LA DÉCIMO QUINTA PALABRA

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    En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo

    {Y en verdad hemos embellecido el cielo de este mundo con estrellas fugaces y los hemos hecho proyectiles contra los demonios.} (Sura de la Soberanía, 5)

    ¡Oh tú que has aprendido en las escuelas modernas cuestiones desprovistas de espíritu en la astronomía de manera que su mente se ha estrechado y su intelecto ha descendido a su ojo hasta el punto de que le cuesta concebir el gran secreto de esta sublime aleya! Has de saber que para subir al cielo de esta noble aleya hay una escalera dotada de siete peldaños y grados. Subamos juntos.

    El primer grado

    La realidad y la sabiduría implican que el cielo tenga habitantes apropiados para él, como es el caso en la Tierra, y la ley revelada llama a esos géneros variados ángeles y seres espirituales.

    En efecto: La realidad implica así, puesto que el hecho de que la Tierra, a pesar de su pequeñez e insignificancia en relación al cielo, está llena de los dotados de vida y percepción y es habitada momento tras momento con otros dotados de percepción después de vaciarse de los anteriores, alude a, y aún más declara explícitamente, que los cielos dotados de elevadas torres, esos palacios adornados, están llenos de dotados de percepción y conciencia, de manera que ésos, al igual que los genios y los seres humanos, son los que contemplan el palacio de este mundo y leen en el libro del universo pruebas de la grandeza del señorío y llaman a él, porque el adorno del mundo y su embellecimiento con adornos y bondades innumerables e incontables así como grabados maravillosos, supone evidentemente atraer las miradas de unos que reflexionan, encuentran bondad, le dan valor y se admiran de ello,


    puesto que no se muestra la belleza sino al enamorado, del mismo modo que no se le da de comer sino al que tiene hambre, a pesar de que los seres humanos y los genios no pueden llevar a cabo sino una de las miles de estas funciones ilimitadas, además de la supervisión majestuosa y la adoración amplia, lo que quiere decir que estas funciones diversas infinitas y esta adoración que sin fin necesitan un número incontable de tipos de ángeles y clases de seres espirituales; y así, en base a la alusión de algunas transmisiones y tradiciones y asumiendo la sabiduría del orden del mundo, cabe decir:

    Una parte de los cuerpos celestes, empezando por los planetas y acabando por las gotas menudas está formada por una parte de los ángeles, de manera que ellos componen esos cuerpos-y se pasean en el mundo visible y lo contemplan de cerca. Y también cabe decir: Una parte de los cuerpos animales empezando por las aves del Jardín que son descritas como “ave verde”, tal y como aparece en el ḥadiz profético, y acabando por las moscas y los mosquitos en la Tierra, son aviones de un género de espíritus, entran esos espíritus en su interior con el nombre de Allah, “el Real” y contemplan el mundo de las entidades corpóreas y desde las ventanas de los sentidos de esas criaturas contemplan los prodigios de la naturaleza primordial corpórea.

    De manera que el Generoso Creador que crea continuamente, a partir de la tierra compacta y el agua turbia, criaturas iluminadas dotadas de percepción y vida luminosa y sutil, no hay duda de que tiene criaturas dotadas de percepción y conciencia que crea del mar de la luz, e incluso del mar de las tinieblas, de entre aquello que es más adecuado para el espíritu y la vida y más propio de ambos, incluso existen en una cantidad descomunal. Y si quieres, repasa la epístola “Un punto de la luz del conocimiento de Allah, sea honrado y enaltecido” y “la Palabra vigésimo novena” que tratan de demostrar la existencia de los ángeles y los seres espirituales y hemos demostrado su existencia de una manera concluyente y categórica.

    El grado segundo

    La Tierra y los cielos están conectados unos con otros como dos reinos de un mismo estado y entre ambos haya un nexo sólido y relaciones importantes, de manera que lo que es necesario para la Tierra, en cuanto a luz, calor, bendición y misericordia y cosas por el estilo, todo ello viene del cielo a la Tierra, es decir: Se envía desde allí. Así es, y por la unanimidad de todas las religiones celestiales que se basan en la inspiración divina y por la continuidad resultante del testimonio de toda la gente que ha tenido acceso a ello por develación, los ángeles y seres espirituales vienen del cielo a la Tierra.

