EL VIGÉSIMO TERCERO DESTELLO
EL VIGÉSIMO TERCERO DESTELLO
[La epístola de la naturaleza]
Esta epístola era el memorándum décimo sexto del destello diecisieteavo, solo que su importancia preeminente la ha convertido en destello vigésimo tercero, pues extermina la corriente de la incredulidad que surge de lo que se entiende por naturaleza con un exterminio total y desintegra las piedras de la esquina de la incredulidad y destroza su pilar fundamental.
Advertencia
Este memorándum aclara la esencia de la doctrina que siguen los ateos naturalistas y deja claro el alcance de la lejanía de su procedimiento con respecto a los criterios de la razón y el alcance de su fealdad y su patraña. Y eso a través de nueve absurdos extraídos de al menos noventa absurdos, y puesto que una parte de estos absurdos han sido explicados en otras epístolas, vienen aquí gradualmente, dentro de otros absurdos, o vienen algo resumidos.Y la pregunta que acude a la mente es: ¿Cómo es posible que filósofos famosos y científicos reconocidos acepten esta patraña fea y le entreguen las bridas de sus intelectos?
La respuesta es que ésos no han dilucidado la realidad de su camino*(*[1]), ni lo que esconde su doctrina, y no han captado los absurdos que supone su procedimiento y los asuntos falsos e imposibles racionalmente que implica su doctrina, y que he mencionado al principio de cada absurdo que aparece en esta epístola. Y yo estoy totalmente dispuesto a establecer las pruebas concluyentes y fijar los argumentos evidentes y claros para demostrar eso a todo al que le asalte la duda y explicárselos a ellos con detenimiento y detalle.
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo
{Dijeron sus mensajeros: ¿Acaso hay duda acerca de Allah el Originador de los cielos y la tierra?} (Sura de Ibrahim, 10)
Esta noble aleya con la interrogación retórica que contiene indica de una manera categórica la existencia de Allah y Su unicidad con una claridad y nitidez al nivel de la evidencia.
Y antes de que aclaremos este secreto queremos llamar la atención sobre lo siguiente:
Fui invitado a visitar Ankara en el año 1338 (1922) y presencié la alegría de los creyentes y su júbilo por la derrota de Grecia ante el ejército islámico, salvo que yo vi, a través de la fogosidad de esta alegría, una herejía terrible que se deslizaba con malicia y maquinación y se infiltraba con sus corrompidos entendimientos en las creencias de la gente de la fe firme, con el máximo de su corrupción y envenenamiento. Y lo sentí desde lo más profundo de mi espíritu y grité pidiendo ayuda a Allah, el Elevado, el Poderoso, y buscando protección con el muro de esta noble aleya de este ogro terrible que pretende oponerse a los fundamentos de la fe. Entonces escribí un argumento fuerte y afilado que cortara la cabeza de esta herejía en una epístola en lengua árabe y extraje sus significados y pensamientos de la luz de esta noble aleya para demostrar la evidencia de la existencia de Allah, sea glorificado, y la claridad de Su unicidad. Y la imprimí en la imprenta Yani Gaun en Anqara, solo que no percibí los efectos del argumento sólido en la confrontación de la herejía y el detenimiento de su avance hacia las mentes de la gente. Y la causa de esto fue su carácter excesivamente resumido y compendiado además del escaso número de aquéllos que dominaban la lengua árabe en Turquía y la rareza de los que se interesaban por ella en aquel momento. Por esto se propagaron los delirios de ese ateísmo y se agravaron en las filas de la gente, sintiéndolo mucho, siendo parte de lo que me forzó a volver a escribir esa epístola con sus argumentos en turco, además de alguna explicación y aclaración, y se convirtió en esta epístola. Y puesto que algunas partes de estos argumentos han sido aclarados de una manera suficiente en algunas de las epístolas de la luz, los mencionaremos aquí resumidamente, al igual que algunos de los otros argumentos diseminados en otras epístolas aparecen incluidos en esta epístola y es como si cada argumento de ellos fuera una parte de esta epístola.
Introducción
¡Oh ser humano! Has de saber que hay palabras horribles de las que emana el olor hediondo de la incredulidad que salen de la boca de la gente y las repiten las lenguas de la gente de la Creencia sin saber el peligro del significado de lo que dicen. Y vamos a explicar tres de ellas de máximo peligro:
La primera de ellas es cuando dicen de algo: Lo han originado las causas, es decir: Las causas son las que originan una cosa concreta.
La segunda es cuando dicen de algo: Se formó por sí mismo. Es decir: Algo se forma de motu proprio y se origina a sí mismo por sí mismo y llega a la forma a la que llega como tal.
La tercera es cuando dicen de algo: Lo requirió la naturaleza, es decir, que la cosa es natural y la naturaleza es la que la originó y requirió.
En efecto, los seres existentes existen y son patentes ante nosotros sin que se pueda negar en absoluto y cada cosa existente viene a la existencia en el máximo de la perfección y la sabiduría, y no es antigua, anterior al tiempo, sino que es novedosa, nueva (aparecida en la existencia).Así pues, ¡Oh ateo! O bien dices que esta cosa existente-y que sea por ejemplo este animal-lo traen a la existencia las causas del mundo, es decir que adquiere la existencia como resultado de la conjunción de las causas materiales o que se forma por sí mismo o que llega a la existencia en virtud de la naturaleza y aparece por su influencia, o tienes que decir: En verdad el poder del Creador, el Poderoso, Dueño de majestad, es el que lo hace existir.
Puesto que no hay camino para su acontecer excepto estas cuatro vías, según los criterios de la razón, y si se demuestra de una manera categórica que las tres primeras vías son imposibles y falsas y no son posibles, necesariamente y por evidencia se demostrará la vía cuarta, que es la vía de la unicidad del Creador con una certeza determinante en la que no hay duda.
En cuanto a la vía primera:
Es la opinión de que “la conjunción de las causas del mundo crea los seres existentes y los trae a la existencia y conduce a la formación de las cosas”
mencionaremos de ella únicamente tres absurdos de entre sus muchos absurdos
El primer absurdo: Lo explicaremos con el siguiente ejemplo: La farmacia contiene cientos de recipientes y frascos llenos de sustancias químicas diversas y necesitamos, por una razón determinada, una pócima vital de esas medicinas y sustancias para formar una sustancia vital extraordinaria como antídoto para los venenos. Y cuando entramos en la farmacia encontramos en ella un número ingente de clases de esa pócima vital y de esa sustancia vital antídoto para los venenos. Y cuando empezamos a analizar cada pócima la vemos compuesta, elaborada con una precisión extrema, de sustancias distintas conforme a pesos medidos. Y toma de esos frascos: Un dírham (un gramo) de esto y tres gramos de aquello y diez gramos de lo otro. Y así, de manera que toma de cada uno de ellos cantidades distintas de forma que si lo que se toma de esas cantidades fuera menos que ellos en una parte de un gramo o más, la pócima perdería sus propiedades vitales. Y ahora hemos llegado a la sustancia vital antídoto del veneno y hemos clavado en ella una mirada química y hemos visto que estaba compuesta con medidas concretas que fueron tomadas de esos frascos de acuerdo a balanzas de precisión, ya que pierden sus propiedades si nos equivocamos en la cuenta y son aumentadas las sustancias que la componen o menguadas en la medida de un átomo. Concluimos de esto:
Que las sustancias diversas se preparan con cantidades distintas según pesos precisos. De manera que ¿es posible o razonable que se forme esa pócima de la que cada una de sus partes está medida de una manera precisa como resultado de una extraña coincidencia o a consecuencia del choque de los frascos por el acaecimiento de una sacudida tempestuosa en la farmacia que conduce al derrame de esas cantidades con sus pesos específicos y su unión unas con otras formando una pócima vital? ¿Y hay acaso un absurdo más extraño que este y más lejano a la razón y la lógica? ¿Y hay acaso una patraña más necia que ésta? ¿Y hay acaso una falsedad más clara que ésta? Incluso el mismísimo burro si se multiplicara su necedad y hablara diría: ¡Cuán necio es quien dice esto!
Y a la luz de este ejemplo decimos: Todo ser vivo es un compuesto vital y una pócima dotada de vida y toda planta es parecida a un antídoto vital contra el veneno puesto que se compone de partes distintas y de sustancias diversas según pesos precisos con un máximo de precisión. De manera que no hay duda de que atribuir la creación de este ser maravilloso a las causas materiales y a los elementos y las palabras: “Las causas lo trajeron a la existencia” es falso y absurdo, y está lejos de los criterios de la razón con la misma lejanía y falsedad y absurdidad de la pócima vital se forme por sí misma del derrame de esas sustancias de los frascos.
Y el resultado de lo que acabamos de decir es: Que las sustancias vitales preparadas por la balanza del decreto y el destino por el Sabio, el Conocedor en este gran mundo, que es una farmacia formidable y maravillosa, no es posible que exista excepto por una sabiduría sin límite, un conocimiento sin fin y una voluntad que abarca y rodea todas las cosas. Y si no, ¡Cuán desgraciado es quien imagina que estos seres existentes son el producto de los macro elementos del universo y ellos son los ciegos y los sordos en su curso y su flujo, o son parte de los asuntos de las naturalezas de las sustancias o de la acción de las causas materiales! No hay duda de que quien tiene tal imaginación es el más desgraciado del mundo y el mayor necio, y tiene un desvarío mayor que el desvarío del ebrio que ha perdido la conciencia, cuando se le pasa por la mente que este antídoto asombroso se ha generado a sí mismo, por sí mismo, a causa del choque de los frascos y el derramamiento de lo que contenían. En efecto, esa incredulidad es el desvarío de un necio y la locura de un borracho.
