede böyle kudsî bazı şuunat-ı İlahiyeye medar olduklarından hallakıyet-i daimeyi iktiza ederler.
Hem madem her kabiliyet, her bir istidat, inbisat ve inkişaf edip semere vermekle bir ferahlık, bir genişlik, bir lezzet verir. Hem madem her vazifedar, vazifesini yapmak ve bitirmekle, vazifesinden terhisinde büyük bir rahatlık, bir memnuniyet hisseder. Ve madem bir tek tohumdan birçok meyveleri almak ve bir dirhemden yüz dirhem kâr kazanmak, sahiplerine çok sevinçli bir halettir, bir ticarettir. Elbette bütün mahlukattaki hadsiz istidatları inkişaf ettiren ve bütün mahlukatını kıymettar vazifelerde istihdam ettikten sonra terakkivari terhis ettiren, yani unsurları, madenler mertebesine; madenleri, nebatlar hayatına; nebatları, rızık vasıtasıyla hayvanların derece-i hayatına; ve hayvanları insanların şuurkârane olan yüksek hayatına çıkarıyor.
İşte her bir zîhayatın zâhirî bir vücudunun zevaliyle (Yirmi Dördüncü Mektup’ta izah edildiği gibi) ruhu, mahiyeti, hüviyeti, sureti gibi pek çok vücudlarını arkasında bıraktıran ve yerinde vazife başına geçiren faaliyet-i daime ve hallakıyet-i Rabbaniyeden neş’et eden maânî-i kudsiyenin ve rububiyet-i İlahiyenin ne kadar ehemmiyetli oldukları anlaşılır.
Mühim bir suale kat’î bir cevap
Ehl-i dalaletten bir kısmı diyorlar ki: “Kâinatı bir faaliyet-i daime ile tağyir ve tebdil eden zatın, elbette kendisinin de mütegayyir ve mütehavvil olması lâzım gelir.”
Elcevap: Hâşâ yüz bin defa hâşâ! Yerdeki âyinelerin tagayyürü, gökteki güneşin tagayyürünü değil, bilakis cilvelerinin tazelendiğini gösterir. Hem ezelî, ebedî, sermedî, her cihetçe kemal-i mutlakta ve istiğna-yı mutlakta, maddeden mücerred, mekândan, kayıttan, imkândan münezzeh, müberra, muallâ olan bir Zat-ı Akdes’in tagayyürü ve tebeddülü muhaldir. Kâinatın tagayyürü, onun tagayyürüne değil, belki adem-i tagayyürüne ve gayr-ı mütehavvil olduğuna delildir. Çünkü müteaddid şeyleri intizamla daimî tağyir ve tahrik eden bir zat, mütegayyir olmamak ve hareket etmemek lâzım gelir. Mesela, sen çok iplerle bağlı çok gülleleri ve topları çevirdiğin ve daimî intizamla tahrik edip vaziyetler verdiğin vakit, senin yerinde durup tagayyür ve hareket etmemekliğin gerektir. Yoksa o intizamı bozacaksın.
Meşhurdur ki intizamla tahrik eden, hareket etmemek ve devam ile tağyir eden, mütegayyir olmamak gerektir; tâ ki o iş intizamla devam etsin.
Sâniyen: Tagayyür ve tebeddül, hudûstan ve tekemmül etmek için tazelenmekten ve ihtiyaçtan ve maddîlikten ve imkândan ileri geliyor. Zat-ı Akdes ise hem kadîm hem her cihetçe kemal-i mutlakta hem istiğna-yı mutlakta hem maddeden mücerred hem Vâcibü’l-vücud olduğundan elbette tagayyür ve tebeddülü muhaldir, mümkün değildir.
Beşinci Şuâ
İki meseledir:
Birinci Meselesi: İsm-i Kayyum’un cilve-i a’zamını görmek istersek hayalimizi bütün kâinatı temaşa edecek; biri, en uzak şeyleri; diğeri, en küçük zerreleri gösterecek iki dürbün yapıp birinci dürbünle bakıyoruz, görüyoruz ki ism-i Kayyum’un cilvesiyle küre-i arzdan bin defa büyük milyonlar küreler, yıldızlar, direksiz olarak havadan daha latîf olan madde-i esîriye içinde kısmen durdurulmuş, kısmen vazife için seyahat ettiriliyor.
