Translations:Onuncu Söz/241/es: Revizyonlar arasındaki fark
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y si no hay en otro lugar lo que es digno de ellas es preciso negar esta sabiduría que existe en cada cosa ante nosotros, con la locura de quien niega el sol cuya luz llena el día, y negar esta providencia que contemplamos siempre en nosotros mismos y en la mayor parte de las cosas y negar esta justicia excelsa cuyos signos son evidentes*(*<ref>*[En efecto: La justicia tiene dos partes, una de ellas positiva y la otra negativa. La positiva es darle a cada uno el derecho que le corresponde, y esta parte de la justicia abarca y comprende todo cuanto hay en este mundo en el grado de lo que es obvio, tal y como hemos demostrado en la Tercera Verdad en el sentido de que lo que busca toda cosa y lo que es necesario para su existencia y la continuidad de su vida que busca con la lengua de la predisposición y con el lenguaje de sus necesidades naturales y con la lengua de su necesidad imperiosa del Originador, Dueño de majestad, le viene con una balanza especial y precisa y con medidas específicas; es decir: Esta parte de la justicia es patente como lo es la existencia y la vida. En cuanto a la parte negativa es educar a los que no tienen la razón, es decir: Afirmar el derecho haciendo caer el pago y el castigo sobre ellos. Y esta parte aunque no se manifieste con nitidez en este mundo hay indicaciones y signos que apuntan a esta realidad. Toma por ejemplo el castigo que descendió sobre la gente de ‘Ad y Zamud e incluso con los pueblos insubordinados en esta época nuestra de entre lo que pone de manifiesto para la intuición categórica la hegemonía de la justicia elevada y su primacía. (El autor).]</ref>) y negar esta misericordia que vemos en cada lugar.Y así mismo es preciso que se considere al Dueño de los procederes sabios,los hechos generosos y los instrumentos misericordiosos, | y si no hay en otro lugar lo que es digno de ellas es preciso negar esta sabiduría que existe en cada cosa ante nosotros, con la locura de quien niega el sol cuya luz llena el día, y negar esta providencia que contemplamos siempre en nosotros mismos y en la mayor parte de las cosas y negar esta justicia excelsa cuyos signos son evidentes*(*<ref>*[En efecto: La justicia tiene dos partes, una de ellas positiva y la otra negativa. La positiva es darle a cada uno el derecho que le corresponde, y esta parte de la justicia abarca y comprende todo cuanto hay en este mundo en el grado de lo que es obvio, tal y como hemos demostrado en la Tercera Verdad en el sentido de que lo que busca toda cosa y lo que es necesario para su existencia y la continuidad de su vida que busca con la lengua de la predisposición y con el lenguaje de sus necesidades naturales y con la lengua de su necesidad imperiosa del Originador, Dueño de majestad, le viene con una balanza especial y precisa y con medidas específicas; es decir: Esta parte de la justicia es patente como lo es la existencia y la vida. En cuanto a la parte negativa es educar a los que no tienen la razón, es decir: Afirmar el derecho haciendo caer el pago y el castigo sobre ellos. Y esta parte aunque no se manifieste con nitidez en este mundo hay indicaciones y signos que apuntan a esta realidad. Toma por ejemplo el castigo que descendió sobre la gente de ‘Ad y Zamud e incluso con los pueblos insubordinados en esta época nuestra de entre lo que pone de manifiesto para la intuición categórica la hegemonía de la justicia elevada y su primacía. (El autor).]</ref>) y negar esta misericordia que vemos en cada lugar.Y así mismo es preciso que se considere al Dueño de los procederes sabios,los hechos generosos y los instrumentos misericordiosos, ¡lejos está Allah de eso!, como alguien frívolo, que juega, que es injusto y que engaña, sea ensalzado Allah muy por encima de eso; y esto no es sino transformar las verdades en sus opuestos, lo cual es el colmo de lo absurdo. Incluso los sofistas que niegan la existencia de todo incluso la existencia de ellos mismos no se acercan a concebir este absurdo con facilidad. |
08.37, 19 Temmuz 2024 itibarı ile sayfanın şu anki hâli
y si no hay en otro lugar lo que es digno de ellas es preciso negar esta sabiduría que existe en cada cosa ante nosotros, con la locura de quien niega el sol cuya luz llena el día, y negar esta providencia que contemplamos siempre en nosotros mismos y en la mayor parte de las cosas y negar esta justicia excelsa cuyos signos son evidentes*(*[1]) y negar esta misericordia que vemos en cada lugar.Y así mismo es preciso que se considere al Dueño de los procederes sabios,los hechos generosos y los instrumentos misericordiosos, ¡lejos está Allah de eso!, como alguien frívolo, que juega, que es injusto y que engaña, sea ensalzado Allah muy por encima de eso; y esto no es sino transformar las verdades en sus opuestos, lo cual es el colmo de lo absurdo. Incluso los sofistas que niegan la existencia de todo incluso la existencia de ellos mismos no se acercan a concebir este absurdo con facilidad.
- ↑ *[En efecto: La justicia tiene dos partes, una de ellas positiva y la otra negativa. La positiva es darle a cada uno el derecho que le corresponde, y esta parte de la justicia abarca y comprende todo cuanto hay en este mundo en el grado de lo que es obvio, tal y como hemos demostrado en la Tercera Verdad en el sentido de que lo que busca toda cosa y lo que es necesario para su existencia y la continuidad de su vida que busca con la lengua de la predisposición y con el lenguaje de sus necesidades naturales y con la lengua de su necesidad imperiosa del Originador, Dueño de majestad, le viene con una balanza especial y precisa y con medidas específicas; es decir: Esta parte de la justicia es patente como lo es la existencia y la vida. En cuanto a la parte negativa es educar a los que no tienen la razón, es decir: Afirmar el derecho haciendo caer el pago y el castigo sobre ellos. Y esta parte aunque no se manifieste con nitidez en este mundo hay indicaciones y signos que apuntan a esta realidad. Toma por ejemplo el castigo que descendió sobre la gente de ‘Ad y Zamud e incluso con los pueblos insubordinados en esta época nuestra de entre lo que pone de manifiesto para la intuición categórica la hegemonía de la justicia elevada y su primacía. (El autor).]