El segundo absurdo: Si no se atribuye la creación de todo al Uno, el Único, el Poderoso, el Dueño de majestad, y se atribuye a las causas materiales, entonces es necesario que la mayor parte de los elementos del mundo y sus causas tengan una participación y un efecto en la existencia de todo ser vivo. Y el caso es que la reunión de las causas contrarias y distintas entre ellas con un orden completo y una cantidad precisa y una coincidencia total en un cuerpo creado pequeño, como una mosca por ejemplo, es un absurdo patente hasta un extremo que rechaza aquel que tiene intelecto en la medida del ala de una mosca y lo refuta diciendo: Esto es absurdo. Esto es falso, esto no es posible.
Eso es porque el cuerpo pequeño de la mosca tiene conexión con la mayor parte de los elementos de los seres y con sus exteriores y causas materiales, y aún más es un extracto sacado de ellos, de manera que si no se atribuye su creación al poder divino absoluto, es necesario que esas causas materiales estén presentes y reunidas junto a ese cuerpo directamente en el momento de su creación, y aún es más es necesario que entren en su cuerpo menudo, incluso es preciso que entren en la órbita del ojo que representa el modelo del cuerpo. Eso es porque las causas, si son materiales, deben estar cerca de lo causado y dentro de él, y entonces requiere la aceptación de la entrada de todos los elementos en todos los rincones del mundo junto con sus naturalezas distintas en ese causado con una entrada material y su acción en esa órbita extrema en pequeñez con maestría y perfección.
¿Acaso no siente vergüenza de esta opinión hasta el más necio de los sofistas?
El tercer absurdo: Es el que la cosa existente, si tiene una sola unidad, necesariamente tiene que provenir de un único factor y de una única mano, en virtud de la regla axiomática establecida: “El uno no proviene excepto del uno”. De manera que si esa cosa existente está en el máximo de la armonía y la medida, y en el extremo de la precisión y la perfección y posee una vida total, es obvio que no ha surgido de manos numerosas en absoluto-que son motivo de discrepancia y disputa-sino que necesariamente proviene de una sola mano de Uno, Único, Poderoso, Sabio. Por esto atribuir la cosa existente, armoniosa, proporcionada, medida, una, a las manos de las causas naturales, ciegas, sordas, inertes, imprecisas, que carecen de conciencia e intelecto, y que están en una fuerte mezcla que aumenta su ceguera y su sordera. Luego la pretensión de que estas causas son las que llevan a cabo la creación de esa cosa existente extraordinaria y su elección de entre posibilidades y probabilidades sin límite. Digo que aceptar esta atribución y pretensión es, en realidad, aceptar cien y un absurdos, ya que está totalmente lejos de todos los criterios del intelecto y sus juicios.
Pero dejemos este absurdo y pasémoslo temporalmente para fijarnos en la influencia de las causas materiales que se completa con el contacto y la relación directa. Así, mientras tanto, vemos que el contacto de esas causas naturales es un contacto con el exterior del ser vivo simplemente, y vemos que el interior de ese ser, al que no llegan las manos de esas causas materiales y no pueden tocarlo con nada, es más preciso en disposición y de más armonía que lo externo, e incluso más sutil que él en constitución y más perfecto en precisión.
Incluso los seres vivos pequeños y los seres creados delicados que no es posible que contengan esas causas materiales terminantemente ni que lleguen a ellos sus manos ni sus medios son de una perfección más sorprendente que los seres creados grandes y de una constitución más extraordinaria que ellos. De manera que atribuir su creación a esas causas ciegas, sordas, inertes, ignorantes, burdas, remotas, antagónicas, no es sino ceguera tras ceguera y sodera más allá de la cual no hay sino sordera.
En cuanto a la cuestión segunda:
Que es cuando dicen de algo que “se ha formado por sí mismo”, encierra
muchos absurdos y queda clara su falsedad y su imposibilidad desde muchos puntos de vista, pero nosotros vamos a tratar aquí tres absurdos a modo de ejemplo sin más:
El primer absurdo: Tú, ateo contumaz, existes sin duda y no eres de una materia simple e inerte que rehúsa el cambio, sino que tú eres una gran fábrica que hace las cosas con precisión y cuyas máquinas siempre se están renovando, y eres como un palacio eminente cuyos rincones siempre se transforman. De manera que los átomos de tu existencia actúan continuamente y se esfuerzan sin parar y se unen por medio de conexiones y lazos con las formas externas de la existencia en el universo alrededor de ti y están en un toma y daca con los seres existentes y especialmente en lo que concierne a la provisión y a la conservación de la especie. Los átomos que actúan en tu cuerpo previenen que se perturben esos lazos y evitan que se rompan esas relaciones, de manera que son una prevención en esta su conducta y adoptan una posición apropiada para ellos en virtud de esas relaciones, como si miraran a todos los seres existentes y los contemplaran. Luego observan tu posición con respecto a ellas, y tú, a tu vez, sacas provecho según esa posición excepcional de esos átomos, y te beneficias y disfrutas con tus sensaciones y sentidos externos e internos.
Y si no crees que esos átomos son pequeños empleados de un Poderoso Preexistente y subordinados, supeditados, sometidos a Sus leyes, sea glorificado, o son soldados alineados en Su ejército en formación, o son extremos del cálamo del Decreto divino, o son puntos que pone el cálamo del Decreto divino…Has de decir que cada átomo activo-en tu ojo por ejemplo-es un ojo de gran envergadura, con visión, que ve todas las partes de tu cuerpo y sus lados, contempla todos los seres vivos que están conectados con él y sabe todo tu pasado y tu presente, y sabe tu origen y tus padres y abuelos, junto con tu linaje y tus nietos, y percibe las fuentes de tus elementos y los secretos de tu provisión…De manera que posee por lo tanto un intelecto dominante. Así pues ¡oh tú que desperdicias tu intelecto en cuestiones como esta! ¿Acaso atribuir este conocimiento, conciencia e intelecto, que abarca a mil como Platón, a un átomo en el intelecto de quien no posee uno como tú, no es una patraña necia y una simpleza tonta?
El segundo absurdo: Tu cuerpo, ¡oh hombre!, se parece a un palacio majestuoso y próspero, que tiene mil y una cúpulas, en cada una de sus cúpulas están sujetas las piedras y están encajadas unas con otras en una construcción perfecta, sin pilares. Pero tu existencia-si reflexionaras-es mil veces más asombrosa que este palacio, porque el palacio de tu cuerpo está en continua renovación alcanzado la perfección en la armonía y en la excelencia. Y aunque apartáramos la mirada del espíritu, el corazón y sutilezas inmateriales que llevas en ti, que son un milagro por sí mismos, y tomáramos en consideración y reflexión un único miembro de cualquiera de los miembros de tu cuerpo, lo veríamos parecido a una vivienda con cúpulas. Pues los átomos que hay en él cooperan y se abrazan unos a otros en un orden perfecto y un equilibrio completo-como las piedras de esas cúpulas-y forman un edificio extraordinario, una hechura excelente maravillosa, de manera que aparecen ante los ojos como uno de los milagros asombrosos del poder divino, “como el ojo y la lengua” por ejemplo.
Y si estos átomos no estuvieran mandados, sometidos al mandato del Hacedor Poderoso, cada uno de los átomos habría de gobernar necesariamente con una autoridad absoluta sobre el resto de los átomos del cuerpo y ser gobernado por ellos con una autoridad absoluta también, y ser como cada uno de ellos y lo contrario a cada uno de ellos-en cuanto a la gobernabilidad-al mismo tiempo, y ser el lugar del que penden la mayor parte de los atributos excelsos que no posee sino Allah, sea glorificado y ensalzado, y ser encadenados totalmente y sueltos totalmente al mismo tiempo. Así pues el que es obra (de otro), uno, con orden, armonioso, que no puede ser-por el secreto de la unidad-sino uno de los efectos del Uno, Indiviso, es absurdo que sea atribuido a esos átomos indefinidos, y aún más cien absurdos en uno. Eso lo comprende todo el que tiene una pizca de intelecto.
El tercer absurdo: Si esta existencia tuya ha sido escrita por el cálamo del Uno, el Indiviso, el Poderoso, el Preexistente, y estaba sellada con los sellos de la naturaleza y las causas, en ese momento es necesaria la existencia de moldes naturales en el número de miles de miles de compuestos organizados que actúan en tu cuerpo y que son innumerables, empezando por la célula más pequeña que actúa con precisión extrema y terminando por el más amplio de los mecanismos que actúan en él.
Y para entender este absurdo tomamos el libro que tenemos ante nosotros como ejemplo y decimos: Si creyeras que este libro está copiado a mano, entonces basta para copiarlo una sola pluma que mueve el conocimiento de su escritor para registrar en él lo que quiere, sin embargo si no se cree que está copiado a mano y no se atribuye a la pluma del escritor y se supone que se ha formado por sí mismo o se atribuye su escritura a la naturaleza, entonces será necesario que haya para cada una de sus letras una pluma metálica específica de ella y que el número de plumas sea en la medida del número de esas letras-al igual que existen las letras metálicas en la imprenta y son en el número de las letras y sus caracteres-es decir: Será necesaria la existencia de plumas en el número de las letras en lugar de un pluma para copiar. Y puede que haya entre esas letras, letras grandes en las que esté escrito con una caligrafía fina lo que cabe en una página entera, de manera que será necesario entonces para escribir algo como esas letras grandes mil plumas finas.