Sonra o hayalin hurdebîni olan ikinci dürbünüyle küçük zerratı görecek bir suretle bakıyoruz. O sırr-ı kayyumiyetle zîhayat mahlukat-ı arziyenin her birinin zerrat-ı vücudiyeleri, yıldızlar gibi muntazam bir vaziyet alıp hareket ediyorlar ve vazifeler görüyorlar. Hususan zîhayatın kanındaki “küreyvat-ı hamra ve beyza” tabir ettikleri zerrelerden teşekkül eden küçücük kütleleri, seyyar yıldızlar gibi mevlevîvari iki hareket-i muntazama ile hareket ediyorlar görüyoruz.
Bir hülâsatü’l-hülâsa: (Hâşiye[7])
İsm-i a’zamın altı ismi, ziyadaki yedi renk gibi imtizaç ederek teşkil ettikleri ziya-yı kudsiyeye bakmak için bir hülâsanın zikri münasiptir. Şöyle ki:
Bütün kâinatın mevcudatını böyle durduran, beka ve kıyam veren ism-i Kayyum’un bu cilve-i a’zamının arkasından bak: İsm-i Hayy’ın cilve-i a’zamı, o bütün mevcudat-ı zîhayatı cilvesiyle şulelendirmiş, kâinatı nurlandırmış, bütün zîhayat mevcudatı cilvesiyle yaldızlıyor.
Şimdi bak: İsm-i Hayy’ın arkasında ism-i Ferd’in cilve-i a’zamı, bütün kâinatı envaıyla, eczasıyla bir vahdet içine alıyor; her şeyin alnına bir sikke-i vahdet koyuyor; her şeyin yüzüne bir hâtem-i ehadiyet basıyor; nihayetsiz ve hadsiz dillerle cilvesini ilan ettiriyor.
Şimdi ism-i Ferd’in arkasından ism-i Hakem’in cilve-i a’zamına bak ki yıldızlardan zerrelere kadar, hayalin iki dürbünüyle temaşa ettiğimiz mevcudatın her birisini, cüz’î olsun, küllî olsun, en büyük daireden en küçük daireye kadar, her birine lâyık ve münasip olarak meyvedar bir nizam ve hikmetli bir intizam ve semeredar bir insicam içine almış, bütün mevcudatı süslendirmiş, yaldızlandırmış.
Sonra ism-i Hakem’in cilve-i a’zamı arkasından bak ki ism-i Adl’in cilve-i a’zamıyla (İkinci Nükte’de izah edildiği vechile) bütün kâinatı mevcudatıyla, faaliyet-i daime içinde öyle hayret-engiz mizanlarla, ölçülerle, tartılarla idare eder ki ecram-ı semaviyeden biri, bir saniye de muvazenesini kaybetse yani ism-i Adl’in cilvesi altından çıksa yıldızlar içinde bir herc ü merce, bir kıyamet kopmasına sebebiyet verecek. İşte bütün mevcudatın daire-i a’zamı, Kehkeşan’dan yani Samanyolu tabir edilen mıntıka-i kübradan tut tâ kan içindeki küreyvat-ı hamra ve beyzanın daire-i hareketlerine kadar her bir dairesini, her bir mevcudunu hassas bir mizan, bir ölçü ile biçilmiş bir şekil ve bir vaziyetle baştan başa yıldızlar ordusundan tâ zerreler ordusuna kadar bütün mevcudatın “Emr-i kün feyekûn”den gelen emirlere kemal-i musahhariyetle itaat ettiklerini gösteriyor.
Şimdi ism-i Adl’in cilve-i a’zamı arkasından (Birinci Nükte’de izah edildiği gibi) ism-i Kuddüs’ün cilve-i a’zamına bak ki kâinatın bütün mevcudatını öyle temiz, pâk, safi, güzel, süslü, berrak yapar gösterir ki bütün kâinata ve bütün mevcudata Cemil-i Mutlak’ın hadsiz derecede cemal-i zatîsine lâyık ve nihayetsiz güzel olan esma-i hüsnasına münasip olacak güzel âyineler şeklini vermiştir.
Elhasıl: İsm-i a’zamın bu altı ismi ve altı nuru, kâinatı ve mevcudatı ayrı ayrı güzel renklerde, çeşit çeşit nakışlarda, başka başka ziynetlerde bulunan yaldızlı perdeler içinde mevcudatı sarmıştır.