    De manera que por la intuición categórica –más cercana a la premonición y a la percepción-los habitantes de la Tierra tienen un camino por que el que suben al cielo; puesto que al igual que el intelecto de cada individuo, su imaginación y su mirada son atraídos al cielo en cada instante, del mismo modo los espíritus de los profetas y los amigos de Allah que se han hecho ligeros deponiendo el peso de sus cargas y los espíritus de los muertos que se han desprendido de sus cuerpos suben con un permiso divino al cielo. Y puesto que aquéllos que se han aligerado y se han hecho sutiles van allí, necesariamente aquellos que visten un cuerpo ideal y los sutiles ligeros con la sutileza del espíritu y su ligereza de entre los habitantes de la Tierra y el aire pueden ir al cielo.

    El grado tercero

    El silencio del cielo, su mutismo, su orden, su uniformidad, su amplitud y su luminosidad indican que sus habitantes no son como los habitantes de la Tierra, sino que todos los habitantes del cielo son obedientes y hacen lo que se les ordena, de manera que no hay nada que requiera competencia y diferencias, porque el reino es amplio y tiene mucha capacidad y ellos están conformados por naturaleza en la pureza y la pulcritud incapaces de cometer pecado y su posición es firme contrariamente a la Tierra en la que se produce la reunión de los opuestos y la mezcla de los malvados y los virtuosos, dentro de lo que genera diferencias que conducen a trastornos, agitaciones y altercados y se abre con ello la puerta del examen y la competición y se muestran los grados de la elevación y los niveles de la degradación.

    Y la sabiduría de esta verdad es que el ser humano es el fruto final del árbol de la creación y es sabido que el fruto es la parte más lejana del árbol y la que más reúne y la más sutil.

    Por esto el ser humano es el fruto del mundo y lo que más reúne y lo más insólito de las obras del poder divino y la más incapaz, débil y sutil. Y de aquí, la cuna de este ser humano y su lugar de residencia, que es la Tierra, es acreedor del cielo en significado y obra y a pesar de la pequeñez de la Tierra y su insignificancia en relación al cielo es el corazón del universo y su centro y el lugar donde se manifiestan todos los milagros de la creación divina y el lugar donde se muestran todas las manifestaciones de los nombres más hermosos y su foco y el lugar donde se reflejan los acontecimientos divinos absolutos y su lugar de reunión y el mercado en el que se exhiben las creaciones divinas con una calidad absoluta, especialmente su exhibición de una cantidad ingente de plantas y animales; y es una muestra pequeña de lo que se exhibe en los mundos de la otra vida; y una fábrica que trabaja con rapidez deslumbrante para producir los tejidos eternos y los paisajes sempiternos que varían con rapidez. Y es un lugar de sembrado estrecho y temporal para plantar las semillas de los jardines perennes y eternos.

    Y de esta grandeza inmaterial de la Tierra*(*[1]) y su importancia desde el punto de vista de la obra divina, el Noble Corán ha hecho de ella algo acreedor de los cielos y equiparable a ellos, a pesar de que ella en relación a los cielos es como el fruto pequeño con respecto a su árbol enorme y la pone a ella en un platillo de la balanza y a los cielos en el otro platillo; y repite la noble aleya: {El Señor de los cielos y de la Tierra.}

    Luego la rápida transformación de la Tierra y su cambio constante, en base a estas razones mencionadas, implica que sobrevengan también a sus habitantes cambios similares a ellos; y así, la Tierra con sus limitaciones obtiene manifestaciones del poder divino absoluto y ello sin limitar las fuerzas de sus habitantes de importancia que son los genios y los hombres con un límite natural o una restricción en su creación como es el caso de los demás dotados de vida. Por esto, la Tierra se convierte en una exposición de una elevación sin fin y de una bajura sin límite. De manera que empezando por los Profetas y los Amigos de Allah y terminando por los Nemrodes tiranos y los demonios es un ámbito muy amplio para el examen y la prueba. Y puesto que el asunto es así, los demonios faraónicos hostigarán el cielo y su gente con sus centellas ilimitadas.

    El grado cuarto

    El Señor de los mundos y su Creador, así como el que lo rige todo en ellos, Dueño de majestad y honor, tiene muchos nombres más hermosos cuyo juicio y título varía; de manera que el nombre y el título y el atributo que supone enviar a los ángeles a combatir en las filas de los nobles Compañeros, que Allah esté complacido con ellos, con el Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz, en la contienda con los incrédulos, es el nombre mismo y el título mismo y el atributo mismo que supone que haya beligerancia entre los ángeles y los demonios y que haya duelo entre los celestiales buenos y los terrenales malos. En verdad el Poderoso, el Sublime, el Dueño de los espíritus de los incrédulos y de sus alientos, ellos mismos están en el puño de Su poder, no los aniquila con una orden Suya ni con un grito, sino que abre el terreno de un examen y un duelo con el título del señorío general y a través de Sus nombres más hermosos “El Sabio y el Organizador”.

