Translations:On Yedinci Lem'a/183/es
La segunda señal: Hay tontos que no conocen el sol, y por eso, cuando alguno de ellos ve el sol en un espejo, comienza a amar el espejo y se afana por preservarlo con gran entusiasmo para que no desaparezca el sol que hay en él y cuando ese tonto entiende y comprende que el sol no muere con la muerte del espejo ni se extingue si éste se rompe, traslada todo su amor al sol que está en el cielo y entonces comprende que el sol que se ve en el espejo no está supeditado al espejo, ni su permanencia depende de su permanencia, sino que el sol es el que mantiene ese espejo en ese aspecto y proyecta su brillo y su luz; y la permanencia del sol no depende de él, sino que la permanencia del brillo de ese espejo con un brillo vivo depende de la manifestación del sol.