Beşinci Şuâ’nın İkinci Meselesi: Kâinata tecelli eden kayyumiyetin cilvesi, vâhidiyet ve celal noktasında olduğu gibi, kâinatın merkezi ve medarı ve zîşuur meyvesi olan insanda dahi kayyumiyetin cilvesi ehadiyet ve cemal noktasında tezahürü var. Yani nasıl ki kâinat sırr-ı kayyumiyetle kaimdir öyle de ism-i Kayyum’un mazhar-ı ekmeli olan insan ile bir cihette kâinat kıyam bulur; yani kâinatın ekser hikmetleri, maslahatları, gayeleri insana baktığı için güya insandaki cilve-i kayyumiyet, kâinata bir direktir. Evet Zat-ı Hayy-ı Kayyum, bu kâinatta insanı irade etmiş ve kâinatı onun için yaratmış, denilebilir. Çünkü insan, câmiiyet-i tamme ile bütün esma-i İlahiyeyi anlar, zevk eder. Hususan rızıktaki zevk cihetiyle pek çok esma-i hüsnayı anlar. Halbuki melâikeler, onları o zevk ile bilemezler.
İşte insanın bu ehemmiyetli câmiiyetidir ki: Zat-ı Hayy-ı Kayyum, insana bütün esmasını ihsas etmek ve bütün enva-ı ihsanatını tattırmak için öyle iştihalı bir mide vermiş ki o midenin geniş sofrasını hadsiz enva-ı mat’umatıyla kerîmane doldurmuş.
Hem bu maddî mide gibi hayatı da bir mide yapmış. O hayat midesine duygular, eller hükmünde gayet geniş bir sofra-i nimet açmış. O hayat ise duyguları vasıtasıyla o sofra-i nimetten her çeşit istifadeler ile teşekküratın her nevini yapar.
Ve bu hayat midesinden sonra bir insaniyet midesini vermiş ki o mide, hayattan daha geniş bir dairede rızık ve nimet ister. Akıl ve fikir ve hayal, o midenin elleri hükmünde, semavat ve zemin genişliğinde, o sofra-i rahmetten istifade edip şükreder.
Ve insaniyet midesinden sonra hadsiz geniş diğer bir sofra-i nimet açmak için İslâmiyet ve iman akidelerini, çok rızık ister bir manevî mide hükmüne getirip onun rızık sofrasının dairesini mümkinat dairesinin haricinde genişletip esma-i İlahiyeyi de içine alır kılmıştır ki o mide ile ism-i Rahman’ı ve ism-i Hakîm’i en büyük bir zevk-i rızkî ile hisseder.
اَل۟حَم۟دُ لِلّٰهِ عَلٰى رَح۟مَانِيَّتِهٖ وَ عَلٰى حَكٖيمِيَّتِهٖ der ve hâkeza bu manevî mide-i kübra ile hadsiz nimet-i İlahiyeden istifade edebilir ve bilhassa o midedeki muhabbet-i İlahiye zevkinin daha başka bir dairesi var.
İşte Zat-ı Hayy-ı Kayyum, insanı bütün kâinata bir merkez, bir medar yaparak kâinat kadar geniş bir sofra-i nimet insana açtığının ve kâinatı insana musahhar ettiğinin ve kâinatın insan ile mazhar olduğu sırr-ı kayyumiyetle bir cihette kaim olduğunun hikmeti ise insanın mühim üç vazifesidir:
Birincisi: Kâinatta münteşir bütün enva-ı nimeti insanla tanzim etmek… Ve insanın menfaati ipiyle tesbih taneleri gibi tanzim eder, nimetlerin iplerinin uçlarını insanın başına bağlar, rahmet hazinelerinin umum çeşitlerine insanı bir liste hükmüne getirir.
İkinci Vazifesi: Zat-ı Hayy-ı Kayyum’un hitabatına, insan câmiiyeti haysiyetiyle en mükemmel muhatap olmak ve hayretkârane sanatlarını takdir ve tahsin etmekle en yüksek sesli bir dellâl olmak ve şuurdarane teşekküratın bütün envaıyla bütün enva-ı nimetine ve çeşit çeşit hadsiz ihsanatına şükür ve hamd ü sena etmektir.