    Así pues, por ejemplo, y no hay discusión en los ejemplos, vemos que el sultán tiene diferentes títulos y nombres diversos según los ámbitos de su gobierno, de manera que el ámbito de la justicia lo conoce por el nombre de “el juez justo”, y el ámbito militar lo conoce con el nombre de “el sultán” y los súbditos obedientes al sultán lo mencionan con el nombre de “el sultán compasivo” mientras que los desobedientes dicen: es “el gobernante dominante”. Y con esta vara de medir ese Sultán Sublime, el Dueño de los súbditos por completo, no es ejecutado por un mandato suyo ninguna persona impotente, desobediente, humillada, sino que la conduce al juzgado en virtud del nombre del Juez Justo, luego ese Sultán Sublime no se vuelve honrando hacia ninguno de sus empleados merecedores de ello según Su conocimiento de ello ni lo honra por su oráculo especial sino que abre el ámbito de una competición y le prepara un recibimiento oficial ordenando a su ministro y llamando a los súbditos a contemplar la competición, luego recompensa a ese empleado en virtud del título de la entidad del estado y la dirección del gobierno y anuncia su recompensa en ese ámbito en contrapartida a su rectitud; es decir: Lo honra y le da Su favor ante grupos numerosos de personas elevadas después de un examen tremendo para demostrar su merecimiento ante ellos.

    Y así es, y a Allah pertenece el ejemplo más elevado, pues Allah, sea glorificado y ensalzado, tiene muchos nombres más hermosos y tiene asuntos y títulos muy numerosos y tiene manifestaciones majestuosas y demostraciones de belleza. De manera que el nombre, el título y el asunto que supone la existencia de la luz y la oscuridad, el verano y el invierno, el Paraíso y el Fuego, supone la generalización de la ley de la competencia de alguna manera y su generalización también como la ley de la procreación y la ley de la competencia y la ley de la cooperación como sus ejemplos de la ley general; es decir: Supone la generalización de la ley de la competencia empezando por la competencia entre las inspiraciones y los susurros que circulan en torno al corazón y terminando por la competencia que resulta entre los ángeles y los demonios en los horizontes de los cielos.

    El grado quinto

    Puesto que hay ida de la Tierra hacia el cielo y la vuelta desde él, el descenso desde el cielo y la subida a él también se da, incluso los requisitos y las necesidades terrenales son enviados desde allí; y puesto que los espíritus buenos parten hacia el cielo desde la Tierra, es necesario que se adhieran lo espíritus malos e intenten emular a los buenos de ella en la ida a los cielos; y ello por su sutileza y ligereza y es necesario que no los acepte la gente del cielo, sino que los expulse a lo que hay en su naturaleza de calamidad y mal.

    Luego es necesaria la existencia de una señal de este trato importante y esta competencia de significado en el mundo visible porque la grandeza del señorío divino supone que se ponga una indicación de las disposiciones del no-visto divinas importantes y una señal sobre ellas para que la vean los dotados de percepción y conciencia y especialmente el ser humano que carga con la tarea más sublime que es la contemplación, el testimonio, la llamada y la supervisión. Y del mismo modo que Él, sea glorificado, ha hecho de la lluvia una indicación de los milagros de la primavera y ha hecho de las causas externas una señal de los prodigios de Su obra, haciendo que la gente del mundo visible sean testigos de ello, no hay duda de que Él atrae las miradas de toda la gente del cielo y la gente de la Tierra a ese espectáculo enorme y asombroso, de manera que ese cielo inmenso se muestra como la fortaleza inexpugnable cuyas torres son adornadas con guardianes elegidos a su alrededor o como una ciudad floreciente que hace anhelar a la gente de reflexión meditar sobre ella.

    Y puesto que el anuncio de esta competición elevada es una necesidad que presupone la sabiduría, es necesario la existencia de una indicación sobre ella mientras no contemple cualquier suceso que sea dentro de los sucesos aéreos y celestiales que son adecuados a este anuncio y concuerdan con él. Pues lo que hemos mencionado entonces es la señal más apropiada para ello porque los sucesos estelares relativos al arrojar las estrellas fugaces que se parece a tirar con las catapultas y disparar los cañonazos de la iluminación desde la fortaleza elevada y sus torres protegidas está dentro de lo que hace entender obviamente el alcance de su carácter apropiado e idoneidad con el apedrear a los demonios con las estrellas fugaces a pesar de que no se le conoce a este suceso (el apedrear a los demonios) excepto esta razón y no se le conoce la meta de su idoneidad excepto lo que hemos mencionado, además de que el apedrear a los demonios es un acontecimiento conocido desde los tiempos de nuestro señor Adam, sea con él la paz, y atestiguado por la gente de la realidad contrariamente a otros sucesos.