Y ahora ¿qué dirías si esas letras estuvieran mezcladas unas con otras en un orden perfecto adoptando el aspecto de tu cuerpo y su forma? Entonces sería necesario que cada una de las partes de cada uno de sus círculos mencionados tuviera numerosos moldes en el número de esos compuestos que son innumerables. Supón que dices de esa situación, que contiene cien absurdos en uno, que es posible que suceda. Pues incluso en esta situación-en la suposición de su posibilidad- ¿Acaso no es preciso para elaborar esas plumas y hacer esos moldes y letras metálicas, plumas, moldes y letras en su mismo número para verter y derramar en ellos, de no atribuirse la hechura de todo ello a una sola pluma? Eso es porque todas ellas están hechas, producidas y ordenadas, y necesitan de un hacedor para hacerlas y un productor para producirlas, y así el asunto se sucede en cadena conforme te metes en ello.
Entiende pues de esto, el alcance de la enfermedad de este pensamiento que incluye absurdos y patrañas en el número de los átomos de tu cuerpo. Así pues, ¡Oh tú descreído! Vuelve a tu intelecto y abandona este extravío vergonzoso.
La palabra tercera:
Que es cuando dicen de algo: “Lo ha requerido la naturaleza”.
Y este juicio tiene muchos absurdos de los cuales mencionaremos tres a modo de ejemplo.
El primer absurdo: El hacer a la perfección y el hacer existir, que se caracterizan por la visión y la sabiduría y se manifiestan en los seres existentes con una manifestación evidente, especialmente en los seres vivos, si no son atribuidos a la pluma del Decreto divino y a Su poder absoluto, y se atribuyen a la naturaleza, ciega, sorda e ignorante, y a la “fuerza”, es preciso que la naturaleza traiga a la existencia-para la creación- imprentas y máquinas inmateriales ilimitadas en cada cosa, o que inserte progresivamente en cada cosa un poder capaz de crear todo el universo y una sabiduría que controle la gestión de todos sus asuntos.
El ejemplo de esto es: Las manifestaciones del sol, sus reflejos luminosos y el resplandor de su brillo, que se contempla sobre las gotas de agua relucientes y centelleantes o sobre los trozos de cristal esparcidos aquí y allá sobre la superficie de la tierra, y hacen figurarse a los ojos del que mira superficialmente que son formas de solecitos figurados. Y si no se atribuyen estos reflejos y destellos al sol verdadero que aparece ante nosotros con su rayo desbordante, será preciso creer en un sol natural, original, pequeño, manifiesto que posee los atributos del sol mismo y se caracteriza con sus características, que existe con una existencia efectiva en esos trozos pequeños de cristal-que no abarcan la cosa más pequeña-, es decir: será preciso creer en la existencia de soles en el número de los átomos de los trozos de cristal.
Y a la luz de este ejemplo decimos: Si la creación de los seres existentes y vivos no se atribuye directamente a las manifestaciones de los nombres más hermosos de Allah, que es la luz de los cielos y la tierra, es preciso creer entonces en la existencia de una naturaleza y una fuerza que posean un poder absoluto y una voluntad absoluta junto con un conocimiento absoluto y una sabiduría absoluta en cada una de las cosas existentes, especialmente los seres vivos, es decir: es preciso aceptar divinidad y omnipotencia en cada cosa existente. Y este modo de pensar torcido es más falso que cualquier otro absurdo y más disparatado que él. De manera que aquel que atribuye la hechura maravillosa, precisa, patente y manifiesta hasta en la criatura más pequeña, que ha originado el Creador, el Grandioso, a la mano de la naturaleza imaginaria, insignificante, que no posee conciencia, no hay duda de que él cae con su pensamiento a un nivel más extraviado que un animal.
El segundo absurdo: Estas cosas existentes que están en el orden más extraordinario, en el extremo de la maestría y el equilibrio, en la plenitud de la perfección y la culminación de la sabiduría y la armonía, si no se atribuyen a Quien es Poderoso con absoluto poder y Sabio con absoluta sabiduría y se atribuyen a la naturaleza, es preciso que la naturaleza prepare en cada puñado de tierra fábricas e imprentas en el número de las fábricas de Europa y sus imprentas para que ese puñado de tierra sea capaz de ser lugar de origen de las flores y los frutos bellos y agradables,
porque ese puñado de tierra lleva a cabo la misión de un semillero pequeño de las flores del mundo y sus frutos, y con sus formas, sus aspectos variados, sus colores relucientes.
Y si no se atribuye esta capacidad al poder del Originador, el Excelso, el Poderoso sobre todas las cosas…entonces ha de existir necesariamente en ese puñado una máquina intangible natural especial para cada una de las flores del mundo y si no, no es posible que se manifiesten los tipos de flores y frutos que contemplamos en el mundo en la existencia, puesto que las semillas- al igual que el esperma y el huevo-sus sustancias son similares y se mezclan y se combinan unas con otras sin forma definida y son el hidrógeno, el oxígeno, el carbono y el nitrógeno, sabiendo que tanto el aire como el agua, como el calor y la luz, son cosas simples que no poseen intelecto o conciencia y fluyen como la corriente en cada cosa sin control. De manera que la formación de estas flores ilimitadas a partir de ese puñado de tierra con sus figuras diversas maravillosas, sus formas distintas esplendorosas y sus lustres distintos magníficos, en el límite del orden y la perfección, implica obviamente y necesariamente que exista en ese puñado de tierra fábricas e imprentas intangibles con escalas muy pequeñas más que las fábricas e imprentas habidas en Europa, paras ser capaces de tejer esos tejidos vivos que son innumerables y bordar esos grabados magníficos y variados que no se pueden enumerar.
Así pues, ¡cuán lejos está el pensamiento ateo que llevan los naturalistas del camino real del intelecto sano! Has de saber esto y medir el alcance del alejamiento de esos que afirman que son inteligentes y científicos con respecto a los criterios del intelecto y el conocimiento, con su imaginación de que la naturaleza trae las cosas a la existencia. Ésos que han adoptado una patraña imposible, que no es posible en absoluto, como camino para ellos. Y búrlate de ellos y menosprécialos.
Y alguien podría preguntar: Es cierto que hay muchos absurdos y grandes problemáticas que surgen cuando se atribuye la creación de las cosas existentes a la naturaleza, sin embargo ¿cómo desaparecen esos problemas y se resuelven esas problemáticas cuando se atribuye la operación de la creación en su totalidad al Uno, el Indiviso, el Único, el Señor Absoluto? ¿Y cómo se transforma esa imposibilidad difícil en necesidad fácil?
La respuesta es que las manifestaciones del sol y sus reflejos-como ha sido mencionado en el primer absurdo-se manifiestan por sí mismas con toda facilidad y sin imposición o dificultad en todas las sustancias empezando por lo inerte pequeño en el extremo de la pequeñez-como los trozos de cristal-hasta la más grande de las superficies de los mares y los océanos, y se manifiesta sobre todos su irradiación y su efecto con la máxima facilidad y es como si cada una de ellas fueran solecitos alegóricos, de manera que si se suprime la atribución de esos reflejos al sol verdadero, es necesario creer en la existencia de un sol natural en cada uno de los átomos con una existencia propia externa y esto no lo admite ningún intelecto, sino que es imposible y absurdo.
Y al igual que es así en el ejemplo, del mismo modo atribuir la creación de toda cosa existente de una manera directa al Uno, el Indiviso, el Único, el Señor Absoluto, contiene una facilidad suma al nivel de la necesidad, puesto que es posible hacer llegar a cada cosa existente lo que es preciso, con toda facilidad y sencillez, y ello por la pertenencia y por la aparición.
Mientras que si se suprime esa pertenencia, y se torna el empleo, el servicio y la obediencia en quedar exento de las órdenes y en la desobediencia y dejar a cada cosa existente libre vagando como quiera, o se atribuye el asunto a la naturaleza, entonces surgirán cientos de miles de problemas y problemáticas al nivel de la imposibilidad, hasta que veamos que la creación de una mosca pequeña requiere que la naturaleza ciega que hay en ella posea un poder absoluto que le haga posible crear todo el universo, y que además posea una sabiduría profunda que le haga posible regirlo, puesto que la mosca, a pesar de su pequeñez, es de una hechura maravillosa, comprende la mayor parte de los componentes de los seres y es como si fuera un compendio de ellos. Y esto no es sólo un absurdo simplemente sino mil y un absurdos.
La conclusión: Al igual que es absurdo e imposible la existencia de un semejante o copartícipe con Allah. Sea glorificado y ensalzado, en Su divinidad, así mismo es imposible y absurdo igualmente que haya intervención de otro que Él en Su Señorío o que alguien sea copartícipe en Su traer las cosas a la existencia y crearlas.