Üçüncü Vazifesi: Hayatı ile üç cihetle Zat-ı Hayy-ı Kayyum’a ve şuunatına ve sıfât-ı muhitasına âyinedarlık etmektir.
Birinci Vecih: İnsan, kendi acz-i mutlakıyla Hâlık’ının kudret-i mutlakasını ve derecatını; ve aczin dereceleriyle kudretin mertebelerini hissetmektir. Ve fakr-ı mutlakıyla rahmetini ve rahmetinin derecelerini idrak etmek ve zaafıyla onun kuvvetini anlamaktır. Ve hâkeza noksan sıfatlarıyla Hâlık’ının evsaf-ı kemaline mikyasvari âyine olmak. Gecede nurun daha ziyade parlamasına nazaran, gece zulmetinin elektrik lambalarını göstermeye mükemmel bir âyine olduğu gibi insan dahi böyle nâkıs sıfatlarıyla kemalât-ı İlahiyeye âyinedarlık eder.
İkinci Vecih: İnsan, cüz’î iradesiyle ve azıcık ilmiyle ve küçücük kudretiyle ve zâhirî mâlikiyetiyle ve hanesini bina etmesiyle, bu kâinat ustasının mâlikiyetini ve sanatını ve iradesini ve kudretini ve ilmini, kâinatın büyüklüğü nisbetinde anlar, âyinedarlık eder.
Üçüncü Vecih’teki âyinedarlığın iki yüzü var:
Birisi, esma-i İlahiyenin ayrı ayrı nakışlarını kendinde göstermektir. Âdeta insan, câmiiyetiyle kâinatın küçük bir fihristesi ve bir misal-i musağğarası hükmünde olup umum esmanın nakışlarını gösteriyor.
İkinci yüzü, şuunat-ı İlahiyeye âyinedarlık eder. Yani kendi hayatıyla Zat-ı Hayy-ı Kayyum’un hayatına işaret ettiği gibi kendi hayatında inkişaf eden sem’ ve basar gibi duyguların vasıtasıyla, Zat-ı Hayy-ı Kayyum’un sem’ ve basar gibi sıfatlarına âyinedarlık eder, bildirir. Hem insan, hayatında bulunan ve inkişaf etmeyen ve his ve hassasiyet suretinde galeyan eden ve kesretli bir surette olan çok ince hayatî duygular, manalar ve hisler vasıtasıyla, Zat-ı Hayy-ı Kayyum’un şuunat-ı kudsiyesine âyinedarlık eder. Mesela, o hassasiyet içinde sevmek, iftihar etmek, memnun olmak, mesrur olmak, müferrah olmak gibi manalar ile Zat-ı Akdes’in kudsiyetine ve gına-yı mutlakına münasip ve lâyık olmak şartıyla, o neviden olan şuunatına âyinedarlık eder.
Hem insan, nasıl ki hayat-ı câmiasıyla Zat-ı Zülcelal’in sıfât ve şuunatına bir mikyas-ı marifettir ve cilve-i esmasına bir fihristedir ve şuurlu bir âyinedir ve hâkeza çok cihetlerle Zat-ı Hayy-ı Kayyum’a âyinedarlık eder. Öyle de insan, şu kâinatın hakaiklerine bir vâhid-i kıyasîdir, bir fihristedir, bir mikyastır ve bir mizandır.
Mesela, kâinatta Levh-i Mahfuz’un gayet kat’î bir delil-i vücudu ve bir numunesi, insandaki kuvve-i hâfızadır ve âlem-i misalin vücuduna kat’î delil ve numune, kuvve-i hayaliyedir (Hâşiye[8]) ve kâinattaki ruhanîlerin bir delil-i vücudu ve numunesi, insandaki kuvvelerdir ve latîfelerdir ve hâkeza… İnsan, küçük bir mikyasta, kâinattaki hakaik-i imaniyeyi şuhud derecesinde gösterebilir.