    El grado sexto

    Dado que los seres humanos y los genios conllevan una predisposición ilimitada al mal y a la negación, ambos son capaces de una rebeldía y exceso sin límite. Por ellos el Noble Corán ahuyenta con su oratoria inimitable, con un estilo elevado y brillante, poniendo ejemplos elevados y valiosos y mencionando cuestiones sutiles, ahuyenta por medio de ello al ser humano y a los genios de propasarse de los límites y la desobediencia con una fuerte amenaza que estremece a todo el universo. Así pues, por ejemplo, las palabras de Allah:

    {¡Oh comunidad de los genios y de los hombres! Si podéis pasar más allá de los confines de los cielos y la Tierra, pasad. Pero no pasaréis si no es con un poder. ¿Qué dones de vuestro Señor ambos negaréis? Se mandará contra vosotros una llamarada de fuego y cobre fundido y no os podréis auxiliar unos a otros.} (Azora del Misericordioso, 33-35). Medita sobre la gran advertencia, tremenda amenaza y fuerte disuasión que contiene esta aleya y cómo rompe la rebeldía de los genios y los hombres con una elocuencia inimitable, anunciado la incapacidad de ambos y dejando claro el alcance de la debilidad que hay en ellos ante la grandeza de su poder y la vastedad de Su señorío, sea honrado y enaltecido. De manera que es como si la noble aleya y así mismo la otra aleya: {Y los hemos hechos armas arrojadizas para los demonios} (Sura de la Soberanía, 5), hablaran así:

    ¡Oh hombres y genios! ¡Oh vosotros seducidos rebeldes, atascados por vuestra incapacidad y debilidad! ¡Oh vosotros tercos, obstinados, que os revolcáis en vuestra pobreza y debilidad, no habéis obedecido Mis órdenes, así pues, salid de los límites de Mi dominio y poder si podéis! ¿Y cómo os atrevéis a desobedecer las órdenes de un Gran Sultán en Cuyo puño están las estrellas y los soles, acatando Sus órdenes como si fueran soldados alertas?…De manera que vosotros con vuestro ir más allá de los límites estáis desafiando a un Juez Grandioso y Majestuoso que tiene ejércitos obedientes temibles que pueden apedrear con proyectiles como montañas hasta vuestros demonios si cupiera…Y vosotros con esta incredulidad vuestra no hacéis sino insubordinaros en el reino de un Rey Grandioso y Majestuoso que tiene ejércitos enormes que pueden bombardear enemigos descreídos, aunque fueran del tamaño de la Tierra y las montañas, con proyectiles flamígeros y metralla de llama semejantes a la Tierra y las montañas, y despedazaros y haceros añicos. ¿Y si esto es así cómo no será con pequeñas y débiles criaturas como vosotros? Y vosotros sois contrarios a una ley rigurosa que está ligada a quien tiene el poder, con el permiso de Allah, para hacer llover sobre vosotros proyectiles y armas arrojadizas como las estrellas.

    Şöyle ki: Kur'an-ı Azimüşşan'da düşmanların kuvvetinin mahsulü olmayıp ilâhî azameti meydana çıkarmak ve düşmanı tahkir ve tezyif etmek gibi başka sebepler için olan mühim kuvvetler vardır.

    En efecto: En el noble Corán hay importantes concentraciones de fuerzas de gran alcance que no son producto de la fuerza de los enemigos, sino que son por otras causas, como el hecho de poner de manifiesto la grandeza divina y afrentar al enemigo y afearlo. Luego, a veces, una noble aleya moviliza al mayor y más fuerte de los medios a causa de la cosa más pequeña y débil y los equipara sin propasarse hacia el débil; y ello es por poner de manifiesto la perfección del orden, la máxima justicia, el colmo del conocimiento y la fuerza de la sabiduría. Así pues, Sus palabras, sea ensalzado: {Pero si os confabuláis contra él…Es cierto que Allah es Su Amigo Protector, así como Ỹibril y los creyentes rectos y además de eso los ángeles lo asisten.} (Azora de la Prohibición, 4), explican el alcance del respeto adecuado que se merece el noble Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, y el alcance de la vasta misericordia que comprenden los derechos de las esposas.