En cuanto a los problemas que hay en el segundo absurdo que hemos demostrado en numerosas epístolas (rasáil), son que si la creación de todas las cosas se atribuye al Uno, el Indiviso, es fácil esa creación, como es fácil la creación de una sola cosa, mientras que si se atribuye la creación a las causas y a la naturaleza, la creación de una sola cosa y su traerla a la existencia se convierte en un problema y una dificultad equiparable a la creación de todo. Y puesto que hemos demostrado esto previamente con evidencias concluyentes, traemos aquí a colación una sola evidencia como resumen:
Si alguien está vinculado con sultán por su función como soldado o por su función en el gobierno, es capaz de llevar a cabo muchos más asuntos y acciones de los que puede llevar a cabo con su poder personal, y ello es debido a la fuerza de esa vinculación con el sultán. Así, por ejemplo, puede hacer cautivo a un gran general en nombre de su sultán a pesar de que es un soldado, ya que los recursos del sultán y las unidades del ejército soportan los pertrechos y preparativos para las acciones que lleva a cabo y no lo soporta él solo, al igual que no se ve precisado a soportarlos. Todo eso en virtud de su vinculación con el sultán.
Por ello surgen de él acciones extraordinarias como si fueran las acciones de un gran sultán y aparecen para él efectos-por encima de lo que aparece de él normalmente- y son como si fueran los efectos de un gran ejército a pesar de que es un único individuo.
Así pues una hormiga- en cuanto a esa función-es capaz de destruir el palacio de un faraón déspota y un mosquito puede destruir a un Nemrod tirano por la fuerza de ese vínculo. Y una semilla pequeña de un pino, parecida al grano de trigo, produce, por ese vínculo, todos los suministros del gran árbol del pino*(*[2]).
Y si se corta ese vínculo y es dispensado el existente de esa función, deberá cargar sobre sus hombros la fuerza de acciones que lleva a cabo y llevar la carga de sus accesorios y pertrechos. Y por ello no puede realizar acciones que no sean acciones que se corresponden con esa fuerza débil, limitadas y cargadas sobre sus brazos según lo apropiado a la cantidad de pertrechos y accesorios simples que lleva sobre su espalda. Y si se pidiera de él que realizara acciones las realizaría con facilidad y sencillez en el primer momento para mostrar su incapacidad, a menos que pudieran soportar sus brazos la fuerza de un ejército completo y llevara sobre su espalda las fábricas de los equipos de guerra del estado.El que tiene esta imaginación que flota en el espacio de la ilusión y la patraña se ocultará por vergüenza por lo que decimos.
Concluimos de todo lo precedente que el sometimiento de lo concerniente a toda cosa existente y su vínculo de pertenencia con Aquel de existencia necesaria, sea glorificado, contiene la facilidad completa en el grado de la obligación. En cuanto a atribuir su aparición en la existencia a la naturaleza es una problemática al límite de la imposibilidad y se sale del círculo del intelecto.
El tercer absurdo: Aclaramos este absurdo con dos ejemplos que hemos explicado en alguna de las epístolas (rasáil) y que son:
El primer ejemplo: Entra un hombre primario, ingenuo de pensamiento, que no poseía ninguna concepción cultural previa, entra esta persona en un imponente y extraordinario palacio, que brilla con su decoración, presume con lo más elevado a lo que ha llegado la civilización en cuanto a medios de lujo y descanso y brilla con sus luces en la oscuridad de un páramo, vacío, despoblado, y se adentra en él y da vueltas por sus rincones y lo deja atónito la excelencia de su edificación, los grabados de sus paredes y lo portentoso de su perfección. Y con toda la ingenuidad de su concepción y su simpleza concede al palacio vida y le da el poder de erigir por sí mismo sus habitaciones, sus salones, sus pinturas hermosas y sus grabados cautivadores, no por nada sino por su cortedad de concebir la existencia de alguien-fuera de este palacio-y en este páramo, al que le fuera posible atribuirle la construcción de este palacio.
Por esto se pone a indagar acerca del “constructor” dentro del palacio por si tal vez tropezara con él entre las cosas del palacio, de manera que no hay cosa sobre la que cae su vista sin que vacile sobre ella y dude de si es capaz de crear algo como este castillo que llena los confines del alma y el intelecto con la maravilla de su hechura y la belleza de su edificación. Y lo conducen sus pies a uno de los rincones del palacio y halla en él de repente un cuaderno de observaciones en el que se había anotado un plano detallado de las obras de la construcción del palacio y se había escrito en él también un inventario de sus existencias y normas de la administración de sus dominios. Y a pesar de que a ese cuaderno, al igual que sus contenidos, no le pertenece erigir el palacio y adornarlo, ya que no posee una mano con la que actuar ni una vista con la que ver, sólo que lo relacionó con ello al encontrarlo en coincidencia con sus contenidos junto con las compilaciones de las cosas del palacio y en combinación con el funcionamiento del trabajo en él-puesto que es el modelo de las leyes de Allah científicas. Por esto dijo necesariamente: “En verdad este cuaderno es el que erigió este palacio y lo ordenó y lo adornó, y él es el que ha hecho existir las cosas en él y las ha ordenado con este orden y las ha dispuesto con esta disposición”. De manera que con estas palabras puso al descubierto el alcance de la profundidad de su ignorancia y lo arraigado de su necedad.
Y a la manera de este ejemplo totalmente se adentra en el palacio del Conocedor, el Inmenso-que es de un orden más preciso, de una mayor perfección, de una hechura más hermosa y una belleza más deslumbrante que aquel palacio pequeño limitado que acabamos de mencionar en el ejemplo, que no admite comparación ni parangón con él, pues cada una de sus partes irradia prodigios maravillosos y sabidurías elevadas- se adentra uno de los que profesan la idea de la naturaleza y niegan la grandeza de la divinidad en este palacio, poniendo en su mente-previamente-oponerse a los efectos, desplegados ante él, de la hechura de Allah, sea glorificado, Aquel que está más allá de los seres creados, Aquel que está por encima de los seres contingentes. Y empieza a buscar e indagar la causa “que hace venir a la existencia” dentro de los seres contingentes y creados. Y ve las leyes de las usanzas divinas y los índices de la hechura divina a los que aplica por error-y es un error considerable-el nombre de la naturaleza, y los cuales es posible que sean similares a una página de la libreta “El cambio y la sustitución” de las leyes de los procedimientos del poder divino y una especie de lámina de “el borrado y la confirmación” del decreto divino, sin embargo él se pone a decir:
Como quiera que esas cosas necesitan una causa que las haga existir y no hay nada de mayor conexión con ellas que esta libreta, yo deduzco de ello que esta “libreta”-con las leyes de borrado y confirmación que contiene-es la que ha hecho existir las cosas, como quiera que no es buena para mí la creencia y la fe en el Hacedor, el Excelso, sea glorificado. A pesar de que el intelecto, que está más allá del deseo, rechaza totalmente-dentro de su lógica-atribuir los asuntos divinos absolutos-y los que implican un poder absoluto- a esta “libreta” ciega, sorda e incapaz. Y nosotros decimos:
¡Tú que eres más tonto que Habannaqa!*(*[3])Saca tu cabeza de debajo de la ciénaga de la naturaleza para ver al Hacedor, el Excelso, Aquel del que dan testimonio todas las cosas existentes, desde los átomos hasta las galaxias, con lenguas diversas, y lo señalan con indicaciones distintas. Y contempla las manifestaciones de ese Artífice que ha erigido el palacio eminente del mundo y ha registrado su plan, su programa y sus leyes en esa libreta. Y sálvate a ti mismo de esa divagación transgresora y barata.
El segundo ejemplo: Entra un hombre aislado del mundo de la ciudad y de la civilización en medio de un campamento militar imponente y le fascinan los ejercicios variados que realizan-en un orden y precisión extremos y en una obediencia y sumisión máximas-los soldados de ese campamento, y observa sus movimientos coordinados que son como un único movimiento, se mueven todos-batallones, escuadras y secciones-con el movimiento de un solo individuo, y descansan todos cuando él descansa, y todos abren fuego al unísono siguiendo la orden que proviene de ese individuo. Y se queda perplejo y su intelecto ingenuo no puede comprender que el mando de un gran general es el que ejecuta sus órdenes según las ordenanzas del estado y las órdenes del sultán, y entonces se imagina una cuerda que une a esos soldados unos a otros, luego empieza a concebir una imaginación al alcance de la extrañeza de esa cuerda imaginaria y su perplejidad se hace mayor y se intensifica su desconcierto.
Y entra en la gran mezquita Aya Sofya el día del viernes y contempla los grupos de orantes detrás de un solo hombre acatando su voz al levantarse, al sentarse, al postrarse y al inclinarse; y como no sabe nada de la sharía divina y los reglamentos inmateriales de las órdenes del portador de la sharía, se imagina que esa congregación está conectada entre sí por cuerdas materiales y que esas cuerdas restringen los movimientos del grupo y los atan y son las que los mueven y les impiden moverse. Y así prosigue su camino y su mente se llena de los errores de sus concepciones que casi provocan la burla y el sarcasmo incluso para la gente más silvestre y ruda.
Y a la luz de este ejemplo:
Viene un ateo a este mundo, que es un campamento imponente y admirable de los soldados del Sultán Excelso y es una mezquita inmensa sobresaliente, en la que se engrandece ese Adorado Preexistente y se ensalza, viene a él llevando la idea de “la naturaleza” descreída. Esa es la ignorancia total.
Y concibe “las leyes inmateriales”, cuyos efectos contempla en la conexión de los sistemas del universo admirable y que surgen de la “sabiduría” profunda del Originador, el Dador de forma, sea glorificado. Las concibe como si fueran leyes materiales y trata con ellas en sus indagaciones como trata con las materias y las cosas inertes. Y se imagina las normas de las leyes del Señorío, que son leyes relativas y los reglamentos de la sharía originaria, universal, del Adorado Preexistente, y que son en su conjunto inmateriales puramente, y no tienen existencia que no sea una existencia científica, las imagina como si fueran cosas existentes externas y sustancias materiales. Y sitúa estas leyes que provienen del conocimiento y el habla divinos, que tienen una existencia científica simplemente, en el lugar del poder divino, y les otorga el poder para crear y hacer existir, y les aplica el nombre de “la naturaleza” concibiendo la fuerza, que es una de las manifestaciones del poder divino, como dotada de un poder efectivo y estimándola como independiente por sí misma. ¿Acaso no es esto ignorancia y necedad? ¿Acaso no es esto una ignorancia muyo mayor que la del ejemplo?