İşte insanın mezkûr vazifeler gibi çok mühim hizmetleri var. Cemal-i bâkiye âyinedir, kemal-i sermedîye dellâl-ı mazhardır ve rahmet-i ebediyeye muhtac-ı müteşekkirdir. Madem cemal, kemal, rahmet bâkidirler ve sermedîdirler; elbette o cemal-i bâkinin âyine-i müştakı ve o kemal-i sermedînin dellâl-ı âşığı ve o rahmet-i ebediyenin muhtac-ı müteşekkiri olan insan, bâki kalmak için bir dâr-ı bekaya girecek ve o bâkilere refakat için ebede gidecek ve o ebedî cemal ve o sermedî kemal ve daimî rahmete, ebedü’l-âbâdda refakat etmek gerektir, lâzımdır.
Çünkü ebedî bir cemal, fâni bir müştaka ve zâil bir dosta razı olmaz. Çünkü cemal, kendini sevdiği için sevmesine mukabil muhabbet ister. Zeval ve fena ise o muhabbeti adâvete kalbeder, çevirir.
Eğer insan ebede gidip bâki kalmazsa fıtratındaki cemal-i sermedîye karşı olan esaslı muhabbet yerine adâvet bulunacaktır. Onuncu Söz’ün hâşiyesinde beyan edildiği gibi bir zaman bir dünya güzeli, bir âşığını huzurundan çıkarıyor. O adamdaki aşk, birden adâvete dönüyor ve diyor ki: “Tuh! Ne kadar çirkindir.” diyerek kendine teselli vermek için cemalinden küsüyor, cemalini inkâr ediyor. Evet, insan bilmediği şeye düşman olduğu gibi, eli yetişmediği veyahut tutamadığı şeylerin adâvetkârane kusurlarını arar, âdeta düşmanlık etmek ister.
Madem bütün kâinatın şehadetiyle Mahbub-u Hakiki ve Cemil-i Mutlak, bütün güzel esma-i hüsnasıyla kendini insana sevdiriyor ve insanların kendini sevmelerini istiyor; elbette ve herhalde, kendisinin hem mahbubu, hem habibi olan insana fıtrî bir adâveti verip derinden derine kendinden küstürmeyecek ve fıtraten en ziyade sevimli ve muhabbetli ve perestiş için yarattığı en müstesna mahluku olan insanın fıtratına bütün bütün zıt olarak bir gizli adâveti, insanın ruhuna vermeyecek.
Çünkü insan, sevdiği ve kıymetini takdir ettiği bir Cemal-i Mutlak’tan ebedî ayrılmaktan gelen derin yarasını; ancak ona adâvetle, ondan küsmekle ve onu inkâr etmekle tedavi edebilir. İşte kâfirlerin Allah’ın düşmanı olması, bu noktadan ileri geliyor. Öyle ise herhalde o Cemal-i Ezelî, kendisinin âyine-i müştakı olan insan ile ebedü’l-âbâd yolunda seyahatinde beraber bulunmak için alâküllihal bir dâr-ı bekada bir hayat-ı bâkiyeye insanı mazhar edecek.
Evet, madem insan fıtraten bir Cemal-i Bâki’ye müştak ve muhib bir surette halk edilmiştir. Ve madem bâki bir cemal, zâil bir müştaka razı olamaz. Ve madem insan bilmediği veya yetişemediği veya tutamadığı bir maksuddan gelen hüzün ve elemden teselli bulmak için, o maksudun kusurunu bulmakla, belki gizli adâvet etmekle kendini teskin eder. Ve madem bu kâinat, insan için halk edilmiş ve insan ise marifet ve muhabbet-i İlahiye için yaratılmış. Ve madem bu kâinatın Hâlık’ı, esmasıyla sermedîdir. Ve madem esmalarının cilveleri daim ve bâki ve ebedî olacaktır; elbette ve herhalde insan, bir dâr-ı bekaya gidecek ve bir hayat-ı bâkiyeye mazhar olacaktır.
Ve insanın kıymetini ve vazifelerini ve kemalâtını bildiren rehber-i a’zam ve insan-ı ekmel olan Muhammed-i Arabî aleyhissalâtü vesselâm, insana dair beyan ettiğimiz bütün kemalâtı ve vazifeleri en ekmel bir surette kendinde ve dininde göstermesiyle gösteriyor ki nasıl kâinat, insan için yaratılmış ve kâinattan maksud ve müntehab insandır; öyle de insandan dahi en büyük maksud ve en kıymettar müntehab ve en parlak âyine-i Ehad ve Samed, elbette Ahmed-i Muhammed’dir.