    De manera que estas movilizaciones simplemente transmiten una idea compasiva en el hecho de poner de manifiesto la grandeza del Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, y la altura de su grado ante Allah y explicar la importancia de la queja de dos esposas mostrando su debilidad y el alcance del cuidado de sus derechos.

    El grado séptimo

    Las estrellas se diferencian entre ellas grandemente como es el caso de los ángeles y los peces, pues entre ellos los hay extremadamente pequeños y extremadamente grandes hasta el punto de que todo lo que brilla en el cielo recibe el nombre de astro. Y así es, pues hay un tipo de estrellas que es para embellecer el sutil firmamento y es como si el Originador Sublime y el Hacedor Hermoso las hubiera creado como frutos luminosos de ese árbol, o como peces glorificadores de Allah de ese mar inmenso; y como los miles de residencias de los ángeles. Y ha creado también un pequeño tipo de estrellas como instrumento para lapidar a los demonios. De manera que las estrellas fugaces que son enviadas para lapidar a los demonios conllevan tres significados:

    El primer significado: Es que es un símbolo y una señal de la validez de la ley del duelo en el más amplio de los círculos de la existencia.

    El segundo significado: Es que en los cielos hay centinelas despiertos y súbditos obedientes, de manera que esas estrellas fugaces son una indicación y un anuncio de la agitación de los ejércitos de Allah por el mezclarse de los terrenales malvados con ellos e intentar escuchar furtivamente lo que dicen.

    El tercer significado: Es que estas estrellas fugaces que son como catapultas y proyectiles de iluminación, son para aterrorizar a los espías de los demonios que intenta escuchar furtivamente y que se asemejan a los semejantes terrenales con la peor semejanza, y los arrojan de las puertas del cielo; y ello para que no contaminen el cielo puro que es el lugar donde habitan los puros y para interponerse entre ellos y entre el espionaje para hacer rendir cuentas a las almas malvadas.

    ¡Oh tú astrónomo que te apoyas en tu corto intelecto, tú cuya luz no traspasa la luz de una luciérnaga! ¡Oh tú que cierras tu ojo a la luz del sol del claro Corán! Medita acerca de las verdades que indican estos siete grados, medita sobre ellas de una vez, abandona el brillo de tu intelecto, contempla el significado de la noble aleya en la luz de su carácter inimitable claro como la luz del día, toma la estrella de una sola verdad del cielo de esa noble aleya, arrójala contra demonio solitario en tu mente y apedréalo con ella. Y del mismo modo nosotros también lo haremos. Y digamos juntos: {¡Señor mío! Me refugio en ti de los susurros de los demonios.} (Azora de los Creyentes, 97)

    Y a Allah pertenece el argumento de alcance y la sabiduría definitiva. {¡Gloria a Ti, no tenemos más conocimiento que el que Tú nos has enseñado! En verdad Tú eres el Conocedor, el Sabio.}

    On Beşinci Söz’ün Zeyli



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    1. *[En efecto, la Tierra, a pesar de su pequeñez puede equipararse a los cielos, porque cabe decir que un manantial que siempre da es mayor que una laguna de la que no se saca nada. Luego si se mide una cosa determinada con un instrumento de medir y se pone un lado, luego se miden sus cultivos con el mismo instrumento de medir y se ponen en otro lado, aunque estas materias sean de más tamaño y mayores que el instrumento de medir mismo, incluso mil veces aparentemente, el instrumento de medir podrá equilibrar ese cuerpo y comparar con él. Del mismo modo la Tierra, la ha creado Allah, sea glorificado y ensalzado, como un lugar donde se muestra Su obra y se reúne Su creación, como un eje de Su sabiduría, como una manifestación de Su poder, como un lugar en el que florece Su misericordia, como un lugar donde se cultiva Su jardín, como un instrumento de medir de las cosas existentes y su creación y como una fuente desbordante de la que fluyen las cosas existentes hacia los mares del pasado y hacia el mundo del no-visto; y las ha creado en cuanto a que les cambia anualmente sus ropas tejidas con las maravillas de Su obra, las cambia unas tras otras en cientos de miles de tipos y clases. Y ahora toma ante tu mirada esos mundos cuantiosos que son vertidos en el mundo del no-visto y esas ropas cuantiosas en grado sumo que viste la Tierra y se desprende de ellas, es decir: Supón que todo cuanto hay en la Tierra está presente, luego contraponla con los cielos que siguen un único modo y una sencillez no complicada y sopesa entre ambos, verás que la Tierra está en el platillo de los cielos de manera que no se queda corta con respecto a ellos. Y a partir de aquí entiende el secreto de la noble aleya: {El Señor de los cielos y la Tierra} (El autor).]