La conclusión: La naturaleza con la que los naturalistas relacionan este asunto imaginario que carece de realidad, si no hubiera más remedio de que poseyera una existencia verdadera externa, esta “existencia” sería: La hechura de un hacedor, pero nunca hacedora, un grabado pero nunca un grabador, un conjunto de normas pero nunca un gobernador, una sharía primordial pero nunca un legislador, un protector de la preeminencia creado, pero nunca un creador, una naturaleza primordial pasiva, pero nunca un originador activo, un conjunto de leyes, pero nunca un poderoso, y una muestra, pero nunca un origen.
Y en resumidas cuentas: Ya que las cosas existentes existen de hecho y el intelecto es incapaz de concebir más de cuatro vías para llegar a la aparición de lo existente-como hemos mencionado en la introducción-y se ha demostrado de una manera categórica la falsedad de tres de estas cuatro vías, y ello a través de explicar tres absurdos manifiestos y evidentes en cada una de ellas, es necesario y obvio que se demuestre con certeza, sin que haya absolutamente ninguna duda, la cuarta vía, que es la vía de la unicidad, ese camino que ilumina la noble aleya: {¿Acaso hay duda sobre Allah, el Originador de los cielos y la tierra?} (Sura de Ibrahim, 10) Y que indica con evidencia y certeza la existencia de Aquel de existencia necesaria, Su divinidad dominante, que todo procede de la mano de Su poder y que las llaves de los cielos y la tierra están en Su mano, sea glorificado y ensalzado.
Así pues ¡Oh adorador de las causas! ¡Oh tú pobre, seducido por la naturaleza! Y ya que la naturaleza de cada cosa no deja de ser creada como la cosa misma, porque lo que su constitución es nueva (venida a la existencia)-no antigua (preexistente)- y lleva la señal de la hechura y la perfección; y la causa externa de la existencia de esa cosa es también hecha y nueva; y puesto que la existencia de cualquier cosa necesita muchos medios, instrumentos y aparatos, es necesario un poderoso con poder absoluto para crear esa naturaleza en algo y hacer existir esa causa para ello, y es necesario que sea-ese poderoso con poder absoluto-autosuficiente con una autosuficiencia absoluta, de manera que no participen los medios incapaces, en traer la cosa a la existencia y en el dominio de su señorío sobre ella.Y lejos está Allah de que sea otro que Él, el Poderoso, el Autosuficiente, el Excelso, sino que Él, sea glorificado y ensalzado, crea el efecto y la causa juntos desde Su excelsitud en una creación directa y hace existir entre ambos una causalidad externa y de forma, y los une por medio de un orden y una disposición, haciendo de las causas y la naturaleza una tapadera de la mano de Su poder excelso y un velo de Su inmensidad y grandeza, y para que Su gloria permanezca por encima y pura en su cielo y haga de esas causas el ámbito de la queja de los defectos que puedan parecer y la injusticia externa que se pueda concebir en las cosas.
Y ¿cuál de ambos casos es más fácil de entender y más próximo en racionalidad a la mente: Imaginar “un relojero” que hace la rueda del reloj y su mecanismo, luego lo regula de acuerdo con el orden de su rueda y nivela los movimientos de sus agujas con precisión extrema, o que imaginemos al relojero haciendo en la rueda del reloj y sus agujas y sus maquinarias de precisión una máquina extraordinaria y entregando la fabricación del reloj a la materia inerte de sus manos? Di conmigo: ¿Acaso no son éstas unas palabras vacía, un absurdo y algo que se sale de los límites de lo posible? Así pues háblate tú a tu intelecto lleno de prejuicios y sé tú el juez y el juicio.
Y ¿cuál de estos dos casos es admisible y aceptado en la lógica del intelecto: Imaginar un escribano que caligrafía un libro por sí mismo después de haber preparado los accesorios de la escritura, como la tinta, la pluma y las hojas, o imaginar que ese escribano cree una imprenta especial para ello, que sea más complicada y requiera más precisión que la escritura en sí, y le deje a ella lo relacionado con la escritura de este libro y se dirija a ella diciendo: Emprende tú la escritura del libro…Sin intervención por su parte? ¿Acaso una imaginación enferma como ésta no es problemática racionalmente? ¿Y mucho más complicada que la escritura en sí?
Y si dices: Crear una imprenta para imprimir el libro es más complicado y más difícil que la escritura en sí misma, excepto que la máquina de la imprenta sea capaz de producir miles de copias del libro en un breve tiempo y esto es el medio de facilitar.
La respuesta es que el Originador, Dador de forma, sea glorificado, ha creado con Su poder absoluto, con la renovación de las manifestaciones de Sus nombres más hermosos y su manifestación en formas distintas, las individualidades de las cosas y sus rasgos específicos, ya que ninguna cosa creada se parece a otra de una manera total y coincidente nunca, y es un libro del Señor Absoluto y un escrito divino. En efecto, para que cada ser existente cumpla con los significados de su existencia, es necesario que posea una marca distintiva por la que sea reconocido y lo haga distinto de los demás y unos rasgos que se distingan de los rasgos de los demás.
Así pues mira, y afina la mirada, el rostro del ser humano y verás que unas señales distintivas se han concentrado en este pequeño rostro, de manera que estas señales distinguen al que las tiene de todos los demás rostros que se han ido sucediendo desde el tiempo de Adam, sea con él la Paz, hasta nuestros días y hasta siempre, a pesar de la similitud y la coincidencia en la esencia humana y la pertenencia al género humano. Y esto está claro, evidente y demostrado categóricamente.
Así pues, los rasgos de cada rostro es un libro específico del rostro en sí y es un libro independiente por sí mismo de los demás. Y para sacar este libro privado y perfeccionar su hechura y disposición, se requiere de la existencia de un conjunto completo de letras del alfabeto y una concordancia en tamaño con él y se requiere componer esas letras en sus sitios en la plancha tipográfica, para que se complete después de ello una composición especial de ese rostro que sea distinta de la composición de los demás.
Y este asunto requiere traer las sustancias de su hechura específicas para él y luego ponerlas en sus lugares específicos y luego insertar lo que requiere la existencia de este rostro-en el mismo rostro-en cuanto a elementos de construcción. Y todo esto no hay duda de que necesita una fábrica especial para ello, es decir: una imprenta especial en todas sus cosas para cada uno de los rostros. Luego ¿Acaso no necesita esta imprenta especial-suponiendo su existencia-un orden determinado y una coordinación específica, pues lo relacionado con la impresión en sí misma-sin contar con la coordinación de las letras y su orden y disposición-también necesita una disposición? Así pues, las sustancias que existen en el cuerpo de todo ser vivo son cientos de veces más complicadas y de una disposición más precisa que las sustancias de la imprenta y su disposición, pues traer esas sustancias de los confines del mundo, dentro de cálculos concretos y medidas precisas, luego su composición según los requisitos de la necesidad de ellas y por fin colocarlas bajo la mano de esa imprenta. Esta serie larga de procedimientos necesita-en primer lugar y antes que nada-un existente que haga existir esa imprenta supuesta y no es otro que el poder primordial del Creador, el Poderoso y Su voluntad efectiva. Entonces, la posibilidad de que la naturaleza sea como una imprenta es una patraña horrenda que carece totalmente de significado.
Y así, según lo que hemos visto en el ejemplo “del reloj y el libro”: El Hacedor, Dueño de majestad, que es el Poderoso sobre todas la cosas, Él mismo es el Creador de las causas y el Creador de las cosas causadas (los efectos), y Él es el que conecta las efectos con las causas por Su sabiduría, sea glorificado. Y ha determinado con Su voluntad la naturaleza de las cosas y las ha hecho un espejo que refleja las manifestaciones de la gran Ley natural en base a la que ha conformado el universo y que son las leyes de Allah y Sus modos de actuar en curso que marcan la organización de los asuntos del universo. Y ha traído a la existencia por Su poder el rostro de “la naturaleza” en la que se fundamenta el mundo del testimonio de existencia externa. Luego creó las cosas y las produjo en base a esa naturaleza y las combinó con total sabiduría. Y ahora remitimos el asunto a la equidad de tu intelecto lleno de prejuicios para que vea cuál de los dos le resulta fácil a tu intelecto creer en él. ¿Esta realidad razonable que emana de evidencias concluyentes ilimitadas-que son impuestas hasta el límite de la obligatoriedad-u otorgar lo necesario a las cosas en cuanto a instrumentos y miembros sin límite y atribuir acciones que se caracterizan por la sabiduría y la visión a la cosa en sí misma? ¿O atribuirla a lo que llamáis “la naturaleza” y las causas que son materias inertes vacías de conciencia y son creadas y confeccionadas? ¿Acaso esta patraña no es imposible y se sale del dominio de lo posible?