عَلَي۟هِ وَ عَلٰى اٰلِهِ الصَّلَاةُ وَ السَّلَامُ بِعَدَدِ حَسَنَاتِ اُمَّتِهٖ
يَا اَللّٰهُ يَا رَح۟مٰنُ يَا رَحٖيمُ يَا فَر۟دُ يَا حَىُّ يَا قَيُّومُ يَا حَكَمُ يَا عَد۟لُ يَا قُدُّوسُ
نَس۟ئَلُكَ بِحَقِّ فُر۟قَانِكَ ال۟حَكٖيمِ وَ بِحُر۟مَةِ حَبٖيبِكَ ال۟اَك۟رَمِ وَ بِحَقِّ اَس۟مَائِكَ ال۟حُس۟نٰى وَ بِحُر۟مَةِ اِس۟مِكَ ال۟اَع۟ظَمِ اِح۟فَظ۟نَا مِن۟ شَرِّ النَّف۟سِ وَ الشَّي۟طَانِ وَ مِن۟ شَرِّ ال۟جِنِّ وَ ال۟اِن۟سَانِ اٰمٖينَ
سُب۟حَانَكَ لَا عِل۟مَ لَنَٓا اِلَّا مَا عَلَّم۟تَنَٓا اِنَّكَ اَن۟تَ ال۟عَلٖيمُ ال۟حَكٖيمُ
- ↑ *[En alusión al profeta Yusuf, sobre él la paz, que pasó años en prisión.]
- ↑ *[No debemos olvidar que las malas cualidades, las creencias falsas y las faltas y las innovaciones son parte de las impurezas de significado. El autor.]
- ↑ *[Es la misma palabra que se usa para designar los versículos del Corán, que denominamos aleyas, del árabe: “áyah”, que significa signo, señal.]
- ↑ *[¡Y cuán asombroso! Considérese lo que sería necesario para la lámpara del sol o para su estufa que calienta el palacio de este mundo, en cuanto a leña, carbón y nafta, pues serían necesarios para encenderlo cada día montones de leña en la medida de millones de globos terráqueos y la nafta en la medida de miles de mares, si se considera la opinión de la ciencia de la astronomía. Y ahora reflexiona y di: “Gloria a Allah, sea lo que Allah quiera, bendito sea Allah” en el número de los átomos del sol, por el poder, la sabiduría y grandeza del Poderoso, Dueño de la majestad, que enciende el sol siempre sin leña ni nafta. El autor.]
- ↑ *[Incluso la más patente evidencia y la prueba más fuerte de la verificación de la perfección y la belleza divinas sin límite es la unidad, porque si se sabe que el Hacedor de los seres es Uno y Único, se sabe que los tipos de la perfección y de la belleza en todos los seres es una sombra de los tipos de la perfección y la belleza purísimas en ese Hacedor Uno y sus manifestaciones, sus indicaciones y sus trasmisiones. Y si no, los tipos de la perfección de los seres y su belleza quedan remitidos a los seres creados y a algunas causas que no tienen conciencia, de manera que entonces la despensa sempiterna de las perfecciones divinas permanece ignorada y sin llave en la consideración de la razón humana. El autor.]
- ↑ Hâşiye: Bu risaleyi okuyan eğer mütefennin değilse, Birinci Şuâ’yı okumasın veya âhirde okusun; İkinci’den başlasın.
- ↑ Hâşiye: Otuzuncu Lem’a’nın altı risaleciğinin esası ve mevzuu ve ism-i a’zamın sırrını taşıyan altı mukaddes isimlerin gayet kısa bir hülâsalarıdır.
- ↑ Hâşiye: Evet, nasıl ki insanın anâsırları, kâinatın unsurlarından; ve kemikleri, taş ve kayalarından; ve saçları, nebat ve eşcarından; ve bedeninde cereyan eden kan ve gözünden, kulağından, burnundan ve ağzından akan ayrı ayrı suları, Arzın çeşmelerinden ve madenî sularından haber veriyorlar, delâlet edip onlara işaret ediyorlar. Aynen öyle de insanın ruhu, âlem-i ervahtan ve hâfızaları, Levh-i Mahfuz’dan ve kuvve-i hayaliyeleri, âlem-i misalden ve hâkeza her bir cihazı bir âlemden haber veriyorlar ve onların vücudlarına kat’î şehadet ederler.