Contesta el adorador de la naturaleza-ese descreído-diciendo:
Puesto que me llamas a la equidad reconozco que el camino extraviado que hemos recorrido hasta ahora, al igual que es cien veces absurdo, es en el mismo modo perjudicial y está en el extremo de la fealdad y la corrupción. Quien tiene una pizca de intelecto comprende de vuestros juicios racionales y vuestras verificaciones científicas apoyadas con evidencias y mencionadas recientemente, que atribuir el hacer existir y la creación a las causas y a la naturaleza es imposible por intelecto y absurdo categóricamente, y lo que es obligado, necesario y preciso para el intelecto es atribuir todas las cosas directamente a Aquel de existencia necesaria, sea glorificado. Así pues alabo a Allah que me ha guiado a esta fe.
Sin embargo me queda solo una incertidumbre que es que yo creo en Allah como Señor y creo que Él es el Creador de todas las cosas pero me pregunto:
¿Qué dañaría Su grandeza y qué dañaría Su poder, sea honrado y enaltecido, si nos dirigimos con algún elogio y encomio a alguna de las causas secundarias en hacer existir las cosas pequeñas e insignificantes, acaso eso menoscabaría algo de su poder, sea glorificado y ensalzado?
Y la respuesta es: Como hemos demostrado en una parta de las epístolas (rasáil) de una manera categórica, el asunto de la soberanía, ”la negación de la intervención” y su rechazo total, el gobernante más inferior o cualquier simple empleado no admite intromisión ni siquiera de su hijo dentro de los límites de su soberanía, incluso la sospecha de intromisión en la soberanía ha llevado a algunos sultanes a matar a sus hijos inocentes, a pesar de tener algo de temor de Allah y rectitud, dentro de lo que pone de manifiesto el alcance de esta ley-la ley del rechazo de la intervención-en la soberanía. De manera que se da en todas las cosas empezando por los que se disputan el acceso a la dirección de una sección pequeña hasta los sultanes que se disputan quedarse con el poder en el país. Y así mismo se ha puesto de manifiesto-sin admitir duda alguna-lo que implica la independencia de la soberanía de la ley de “impedir la coparticipación” y ha quedado claro su influencia y su fuerza a lo largo de la prolongada historia de la humanidad y a lo que conduce en cuanto a turbulencia, asesinato, destierro y ríos de sangre derramada.
Medita sobre el ser humano que es incapaz de dirigirse a sí mismo y necesita cooperar con los demás, y no posee de la soberanía y el mando excepto una sombra tenue, y sin embargo rechaza la intervención hasta este grado, impide la injerencia de los demás hasta este extremo, rechaza que los demás participen en su soberanía y se afana con todas sus fuerzas en aferrarse a la independencia de su posición. Medita acerca de esto, luego mira al Gobernante absoluto, que está asentado sobre el trono del Señorío, y el Mandatario absoluto, que es el Dominante con la divinidad, el Independiente absoluto con la unicidad y la indivisibilidad y el Autosuficiente absoluto con una potestad absoluta. Ese es Allah, nuestro Señor, Dueño de majestad. Así pues cuán preciso y necesario es “el rechazo de la injerencia” en relación a Él, la negación de la participación y el rechazo del copartícipe en Su soberanía absoluta. Y cuántos los elementos necesarios de esa soberanía y el más necesario de sus deberes. Así pues, compara ahora y sopesa la soberanía del hombre, limitada, estrecha, necesitada de los demás, con la soberanía de Allah absoluta, autosuficiente, dominadora y que todo lo abarca.
En cuanto la segunda mitad de tu incertidumbre que es: Si se pretende “alguna de las causas” con algún acto de adoración de alguno de los asuntos secundarios, ¿acaso menoscaba eso algo de la adoración de las criaturas dirigida toda a Allah, el Todopoderoso, empezando por los átomos y terminando con los planetas y las galaxias?
La respuesta es que el Creador, Sabio y Conocedor, sea glorificado, ha creado este universo a modo de un árbol y ha hecho de los dotados de conciencia sus frutos perfectos y ha honrado al hombre al considerarlo el fruto más completo de los dotados de sentidos y ha hecho del agradecimiento y la adoración el mejor fruto que puede dar la vida del hombre, incluso ambos-el agradecimiento y la adoración, son la culminación de su creación, la meta de su naturaleza primordial y el fruto de su vida. Así pues ¿Es posible racionalmente para este Gobernante Absoluto y Mandatario Único, que es el Uno, el Indivisible, que entregue el asunto del hombre que es el fruto de todo el universo a otro que Él de entre “las causas” y entregue el fruto de su vida-que es el agradecimiento y la adoración- a los demás, después de haber creado el universo entero para que se reconozca Su divinidad y para que se ame Su Señorío? ¿Es posible pues que haga la culminación de la creación y el fruto del universo caer entre las comisuras de la putrefacción de lo inútil? ¡Lejos está Allah de eso! ¡Glorificado sea Allah por encima de lo que Le asocian! Luego ¿Es posible que Él, sea glorificado, acepte lo que es contrario a Su sabiduría y Su Señorío haciendo que algunas causas sean el propósito de la adoración de las criaturas, sabiendo que Él, sea glorificado y ensalzado, se ha dado a conocer a Sí mismo y se ha hecho amar por Sus actos y Sus bondades en este mundo? Y ¿cómo podría aceptar, sea glorificado, después de todo esto, dejar el amor de la mejor de Sus criaturas y la más perfecta en servidumbre, agradecimiento y alabanza, a otro de las criaturas, y cómo podría permitir a Sus criaturas olvidarlo después de haber manifestado con Sus actos Sus propósitos elevados en el universo: Que es ser conocido y luego ser adorado? ¡Lejos está Allah de eso, sea glorificado por encima de lo que dicen con gran altura! ¿Qué dices, oh tú sincero, de lo que acabas de escuchar?
Y he aquí que responde y dice: La alabanza a Allah que me ha facilitado la solución a estas dos incertidumbres. Y me has puesto de manifiesto en relación a la unidad de Allah, el Adorado Verdadero y el que merece ser adorado Él Solo, dos pruebas fuertes concluyentes, que no se pueden negar, y ¿acaso niega la luz del sol y del día excepto un arrogante contumaz?
Conclusión:
Dice “el hombre de la naturaleza” habiendo dejado tras de sí su pensamiento y sus concepciones y habiendo entrado en “el recinto de la fe” con un pensamiento de fe nuevo: La alabanza a Allah, atestiguo que mis incertidumbres se han disipado todas ellas, sin embargo aún queda en el alma algo que me desconcierta y provoca el aumento de mis ocurrencias, dentro de las preguntas que me vienen a la cabeza cuya respuesta no conozco.
La primera pregunta: Oímos de muchos de los vagos negligentes con respecto a los actos de adoración y de los que dejan la oración en particular, que dicen: ¿Qué necesidad tiene el Señor, sea glorificado y ensalzado- El Rico de por Sí- de nuestra adoración hasta el extremo de asustarnos en Su noble libro y amenazarnos con el más fuerte castigo en el fuego de Ŷahannam, y cómo es compatible este estilo-amenazante fulminante en algo como esta falta secundaria insignificante- al lado de su estilo inimitable, suave, tranquilo, delicado en las otras situaciones?
La respuesta es: Es verdad que Allah, sea glorificado y ensalzado-el Rico de por Sí- no tiene necesidad en absoluto de tu adoración-¡oh hombre!-, y aún es más Él, sea glorificado, no tiene necesidad de nada en absoluto, sino que eres tú el que está necesitado de la adoración y eres tú el que está precisado de ella. Pues tú eres el enfermo en significado y la adoración es el bálsamo curativo para las heridas de tu espíritu y las dolencias de tu esencia, y hemos demostrado etas palabras en numerosas epístolas (rasáil). ¿Qué te parecería si un enfermo se dirige a un médico generoso que se compadece de él y le insiste en que tome una medicina curativa específica de su enfermedad, y se dirige a él con respecto a su insistencia diciéndole: ¿Qué necesidad tienes tú de esta medicina que te hace insistirme de esa manera para que la tome?¿Acaso no se entiende de sus palabras el alcance de su futilidad, su incoherencia y la estupidez de su lógica?
En cuanto a la advertencia del Noble Corán en lo referente a dejar la adoración y su amenaza atemorizante de un castigo doloroso, aquí tienes su interpretación: Al igual que un sultán castiga a una persona inferior que ha cometido un delito que afecta a los derechos de los demás con un castigo riguroso con el fin de preservar los derechos de sus súbditos, así mismo el Sultán Preexistente y Eterno, castiga al que deja la adoración y la oración con un castigo riguroso,
porque él sobrepasa de una manera flagrante los derechos de los seres existentes, les causa una injusticia inmaterial y repulsiva y veja sus derechos de una manera injusta. Ésos seres existentes que son los súbditos de Su creador.
Y eso es porque sus perfecciones se manifiestan en forma de glorificación y adoración a su manera dirigida al Originador, el Sabio, sea glorificado. De manera que el que deja la adoración no ve la adoración de los seres creados y no la verá, sino que la niega. Y en esto hay un menosprecio enorme al valor de los seres existentes, cada uno de los cuales es un escrito sublime, sempiterno que ha sido escrito con los signos de la adoración y la glorificación y se dirige con sus signos y su glorificación hacia el Autor, el Creador, sea honrado y enaltecido. Y cada uno de ellos, también, es un espejo para la manifestación de los nombres divinos que irradia las luces y, con esta negación, hace bajar a estos seres existentes de su posición elevada y sublime, y no ve en su existencia otra cosa que la inutilidad vacía de significado, y los despoja de la funciones para las que han sido creados y cree que son algo acabado, perdido, sin importancia. Y con ello desprecia a los seres existentes y los menosprecia, y desprecia su dignidad y niega sus perfecciones y es injusto contra la credibilidad de su existencia.
En efecto, todo ser humano mira el universo con su propia óptica y en virtud de la imagen que le ofrece su espejo privado, y el Originador, Dador de forma, sea glorificado, lo creó en una imagen con la que podía comparar el universo y medirlo con su medida, de manera que le concedió un mundo propio suyo entre este mundo inmenso, siendo así que su mundo propio está teñido según la creencia que el ser humano tiene en su corazón.
Así pues el ser humano triste, desesperado, lloroso, ve los seres creados llorosos, infortunados, mientras que el feliz, alegre, los ve sonrientes, riendo y contentos. Del mismo modo el que realiza la adoración y las invocaciones de una forma asidua y con una conciencia completa y con reflexión y meditación, descubre también algo de la adoración de los seres existentes y sus glorificaciones, y aún más puede que las vea y sean reales, existentes, firmes. En cuanto al que deja la adoración por negligencia o por negarla, se imagina los seres existentes con una imaginación muy errónea, contraria totalmente y opuesta por completo a la realidad de sus perfecciones, de manera que es injusto con sus derechos en significado.
Además de eso, el que deja la oración se hace injusticia a sí mismo también al dejar la oración, pues él no es dueño de la esencia de su alma, y ella-el alma- es un siervo que pertenece a Su dueño, Amo, Creador y Originador. Por esto Su Dueño verdadero le advierte con una seria advertencia y lo amenaza con dureza para tomar de Su siervo, ese derecho, de su alma que ordena con insistencia el mal; además de que él, cuando deja la adoración, que es el sentido para el que ha sido creado y la finalidad de su naturaleza primordial, sobrepasa su límite ante la sabiduría y la voluntad divinas, por eso es castigado por esto con un fuerte castigo.
Concluimos de lo anterior: Que el que deja la oración es como si cometiera injusticia con su propio ser y el ser es un esclavo del Real, sea glorificado, y Su siervo, y transgrede los derechos de las perfecciones de los seres y les hace injusticia también. En efecto, al igual que la incredulidad es un desprecio a los seres existentes y un menosprecio, dejar la oración es una negación de las perfecciones de los seres y una extralimitación contra la sabiduría divina, por esto, el que la deja, merece una amenaza dura y un castigo implacable.
Y de aquí elige el Noble Corán el estilo de la amenaza y la advertencia para expresar este merecimiento y esta realidad que acabamos de mencionar, de manera que el estilo es verdad y apropiado totalmente a lo que requiere la situación, que es la elocuencia en sí misma.
La segunda pregunta: Dice nuestro amigo que ha abandonado la idea de “la naturaleza” y se ha librado de ella y ha sido honrado con la fe en Allah:
El sometimiento de todo ser existente, en cada uno de sus asuntos, en cada una de sus partes, en todo lo que lleva a cabo y ejecuta, con un sometimiento absoluto a la voluntad divina y el poder del Señor, es una realidad enorme, excelsa, y ella, por su grandeza y vastedad no la pueden comprender nuestras mentes débiles y cortas, a sabiendas de que nosotros constatamos con nuestros ojos una abundancia extrema de seres existentes y una facilidad absoluta en la creación de las cosas y se ha verificado “la facilidad en traer las cosas a la existencia” que es uno de los requisitos de “la unicidad” con las evidencias y pruebas categóricas que habéis establecido, además de que el Noble Corán ha confirmado la facilidad absoluta explícitamente en muchas nobles aleyas, como: {No es vuestra creación ni vuestro resurgimiento sino como una sola alma.} (Sura de Luqmán, 28) {Y la orden de la Hora no será sino como un abrir y cerrar de ojos o aún más breve.} (Sura de las Abejas, 77) Todo ello hace de esa realidad enorme “la facilidad del hacer existir” una cuestión muy aceptada y admisible racionalmente. ¿Y dónde será que se oculta el secreto de esta facilidad y cuál es la sabiduría que hay tras ella?
La respuesta es: Ya se te ha aclarado el secreto con una claridad total y convincente en el “Escrito vigésimo” al explicar la noble aleya: {Y Él es sobre toda cosa Poderoso} de una manera satisfactoria y especialmente en su apéndice, donde viene una aclaración exhaustiva y muy evidente, con pruebas y evidencias convincentes y una demostración categórica y cuya síntesis es: Cuando se atribuye la creación de todos los seres existentes al Hacedor Único, el asunto se hace fácil como la facilidad de hacer existir a una sola criatura, mientras que si se atribuye a una multitud se hace difícil-para esa multitud-el asunto de originar a una criatura en la medida de la dificultad de hacer existir a todas las cosas existentes. De manera que la creación de una sola semilla es difícil y complicada como la creación del árbol.
Pero si se atribuye “el hacer existir” a su verdadero Hacedor, sea glorificado, el asunto se hace fácil hasta que hacer existir a todos los seres vivos es como hacer existir un único árbol y el árbol como la semilla, y el jardín como lo hierba y la hierba como la flor, de manera que el asunto se hace fácil y es sencillo.
Y vamos a señalar aquí de una manera resumida una o dos pruebas de entre las cientos de pruebas que hemos aclarado en detalle en otras epístolas, esas pruebas que explican los secretos y sabidurías ocultas que discurren en la abundancia de seres existentes sin límite que contemplamos y la cantidad de los individuos de esa clase de ellos y su venida a la existencia ordenados, hechos con perfección, y con todas facilidad y sencillez.
El ejemplo de esto: La dirección de cien soldados bajo las órdenes de un solo oficial es cien veces más fácil que la dirección un solo soldado bajo las órdenes de cien oficiales. Y cuando se confía la orden de equipar un ejército completo con los accesorios militares, desde un solo centro, con un solo canon y de una sola fábrica, a una orden que sale de un solo general, eso es tan fácil y sencillo en cantidad y abundancia, como lo es equipar a un solo soldado. Mientras que confiar la orden de equipar a un soldado con los accesorios militares, desde centros numerosos y fábricas numerosas, a generales numerosos, es tan complicado y difícil en cantidad y abundancia como lo es equipar a un ejército completo. Puesto que en ese caso ha de haber muchas fábricas de equipamientos en el número de lo que precisa un ejército completo, para equipar a un solo soldado.
Y se atestigua también, que un solo árbol que se aprovisiona de las sustancias necesarias para él, de una sola raíz, de un solo centro, de acuerdo con un solo canon, da como fruto miles de frutos, y ello se culmina con facilidad y sencillez, como si el árbol tuviera un único fruto. Mientras que si se sustituye la multiplicidad por la unidad y se recorre el camino de la multiplicidad en lugar del camino de la unidad, y se aprovisiona cada fruto con las sustancias necesarias para la vida de centros distintos, raíces distintas, el hacer existir un solo fruto es complicado y difícil como hacer existir al árbol mismo, incluso puede ser que el hacer existir la semilla, que es un modelo del árbol y su síntesis, sea difícil y complicado como el hacer existir al árbol mismo, porque lo que precisa la vida del árbol en cuanto a sustancias necesarias es preciso para la semilla también.
Y hay cientos de ejemplos como éstos, y todos ellos dejan claro que la venida de miles de seres existentes con facilidad absoluta a la existencia-en la unidad-es más fácil que la venida de un solo ser existente a la existencia a través de lo múltiple y la multiplicación.
Y puesto que habíamos demostrado esta realidad en otras epístolas (rasáil) con una certeza categórica, nos remitimos a ellas. Sin embargo dejamos claro aquí simplemente un gran secreto que está conectado con esta facilidad desde el ángulo de la consideración del conocimiento divino, el decreto divino y el poder del Señor, y este secreto es:
Tú eres uno de los seres existentes y cuando entregas tu alma a la mano del Poderoso de poder absoluto, Él te crea con una sola orden y por Su poder absoluto en un abrir y cerrar de ojos, desde la inexistencia y de la nada. Pero si no entregas tu alma a Él, sino que la atribuyes a la “naturaleza” y la entregas a las causas materiales, en ese momento es preciso para traerte a la existencia, la operación de una búsqueda precisa-para reunir todas las sustancias que hay en tu existencia-en los confines del mundo todo y una investigación de ellas en los rincones de todo el universo y hacerlas pasar por filtros y exámenes muy precisos y medirlas con balanzas de precisión.Eso es porque tú eres la síntesis ordenada del universo, su fruto maduro, su índice reducido y su cartera que contiene las sustancias de todo el universo.
Porque a las causas materiales no les corresponde sino componer y unir, ya que está demostrado para los eruditos que no es posible para las causas materiales hacer existir lo que no existe en ellas, a partir de la inexistencia y de la nada, por esto necesitan todas las sustancias indispensables para un cuerpo existente, vivo, pequeño desde los confines de todo el mundo.
Así pues entiende de esto el alcance de la facilidad absoluta que hay en la unidad y la unicidad y el alcance de las dificultades y complicaciones que hay en asociar (algo con Allah) y el extravío.
En segundo lugar: Hay una facilidad absoluta en la creación y hacer existir que emerge del ángulo de la consideración del “conocimiento divino” cuyo detalle es como sigue:
El decreto divino es una modalidad del conocimiento divino, especifica la medida de cada cosa como si fuera un molde intangible de ella y exclusivo de ella, de manera que esa medida del decreto es como un plan para esa cosa y equivale a un modelo suyo, y cuando la hace existir el “poder divino”, la hace existir en base a esa medida del decreto con toda facilidad y sencillez.
De manera que si no se atribuye la existencia de esa cosa a Quien tiene un conocimiento que todo lo abarca, absoluto, preexistente, que es Allah, el Poderoso, Dueño de majestad, no solo se derivarán mil problemáticas, sino que ocurrirán cientos de absurdos también-como hemos mencionado previamente- porque si no se da esa medida del decreto y la medida del conocimiento, es indispensable utilizar miles de moldes materiales y externos para un cuerpo pequeño de un ser vivo.
Entiende pues de esto uno de los secretos de la facilidad absoluta que hay en la unidad y en la unicidad, y la cantidad de problemáticas sin fin que hay en lo múltiple, la multiplicidad y asociar (con Allah). Y has de saber el alcance de la realidad elevada, certera, a la que se refiere la noble aleya: {Y la orden de la Hora no será sino como un abrir y cerrar de ojos o aún más breve.}
La tercera pregunta: Dice el que era refractario antes y fue ahora encauzado a la fe y guiado: Qué decir de algunos filósofos extravagantes de nuestra época que sueltan la aseveración: “No se produce nada nuevo de la nada y no se extingue nada de la existencia” y lo que dirige este universo es simplemente la composición de la materia y su descomposición, y no hay otra cosa.
La respuesta es: En verdad estos filósofos a los que no les es fácil mirar los seres existentes con la luz del Corán Claro, cuando los miran con la óptica de “la naturaleza” y “las causas”, llegan a que la existencia de estos seres existentes y la suposición de su formación por los factores de “la naturaleza” y “las causas” es una cuestión que arroja problemáticas irresolubles al nivel de la imposibilidad-a la manera de lo que hemos mencionado al explicar las posibilidades y sus absurdos-de forma que estos filósofos se dividen ante esta dificultad insuperable en dos clases:
Una clase de ellos se convirtieron en sofistas y aborrecieron el intelecto que es lo característico del ser humano y cayeron al nivel más bajo de los animales, puesto que su pensamiento los llevó a negar la existencia en general, incluso a negar su propia existencia, y eso cuando vieron esta negación más útil para el intelecto y más fácil para él y más salvo que la concepción de “la naturaleza” y “las causas” dueñas de la necesidad de la existencia, y negaron la existencia de ellos mismos y la existencia de todas las cosas existentes, de manera que cayeron en el abismo de la ignorancia absoluta.
En cuanto a la segunda clase, miraron las cosas existentes y vieron que si se entregaba su hacerlas existir a “las causas” y “la naturaleza” como es el caso de la gente del extravío, hacer existir algo muy pequeño como un mosquito o una semilla tenía problemáticas sin límite y requería un poder enorme cuyo alcance no lograba el intelecto, de manera que se encontraron a sí mismos obligados a negar el hecho de “hacer existir” en sí mismo, y dijeron: “Nada se produce de la nada” y vieron que considerar inexistente algo es absurdo y afirmaron que “No se extingue lo existente”. Y se imaginaron un conjunto de posiciones subjetivas válidas entre la descomposición y la composición y la dispersión y la reunión, resultantes del movimiento de los átomos y el flujo de las coincidencias.
Medita pues sobre éstos que se consideran a sí mismos en la cúspide del intelecto y cómo han caído en un abismo de necedad e ignorancia. Y has de saber de esto cómo deja el extravío a este ser humano noble-cuando renuncia a su fe-en una posición de burla y desdeño por parte de todo el mundo.
Y por nuestra parte les preguntamos a ésos: ¿Ves cómo es posible considerar inverosímil el traer a la existencia una determinada cosa por parte del poder absoluto que trae a la existencia sobre la superficie de la tierra cada año cuatrocientos mil tipos de seres vivos? ¿Y que ha creado los cielos y la tierra en seis días? ¿ Y que crea en cada primavera, bajo la vista del ser humano y su oído, sobre la superficie de la tierra un universo vivo de plantas y animales que es más evidente en perfección y de sabiduría más excelsa que todo el universo, en seis semanas? Cómo considera inverosímil de ese poder que cree a los seres existentes conocidos (en el conocimiento divino)-cuyos diseños y medidas se han concretado dentro del círculo del conocimiento preexistente-, de manera que los crea con facilidad absoluta, con la facilidad con la que se hace aparecer la escritura que no se ve haciendo pasar una sustancia química por ella. Así pues considerar inverosímil el prodigar la existencia externa sobre los seres existentes conocidos (en el conocimiento divino)-y que son seres inexistentes externamente-a partir de ese poder preexistente, luego negar el hecho de hacer existir en sí mismo, es una tontería y una ignorancia más fuerte que la tontería de los sofistas conocidos y su ignorancia.
Y como quiera que los egos de éstos infortunados incapaces con una incapacidad absoluta y que no poseen sino una parte exigua de la elección, no son capaces de aniquilar nada, sea lo que sea, y hacerlo no existir, ni hacer existir un átomo cualquiera o sustancia a partir de la nada. Y puesto que la naturaleza y las causas de cuya servidumbre hacia ellas se enorgullecen, son incapaces ambas, y no está en su capacidad, el de “hacer existir” a partir de la nada, los vemos emitir un juicio general: “En verdad la materia no se extingue ni se produce” e intentan generalizar el juicio de este axioma falso y erróneo incluso para el poder del Poderoso de poder absoluto, sea glorificado.
En efecto, en verdad el Todopoderoso absoluto, Dueño de majestad, tiene dos formas de hacer existir: La primera es por medio de la invención y la innovación, es decir que Él, sea glorificado produce la existencia de la nada originándola a partir de la nada y hace existir todas las cosas que precisa-esa existencia-de la nada y se las entrega. La otra es por medio de la producción, la elaboración y la maestría. Es decir: Genera una parte de los seres existentes a partir de los elementos del universo mismo, manifestando la perfección de Su sabiduría y mostrando las manifestaciones de Sus nombres más hermosos, y semejantes a ellos a partir de sabidurías precisas, y envía a esos seres existentes los átomos y las sustancias sometidas a Sus órdenes dentro de las prácticas habituales universales relativas a la provisión y las somete a ellos para completar la producción de esa existencia.
así el Todopoderoso de poder absoluto tiene dos estilos de hacer existir cuyas formas son: La innovación y la producción.
De manera que la extinción de la existencia y hacer existir la inexistencia es un asunto muy fácil y muy sencillo para Él, y es Su ley continua, general. Así pues el que considera inverosímil el poder creador que crea de la nada trescientas mil clases de criaturas y seres vivos y les proporciona sus formas, sus cualidades, sus características y sus estados desde lo que no son sus átomos, y dice que “no puede hacer existir lo inexistente”, necesariamente cae en la oscuridad de la inexistencia.
Tabiatı bırakan ve hakikate geçen zat diyor ki: Cenab-ı Hakk’a zerrat adedince şükür ve hamd ü sena ediyorum ki kemal-i imanı kazandım, evham ve dalaletlerden kurtuldum ve hiçbir şüphem de kalmadı.
اَل۟حَم۟دُ لِلّٰهِ عَلٰى دٖينِ ال۟اِس۟لَامِ وَ كَمَالِ ال۟اٖيمَانِ
سُب۟حَانَكَ لَا عِل۟مَ لَنَٓا اِلَّا مَا عَلَّم۟تَنَٓا اِنَّكَ اَن۟تَ ال۟عَلٖيمُ ال۟حَكٖيمُ
- ↑ *[El móvil de mayor insistencia para escribir esta epístola es el ataque declarado contra el noble Corán que he percibido y el horrible atropello contra las realidades de la Creencia por medio de falsificarlas y unir los vínculos del ateísmo a la naturaleza y atribuir el epíteto de “patraña” a todo lo que no comprenden sus intelectos faltos y podridos…Este ataque ha provocado una fuerte ira en el corazón y ha suscitado en él una brasa que se ha propagado al estilo de las epístolas, de manera que he descargado esa brasa y bofetadas sobre ésos ateos y seguidores de caminos falsos que se apartan de la verdad y si no fuera por eso, no es costumbre en las epístolas de la luz excepto la palabra suave y la delicadeza de lenguaje. El autor.]
- ↑ *[En efecto, si se produce el vínculo de pertenencia, entonces esa semilla recibe una orden del decreto divino y obtiene el honor de emprender esas acciones extraordinarias, sin embargo, si se rompe ese vínculo, la creación de esa semilla requiere maquinarias y un poder y una maestría mayores en mucho de lo que necesita la creación de un gran pino, y eso es porque todos los miembros del pino que cubre las montañas y las colma de belleza y magnificencia y que representa un efecto materializado, claro, del poder divino, es preciso que estén presentes en el árbol inmaterial que es el efecto del decreto e incorporados en esa semilla, porque la fábrica de ese árbol majestuoso está oculta en esa semilla, y lo que hay en esa semilla de árbol potencial se manifiesta por el poder divino en el exterior, el exterior de la semilla, y forma un pino materializado. (el autor).]
- ↑ *[Se trata de un hombre de la tribu de los banu Qais Ibn Za’laba famoso por su necedad hasta el punto de quedar como ejemplo de la misma. Una vez estaba apacentando el ganado de su familia y al ganado que estaba recio lo llevaba a la hierba y al que estaba escuálido lo dejaba aparte. Y le preguntaron por ello y dijo: No voy a estropear lo que Allah ha arreglado y no voy a arreglar lo que Él ha estropeado.]